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jueves, 2 de febrero de 2017

Una guerra ajena

Por Luis Manuel Aguana

El mundo giró 180 grados a partir del 11 de septiembre de 2001. Los norteamericanos, en lugar de ir al encuentro de una guerra fuera de sus fronteras, los terroristas la llevaron a su país. Una guerra peleada por siglos en el Medio Oriente, por primera vez se hacía presente en suelo norteamericano. Y digo en suelo norteamericano y no americano porque ya en 1994 esa guerra se hacía presente en Latinoamérica con el atentado terrorista a la Asociación Mutual Israelita de Argentina (AMIA) (ver https://es.m.wikipedia.org/wiki/Atentado_a_la_AMIA).

Una guerra eterna que desde que se peleaba con palos y piedras ha evolucionado, no solo en los medios con los que se lucha sino también en el escenario donde se desarrolla. Esa guerra de la cual sabemos muy poco los venezolanos, mas allá de la secuela de ataques terroristas alrededor del mundo y la actitud con la que los norteamericanos la han asumido, ha puesto al mundo de cabeza.

Sin embargo nos metieron en ella. La revolución de Chávez nos metió en ella. Nos mete en ella al cederle nuestra soberanía a los cubanos y estos a su vez al establecer alianzas en nuestro nombre con uno de los bloques globales en conflicto.

Al parecer los únicos que aun no nos percatamos que ahora somos parte de ese escenario de guerra global somos los propios venezolanos. Venezuela es considerada una pieza apreciada dentro de un ajedrez político de gran envergadura, como lo demostró aquella famosa triangulación Venezuela-Cuba-Colombia entre el Papa, Obama, Santos y Castro mencionada por el Ex Presidente José Quiroga en CNN en Español, donde la Santa Sede estuvo en una operación geopolítica de alto vuelo en la Habana, que involucraba la paz en Colombia y la seguridad económica de Cuba a costillas de la democracia venezolana (ver ¿Ir a Miraflores? en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/11/ir-miraflores.html).

En un foro internacional reseñado recientemente, el Director Ejecutivo del Centro de Seguridad para una Sociedad Libre y Segura, Joseph Humire, presento un estudio sobre la creciente actividad de Hezbolá en América Latina (ver noticia en http://elvenezolanonews.com/old/?p=97855). Destaca  el experto que “Hezbolá tiene varios objetivos en la región, hace recaudación de fondos utilizando sus vínculos con cárteles del narcotráfico y el contrabando, vigila blancos que son posibles objetivos de ataque y establece nexos con niveles de gobierno para penetrar sus sistemas más vulnerables”, indicando que “uno de los casos más destacados el del actual gobernador del estado Aragua en Venezuela y ex ministro del Interior, Tarek El Aissami. “Él trabajó en la denominada ‘Misión Identidad’ y creó una red financiera y logística para traer islamistas del Medio Oriente y mover fondos del narcotráfico y otras actividades ilícitas para patrocinar a Hezbolá”. Ese informe es analizado por el experto en asuntos latinoamericanos Carlos Alberto Montaner (ver http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/mano-tareck-aissami_74560). Y ahora este mismo personaje acaba de ser nombrado en la Vicepresidencia de la República de Venezuela, y desde hace pocos días despacha con 15 nuevas atribuciones que corresponden al Presidente, con posibilidades ciertas de asumir sus funciones (ver http://www.elmundo.com.ve/noticias/actualidad/politica/maduro-delega-15-de-sus-atribuciones-al-vicepresid.aspx).

De acuerdo a la versión de Montaner, El Aissami es imposición del Presidente de Irán Hassan Rouani, según la cual ese país financiaría el desastre de Maduro a cambio de que este personaje estuviera en la línea de sucesión de poder en Venezuela, por supuesto al cuido de los intereses de Irán en nuestro país. Estos intereses estarían en la misma dirección de los de Raúl Castro, en una alianza La Habana-Teherán, en la lucha contra un enemigo común: los Estados Unidos.

Nunca antes Venezuela había estado en una situación tan clara de entrega  a los intereses geopolíticos de fuerzas que escapan a nuestro control como nación, y nuestra máxima dirigencia del país jamás estuvo en el banquillo público de ser acusados como agentes directos de  intereses distintos a los de Venezuela.

Primero Hugo Chávez, al entregar la dirección de nuestro país a Fidel Castro en Cuba, y ahora su heredero Nicolás Maduro, para desarrollar un plan castrocomunista de dominación de Venezuela. Si a eso le añadimos que para sostenerlo y financiarlo se une a los intereses del terrorismo internacional de la mano de Irán, se cierra un cuadro muy poderoso, que sitúa a Venezuela en el medio de esa guerra. Si Tarek El Aissami se convierte en Presidente de la República por factores que no están en nuestro país –cosa bastante probable- se desatarán fuerzas que operan dentro de ese conflicto, y no solo estaremos en el medio de una guerra ajena, comenzaremos a ser protagonistas de ella. La lucha que comenzó hace siglos en el Oriente Medio tendrá como nuevo escenario a nuestro país.

¿Y qué dicen los Estados Unidos a esta realidad? El analista político Saúl Godoy Gómez responde a esa pregunta (ver “Una nueva y peligrosa etapa” en http://www.frentepatriotico.com/inicio/2017/01/11/una-nueva-y-peligrosa-etapa/). De acuerdo a Godoy “viene una ofensiva yihadista en Latinoamérica, apoyada por las FARC y otros grupos subversivos” como “una gangrena que se extiende de manera muy rápida por el Caribe, Centro América y los Andes colombo-venezolanos”, lo que según este analista deberá terminar en una intervención del gigante del norte en Venezuela a la caza de esos terroristas, lo que hará, de acuerdo a su análisis, que la oposición oficial se cuadre de manera nacionalista con el régimen. Y si el curso de los acontecimientos no se cambia, posiblemente lo que indica Godoy podría ser una realidad.

Aunque cualquier cosa podría ocurrir en una situación mundial  muy cambiante, no creo en una intervención directa de los Estados Unidos en el país como lo sugiere el analista Saúl Godoy Gómez. Pero hay otras maneras de intervención, lo que haría de Venezuela la extensión de un campo de batalla con muchos venezolanos peleando una gran guerra ajena. Pero hay algo que Godoy indica, a nuestro juicio completamente cierto: “Seguimos pensando en elecciones, programas sociales y otras distracciones que no tienen nada que ver con la situación terrible a la que estamos desembocando, nuestros políticos no parecen pisar suelo, hemos permitido que nuestro país se convierta en una amenaza hemisférica y en un peligro muy real para el país más poderoso del mundo, tal irresponsabilidad tiene un costo.” (subrayado nuestro). Y esto es precisamente porque tenemos una conducción política opositora que ha demostrado colaboracionismo, y ser fácilmente manipulable por parte de quienes tienen el control del país, que no se paran en nada con tal de conservar el Poder.

Quienes gobiernan en Venezuela ya han hecho público su posicionamiento en relación a la situación política global y están asociándose internacionalmente a tenor de esas realidades de acuerdo a lo que consideran es una agresión a los intereses de su revolución. Sin embargo, todavía del lado opositor se cree que aquí solo hay un mal gobierno que puede ser depuesto por las vías que tiene la democracia. Ellos juegan ajedrez de categoría mundial, mientras que la oposición oficial cree jugar bolas criollas. Esta gente está moviéndose muy en serio y en un plano situacional planetario y necesitan todos los recursos de Venezuela para los fines de esa guerra. Los venezolanos debemos estar conscientes de eso.

En una sociedad enferma de corrupción como la nuestra, el castrocomunismo del Foro de Sao Paulo, aliado con el narcotráfico y factores del terrorismo internacional, lograron utilizar a Venezuela como plataforma de lanzamiento en Latinoamérica, y como uno de los principales centros de operaciones de tráfico de droga del continente y movilización de recursos para el terrorismo.

La posición tradicional de Venezuela ha sido la de neutralidad en todos los conflictos del mundo. Sin embargo, el régimen castro-comunista-madurista nos ha inscrito en uno de los bandos en pugna, enfrentando a quienes han sido históricamente nuestros aliados y de los que hemos asimilado el estilo de vida del mundo occidental. ¿Es eso lo que deseamos los venezolanos? Esa sola razón bastaría para convocar al Constituyente y dilucidar eso. El régimen decidió sin nuestro permiso meternos en un conflicto, exponiendo a los venezolanos a una guerra ajena. Si al final debemos escoger un bando, no será el del castrocomunismo, asociado con el terrorismo y el narcotráfico. La elección mayoritaria de los venezolanos desde el 6D-2015 ha sido la democracia y la libertad, en el marco del Estado de Derecho y el respeto a los Derechos Humanos. Si eso requiere de tomar un bando, ya lo tenemos.

Caracas, 2 de Febrero de 2017

Twitter:@laguana

martes, 16 de febrero de 2016

Entre dos populismos y una Constituyente

Por Luis Manuel Aguana

Interesante análisis realiza la periodista Thais Peñalver en su nota titulada “Escenarios sobre la salida de Maduro” (ver http://www.notiminuto.com/noticia/escenarios-sobre-la-salida-de-maduro/) que apuntan no solo a la salida del Ilegitimo sino al sistema mismo que lo sostiene, y que alude algo sobre lo cual he venido haciendo referencia desde hace muchísimo tiempo y que ella llama “el modelo populista anterior”.

El verdadero centro de nuestra discusión constituyente se basa en que no es de ninguna manera suficiente la salida de Maduro, para dejarle la puerta abierta a quienes han sido los verdaderos responsables de la tragedia castro-chavista-madurista, porque como ya hemos mencionado en una nota anterior (ver Renuncia y Constituyente en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/01/renuncia-y-constituyente.html), una vez fuera el Ilegítimo de Miraflores, los mismos factores que ahora gobiernan regresarán al poder mas adelante con el argumento que ellos tenían razón porque “la democracia” no arregló el desastre que ellos mismos provocaron.

Así regresó Daniel Ortega al poder en Nicaragua después de un gobierno corrupto de “la democracia” en su país. Y así sucederá en Venezuela como sucedió en Nicaragua, repitiendo el caso en una grotesca copia, en virtud que las estructuras del Estado permanecerán intactas para la corrupción y la mala administración de los recursos de los venezolanos, que estarán en manos del “modelo populista anterior”, luego de la salida del Ilegitimo.

El problema no es cambiar al gobierno sino a toda una estructura de Estado completamente carcomida e inviable de la Venezuela actual y que ningún gobierno futuro de la MUD que se le ponga al frente podrá hacer funcionar. Esa estructura ya fallaba en 1998 y ahora es prácticamente imposible que nadie la haga funcionar si no se realizan los ajustes necesarios al sistema, que lleven al país a otra forma de Estado, con un modo de hacer democracia diferente.

Lo grave de todo este asunto es que la periodista Peñalver nos pone en la disyuntiva de dos escenarios con la salida de Maduro. Primero, aquel que mataría al virus comunista del cuerpo social de Venezuela pero también al paciente en el proceso, al dejar correr este pésimo gobierno hasta el último momento (de acuerdo al FMI más de 700% de inflación para el 2016) donde los venezolanos “caeríamos en cuenta” que el populismo comunista es inviable.

El segundo escenario es menos aterrador por cuanto nos da la opción de salir del régimen mas rápido pero quedaríamos en las manos del “modelo populista anterior” que fue el que sufrimos hasta 1998 con todas las consecuencias que conocemos, y del cual los partidos que luchan por regresar son sus principales exponentes. Esta opción trae aparejada la posibilidad cierta de repetir la experiencia comunista más adelante. Ese es el caso de Nicaragua y Daniel Ortega.

Véase que aquí no hay muchas opciones. O nos coge el “chingo” o nos coge el “sin nariz”. Es claro que la salida del Ilegitimo en ambas es condición necesaria pero la primera es mucho más drástica ya que de acuerdo a la periodista, en teoría, no cabría la posibilidad que regrese el comunismo a nuestro país porque “el pueblo y su enojo, sería el encargado de patear definitivamente de la faz de Venezuela el maquiavélico modelo marxista populista”.

Pero esa teoría es poco sustentable.  Los comunistas acabaron con la economía de España en 1936 cuando el gobierno “socialista” de la II Republica, presidido por Francisco Largo Caballero y su Ministro de Hacienda Juan Negrín López trasladaron  510 toneladas de oro, correspondientes al 72,6% de las reservas internacionales de oro del Banco de España a las bóvedas del Depósito de Metales Preciosos de la Unión Soviética, quebrando así al país y haciendo sumamente difícil el retorno a una normalidad después de la Guerra Civil; y como ustedes ven todavía los españoles consideran a los “socialistas” una opción de poder ¡qué barbaridad! (ver el cuento completo que referí en 2011 con El Oro del Comandante en http://ticsddhh.blogspot.com/2011/08/el-oro-del-comandante.html).

Sin embargo, existe una tercera opción que lamentablemente nadie analiza (¿por qué será?) y que pasa por la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente para reconstruir las bases estructurales del país e impedir el regreso de los delincuentes de uno y otro bando populista, generando las garantías institucionales necesarias para no caer de nuevo en ambos tipos de populismos, uno menos comunista que el otro pero ambos igualmente con vetas rojas (en algún momento abordaremos este tema con profundidad).

En este escenario también sería necesaria la salida del régimen del Ilegitimo pero con una diferencia: sin detrimento a como sea su término constitucional, se convocaría luego inmediatamente al Soberano a una Asamblea Nacional Constituyente con la participación de todos los sectores del país y de todas las tendencias políticas.

No, no es utópico ni el cuento de un iluso comeflor. Si realmente los sectores políticos reunidos en la Asamblea Nacional atienden al mandato plebiscitario que les dio el pueblo de Venezuela el 6D para resolver el problema, y convocan con su mayoría calificada de 2/3 de sus integrantes al Depositario de la Soberanía para discutir un nuevo país basado en un Proyecto de País diferente, entonces el trauma que viviremos los venezolanos será mucho menor duración, porque sentaríamos las bases de un país reconciliado y en paz, cuando se reúnan a deliberar el país los genuinos representantes del pueblo.

Una sola voz alzada entre una multitud es difícilmente oída, y mucho menos cuando ya los factores políticos importantes gritan ensordecedoramente una decisión, y nadie oye otra cosa. Pero eso no significa que esa voz no tenga la razón. Sin embargo nunca es tarde para corregir el rumbo, solo que el costo siempre suele ser muchísimo mayor.

Que la decisión sea dejar a Venezuela entre dos populismos ya es suficientemente grave, no solo por los costos que pagaremos en el futuro, sino porque significa que no aprendimos nada de 17 años de destrucción ininterrumpida de nuestro país. Y eso no solo sería grave sino verdaderamente aterrador…

Caracas, 16 de Febrero de 2016

Twitter:@laguana