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martes, 30 de enero de 2018

La Masacre del Junquito y las elecciones

Intervención en la Cátedra Pío Tamayo 29-01-2018
De El Junquito a las presidenciales ANC: ¿La misma línea masacrante-asesina?

La Masacre del Junquito y las elecciones
Por Luis Manuel Aguana

Muchas gracias a la Cátedra Pio Tamayo por la oportunidad de participar de nuevo en la discusión de temas de especial trascendencia para Venezuela como lo es ciertamente este caso gravísimo que toca muchas dimensiones del problema que enfrentamos en el país.

Escribí a los días siguientes de la masacre una nota donde manifestaba que el caso de Oscar Pérez no ha sido todavía evaluado en su justa dimensión, no solo por sus implicaciones para el régimen por la violación de los derechos humanos de aquellos que fueron masacrados en presencia todo el mundo a través de las redes sociales, sino por su trascendencia en la política actual, las reacciones militares, así como en la reafirmación del carácter forajido del Estado que conduce Nicolás Maduro. Creo que el régimen ha desestimado las implicaciones de este vil asesinato, despachándolo como cualquiera de los que ha cometido desde el año 2002, siendo este muy diferente.

Pero ese relato ya lo esbozó el Prof. Blanco Muñoz en su extenso y explicativo artículo “De la Masacre del Junquito a la Masacre Electoral” (http://historiactual.blogspot.com/2018/01/de-la-masacre-de-el-junquito-la-masacre.html). Muchas preguntas que aparentemente apuntan a un escandaloso mensaje abierto y amenazante del régimen a la sociedad en su conjunto, que comprueba todo lo que hemos visto en las calles cuando lanzan a los colectivos a agredir a las marchas, pero que a la vez demuestra su sorprendente debilidad y propias contradicciones.

Sin embargo en lo personal no creo que este trágico episodio sea la consecuencia de un frío cálculo de aumento de la agresión en contra de la sociedad a fin de lograr su dominación final. No me mal interpreten. Ciertamente lo que pasó en el Junquito fue una masacre al estilo de las ya utilizadas por otros gobiernos en el pasado como indica el Prof. Blanco Muñoz, pero a diferencia de ellos, a mi juicio esta responde a un descomunal desorden del régimen y sus líneas de jerarquía indefinidas.

Las posiciones de poder en Venezuela fueron repartidas antes del fallecimiento de Hugo Chávez entre los dos delfines del Galáctico: Diosdado Cabello y Nicolás Maduro. Para que Cabello aceptara que Maduro se quedara como heredero en la Presidencia pidió como precio a PDVSA, el SENIAT y las Fuerzas Armadas. Las joyas de la corona pues. De allí que a partir de la muerte de Chávez, el país se convirtiera en un saco de gatos con rumbo desconocido sin un jefe único. Las intrigas, las ordenes y contraordenes, los funcionarios traidores a una u otra corriente han hecho de un gobierno que de por si es malo en uno descomunalmente peor. Y sumamente peligroso para los venezolanos. Y eso hizo implosión en 15 de enero con el asesinato de Oscar Pérez. A ambas corrientes las une solo el instinto de supervivencia.

Consultando en estos días con gente que sabe de inteligencia militar y me dicen que Oscar Pérez hizo todo lo contrario a lo que se hace cuando se pretenden realizar operaciones de comando con expectativas de éxito: era mediático, no se dedicó a lo que realmente hacen los grupos irregulares armados como el caso colombiano, razón por la cual nadie lo tomo realmente en serio. Resultado: fue localizado y muerto por un régimen que está en crisis de pánico. Esa fue su tragedia. Sin embargo estaba en contacto con muchos cuadros activos de las Fuerzas Armadas y eso tiene al régimen en un alto grado de alerta y peligrosidad.

¿Cómo se conecta esto con el tema electoral? Claramente el régimen huyo hacia delante, cubriendo la masacre con un llamado a elecciones desde la inconstitucional constituyente. Sabe que no es posible sostener este estado de cosas por mucho más tiempo sin hacer algo. Y ese algo es el carnaval electoral, acompañado por una oposición marioneta entregada y fácilmente comprable. Pero como a todo mal cirquero le crecieron los enanos.

La comunidad internacional rechazó de inmediato ese llamado a todas luces fraudulento. Por todas las razones esbozadas desde hace tiempo por este escribidor y un grupo de destacados venezolanos, el CNE es una trampa técnica a la que la oposición concurre sin condiciones. El resultado: perderán de nuevo, así traigan a Donald Trump como candidato. Es un completo sinsentido ir a elecciones con una Constituyente oficialista en funciones, eso sin hablar de ausencia de condiciones mínimas.

¿La salida? Cerrar filas en contra de ese proceso electoral, dejando solo al régimen. En Venezuela se acabaron las elecciones tal y como las conocíamos. Ahora lo que resta es convocarnos en una solución que presione por una salida del régimen desde adentro y desde afuera del país, que no les permita la gobernabilidad hasta que acepten contarse de una manera auténtica, entendiendo por contarse una Consulta Popular con preguntas concertadas, sin el CNE y al estilo del, 16J pero esta vez con consecuencias.

¿Qué será difícil? ¡Claro que será difícil! Pero el juego tendrá ahora que ser otro que involucre la resistencia civil no violenta en cualquiera de sus manifestaciones desde todos los sectores de la sociedad. La otra salida es la huida del país o la resistencia hasta alcanzar ese objetivo con el riesgo de perecer en el intento. Total, la muerte ya la estamos contemplando todos los días quienes decidimos enfrentar el problema en el país, sea por hambre, delincuencia, enfermedades o la misma violencia del régimen. Entonces que cada cual decida lo que quiere hacer…

Muchas gracias…

Caracas, 30 de Enero de 2018

Twitter:@laguana

miércoles, 10 de junio de 2015

Tiempos de masacre y muerte

Por Luis Manuel Aguana

Con nada nuevo nos amenaza ahora Nicolás Maduro al anunciar un tiempo de masacre y muerte para los venezolanos (ver Tiempo de masacre para Nicolás Maduro en https://youtu.be/9be0_AsqdGI). Esto, entre otras cosas, porque cualquiera que haya vivido en Venezuela estos últimos 16 años ya los está viviendo. Más aún, la suerte del venezolano estuvo echada desde aquel 4 de julio de 1811, fecha de la célebre sentencia del joven Simón Bolívar ante la Sociedad Patriótica,  "...trescientos años de calma ¿no bastan?", a partir de donde la masacre y la muerte nos persiguieron implacablemente como un tributo que hay que pagar por la libertad.

De allí vino la Independencia, tiempo de masacre y de muerte, del que gloriosamente salimos bajo la conducción de nuestros próceres inmortales. Hubo hasta una proclama de Guerra a Muerte en el medio de esa matanza de la mitad de la población. Y el país diezmado y destruido busco su cauce y se pacificó en medio de la pobreza más profunda.

Luego vino la Guerra Federal donde cada caudillo reclamo una parte de una torta de la Independencia que creyó era suya. La Federación entendida como reparto le trajo mas masacre y muerte a este sufrido pueblo. Ese "Dios y Federación" no fueron gratis. La sangre derramada por los venezolanos pagó con creces ese estribillo del que nadie ahora se acuerda porque fue...

Después, la unificación política del país de las manos de Juan Vicente Gómez, un campesino tachirense que le puso orden a la sumatoria de feudos en lo que se había convertido Venezuela. Otra época de más masacre y muerte. Fueron los tiempos Unión, Paz y Trabajo: Unión en las cárceles, paz en los cementerios y trabajo en las carreteras, de acuerdo al decir de los venezolanos de entonces. 35 años tuvo de eso Venezuela.

Fue poco el tiempo que el país no vio masacres ni matanzas, mas allá de las producidas por la tuberculosis y la malaria producto de la pobreza y la tardía entrada a la modernidad. Solo una embrionaria democracia pudo comenzar a sacarnos de la barbarie, pero como todo experimento que comienza, tuvo tropiezos. Sin embargo, a pesar que esos tropiezos, que significaron dictadura y retorno de nuevo a la democracia, fueron largos y accidentados, pensamos que nos habíamos alejado de toda la masacre y la muerte sufridas en nuestra historia. Creímos haberlo visto todo.

Pero vino el 11 de abril de 2002. Los francotiradores y asesinos montados en Puente Llaguno dispararon en contra de una marcha pacífica. No son cuentos de camino, los vimos en vivo y en directo por televisión. Guardo la esperanza de conocer en vida lo que en realidad paso ese día, cuando una Comisión de la Verdad investigue, no solo ese fatídico día, sino toda esta época de obscuridad y barbarie, llevando a los verdaderos culpables a una justicia sin colores y sin resentimientos.

Pero el régimen no dejo solo en la retórica que la “revolución esta armada”. Las 43 muertes producto de las manifestaciones de la juventud después del 12 de febrero de 2014, son un recordatorio permanente que este régimen efectivamente es de masacre y muerte. No necesitaba pues el Sr. Maduro recordarnos eso. Los venezolanos lo tenemos muy claro.

Sin embargo, tampoco es el primer dictador del mundo que utiliza expresiones de odio en contra de sus opositores. La agencia de noticias Inter Press Service reportaba para el año 2000 “Yugoslavia: Gobierno usa “discurso del odio” contra oposición”, indicando el comportamiento del gobierno de Slobodan Milosevic en contra de cualquiera que discrepara de su régimen (ver http://www.ipsnoticias.net/2000/04/yugoslavia-gobierno-usa-discurso-del-odio-contra-oposicion/). ¿Nos estará diciendo Maduro que la siguiente fase de su socialismo del siglo XXI es masacrarnos como lo hizo Milosevic porque disentimos de su régimen? Ya está recorriendo el camino de Milosevic que termina en la Haya y en la cárcel…

¿O será que esos tiempos de muerte se refieren a la posibilidad de un enfrentamiento bélico con Guyana como lo hizo Leopoldo Galtieri con Las Malvinas en Argentina, buscando levantar una popularidad irrecuperable? Esta estrategia intentaría incluso cohesionar hasta la misma oposición alrededor de una locura belicista-nacionalista alrededor del famoso Decreto 1787, con la creación de las Zonas Operativas de Defensa Integral Marítima e Insular. Los venezolanos no debemos pisar ese peine nacionalista del régimen. Están desesperados y la gente así no piensa (o tal vez piensa demasiado y retorcido, con intenciones de permanencia en el poder), y el remedio puede ser peor que la enfermedad, tal y como lo señalan en la prensa los reconocidos diplomáticos Sadio Garavini y Emilio Figueredo (ver http://www.el-nacional.com/mundo/Guyana-denuncio-decreto-Maduro_0_643135877.html).

Cualquiera sea el caso de estas nuevas amenazas en contra los venezolanos, debemos recordar que ya estamos en un estado de guerra. Decir 25.000 muertes al año por la delincuencia, es mucho más que decir un conflicto bélico, como lo señala una investigación independiente: “…para el año 2013, en Irak murieron menos personas que en Venezuela. Por otra parte, desastres naturales como los tifones Bopha (2012) y Haiya (2013) que azotaron a Filipinas, o el huracán Sandy (2012) que golpeó las costas de Canadá, EEUU y el Caribe, murieron menos personas que en Venezuela durante 2013. Aunque la naturaleza de los eventos es distinta, las cifras revelan que el problema de seguridad en Venezuela es tan catastrófico como un desastre natural o una situación de guerra, al menos en cuanto al número de víctimas.” (Muertes por violencia en Venezuela comparadas con el mundo, por Anabella Abadi en http://prodavinci.com/blogs/las-muertes-por-violencia-en-venezuela-comparadas-con-el-mundo-por-anabella-abadi-m-numeralia/).

Luego entonces, lejos de atemorizarnos con esa amenaza, el Ilegitimo debería saber que los venezolanos llevamos en nuestra sangre y en nuestra historia esa impronta de masacre y muerte. Sin embargo, tal vez lo que no sepa, aun siendo colombiano-sin ofender a nuestros vecinos-, es que si los venezolanos nunca toleraron que un “imperio hecho con sangre venezolana, tuviese villa y corte en Santa Fe de Bogotá” (1), vayamos ahora a tolerar en el presente siglo que Venezuela la tenga en La Habana, Cuba. Quién sabe si ese es el reto que deberemos asumir como nuevo tributo que pagar por nuestra libertad…

Caracas, 10 de Junio de 2015

Twitter:@laguana

(1)     Francisco Herrera Luque, El Vuelo del Alcatraz, 2007, Editorial Alfaguara, ISBN 978-980-15-0265-4

sábado, 14 de marzo de 2015

Resistencia: el camino hacia la Unidad



Por Luis Manuel Aguana

El año pasado, en medio de la tragedia que se escenificaba en las calles por la violencia del régimen en contra de los estudiantes, la Junta Patriótica Estudiantil y Popular (JPEP) se dibujaba como el único frente que le hacía verdadera oposición o resistencia civil al régimen en las calles. Un grupo de estudiantes, en su mayoría del interior del país, se había conformado como un bastión de resistencia al régimen. Demasiada responsabilidad para ser tomada solo por un grupo de jóvenes, pero aún así esa resistencia arrodillo al régimen con toda su represión, colectivos armados y GNB.

Lo que ocurrió en las calles el año pasado no puede ni debe ser olvidado, y menos aún si hubo sangre derramada de jóvenes venezolanos. Pero como ven, todavía se cumple aquello de la memoria corta de los venezolanos. Pero no nos apuremos al generalizar, no todos la tenemos tan corta. Por eso es que debemos sacar algunas lecciones aprendidas de esa experiencia.

Luego del “Dialogo” emprendido por la MUD con el régimen para levantarse ante la opinión pública y lavarse la cara con la sangre de los estudiantes caídos en las calles, el país “se tranquilizó”, como en efecto lo esperaban los “dialogantes” que se sentaron en esa mesa. No hubo ni un solo preso político suelto por esas negociaciones, al contrario se arreciaron las persecuciones y detenciones sin el debido proceso. Y lo más importante, en esa mesa de negociación no se discutió el rumbo comunista del país, que en el fondo era- y sigue siendo- la piedra angular de esa protesta.

Esa resistencia embrionaria que comenzaron los estudiantes con la JPEP no evolucionó a un frente unificado de los distintos factores de la oposición. Y la respuesta al porqué eso ocurrió, es la misma que resuelve el enigma de la unidad de la oposición: ningún factor político tradicional quiere retratarse con lo que se ha dado en llamar RESISTENCIA al régimen, entendida esta como aquella que ya definió a qué y a quien realmente nos enfrentamos y que sabe que para combatir a una dictadura no se utilizan los mismos métodos que se utilizan en las democracias.

En una nota publicada en esa época señalaba “En democracia se hace OPOSICION, en dictadura los verdaderos opositores hacen RESISTENCIA. Ese es el fondo de la lucha que se libra aquí, no otro. La oposición oficial ha apuntalado al régimen por razones de supervivencia. Y es por eso que siempre hemos afirmado que hay que salir de esta “oposición” primero para salir del régimen después. De allí el odio violento que nos tienen desde el régimen…y desde la “oposición”, buscando a toda costa desacreditar a los estudiantes, llegando incluso a intentar fracturar al Movimiento Estudiantil. Y hay que abortar esa jugada” (ver Oposición o Resistencia en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/04/oposicion-o-resistencia.html).

Nos ha sido más difícil que en otras épocas de nuestra historia republicana salir de esta dictadura porque existen factores que la apuntalan que se encuentran de nuestro lado, o más bien engañan a los venezolanos diciendo que lo están. Y cuando se salga de la dictadura es porque también se habrá salido de aquellos que llamándose oposición conforman las raíces de alimentación de ese sistema perverso régimen-“oposición oficial”.

Los estudiantes fueron los primeros que políticamente advirtieron esa situación, y si ustedes prestaron atención a la conformación de los grupos de resistencia que le hicieron un duro frente de batalla al régimen el año pasado, ninguno de sus integrantes actuaban en nombre de parcialidades partidistas y eran mayoritariamente del interior del país.

Lo hicieron en nombre propio, proviniendo de las universidades, ONGs, sociedad civil en todo el país. ¿y cuál fue la bandera principal? El rescate de la institucionalidad y el regreso de la democracia. Y como decían ellos mismos, no estaban en las calles peleando por un paquete de Harina Pan. Pero el resto de esa “oposición” no acompañó al reclamo en las calles de los estudiantes y la sociedad civil en general agrupados en la JPEP. Así le fue más sencillo al régimen acabar con esa “insurrección”, estando su mayor bastión en el Estado Táchira. Al final el gobierno terminó imponiéndose sobre un solo grupo en resistencia. Ganó un episodio y está muy atemorizado que se presente otro.

Entonces, ¿cuál fue la razón por la cual no se logró conformar ese frente de resistencia unido? En primer lugar porque no ha habido un criterio unificado de lucha en contra del régimen. Los partidos que hacen vida en la MUD creen que aunque este régimen sea autoritario y dictatorial, les ha permitido “espacios” electorales de convivencia donde los partidos opositores sobreviven de la teta del Estado, ya sea regional o municipal, y ahora Parlamentaria.

Saben que no podrán en los actuales momentos disputar el poder central, pero pueden ir de elección en elección y “en el camino se verá qué sucede”. A nuestro juicio esa es una tesis interesada y la vez suicida que está teniendo cada vez menos aceptación por parte de la población, ya que el régimen cada día que pasa nos atenaza aún más el cuello, ahogando poco a poco lo que nos queda de respiro democrático. Quedará de esos partidos decidir, cuando ya estén en sus últimos estertores, unirse a la resistencia como única forma de evitar morir de las manos de un Estado comunista. Y si no los vemos muertos o perseguidos después de eso, es porque siempre fueron parte del régimen.

Pero con todo y que los están ahorcando, los partidos no se han quedado tranquilos. Saben que han perdido la credibilidad de la gente y han permitido que alguna parte de su militancia se integre a los grupos de resistencia para luego neutralizarlos, absorbiendo a los líderes de esos movimientos y “comprándolos” con cargos en sus partidos o puestos salidores para las “siguientes elecciones”. Aquellos que leen esto saben quienes han pasado por eso y en qué condiciones se han dado esos procesos.

Por eso es que los venezolanos debemos tener conciencia que esto también es una carrera por el rescate de la ética en la política, que no ganaremos en tanto, o el liderazgo de la sociedad civil ignore éticamente esa nefasta práctica y trabaje en función del adecentamiento de la actividad política, o los partidos de una vez entiendan que su función no es traficar con las necesidades de la gente y se unan en un frente unificado con la sociedad civil en contra del régimen.

Por eso es que decía en mi nota del año pasado que había que abortar la fractura del Movimiento Estudiantil por parte de los partidos y que estos no convirtieran esos Movimientos en los cuidadores de sus intereses porque iban a malograr la genuina y propia interpretación de la juventud acerca de los problemas del país, matando la cantera de donde salen los nuevos lideres que vienen destinados a salvar a su propia generación.

Y por eso hay que pedirles encarecidamente a los grupos de resistencia juvenil que no claudiquen a esas tentaciones partidistas, en especial en el interior del país, que fue de donde nació originalmente la resistencia el año pasado. Ellos son los que mantienen viva la llama de la Rebelión de las Regiones y que están muchísimo más conscientes que en la capital de la importancia de mantener un genuino interés por el cambio político e institucional como el que impulsamos en el Proyecto País Venezuela (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/) porque en ello les va el futuro de sus regiones. La contaminación partidista de la juventud no puede ser tolerada so pena de enterrar el sueño de una Venezuela descentralizada y desarrollada.

La unidad de todos los venezolanos es necesaria. Si hemos de luchar unidos debe ser porque cada uno entendió su rol en este complejo cuadro de factores donde se debate Venezuela. Y a eso es difícil de llegar, en particular por la manera en que los partidos han entendido el concepto Unidad. La unidad debe ser de propósito y objetivos comunes, no de unidad electoral ni por hacer que el otro se convierta a tu partido. La unidad debe ser de criterios, de si estamos todos de acuerdo o no en cual es el adversario común y acordar una estrategia para enfrentarlo.

Sin embargo al parecer la militancia de esos partidos-no su dirigencia todavía-, están comenzando a dar señales de haber entendido el significado de ese concepto de unidad que al final se traduce en Resistencia. Es un proceso que decanta lentamente de abajo hacia arriba. En la medida que el régimen ha arreciado en su represión en aras de conservar el poder, la violenta carestía, la hiperinflación, el deterioro acelerado de la calidad de vida, la gente ha comenzado a entender el significado de la palabra RESISTENCIA, que en corto significa “no me la calo”. El camino para que todos estemos juntos en contra de esto que nos está destruyendo como sociedad lo está señalando el mismo régimen. Ya está llegando el momento en que se alcanzará el nivel suficiente para que todos lo podamos seguir, haciendo que esa Unidad no solo sea creíble sino alcanzable.

Caracas, 14 de Marzo de 2015

Twitter:@laguana