domingo, 6 de noviembre de 2011

Desprendimientos

Por Luis Manuel Aguana

Ya se está esclareciendo poco a poco el panorama político de la oposición venezolana. Las principales tendencias y partidos políticos han abierto su juego y han decidido sus preferencias en lo electoral apoyando a los precandidatos de su preferencia para la contienda del 12 de Febrero de 2012. Al volver de nuevo al tema de las primarias, de las que ya había manifestado mi desacuerdo en el pasado (“Las Primarias: ¿Suicidio en Primavera de la Oposición?” publicado en febrero, http://www.facebook.com/note.php?note_id=191604047530382), se configuran de nuevo las razones que esgrimí cuando escribí ese artículo pero con la diferencia de que ahora hay nombres y apellidos en el escenario, con sus correspondientes intereses. Al correr los meses y al configurarse ya el cuadro opositor, claramente hay dos tendencias que destacan en el escenario.

En primer lugar una candidatura apoyada por las principales corrientes que fueron gobierno en la Venezuela pre-Chávez, encarnada por el pre candidato Pablo Perez y la otra, apoyada por un partido que trata de deslindarse de lo que ellos llaman las practicas de la vieja política y que encabeza el pre candidato Enrique Capriles. Existen cuatro precandidatos adicionales de los que no nos ocuparemos aquí porque no creemos que entre ellos se defina la candidatura definitiva de la oposición.

Como indiqué en el artículo mencionado, cada tolda política tiene sus intereses, sus financistas y una manera de operar. Al conocerse los precandidatos, inmediatamente se identificaron los financistas y los intereses. Esos siempre estuvieron allí, antes de los precandidatos. Lo que hizo el juego político fue identificar a los candidatos y como consecuencia los intereses que se configuraron detrás de ellos. Eso no es malo en sí y así ocurre en cualquier parte del mundo donde existan candidatos en una carrera como esta. Lo malo será la guerra que se desatará entre esas corrientes contrapuestas y lo que cada una de ellas dice representar. Ya Capriles en las primeras de cambio, declaró que es el precandidato de la “nueva forma de hacer política” dando a entender que el otro representa el pasado, dejando a la imaginación de quienes le oyeron que los partidos que apoyaron a Pablo Perez representan a ese pasado del cual desea desmarcarse. Por otro lado, Pablo Perez dio a entender que en el país nadie es químicamente puro y que todos provenimos de ese pasado del cual el otro pretende escapar.

Lo lamentable de esa discusión es que ambos tienen razón. No existe ningún político en Venezuela que haya venido de otro planeta, incluso Chávez. Todos han sido producto de un doloroso proceso político que se está gestando en la Venezuela de hoy y cuyo resultado solo verán las próximas generaciones. Pero de esa discusión sacará mucho partido Hugo Chávez porque lo cierto es que se está pariendo una Venezuela nueva en la cual deberá haber una mezcla política de ese pasado que conquisto la democracia a comienzos del Siglo XX y una nueva que nació en los años en que se estaba construyendo, y que fue interrumpida por la bota militar de Chávez, que representa el obscurantismo y las tendencias más retrogradas de la humanidad.

Capriles utilizara ese discurso de olvidar “el pasado” para tratar de conquistar el voto chavista, ya que ese fue el mismo discurso que utilizó Hugo Chávez para acabar con los viejos partidos, además de intentar mostrarse como el candidato anti sistema del pasado (AD-Copei) y que piensa le atraerá el voto de la juventud. ¡Lo nuevo versus lo viejo! Por su parte Perez intentará retomar la base popular que en el pasado representaron AD y Copei y el resto de los partidos de su coalición, tratando de remover la fibra de la base popular con la eficiente ayuda de las famosas “maquinarias” de esos partidos.

Creo que la oposición integrada en la Mesa de la Unidad está muy clara que lo más eficiente para la derrota del chavismo en Octubre de 2012 es una combinación de ambos enfoques, pero después de las primarias de Febrero. Se nos está empujando a decidir en febrero entre dos maneras de ver la política, sobre las cuales los venezolanos estamos estructuralmente de acuerdo. Estamos de acuerdo que no se puede continuar con la vieja política que produjo el engendro llamado Hugo Chávez, pero también estamos de acuerdo que debemos levantar las bases políticas del país que incluyan el remozamiento de los viejos partidos y de sus bases populares, encauzando toda esa energía en beneficio de la eliminación de la pobreza. El enfoque no puede ser maniqueo, lo nuevo si y lo viejo no. No puede plantearse a los venezolanos que Capriles sea “lo nuevo” y Perez represente “lo viejo”. Eso no es aceptable. Nadie puede negar que la Venezuela de hoy es el resultado de la modernidad política que introdujeron los viejos partidos así como nadie puede negar que los jóvenes que fundaron nuevos partidos en esa época tenían todo el derecho de rebelarse ante una forma de hacer política que nos trajo los lodos de Hugo Chávez.

Ahora bien, algunos dirán eso no es problema! En febrero de 2012 el que tenga más votos será nuestro candidato y todos los demás automáticamente, porque firmaron un acuerdo, deberán apoyarlo en contra del candidato del oficialismo. Pero eso no será verdad. Esa Unidad será en la práctica una colcha de retazos porque ni Capriles, ni su partido creerán de veras que el país mejorará con Perez-AD-Copei-Otros en el gobierno, pensando que sería una vuelta al pasado oprobioso pre-Chavez, ni Perez-AD-Copei-Otros creerán que una opción como la de Capriles pueda hacer un gobierno de Unidad nacional porque los consideran excluyentes y sectarios. Estas diferencias se están empezando a ver con las discusiones iniciales que han tenido las dos precandidaturas y las estrategias de campaña que se están empezando a vislumbrar en la prensa, en donde se tratará de descalificar “lo viejo”, despertando el miedo al pasado de los famosos 40 años y a descalificar “lo nuevo” por inexperto o sectario. Esa es una batalla en el que el único ganador será Hugo Chávez y las empresas encuestadoras. ¿Quién en la oposición puede estar de acuerdo con eso?

¿Tenemos entonces dos Venezuelas irreconciliables? No en realidad, tenemos la misma pero con enfoques diferentes. Pero que deben entenderse y salir de esas diferencias a través de la conciliación y la discusión de las ideas. Si los obligamos a contarse será como si le pasáramos una aplanadora a la idea del contrario y debemos ir juntos a la confrontación más importante de la Venezuela moderna. No hay peor manera de resolver los problemas de grupos que deben trabajar juntos que hacer que se resuelvan las cosas por la vía de levantar las manos para saber quién tiene más votos, como si eso le diera la razón al ganador. Aquellos quienes han trabajado en organizaciones grandes saben de lo que hablo. Los problemas se agravan porque el grupo que “perdió” se dedica a sabotear permanentemente al que “ganó” y al final pierde la organización, y en este caso perderá el país. La única manera de resolverlos es discutir las diferencias y llegar a un acuerdo beneficioso para las partes, donde todos ganen.

Pero no estamos en una organización, estamos en un país y lo que se está jugando aquí es la suerte de las siguientes generaciones. Y si esos grupos llegan a confrontarse para saber con votos “quien tiene la razón” no creo que el resultado sea que quien gane tenga la razón. La solución son los dos grupos ahora, entendiéndose y saliendo con una solución acordada en beneficio del país. Ya conocemos entre quienes se estará disputando la candidatura de la oposición. ¿No sería ideal que uno de ellos, y los demás precandidatos por añadidura, tuviera el desprendimiento a favor del país, de declinar a favor de uno solo, sin que pasemos por un traumático proceso electoral de precandidaturas en febrero de 2012?

Los entendidos del tema militar me indican que los uniformados tienen una manera de resolver sus diferencias para evitar ir a una guerra y no matarse entre sí. Cuentan sus cañones y tropa previamente y gana el que tenga más soldados y esté mejor apertrechado. Es una manera simple de resolver diferencias, una metodología. Los grupos en pugna y con diferencias deben aplicar alguna metodología. Esta es una de ellas, pero no es la única. Luego de acordar, vienen los acuerdos de ganar-ganar. También la Iglesia tiene un mecanismo para elegir a los Papas, como mencione en mi anterior artículo. Y les ha funcionado muy bien por más de 2000 años. Los Príncipes de la Iglesia son encerrados en un sitio y no se les permite salir hasta que hayan llegado a una solución. ¡Qué interesante sería que se encerraran todos los precandidatos y no saliera nadie hasta que hubiera el famoso humo blanco con el elegido entre todos! Allí no mediarían acuerdos de cogollos ni nada por el estilo. Solo ellos con su sola conciencia indicarían quien es el elegido.

¿Qué ventajas se tendría en un escenario de desprendimiento como ese, donde todos o uno de los precandidatos declinan a favor de uno solo? La ventaja más obvia sería que en lugar de tener precandidatos, tendríamos un solo candidato de la oposición democrática desde ya en el ruedo, varios meses antes de las primarias y no habría heridas que cerrar después de un traumático proceso electoral. Otra ventaja es que todos los partidos estarían planificando desde ahora y llegando a acuerdos de Unidad para un futuro gobierno. Aquí el tiempo juega en contra y hay que empezar con eso lo antes posible, dada la multiplicidad de organizaciones políticas e intereses. Y lo mejor de todo es que no llegaría una Venezuela opositora dividida y en retazos a jugarse el país contra el gobierno en Octubre de 2012; sería una oposición fluida, coherente y con una visión común y de conjunto del país.

Tal vez sea utópico pensar que un desprendimiento de esa envergadura sea posible en la Venezuela de hoy. Sin embargo, en el pasado, existieron casos de desprendimiento político. ¿Recuerdan aquel histórico desprendimiento del Diputado de Fermín Toro?: ... Decidle al General Monagas que mi cadáver podrán llevarlo, pero que Fermín Toro no se prostituye...”, o mejor, el del Libertador en el Discurso al Congreso de Angostura en 1819: “¡Legisladores! Yo deposito en vuestras manos el mando supremo de Venezuela. Vuestro es ahora el augusto deber de consagraros a la felicidad de la República; en vuestras manos está la balanza de nuestros destinos, la medida de nuestra gloria; ellas sellarán los decretos que fijen nuestra libertad. En este momento el Jefe Supremo de la República no es más que un simple ciudadano; y tal quiere quedar hasta la muerte…”. Sin lugar a dudas, El Libertador era un individuo fuera de serie y ejemplo inigualable para cualquiera que desee la política como modo de vida.

Si llegara a concretarse un sueño como ese, los dos enfoques del país que tienen los grupos más importantes que pugnan por la candidatura de la oposición serían la mayor garantía de un triunfo contundente en contra del oscurantismo y el atraso; y Venezuela ganaría lo mejor de ambas visiones. ¿Acaso no está la situación de Venezuela como para que exista un caso de desprendimiento heroico como en el pasado? Les dejo allí esa reflexión. Soñar no cuesta nada…

Caracas, 6 de Noviembre de 2011

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sábado, 29 de octubre de 2011

Presidente, muera en paz


Por Luis Manuel Aguana

Me había resistido a escribir en relación a la enfermedad del Presidente. Tal vez porque, independientemente que esta enfermedad sea considerada una razón de Estado, pensé que era un tema tan intimo y tan privado de cada ser humano, que estimé que respetuosamente debíamos dejar que este permaneciera así, aun siendo la persona que es el Presidente. Aún así lo creo. Pero asimismo, al ser el Presidente una persona pública creo que no hemos abordado su enfermedad terminal de la manera más apropiada. Es como si todos nos colocáramos alrededor del lecho de muerte de alguien que está en los últimos momentos de su vida, como zamuros, a la espera de que se muera. ¿Cuál podría ser la reacción de cualquier ser humano moribundo? ¡Vayan todos al c…, no me voy a morir para no darles el gusto! Y eso es precisamente lo que está sucediendo con el Presidente.

Sus familiares cercanos están tan asustados como él. Y a pesar de que no lo creamos así, el Presidente es un ser humano como cualquiera y está sumamente asustado. ¿Y como no estarlo? Está tan consciente de su estado que es imposible que en este momento no pase por su mente lo que pasa por la mente de todo a quien la muerte le ronda cerca. Su vida entera debe estar desfilando al frente de sus ojos. No escribo estas líneas con odio opositor. Las escribo tratando de entender al ser humano que debió en algún momento de su vida haber pensado en el bienestar de su país y que ahora utiliza todos los recursos que tiene a su disposición para alargar lo más que se pueda la vida que se le escapa como arena de entre las manos.

Algunos dirán que escribo con aire condescendiente o perdonavidas. No, no es así. Ubíquense en el contexto de un enfermo terminal de cáncer. Toda la familia de un enfermo en esas condiciones se descapitaliza tratando de alargar aunque sea en un día la vida de un ser amado. Un hijo, un padre, un hermano. Que no daría una madre por salvar a su hijo de esa enfermedad. No hay comparación con otra. Es una lucha vital que dura lo que dura. Familias enteras han sucumbido económicamente a esa enfermedad aunque conozcan la inevitabilidad del desenlace. Todos dicen lo mismo: si hubieran tenido que pagar lo que fuera necesario para salvar o alargar la vida del ser amado, lo hubieran hecho sin dudarlo.

Las informaciones que nos llegan por los correos y otros medios indican que la propia familia del Presidente fraguó las declaraciones del médico de cabecera en el exterior con el fin de que se dejara morir en paz al Presidente, alargándole la vida lo más posible; y que en esos últimos días disfrutara como cualquier ser humano del calor y el amor de su familia y que todos deben tener para despedirse de este mundo como Dios manda. Pero ha prevalecido la razón política. Y eso es lo que no acepta la familia, de acuerdo a la información que circula. Y tampoco, por negación, lo acepta el Presidente. De allí su empeño en aparecer como si nada le pasara.

Quiero abordar respetuosamente este tema. Creo que la oposición formal y democrática ha hecho lo suyo indicando que desean la mejoría del Presidente. Y es verdad. Pero esto ya dejo de ser un problema personal del Jefe de Estado para convertirse en un problema de todos, un problema del país. Porque como en otras épocas, con otros Presidentes de Venezuela, esto significó la estabilidad de la República y su futuro histórico. De acuerdo a su médico de cabecera el Presidente está condenado a morir en un plazo breve. Esto es serio.

Cuando a alguien le dicen que ya tiene fecha para abandonar este mundo, también le dicen que ponga en orden sus asuntos. Puede que su hora no llegue en el momento que señalen los médicos, pero el diagnostico suele ser implacable. Usted debe ordenar sus asuntos.

El Presidente se ha empecinado en negar la circunstancia. Cualquier médico puede afirmar que se encuentra en una etapa de negación. Eso es lo normal. Pero los hechos le llevarán inevitablemente a aceptar el dictamen del Todopoderoso y es en ese momento en donde deberá hacer un serio examen de conciencia acerca de lo que ha hecho en su vida. Ese juicio, que es el más duro, se lo hará él mismo. Es allí a donde van dirigidas estas líneas, sin ánimo de retaliación.

Cuando se halle solo, con su conciencia, y se mire a sí mismo, con la única presencia del Creador, hará un examen de su vida. En el fondo, no creo que el Presidente ignore todo lo que ha pasado en este país. Las injusticias, las peticiones de aquellos que también tienen enfermos de cáncer en sus familias y que se han encontrado con una pared de olvido flagrante de aquel quien pudo en estos momentos mejorar, al menos en parte, su situación y no lo hizo. El Presidente se haría un bien íntimo y de descarga de conciencia ayudando especialmente a quienes como él sufren de esa penosa enfermedad y no consiguen ayuda de nadie, solo el olvido del gobierno. No creo que en ese momento el Presidente no dedique un minuto para el recuerdo a la injusticia cometida con Franklin Brito y le pida su perdón y se arrepienta, como muchas veces lo hizo, pero esta vez de verdad. Y todas las injusticias que en el fondo sabe que se han cometido y aún se cometen a la sombra de su consentimiento, como todos los presos que son considerados suyos, vejados de manera injusta en las cárceles políticas de su gobierno, a espaldas de todo Derecho Humano concebible.

La Fé cristiana nos enseña que una persona antes de morir, si se arrepiente de verdad, será perdonada. Creo que al final se arrepentirá. No viajó desde La Habana directo hasta el Cristo de La Grita por nada. Sabe lo que pasará y lo espera. Y es en este punto en donde el Presidente debe reconciliarse con la sociedad venezolana. ¿Y qué significa esto? Abrirse y decirse a sí mismo la verdad. Que no quiso que la familia venezolana se enfrentara, que la división de clases que propuso no fue más que un artilugio electoral para ganar votos, que en realidad no deseaba que los venezolanos se dividieran y se odiaran entre sí. Que no era su intención promover y no detener una violencia criminal que se llevo a miles de venezolanos a la tumba y que se arrepiente genuinamente de ello. Que de verdad intentó que las promesas de 1998 se hicieran realidad pero el poder, como una suerte de droga, fue un espejismo tan atrayente que se olvidó de eso. Todo esto debe provenir desde adentro, del alma misma de la persona, de un arrepentimiento genuino. Nadie puede decirle a nadie como descargar ni expiar culpas y mucho menos en una situación de trance final. Eso solo será de la intimidad del Presidente.

¿Qué le podemos decir a alguien que se está muriendo? Muchos hemos pasado por eso y creo de esa experiencia amarga que lo mejor es desearle que su trance sea rápido y sin sufrimiento. Otros le han deseado una muerte dolorosa y difícil al Presidente. A diferencia de ellos, yo le deseo una muerte en paz. Y para que eso ocurra debe, en lo poco que le queda de vida, reconciliarse seriamente con los venezolanos en la promesa básica que asumió al llegar al poder en 1998: unión, trabajo, progreso y paz para todos. Presidente ponga en orden sus asuntos, reconcíliese con los venezolanos y muera en paz…

Caracas, 29 de Octubre de 2011

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martes, 25 de octubre de 2011

Los puntos de Steve

Por Luis Manuel Aguana

Admiré el discurso de Steve Jobs, fundador de Apple, en la Universidad de Stanford mucho antes de su lamentable pérdida. Lo admiré no solo por lo simple y profundo del mensaje sino por lo increiblemente humano, viniendo de alguien de quien se puede suponer un técnico de computadoras, aunque extraordinario. El discurso duró alrededor de 15 minutos pero estuvo tan lleno de sabiduría que esos minutos fueron como polvo de oro para quien transita por la vida tratando de hacer algo y trascender. El pasado, el presente y el futuro se entrelazaron en las tres historias que describió de una manera magistral. Pero la historia que me llamo más poderosamente la atención fue la primera porque creo que tiene que ver muchísimo con nosotros en estos tiempos tan azarosos, cuando pensamos que todo se caerá y se volverá trizas, presagiando un futuro tenebroso para todos nosotros. Steve lo llamó “Conectando los puntos”.

En la historia Steve cuenta que nadie puede saber que las cosas que uno hace tienen sentido sino hasta que conectas los puntos. ¿Y que son los puntos? Los hitos, los sucesos de la vida de una persona, las cosas que haces. Los puntos se forman con la historia pero nadie puede saber el dibujo que harán hasta que existen, y en consecuencia tu no ves la imagen sino conectando los puntos “hacia atrás”. Nadie puede “ver” la imagen de puntos que no han ocurrido. Consecuentemente debes creer fervientemente que lo que haces tendrá una imagen que tendrá un sentido en tu futuro y trabajar por ello. Hacer lo que hay que hacer con el deseo ferviente de que eso significará algo para tu futuro y vivirlo a cabalidad.

Steve no podía saber cuando dijo eso en Stanford que lo que estaba diciendo no solo aplicaba a personas sino también a sociedades, a países enteros. Tal era la inteligencia del individuo que dijo cosas ignorando su verdadera trascendencia. Creo en la profundidad de ese enunciado, no solo porque un hombre como Steve Jobs lo dijo en un discurso, sino porque creo que es completamente cierto. La vida está llena de puntos que se conectan “hacia atrás” pero que en el presente tienen un sentido tan real que parece mágico.

Venezuela está llena de “puntos”. Pero solo dibujemos la conexión de algunos de ellos “hacia atrás” para ilustrar su sentido. Andrés Eloy Blanco, Rómulo Betancourt, Jovito Villalba, Raul Leoni, Gustavo Machado solo por nombrar algunos, integraron una generación estudiantil que en 1928 enfrentó en un Carnaval al dictador Juan Vicente Gomez. ¿Ustedes creen que esos estudiantes en ese momento pensaron que constituirían la base del liderazgo político para la construcción democrática venezolana 40 años después? No, seguramente no lo pensaron. Solo pensaron en luchar y luchar denodadamente por unos ideales que de algo valdrían para ellos y para su país en el futuro. Nada más.

La dictadura gomecista duró 27 años. Estos líderes estudiantiles de 1928 ni se imaginaron cuánto duraría Gomez, fundaron partidos políticos y condujeron las reformas necesarias para la construcción de una Venezuela que entraba a la modernidad. Ni ellos ni nadie habían ensayado partidos modernos en un país de montoneras. ¿Tenían experiencia? No lo creo. Debió haber sido apasionante esa época de construcción democrática. Mucho corazón debieron haber puesto para que eso funcionara en un país de las características feudales del nuestro de esa época. De nuevo, retrospectivamente, al unir ese punto al pasado se nota que aparece una imagen de protagonistas históricos que aparecen haciendo al país político que se dibuja con partidos nuevos, inexpertos a los que luego les cae la impronta militar. ¿Podían imaginarse esos partidos políticos nuevos de 1948 que se lograría consolidar una estabilidad como la que tuvimos desde 1959 hasta 1999? De nuevo, no lo creo. Me puedo imaginar a un Rómulo o a un Jovito pensando que este país no saldría nunca de una asonada militar. Pero siguieron en la lucha, sólo por la convicción democrática. Era imposible saber cuando Perez Jimenez se iría, salvo que tuvieran una máquina del tiempo y viajaran al futuro. Ahora conectamos los puntos “hacia atrás” y vemos como sale el dibujo de la construcción democrática. El dictador se fue en 1958 pero eso nadie podía saberlo en 1948. Lo que había eran líderes convencidos de que si trabajaban lo sacarían. Pero no había garantías.

Luego, en nuestra etapa democrática después de 1959, se logró construir un país. Con errores, pero se construyó el sentimiento de la democracia, de la libertad de prensa, de que se podía cambiar un gobierno malo con votos. Y el liderazgo, aun siendo como era y como lo veíamos y criticábamos en aquel entonces, respetaba eso. Y esa semilla se pego en el suelo fértil del sentimiento del venezolano. Los fundadores lograron que el venezolano creyera que era posible la democracia y su alternabilidad. Que podríamos sacar un gobierno malo con votos. Pero todo es un proceso. La democracia venezolana no estaba todavía curada de las amenazas que Rómulo y Jovito una vez pensaron. Teníamos un cuerpo democrático sin anticuerpos, una democracia perfectible pero todavía inmadura. Y vino Hugo Chávez.

Pero los puntos de Steve están allí. Miremos de nuevo “hacia atrás” y ¿qué vemos? Un país moderno, una población desde sus estratos más pobres con una capacidad para exigir y pelear por un mejor futuro. La democracia pegó profundamente en el venezolano. La construcción y el dibujo de puntos de más de 70 años de luchas democráticas están allí. El futuro no puede ser Hugo Chávez o lo que representa. De nuevo, ¿podríamos los venezolanos imaginar otro futuro que no sea democrático?

Venezuela ni nadie pueden conectar los puntos hacia el futuro. Como dijo Steve Jobs, solo los podemos conectar hacia el pasado. Y nadie puede saber cómo y cuándo se construyen esos puntos, para que serán y si darán algún resultado. Solo los hacemos con la convicción firme y profunda de que esos puntos se conectarán en el futuro. Deberemos confiar, como dijo Steve en su famoso discurso de Stanford, en la vida, en el instinto, en el karma, en lo que sea, porque creer que los puntos se unirán nos darán la confianza de que tenemos las raíces para salir de este atolladero en que nos hemos metido como pueblo. Creo que los extraordinarios puntos construidos en la etapa democrática venezolana nos darán un extraordinario boceto para el futuro. No perdamos la fe en que eso será así y saldremos con bien de esta pesadilla.

Caracas, 25 de Octubre de 2011

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domingo, 16 de octubre de 2011

Silencio Cómplice

Por Luis Manuel Aguana

Hace mucho tiempo, en los años de la democracia, una Ministro conocida pública y privadamente por su rectitud y honestidad en los manejos públicos, increpó en una reunión a una Directora de un organismo descentralizado, acerca de un funcionario a quien todo el mundo conocía haciendo negocios turbios y que dependía directamente de ella, pero nadie se atrevía de hacer nada o denunciarlo. La Ministro con su peculiar manera de dirigirse a sus subordinados le dijo de una manera directa: “o tú estás metida en el guiso o el negro te está c….. ¿Cuál de las dos será?”. Debo indicar que “el negro” no duró ni 24 horas en el puesto. Creo expresar con esta anécdota, conocida solo por el círculo cercano que oyó la cruda expresión, que solo hay dos posibilidades cuando se trata de situaciones como la descrita: o estas metido en el negocio o tu eres el mismo delincuente.

La situación que se está presentando en el CNE con las denuncias caídas en oídos sordos y que insistentemente han hecho organizaciones serias como ESDATA en relación a la depuración del REP, las auditorías que deben realizarse para comparar los datos con las Partidas de Nacimiento o Actas de Naturalización que se encuentran en manos del gobierno, no deja dudas de que hay algo turbio o escondido entre gobierno y los partidos de la oposición que los venezolanos no podemos entender. No sabemos nada acerca de la infraestructura electoral ni como se auditará el nuevo sistema que han adquirido con los 45 millones de dólares que les fueron aprobados por la Asamblea Nacional. Y es allí, en ese terreno, donde se ganan o se pierden elecciones.

Y nosotros nos preguntamos porque esas denuncias solo están siendo conducidas por ONGs, que si bien es cierto, son dolientes como todos los venezolanos, del sistema electoral y vigilantes de sus instituciones, no hemos visto sino tímidas expresiones de los partidos políticos quienes al final de cuentas son los actores fundamentales en el conteo final de los votos. La Organización SUMATE así como muchos venezolanos, como quien esto escribe, cuestionamos la aprobación del crédito adicional de la AN para la compra de 12 mil máquinas de votación, 50 mil boletas electrónicas y 42 mil captahuellas, “si hasta los momentos no se conoce las especificaciones del proceso de licitación correspondiente, ni siquiera se ha informado qué se estará licitando y quiénes podrían participar en el mismo”. Asimismo se pregunta la ONG SUMATE “¿Cómo se hizo el estimado de costos que permitió aprobar esta solicitud de crédito adicional? ¿Cuánto es el estimado de costos de las 12 mil máquinas de votación? ¿Cuánto costarán las 50 mil boletas electrónicas? Y ¿Cuánto costarán las 42 mil captahuellas?”

Ahora bien, fuera de eso que ya es bastante grave, esta la posición de las organizaciones políticas representadas en el CNE. Como saben, solo las organizaciones políticas pueden tener representación en el organismo electoral y es por eso que SUMATE hace un llamado a que hay una “tarea inaplazable para la Defensa del Voto antes de los procesos electorales de 2012 (subrayado nuestro), que los actores políticos, ONG especializadas en este tema y electores en general exijan al Poder Electoral que explique los detalles de los cambios que pretenden hacerle al SAV y cómo logrará que los mismos estén acordes con las garantías de igualdad, confiabilidad, imparcialidad, transparencia y eficacia de los procesos electorales, consagradas en la Constitución y Leyes de nuestra República

De este llamado de SUMATE a los actores políticos, los electores solo hemos conocido poca o ninguna respuesta de parte de ellos. Lo que nos dicen es lo mismo que hemos oído antes: que ganaremos y cobraremos. Es decir, “dennos un voto de confianza. Voten que vamos a cobrar”. Pero lamentablemente, eso no es así de simple. Incluso, la MUD utilizará las maquinas del CNE para el conteo de los votos de las primarias de la oposición.

Creemos que existe una idea que consideramos equivocada de parte de muchos representantes de la oposición de partidos integrada en la Mesa de la Unidad que exigirle transparencia al CNE implicaría inyectar desconfianza a los venezolanos acerca de la viabilidad del voto como mecanismo para cambiar el gobierno. De este lado creemos todo lo contrario. Si no existe transparencia demostrada, si no se presiona y se logra lo que ESDATA y SUMATE están solicitando vamos camino a un megafraude electoral, y la oposición organizada en partidos no le quedará otra que aceptar ese resultado porque no hicieron absolutamente nada para evitarlo.

No es posible que los partidos se hagan la vista gorda en este asunto, que es gravísimo para que la población de verdad confíe en sacar a Hugo Chávez con votos. El sabe que se está jugando mucho más que una derrota electoral. Se está jugando su libertad y está haciendo todo lo necesario en el CNE para quedarse. No somos ingenuos para creer que la MUD se esta chupando el dedo, saben lo que está pasando. ¿Y entonces porque no vemos ninguna manifestación en contra? Todos los expertos de ESDATA y SUMATE le han dicho a los partidos y al país cuales son las vías que el gobierno está utilizando para fabricar votos virtuales y no estamos viendo las respuestas que nos tranquilicen. Solo silencio cómplice. Si no se hacen las auditorias del REP y los cotejos necesarios con las Partidas de Nacimiento y Actas de Naturalización, en Venezuela votarán más personas de todas las nacionalidades que venezolanos, con la ayuda del nuevo sistema que se están comprando. Eso lo sabe la MUD y no nos han dicho que están haciendo o que harán para evitar eso.

Son necesarias pero no suficientes las denuncias realizadas por las ONGs técnicas como SUMATE o ESDATA. Hace falta que las organizaciones políticas se empoderen del problema que se está planteando. Las elecciones las vamos a perder en el CNE si los partidos acreditados no toman cartas en este asunto seriamente. Si lo hacen e informan a los electores cuales son las acciones, más allá de lo que diga el CNE, que nos garanticen que nuestros votos se contarán, que habrá secreto en nuestro voto, que se contarán los votos de los electores del exterior y que no habrán más votos de los que el REP indica, luego de una auditoría respetable, entonces podremos ir confiados en que ganaremos este proceso. De lo contrario nos estarán llevando a un matadero del cual se lavarán las manos diciendo que el gobierno hizo trampa, sin tener manera de probarlo. Es ahora que tienen que meter las manos en esa candela, no después de sacado el ojo de Santa Lucia.

Todavía no entendemos porque los representantes técnicos de los partidos acreditados ante el CNE no han dicho nada a la opinión pública acerca de las licitaciones necesarias para la adquisición de ese nuevo sistema electoral y que implicaciones habrían en la seguridad del secreto del voto y sus mecanismos de auditoría. Si han dicho algo, no ha sido a nosotros los venezolanos, y la MUD al no informar a la opinión pública lo que está pasando y que es lo que van a hacer para evitar llevarnos a todos al matadero electoral estaría incurriendo en aquello de la anécdota del comienzo: “o estas metido en el guiso o el negro te está c….¿Cual de las dos será?”…

Caracas, 16 de Octubre de 2011

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domingo, 2 de octubre de 2011

Entierro de pueblo

Por Luis Manuel Aguana

Dedicado a mi tía Petra Isabel a quien todo el mundo quiso en Puerto Píritu

¿Alguno de ustedes ha estado en uno? Todo venezolano que se precie de tal sabe a lo que me refiero con este título. Forman parte de nuestro acervo cultural, que esta sociedad modernizada de los últimos tiempos en nuestras grandes capitales ya ha olvidado. Se vela al difunto en su propia casa adonde concurren no solo los familiares sino todos sus conocidos y amigos de toda la vida. Van todos a rendir tributo a la vida del difunto y en algunos casos, sino en todos, pasan la noche celebrando en una tenida matizada con licor, el recuerdo de la vida del que se fue pero que perdurará en el corazón de todos los que se quedaron.

Y luego, después de haberlo velado toda la noche, el grupo toma el féretro en hombros y lo lleva en una larga procesión hasta el cementerio, sitio de descanso final del difunto. Y sin importar que tan lejos esté el sitio, o si el sol es inclemente, hombres, mujeres, viejos, jóvenes, niños, ancianas, caminan en silencio detrás de esa procesión. Esa procesión cruza el pueblo, sin permiso de nadie, de autoridad alguna, y todos los conductores se detienen en un solemne respeto al que se va. Así ocurren aún los entierros en los pueblos de Venezuela.

Varias cosas me llaman la atención de ese singular acto de despedida en los pueblos de nuestro país y que de alguna manera forman parte de nuestra estructura de pensamiento como pueblo. La primera de ellas es la solidaridad. Cuando alguien fallece en una calle del pueblo, automáticamente los vecinos la cierran. No pasan los vehículos salvo los de aquellos que fueron sus familiares directos. Nadie se queja o aparece un policía para reclamar nada. Saben simplemente que es así y punto. La comunidad entera se vuelca a apoyar a los familiares del difunto y a llorar su pérdida como si fuera la de ellos, que en realidad lo es. Es un sentimiento compartido de pérdida y dolor que pareciera que mágicamente todos se convierten en familiares en ese momento largo hasta que se entierra al difunto. Hay que vivir eso para entender lo que significa de verdad el término solidaridad. No me había percatado que eso está en los tuétanos de los venezolanos y uno no lo percibe tan a flor de piel sino cuando estas en un entierro de pueblo. No es igual eso que el acto social del velorio de alguien en una funeraria en Caracas.

Otra característica relevante es la unión. Allí no se ve por ningún lado “fulano era o esa gente es del gobierno o de la oposición”. Es del pueblo y punto. “Me ayudó cuando lo necesité”, “estuvo cuando mi hija se enfermó”, “¿te acuerdas como hizo esto o aquello por nosotros?” La familia y las generaciones prevalecen. Son pueblos centenarios cuyos habitantes saben bien quienes son los unos y los otros, y no etiquetan a la gente porque saben de sobra quienes son. Si es un ladrón lo saben, así se vista de rojo de amarillo de verde o de blanco. Siempre ha sido así. Te conocen bien. Y saben ser agradecidos igualmente cuando les haces bien. No es de extrañar entonces el comportamiento solidario al despedirte de este mundo. Cuando el respeto es grande, la despedida también lo es.

Las nuevas generaciones, muy concentradas en los grandes centros urbanos han olvidado la esencia de su propia raíz. Mucha gente migró a las grandes ciudades y en una o dos generaciones, con el tiempo, se olvidaron del porqué de las cosas. Ese sustrato que explica la esencia, del porque hacemos lo que hacemos o somos lo que somos. Miran como una semblanza folklórica actos como los entierros de pueblo pero no los entienden bien y que explicarían quienes hemos sido como pueblo y como gentilicio.

A veces creo que muchos de quienes desean gobernarnos deberían pasarse un buen tiempo en los pueblos venezolanos para reencontrarse con su nacionalidad y para entender porque Caracas no es Venezuela. Muchos gobernantes lo olvidaron aún siendo de pueblos con mucha historia. Olvidaron la solidaridad, olvidaron la unión. Olvidaron porque alguien agradecido y por respeto, sin ser de la familia, carga el féretro de un difunto hasta el cementerio porque esa persona significó algo para su vida y la de su familia. La despersonalización de nuestra vida cotidiana en las ciudades ha hecho que la gente olvide y seamos un número más en las estadísticas. Nos morimos, nos entierran y ya.

La falta de agua y la falta de luz han sido brutales para la gente de los pueblos del interior. No hubieran sobrevivido de no existir esa solidaridad de la que les comento y eso lo ves de nuevo cuando despiden a uno de los suyos. En el medio de la más horrible sequía, de semanas, esa gente comparte la poca agua que tienen para las necesidades de aquellos que los visitan para honrar la despedida de alguno de los suyos. Si eso entrara en la cabeza de algún gobernante les aseguro que todos los pueblos de Venezuela tendrían agua. El velatorio en los pueblos de Venezuela ocurre ahora como en el siglo antepasado, rodeado de velas porque no hay luz. Esa realidad se hace tan triste como el propio velatorio.

Ir en estos momentos a un entierro en algún pueblo de Venezuela es como meterse en una máquina del tiempo e ir a parar al Siglo 19. Se ve lo bueno y extraordinario que hay en la consistencia real de la gente que vive allí pero también lo malo en el abandono de los gobiernos, que ni la riqueza que le entrado al país ha pasado por allí. Es como si el tiempo se hubiera detenido. ¡Como hace falta que incluso las comodidades de Caracas estén allí! Pero la gente supera con creces esa desidia de los gobernantes siendo tan unida que ni el olvido ni la falta de los servicios elementales han roto esa solidaridad.

No creo que cuando todos los pueblos de Venezuela sean al menos como la Caracas moderna, se olviden definitivamente los valores fundamentales, están muy arraigados. El desarrollo no esta orientado a olvidarlos, esta orientado a que haya una mejor calidad de vida precisamente sin olvidarlos. Si esa costumbre de enterrar a una persona en los hombros de quienes la respetaron y la quisieron en vida se termina en los pueblos de nuestro país, espero que esa misma solidaridad y la unión que acompañó la costumbre se haya instalado de verdad, como en esa gente, en el corazón y en la voluntad de aquellos a quienes les corresponda gobernar en el futuro, para mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos del interior haciéndoles vivir mejor, siendo de verdad dolientes de esos Derechos Humanos, como son dolientes ellos cuando les toca enterrar a su gente.

Caracas, 2 de Octubre de 2011

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