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sábado, 21 de julio de 2018

Dos Venezuelas

Por Luis Manuel Aguana

En el actual estado de la situación política que vive el país, es difícil hacer pronósticos. Los venezolanos dejaron de esperar por algo que no termina de ocurrir mientras el régimen avanza exitosamente en la destrucción de lo poco que queda. La gente está huyendo de Venezuela. Esa gente que pasa por miles a través de la frontera hacia Colombia y Brasil no son los “ricos” que huyen del comunismo, son paradójicamente los pobres cuyas vidas se hicieron inviables en la Venezuela actual. O se van o no comen, tan simple como eso. Esa es nuestra realidad al día de hoy.

Mientras Maduro y su régimen destruyen la economía y nuestra forma de vida republicana, los venezolanos que quedamos, nos seguimos debatiendo en como afrontamos este problema. Como paramos el desangre de la herida que le han hecho a nuestro país y no morir en el intento. Podríamos decir sin temor a equivocarnos que Venezuela se ha dividido en dos grupos: aquellos que creen que la solución saldrá desde dentro del país, y aquellos que creen que dentro de Venezuela ya no hay mas nada que hacer porque la institucionalidad está destruida, por lo que es necesaria la ayuda internacional para resolver el problema.

Ambas Venezuelas están enfrentadas. El primer grupo, llamémoslo el grupo de la solución local, tiene una policromía que va desde buscar una vía electoral para convivir con el régimen “hasta que esto se resuelva”, claro está sin dar un horizonte claro de tiempo más allá de indicar que ellos “ganaran” el siguiente proceso electoral, hasta los grupos más beligerantes que desechan las salidas electorales pero sin decir claramente cuál es el camino de lucha mas allá de exigir que el régimen “dimita” de sus funciones, apelando a la presión social, preludio de otro baño de sangre en las calles.

El segundo grupo, llamémoslo el grupo de la solución internacional, parte del supuesto que en Venezuela difícilmente levantará cabeza debido a la situación de secuestro institucional de todos los Poderes Públicos, incluida la Asamblea Nacional, que hace que cada día que pase resulte mas difícil desalojar a un régimen que se ha pegado como una hiedra venenosa al tronco del país, al punto de que lo está matando. La solución en ese caso pasa porque la Comunidad Internacional venga en nuestro auxilio para cortar la hiedra y sanear el árbol moribundo.

Ambos grupos se presentan incompatibles, al punto que el primero sabotea al segundo. El grupo de la solución local piensa que una intervención que ellos no controlen –y no podrían controlarla aunque quisieran- no sería bienvenida, y en consecuencia hacen lobby internacional y se mueven políticamente para arruinar los esfuerzos que se hacen para que se logre cualquier solución que termine en una intervención humanitaria en Venezuela, aunque el régimen nos ponga en prisión y nos estemos muriendo de hambre y enfermedades.

Mientras tanto, el grupo de la solución internacional dice que sin el apoyo de los sectores políticos, económicos, sociales, y eclesiásticos del país, difícilmente podría lograrse convencer a una fuerza internacional –y particularmente a los Estados Unidos- para que apoye el rescate de la democracia y la libertad en Venezuela, ya que la Comunidad Internacional no nos vería unidos para lograr el mismo propósito. Insisten en que hay que convencer a los principales sectores que hacen vida en Venezuela para que esa intervención humanitaria pueda ser posible.

Resultado: Ninguno de los dos tiene la solución del problema, pero ambos tienen la solución del problema. Luce contradictorio pero no lo es. Lo cierto es que ya la Comunidad Internacional, y en particular el gobierno de los Estados Unidos, se cansó de recibir a los múltiples representantes de la oposición venezolana, cada uno con una idea diferente de cómo resolver el problema ocasionado por el régimen. Y eso es lógico. Me imagino oyéndolos: “cuando se pongan de acuerdo en lo que quieren hacer y como lo quieren hacer, que presenten un plan y entonces los ayudamos”. Y eso nunca ocurrirá en las presentes condiciones con dos Venezuelas opositoras con dos visiones distintas del problema. Y mientras tanto el régimen haciendo estragos con nosotros en el país.

¿Se podrían conciliar ambas posiciones? No lo sé. Recuerden que los intereses de los grupos políticos en Venezuela están por encima de los intereses del país. ¿Les parece duro? Si no fuera así, hace muchísimo tiempo el tema se hubiera resuelto. ¿Y cómo? Un apoyo irrestricto de la Asamblea Nacional a sus propios Magistrados en el exilio y al Alto Tribunal que ellos constituyeron, daría la solución política por excelencia para lograr un Consejo de Gobierno de Emergencia Nacional que conduzca y coordine las acciones desde el exterior para forzar una salida pacífica del problema en Venezuela con el auxilio de una fuerza multinacional.

Es así como la Comunidad internacional nos vería juntos y coordinados para afrontar un problema que a ellos les interesa tanto o más que a nosotros resolver. No es un tema que los grupos de afuera o de adentro tengan la razón. El asunto es que hay que deponer los intereses de todos en favor del país. Ya parece un lugar común repetirlo pero hay que hacerlo miles de veces para ver si se entiende. No se necesita estar de acuerdo en todo, lo que se necesita es tener la disposición para andar juntos un trecho de camino hasta salir del problema.

Pero también somos venezolanos: “En comparación con un grupo de 45 países de todas partes del mundo, Venezuela demostró tener uno de los índices más altos en necesidad de poder. Rasgos culturales semejantes han aparecido repetidamente en otros estudios sobre identidad cultural del venezolano” (1) De acuerdo a esto nadie en Venezuela cederá poder aun cuando eso suponga el sufrimiento de personas. Ningún sector político cederá a favor de un Gobierno en el cual no participe o en el que no tenga alguna influencia, por lo que se hace necesaria otra solución más drástica que de paso a los intereses de terceros en esta ecuación.

En un ejercicio de política ficción, el ex Embajador Diego Arria, ex Presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, hizo circular en las redes sociales una nota de prensa donde señala lo que podría ocurrir luego de una muy posible decisión del Consejo de Seguridad de la ONU, y que reproducimos enteramente en este blog (ver Gobierno de Emergencia Nacional de Venezuela, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/07/gobierno-de-emergencia-nacional-de.html). Utilizó para hacerla una de las muchas notas publicadas cuando el Consejo de Seguridad autorizó una fuerza multinacional para restaurar la democracia en Haití en 1994, solo cambiando el nombre del país por Venezuela.

De acuerdo a esa nota, basada enteramente en la Resolución 940, de 1994, del Consejo de Seguridad de la ONU, “Aprobación del establecimiento de un grupo de avanzada de la UNIH para restablecer la democracia en Haití y el pronto retorno del Presidente legítimamente electo y las autoridades del Gobierno de Haití, y prorrogar el mandato de la UNMIH” (ver Resolución 940 Consejo de Seguridad de la ONU http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=S/RES/940%20(1994) )no existe ningún impedimento para que el Consejo de Seguridad de la ONU no haga lo mismo para el caso de Venezuela, excepto que exista un Gobierno legítimo de venezolanos a quien entregarle el poder.

Léase bien esto último: la solución política de Venezuela pasa porque primero nos pongamos de acuerdo en la designación de un Gobierno Legítimo que se ponga al frente de una coordinación conjunta con esa fuerza multinacional. Que este Gobierno salga de la Asamblea Nacional o del Tribunal Supremo de Justicia legítimo en el exilio, no es del problema de la Comunidad Internacional, pero si nuestro. Y es absolutamente necesario para desalojar a quienes ilegítimamente ejercen el poder en Venezuela como ocurrió en Haití en 1994.

Tenemos ya introducida la solicitud al TSJ legítimo en el exilio para el nombramiento de un Consejo de Gobierno de Emergencia Nacional (ver solicitud completa en https://tinyurl.com/y7x87ldb), y también existe una sentencia de ese Alto Tribunal que urge la necesidad a la Asamblea Nacional de llenar el vacío de Poder conforme a la Constitución (ver sentencia del TSJ-L en https://twitter.com/TSJ_Legitimo/status/1014611587745886211). ¿Qué esperan ambos Poderes para proceder, conjunta o separadamente?

Caracas, 21 de Julio de 2018

Twitter:@laguana

(1)     Éxito Gerencial y Cultura, Retos y Oportunidades en Venezuela / Managing Culture for Success, Challenges and opportunities in Venezuela, Granell, Graraway, Malpica, Ediciones IESA 1997, Pág. 21, ISBN 980-217-189-1

viernes, 6 de julio de 2018

TSJ legitimo a la Asamblea Nacional: o corres o te encaramas

Por Luis Manuel Aguana

El TSJ legítimo acaba de precisar a través de una sentencia lo que ya todos sabíamos: Nicolás Maduro Moros no es Presidente de la República Bolivariana de Venezuela desde el 17 de abril de 2018 (ver Sentencia del TSJ-L declarando la Falta Absoluta en la Presidencia de Venezuela y decreta URGENCIA de llenar el vacío de poder conforme a la Constitución de la República, en el Twitter oficial del TSJ-L en https://twitter.com/TSJ_Legitimo/status/1014611587745886211).

Esta sentencia del TSJ-L pone en el disparadero a la Asamblea Nacional, no pudiendo esta última escabullirse de tomar una decisión, como en la anterior oportunidad, con una misiva de su Directiva, redactada a la brava y sin acuerdo ni discusión de todos Diputados en plenaria, eludiendo así su responsabilidad con el país de “iniciar el procedimiento que permita la transición constitucional de la Presidencia de la República de conformidad con los artículos 233 y 234 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”,  tal y cual le fue exhortado por el TSJ legitimo en Auto de fecha 3 de Mayo de 2018. Todos los Diputados pagaron “justos por pecadores” con la decisión de la Directiva de eludir el exhorto del TSJ-L, como efectivamente lo expresa el Alto Tribunal en la Sentencia del 2 de Julio de 2018, al explicar claramente las 2 razones “por las que era, no solo posible jurídicamente, sino absolutamente conveniente en el orden político constitucional, el que la Asamblea Nacional, como máximo representante de la soberanía nacional del país, procediera a ejecutar el exhorto dado en cuestión…”.

Pero como todo el país conoce, no lo hicieron, Y ese incumplimiento ahora les pesa mucho más que antes. Ahora o corren o se encaraman como reza el dicho popular. La Asamblea Nacional tiene solo dos maneras de nombrar un Gobierno de Transición: con o sin colaborar con el régimen. Si lo hace como corresponde, el sucesor designado sería efectivamente legitimo pero perseguido por la tiranía castro-madurista, como ocurrió con los Magistrados del TSJ-L. La AN sería cerrada, con posibles detenciones de sus Diputados y sus funciones absorbidas por la ilegitima Asamblea Nacional Constituyente de Maduro, cumpliéndose así el principio popular que reza “para estar guindando lo mejor es caer”. Les dejo a ustedes la pregunta: ¿tendrán el coraje para retar al régimen exponiéndose a la tiranía en toda su extensión? “Si así lo hicieren, Dios y la Patria os lo premie, si no que os lo demande” como dice el juramento. Sería un “autosuicidio” como decía aquel recordado Presidente.

La otra alternativa es hacerlo en colaboración con el régimen. Eso, aparte de “autosuicidarse” políticamente frente al pueblo de Venezuela, presume una negociación con el “minestrón” que representan todas las tendencias oficialistas, lo que implica deponer a Nicolás Maduro Moros, a contravía de todo lo que ha dicho el régimen de desconocer las decisiones del TSJ-L, órgano que consideran espurio. Esta última la veo muy lejana, no porque la oposición oficialista no desee colaborar– que ya lo han hecho y lo continúan haciendo- sino porque veo muy cuesta arriba que eso sea aprobado por el castrismo cubano y el madurismo radical.

A eso se le suma que cualquier solución pasa, de acuerdo a la Sentencia, por celebrar posteriormente elecciones Presidenciales pero esta vez sujetas a la Sentencia de la Sala Electoral del Máximo Tribunal de fecha 13 de Junio de 2018, Expediente SE-2018-001, según la cual estas deben realizarse “previo nombramiento de nuevos Rectores del Consejo Nacional Electoral, depuración y actualización del Registro Electoral y Voto Manual, entre otras condiciones mínimas necesarias, ajustado en todo, a lo ordenado en la sentencia de la Sala Electoral de este Máximo Tribunal de fecha 13/06/2018, Expediente SE-2018-001”. De acuerdo a esa Sentencia, cualquier elección en Venezuela tiene de ahora en adelante que realizarse bajo esos parámetros.

No creo que nuestros partidos opositores puedan poner en práctica esa Sentencia de la Sala Electoral para designar un Gobierno de Transición, en especial cuando los vemos organizándose para participar en las elecciones convocadas por el CNE ilegal del régimen para diciembre de este año. Incluso algunos como AD se están separando de la coalición MUD-Frente Amplio para negociar sin intermediarios con el régimen, aceptando de hecho las condiciones de esas elecciones. No existe nada más colaboracionista que eso. Los fundadores de ese partido histórico deben estar revolcándose en el lugar de su eterno descanso.

¿Qué les queda entonces a nuestros honorables Diputados? ¿Dejarse poner presos o huir en desbandada? La sentencia del 2 de Julio de 2018 del TSJ legítimo los obliga a tomar una decisión que políticamente solo les corresponde a ellos, salvo que se declaren incompetentes para realizarla. Es por eso que hay una tercera opción: Declinar la designación a favor del Poder Judicial legítimo en el exilio y que fue designado por ellos. Podrían alegar la situación de inseguridad y amenaza en la que nos encontramos todos los venezolanos, en especial los diputados del Poder Legislativo donde su principal agresor es el gobierno. Eso lo comprendería perfectamente toda la comunidad internacional. Pero hay que declararlo al TSJ legítimo como respuesta a esa sentencia para que este proceda a la brevedad.

Sin embargo al menos eso debería ser el “deber ser”. Pero si no se da esa designación de la Asamblea Nacional ni tampoco una respuesta al TSJ-L por parte de la Asamblea Nacional en un tiempo razonablemente corto, cosa que considero muy probable dadas las condiciones de la oposición en el seno de la Asamblea Nacional, el TSJ legitimo deberá proceder con la urgencia del caso en virtud de la gravedad de la situación de la población venezolana, asumiendo la responsabilidad y procediendo como le hemos solicitado de manera formal: designando un Consejo de Gobierno de Emergencia Nacional (ver solicitud completa en https://tinyurl.com/y7x87ldb). La situación de vida o muerte de los venezolanos así lo exige.

Caracas, 6 de Julio de 2018

Twitter:@laguana