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viernes, 28 de marzo de 2014

La Formula Arria o cuando en la casa del herrero los cuchillos son de palo



Por Luis Manuel Aguana

¿Porque los venezolanos tenemos esa maldición de ser reconocidos fuera de nuestro país e ignorados adentro? Desde los tiempos de Francisco de Miranda, cuyo nombre esta inmortalizado en el Arco de Triunfo de Paris por sus servicios en la Revolución Francesa y en Venezuela es perseguido por supuestamente haber entregado la Primera Republica, muchos ilustres compatriotas han sufrido de esa extraña y hasta patológica compulsión de sus connacionales de ignorar sus logros. Pocos se han salvado de esa maldición pero no cabe duda que los venezolanos tenemos algo que por alguna razón rechaza a quienes se destacan en el exterior. Sirva esta nota para conmemorar hoy 28 de Marzo el natalicio de este héroe venezolano no suficientemente reconocido.

Algunos de ellos fallecieron fuera del país, como el caso de Humberto Fernandez Morán, el inventor del Bisturí de Diamante quien muere en Estocolmo desterrado de Venezuela donde sus aportes fueron ignorados por razones políticas. Otros como Teresa Carreño solo fueron reconocidos hasta mucho después de su muerte. Esas capacidades siempre fueron por alguna razón ignoradas o desperdiciadas en vida, aunque luego reconocidas después de la muerte, cuando ya no servían sino para discursos y operetas.

Cuando Diego Arria llevo el caso de Hugo Chávez a La Haya, reseñe en este blog esa iniciativa como única: “…Arria participó en el proceso de juicio en contra de Slobodan Milosevic de Serbia por crímenes de guerra, en los procesos de Somalia, Ruanda, Sierra Leona y el Congo, en los conflictos en Bosnia, Croacia y Kosovo. Arria conoce a fondo como se hace y como se instrumenta un proceso de esas características únicas. Ningún venezolano tiene esa experiencia acumulada, por más que no estemos de acuerdo con su posición política o su pasado cuartorepublicano” (ver Nos vemos en La Haya http://ticsddhh.blogspot.com/2011/11/nos-vemos-en-la-haya.html).

Y aun sigo pensando lo mismo. Cuando hoy leí con asombro que Diego Arria informa en su cuenta de twitter Reunión sobre CRIMEA bajo la FORMULA ARRIA en el Consejo de Seguridad de ONU NY. Lunes 31.Invitados representantes DDHH y medios”, me pregunté ¿¿¿¡¡¡Y Venezuela!!!??? ¿Cuál es la razón por la cual nosotros, los venezolanos, no hemos hecho uso de esa Formula inventada por UN VENEZOLANO para discutir nuestro conflicto en el seno del Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas?

Diego Arria fue distinguido en las Naciones Unidas por inventar un procedimiento diplomático según el cual los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU pueden interactuar con miembros la sociedad civil, personalidades relevantes de organizaciones de los Estados miembros, aun cuando no tuvieran responsabilidades de gobierno cuando exista un conflicto que convoque al Consejo. Este tipo de reuniones en un marco informal les permite a los miembros del Consejo de Seguridad tener un “franco intercambio de puntos de vista, dentro de un marco flexible procedimental con personas a quienes el miembro o miembros del Consejo crean que podría ser beneficioso escuchar…” (ver Security Council – Working Methods Handbook - Background Note on the "Arria-Formula" Meetings of the Security Council Members http://www.un.org/en/sc/about/methods/bgarriaformula.shtml).

Bajo el marco de este procedimiento, llamado Formula Arria y ahora de uso común en la Naciones Unidas, se han sentado entre otros Nelson Mandela antes de ser Presidente de Suráfrica, Yasser Arafat, el Presidente de la Cruz Roja y el Secretario General de Amnistía Internacional. Todos ellos no tenían el fuero para ser oídos en ese escenario pero esta fórmula les permitió a los miembros del Consejo de Seguridad obtener información vital para resolver o enrumbar conflictos de mucha envergadura (Para una explicación a fondo de esta Formula y su utilidad pueden consultar el Global Policy Forum -The Arria Formula por James Paul http://www.globalpolicy.org/component/content/article/185/40088.html).

¡Ese es precisamente nuestro caso! Y volviendo a mi pregunta inicial, ¿por qué no se ha hecho uso de la experiencia de este venezolano para concurrir a esas instancias de poder internacional, si este es un problema de TODOS? ¿Es que hay algún problema de írselo a pedir? El 14 de Marzo pasado los miembros del Consejo de Seguridad se reunieron en un “Arria Formula Meeting” con los líderes religiosos de la Republica del África Central (CAR) para discutir las tensiones y la violencia religiosa en ese país (ver  Arria-Formula Meeting with CAR Religious Leaders http://www.whatsinblue.org/2014/03/arria-formula-meeting-with-car-religious-leaders.php).

Todo el mundo hace uso de una fórmula que inventó un venezolano para resolver sus conflictos y nosotros no, teniendo al mismo inventor dispuesto y viviendo en este país, con todas las conexiones internacionales necesarias. Repetimos la historia de Fernandez Morán al ignorarlo porque fue Ministro de Perez Jiménez ¡Eso es una vaina de locos!

La política venezolana históricamente ha sido muy mezquina. Acción Democrática prefirió llevar al patíbulo a Carlos Andrés Pérez antes de que su claque perdiera el control del partido. Rafael Caldera prefirió matar a Copei y comerse a sus delfines antes de perder su liderazgo fundamental. Eso está escrito en la historia. Ya es hora de que eso cambie. Es hora que la política venezolana tenga un sentido de grandeza si queremos salir de este atolladero.

Ahora el mundo político reconoce en privado que Pérez no estaba tan pelado al intentar defender la democracia en Nicaragua y que fue un error de proporciones monumentales haber interrumpido su mandato, que resultó ser la Caja de Pandora de donde salió Hugo Chávez. Reconoce igualmente que Caldera erró al masacrar a toda una generación de brillantes jóvenes políticos que pudieron y debieron haberle dado continuidad generacional a la política venezolana. Otro gallo nos cantaría ahora.

La mezquindad política en Venezuela nos mata. Los extraordinarios esfuerzos de María Corina Machado en el exterior deberían estar apuntalados con la voz de la experiencia política y diplomática del inventor de la Formula Arria. Ya estuviéramos desde hace rato hablando en la ONU.

No le corresponde a este escribidor conocer el condicionado para que venezolanos sin la investidura del Estado podamos expresar nuestra voz en las Naciones Unidas, eso lo sabe mejor que nadie Diego Arria. Pero como venezolano reclamo la estupidez política de nuestra dirigencia opositora de no hacer uso de todo lo que tengamos a nuestra disposición para lograr decisiones que comprometan a estos asesinos a respetar los Derechos Humanos en Venezuela.

¿Porque no es así? Muchas preguntas y al parecer una sola respuesta: seguiremos comiendo con cubiertos de palo aunque hayamos inventado la herrería, mientras no reconozcamos que las soluciones a nuestros propios males las tenemos justo allí, en el patio trasero de nuestra propia casa…

Caracas, 28 de Marzo de 2014

Twitter:@laguana

jueves, 28 de junio de 2012

Una Reflexión en el camino

Por Luis Manuel Aguana

Pasó desapercibido para quienes opinan en los medios y en la red, un extraordinario artículo de Carlos Goedder publicado en El Universal del lunes pasado titulado “La Responsabilidad Personal en una Dictadura” (ver en http://www.eluniversal.com/opinion/120625/la-responsabilidad-personal-en-una-dictadura). Y digo desapercibido porque ciertamente toca la esencia del hecho totalitario en Venezuela y los estudios de quienes, como Hannah Arendt (1906-1975), han investigado profundamente el fenómeno en el pasado y que de acuerdo con esa experiencia se pueden detectar características y similitudes con lo que está sucediendo con la conducta del venezolano de hoy y su posible respuesta en los venideros comicios del 7 de Octubre.

El fondo del tema estriba en que no es posible asumir una culpa general de la conducta permisiva que colectivamente le hemos delegado al chavismo, o en general, a esta pesadilla socialista del Siglo XXI. De acuerdo a Goedder, decir que "la sociedad venezolana" es la responsable por lo que ocurrió bajo Chávez, es un pretexto inválido y que todos debemos dar cuenta individualmente de lo que hicimos para evitar o bien coadyuvar a que este desastre sucediera. Es bien interesante este concepto, en especial si está fundamentado en una teoría que expusiera Hannah Arendt en su obra fundamental “Los Orígenes del Totalitarismo” en 1951. Hablando en claro venezolano, todos debemos responder a la pregunta ¿Qué hiciste tú en la época oscurantista de Chávez? ¿Te refugiaste en la burocracia diciendo que te ordenaban hacer las cosas que sabías que estaban mal hechas? ¿Tuviste una posición proactiva y determinada en contra del régimen, corriendo riesgos de cárcel, desempleo y apartheid político? ¿Qué hiciste?

La respuesta a estas preguntas es fundamental. No es que te vayan a pedir a que rindas cuentas. Es como si te hicieran un examen con un detector de mentiras y preguntes por el resultado. Solo tú sabes si mentiste o no. Solo tú sabes qué hiciste o no.

Quiero hacer un alto en el camino y pararme en esta reflexión, e invito a todos los venezolanos a hacerlo. ¡Cuánto empleado público, no solo de la administración central sino de los municipios y gobernaciones debe hacerse esta reflexión! ¡Y más aun considerando el hecho que hacia ellos va dirigida la persistente campaña amenazante del CNE!

Hace más de un año escribí un artículo que circuló por las redes en su momento y que titulé “El Ejemplo de Simon Wiesenthal” (lo reproduzco a seguidas en el blog porque no lo publiqué aquí y creo que ahora es un buen momento para hacerlo. Verlo en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/06/el-ejemplo-de-simon-weisenthal.html) y que tenía que ver con esa misma responsabilidad que no solo tiene Chávez como cabeza de esta locura de 13 años, sino con todos aquellos funcionarios de baja jerarquía que son tan o más responsables que él de la persecución atroz a la que han sido sometidas personas inocentes, que hemos presenciado y de cuyas acciones deberán dar cuenta algún día.

Pero ante el razonamiento de que absolutamente todos nosotros, no solo los que tomaron decisiones relevantes durante el régimen, tenemos nuestra cuota de responsabilidad en la perpetuación de un Estado antidemocrático, la cosa se pone espeluznante.

Un funcionario que deja de ultima una solicitud de vivienda de un prójimo que la necesita porque sabe que no es chavista y lo hace por quedar bien; un individuo que pudiendo ver hacia otro lado cuando le piden saber si alguien está en la Lista de Tascón y no lo hace; muchísimos casos en los cuales alguien puede, aunque en una muy pequeña proporción, trabar o no dejar pasar alguna injusticia “socialista” porque sabe de verdad que está mal hacerlo, y de igual manera lo hace, son parte de todas estas cosas a las que nos referimos. Y todas sintetizan un hacer inhumano producto de una maquinaria totalitaria que destruye poco a poco el tejido democrático del país.

Formo parte, como muchos, de un grupo que tuvimos que salir públicamente denunciando los atropellos y malos manejos del gobierno en el Metro de Caracas, asumiendo desde el principio una posición que nos ha traído desempleo y exclusión. Siempre pongo el ejemplo de mis compañeros de AC Familiametro, quienes siguen en pié de lucha por el regreso de sus derechos políticos y laborales atropellados desde aquella gesta del Paro Cívico y aún así no se han cansado o han claudicado, yendo ya para 10 años denunciando públicamente, exponiendo su bienestar privado por un mejor Metro de Caracas. No buscan premios ni reconocimientos más allá de la restitución de sus derechos violados, y el mejoramiento de una empresa que fue estandarte de servicio público.

Como ellos hay muchos que no tuvieron mucha oportunidad de pasar desapercibidos porque fueron excluidos y aún continúan luchando porque el gobierno no cesa la persecución señalándonos como saboteadores. Después que este desgobierno termine, nadie podrá echarles en cara que se quedaron tranquilos ante los desafueros cometidos, aun a costa de su bienestar. Sin embargo también quiero decir que Familiametro ha recibido mucha colaboración de compañeros que aun estando en la empresa saben lo que se hace mal y colaboran con información valiosa para la denuncia eficaz arriesgando sus empleos. Ellos están haciendo algo, no se quedaron tranquilamente cómplices. Pero…¿y los demás? A ellos es que va dirigida esta reflexión en el camino.

Lo primero aquí es que si usted desde su más humilde responsabilidad puede evitar que se cometa un atropello antidemocrático en contra de alguien, lo haga. Si puede realizar cualquier cosa que por su conocimiento evite alguna injusticia, ¡hágalo! Eso no se lo reconocerá nadie. Como en el ejemplo del detector de mentiras, solo usted lo sabrá. Pero si muchos lo hacen, automáticamente habrá una desaceleración del totalitarismo por aquello que indicó Hannah Arendt, si te niegas a participar caerá, así sea que te niegues solo un poco.

Ni hablar del venidero proceso electoral. ¿Cuánta gente dentro del CNE, y no hablo de los decisores políticos, sino de los técnicos honestos y demás funcionarios que estuvieron en el antiguo CSE que saben de cierto y de primera mano si hay algo podrido en el proceso, podrían colaborar silenciosamente a que no se produzca un fraude de proporciones el 7 de Octubre? ¿Cuántos venezolanos y sus familias desean una vuelta a una Venezuela noble, sin exclusiones? ¡Muchos!

A cada venezolano le invito: dense la oportunidad de salir de esta pesadilla diciéndose a sí mismos: yo si hice algo porque esto se acabara, por más pequeño que sea. De esa manera, a la pregunta de ¿qué hiciste? nadie se mirará al espejo y se irá a dormir sin una respuesta positiva…

Caracas, 28 de Junio de 2012

Blog: http://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

El ejemplo de Simon Wiesenthal

Por Luis Manuel Aguana

(Dedicado a mi hermano Raúl Luis Aguana, abogado y autor de la idea, dispuesto a seguir los pasos de Simon Wiesenthal)

Esto terminará. Tarde o temprano el régimen de Hugo Chávez caerá. Su herencia será una nación dividida, un país arruinado y endeudado hasta los tuétanos, un parque industrial destruido, la mayoría de nuestra sangre vital ausente porque consiguieron otros horizontes donde desarrollarse como personas y profesionales. Por más de una década los venezolanos hemos contemplado un gobierno desmantelar una a una nuestras instituciones más preciadas. Y lo peor es que ese desmantelamiento ha contado con la ayuda y complicidad abierta de personajes con nombre y apellido que han atropellado los derechos humanos de las personas a los ojos impávidos de todos nosotros. Un juez pone en la cárcel por 30 años a los Comisarios sin una sola prueba, un Contralor persigue sin ningún rubor a cualquier dirigente que ponga en problemas la elección de algún candidato del gobierno, los Ministros del régimen y los familiares directos de la familia del Presidente se enriquecen a los ojos de todos sin que opere el más mínimo resquicio de justicia. Se han perdido alimentos en contenedores por valor de muchísimos millones de dólares y los Diputados, con nombre y apellido, de la Asamblea Nacional del gobierno se niegan a investigar, encubriendo flagrantemente un delito, que mas allá del delito de corrupción, es un delito en contra de la humanidad de miles de compatriotas que escarban la basura para buscar alimento. Un agricultor llamado Franklin Brito muere de mengua porque un funcionario con nombre y apellido decidió no entregarle lo que era suyo y una Juez llamada María Afiuni es atropellada en su condición humana por dar un fallo a derecho por una funcionaria, con nombre y apellido, a cargo de un penal de mujeres.

Pero esto terminará, tarde o temprano terminará. Y volveremos a reconstruir. Pero será imposible hacerlo sin que se haga justicia a una época de oscurantismo y persecución. Sin creer ingenuamente que volveremos a ser los venezolanos de antes, tendremos que volver a convivir. Y para eso necesitaremos que se haga justicia. Cuando el régimen termine, Hugo Chávez será el principal pero solo uno de los muchísimos responsables de esta tragedia que se llamó la Revolución Bolivariana. Y huirán, huirán los Magistrados cómplices, los Fiscales, los Ministros, los Narco-Generales, huirán como en su momento huyeron muchísimos oficiales de la SS alemanas culpables de delitos contra la humanidad después de la Segunda Guerra Mundial, con sus bolsillos rellenos de dinero de la corrupción de muchos años. Se esconderán en muchos países del mundo con otros nombres huyendo del brazo de la justicia que necesariamente prevalecerá en Venezuela.

Y como lo hizo en su oportunidad Simon Wiesenthal al no olvidar la tragedia del pueblo judío en Europa, habrá venezolanos que no olvidarán la tragedia de Venezuela en estos años de ignominia. Wiesenthal, tras haber estado prisionero en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, dedicó gran parte de su vida, a no olvidar y a localizar e identificar criminales de guerra nazis que se encontraban fugitivos y llevarlos a la justicia. Me puedo imaginar al SimoWiesenthal venezolano encontrando e identificando a Luisa Estela Morales en una peluquería en Buenos Aires con el supuesto nombre de Beatriz Algonzaga, o como lo hizo con Aldolf Eichman, secuestrando a Diosdado Cabello de un taller mecánico en Brasil en donde laboraba como perito automotriz. Solo imagínense a Nicolás Maduro en su trabajo de chofer de autobús en Montevideo y de pronto un comando lo baja del autobús y lo mete en el baúl de un carro para traerlo a la justicia venezolana. O a Juan Barreto localizado luego de mucha investigación, trabajando en un bar de travestis en Lima. Tendría un trabajo interesante e intenso esta versión venezolana del cazador judío y tendría mucha colaboración al ser bastante la gente que ha sido afectada por los desmanes de este régimen. No se sonrían, pero esa puede ser perfectamente una versión de nuestro futuro cercano.

No puede ser posible que tanto funcionario público, afecto a este régimen, se olvide que están delinquiendo por temor a perder un puesto de trabajo. Deben entender que esto no es más que un gobierno que pasará, muy malo pero que pasará como tantos otros. La actitud de la Juez Afiuni al actuar de conciencia en el caso que la condujo a prisión nos da la medida de que si existe gente decente y con coraje que hace su trabajo, independientemente del temor. Si todos no tuvieran temor otro gallo le cantara al gobierno. ¿Que locura colectiva esta pasando aquí? ¿Pensará de verdad la Directora del penal donde se encontraba la Juez Afiuni, que no pagará por los delitos de persecución y maltrato a un ser humano y en especial a una mujer enferma? ¿Pensarán los funcionarios que condenaron a los Comisarios a 30 años que eso pasará debajo de la mesa y no pagarán por eso? ¿Pensará de verdad la funcionario que ha perseguido a Biaggio Pilieri que quedará tan campante en el país después de haber pisoteado la justicia como lo hecho? Todos ellos se irán corriendo del país al caer el régimen y serán perseguidos y encontrados por nuestro Simon Wiesenthal.

Creo que no habrá un solo cazador sino muchos. Y eso les debería atemorizar a esta pléyade de aúlicos del régimen que, tratando de ganar indulgencias, han pisoteado nuestra venezolanidad, nuestra forma de ser como pueblo, nuestra historia. Nunca como ahora había habido tanta iniquidad y tanta maldad persecutoria, ni siquiera cuando Gómez, respetando las distancias. Hasta en el castillo de Puerto Cabello que era donde encerraban a los opositores del régimen de Juan Vicente Gómez y botaban la llave, los esbirros tenían la decencia de dejar pasar para el preso la guitarra del compadre Venancio Laya. Es por eso que así como Hugo Chávez quedará preso en La Haya, el resto de los responsables de esta tragedia no dormirán por el temor a ser encontrados. Y ojala que nuestro Simon Wiesenthal tampoco duerma hasta encontrarlos a todos…

Caracas 21 de Febrero de 2011

Blog: http://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

Nota: Este artículo fue escrito y publicado en las redes el 21 de febrero de 2011 y por error de omisión no fue  insertado en este blog hasta el día de hoy.