jueves, 16 de mayo de 2013

Del Plan de Barranquilla al Plan Como-vaya-viniendo-vamos-viendo



Por Luis Manuel Aguana

“…Es importante que la gente vea coherencia entre las opiniones de carácter teórico y singular y las acciones pragmáticas y concretas que muestran eso. En eso los políticos han sido un fracaso. Dic-1990”
A la memoria de Antonio Cova

Es impresionante como los venezolanos nos metemos en nuestra cotidianidad desde nuestro amargo día a día, mirando los árboles, perdiendo de vista el panorama-el bosque. Pero está bien que lo hagamos nosotros, tristes mortales, a los que nos toca vivir todos los días tratando de sacar adelante una familia y lo único que nos queda es quejarnos y aguantar. Bien decía aquel sabio, sin pelarse ni un milímetro, “hombre casado no puede luchar por la justicia”…

 Pero que la dirigencia no vea el bosque, eso sí es grave. Está bien que a nosotros nos quedemos en los árboles, pero aquellos a quienes por su posición de liderazgo les toca guiar nuestro destino no tienen el derecho de no saber para donde nos conducen. Su propia condición no les da ese derecho. Es por eso que cuando los pueblos se equivocan escogiendo a sus liderazgos, terminan ahogándose porque el Capitán estrelló el barco contra un arrecife porque no sabía para donde llevarlo.

Hace poco oí la frase “hay que pensar al país” y me gustó. Porque alguien se tiene que detener en el camino, bajarse de la locura y pensar. Pero eso no nos está dado a quienes no conducimos el barco. Eso le está asignado al Capitán y a sus oficiales más cercanos. Son ellos los que deben tener las más sofisticadas herramientas para saber si habrá tormentas al frente, si vamos por el rumbo correcto o modificar ese rumbo si este se desvía de aquel trazado con anticipación, de acuerdo a un Plan. Siguiendo con nuestra metáfora marina y citando a Seneca (4 a. C. - 65 d. C.),  No hay viento favorable para el barco que no sabe adónde va”.

En 1931 doce hombres se sentaron en Barranquilla y pensaron el país que querían. Fijaron un rumbo y redactaron UN PLAN. Independientemente de su orientación ideológica, esbozaron ese Plan y se dispusieron a ejecutarlo. Un camino, una hoja de ruta. Un plan deseado, en términos de nuestra metáfora, un rumbo para el barco.

De acuerdo a las referencias históricas, “… el Plan de Barranquilla representa la primera expresión de un análisis estructural de la sociedad venezolana y de su proceso histórico, vinculado a un proyecto político y a un programa de acción que planteaba la lucha contra el régimen de Juan Vicente Gómez como una revolución de las estructuras políticas y económicas del país.” (ver http://www.venezuelatuya.com/historia/plan_barranquilla.htm).

Venezuela no vio resultados de ese planteamiento político sino hasta mucho tiempo después, ya fundada Acción Democrática, siendo algunos de sus fundadores los mismos firmantes de ese Plan, cuyo programa de alguna manera se expresó en acción concreta con la Constitución de 1961. Ejemplo de ello fue la primera frase categórica de ese Plan: “Hombres civiles al manejo de la cosa pública”.

Fuera de la tesis conspirativa de Hugo Chávez Frías, nadie ha expresado un Plan que se haya convertido en realidad desde 1931. Chávez conspiro 20 años en el seno de las Fuerzas Armadas, de acuerdo a sus propias palabras, y ejecutó un intento de golpe de estado en 1992, que sin resultar exitoso, encarnó las ansias de cambio de la sociedad venezolana y que se tradujo en un movimiento que terminó (o comenzó) con el planteamiento de una Asamblea Nacional Constituyente en 1999.

La promesa fundamental de Chávez en su campaña electoral fue la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente para refundar el país. Las ansias de cambio de un pueblo desilusionado, luego de su histórico “Por Ahora”, aunado a esa oferta electoral que no tenía ningún contenido mas allá de prometer un nuevo país que él ni siquiera tenía claro-salvo aquellos que indican que ya tenía el proyecto castro-comunista escondido-, le dieron la fórmula perfecta para arrasar en las elecciones de 1998.

Así como los firmantes del Plan de Barranquilla, Chávez TENIA UN PLAN. Pero el Plan de Chávez no era para refundar el país, como fue el de los firmantes de Barranquilla. Era para quedarse con el país y entregarlo. Para desmontar todo el aparato institucional del Estado venezolano. Y lo más brillante de ese Plan fue que usó las mejores mentes para convencer a los venezolanos de que la Constitución de 1961 era la culpable de todos los males, aunque ellos luego le dieran la espalda.

¿Cambió el país para mejor después de la nueva Constitución de 1999, como lo prometió el candidato Chávez en 1998? ¿Los Constituyentes de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 PENSARON AL PAIS y lo sustentaron sobre bases diferentes que garantizaran que se resolverían los problemas que llevaron a la mayoría de los venezolanos a elegir a Chávez en 1998? Esas pueden ser algunas preguntas que deben hacerse los venezolanos ante el descalabro moral y material sufrido en Venezuela después de 14 años de vigencia de la Constitución de 1999.

Chávez utilizó el expediente de la Asamblea Nacional Constituyente para convencer a los venezolanos de 1998 que él refundaría al país Y NOS MINTIÓ. Hizo al Estado más débil desde el punto de vista institucional y socavó las bases de la democracia venezolana. De haber existido un Congreso Bicameral con representación igualitaria de los Estados y una representación proporcional de las minorías, se hubieran controlado en mucho los excesos de un Poder Ejecutivo que revirtió un proceso natural de descentralización.

Al no existir un verdadero Plan más allá de llevarnos de brazos a la dominación de un país extranjero, estamos en la presencia del No-Plan o Plan Como-vaya-viniendo-vamos-viendo, del famoso Eudomar Santos, y en consecuencia el barco esta al garete y sin rumbo. Se murió el Capitán y el Primer Oficial designado y su tripulación no tienen ni idea de cómo se maneja un barco. En cualquier momento huirán tomando los botes salvavidas antes o en el medio de una muy esperable tormenta.

Doce hombres pensaron al país en 1931, 4 años antes de morirse un dictador. Necesitamos visiones así. Nunca como ahora hace falta un nuevo Plan. Salvo el Plan castro-comunista de Chávez, no existe otro Plan que ofrezca la oposición salvo el no hacer nada, o el Plan Como-vaya-viniendo-vamos-viendo, y que el barco se lo lleve la corriente o el viento, a la espera que encuentre tierra por casualidad. ¿Cómo es posible que aceptemos eso?

El liderazgo político venezolano serio, no estos mamarrachos y malandros que nos desgobiernan, tienen una tarea pendiente con Venezuela, después del engaño Constituyente de Chávez de 1999, y que se hace perentoria con un país destruido e invadido. Retomar el camino constituyente para esta vez refundar el país de verdad-verdad como se debió haber hecho desde un principio en 1999, es una tarea ineludible de la que todos somos responsables, independientemente que la oposición crea que no hacer nada es un Plan, o independientemente de que no sean ellos quienes lo tengan y lo lleven a cabo.

Caracas, 16 de Mayo de 2013

Twitter: @laguana

domingo, 12 de mayo de 2013

Business as usual


Por Luis Manuel Aguana

Mis disculpas por no encontrar la frase adecuada en español que defina nuestra circunstancia. A veces el inglés viene en auxilio cuando resume mejor lo que se quiere decir. El titulo la nota refiere a un estado de conducta normal de los negocios, que se asume sin importar las circunstancias o eventos especialmente difíciles, y que tienen un impacto potencialmente negativo. La frase también puede significar mantener el “status quo” (ver original en inglés en http://www.businessdictionary.com/definition/business-as-usual.html).

Volver al “business as usual”, en la actual circunstancia política entre el gobierno y la oposición formal, está empezando a desesperar a ciertos liderazgos de ambos lados, lo cuales están comenzando a dar muestras concretas de que “esto del fraude de Capriles” empieza a ser incomodo para “los negocios”.

El país se encuentra en una calma chicha. Una calma que por pesada nos arropa a todos. Una calma que mantiene a la población a la espera de algo que no llega. No termina de morir lo viejo y lo nuevo no acaba de nacer. Estamos en esa calma del medio donde hay factores que aun insisten en que lo viejo no muera, porque en ello se les va la vida. Necesitan volver al “business as usual”.

Lo viejo, por un lado, representado por un gobierno buscando afuera la legitimidad que no encuentra adentro, y que se desmorona en cámara lenta, continúa boqueando buscando ese oxigeno necesario para sobrevivir. Y por el otro lado, representado por las rémoras opositoras que aun sobreviven del pasado que produjo a Hugo Chávez, se niegan a aceptar que una nueva realidad política es necesaria para el país, tratándonos a los venezolanos como imbéciles, incapaces de entender la dinámica de los tiempos.

Y en el medio de la calma que producen esas fuerzas, estamos todos. No es posible la gobernabilidad sin ese oxigeno vital. Y este siempre había aparecido. Chávez antes de cada elección se aseguraba de tener varias bombonas de ese oxigeno que, paradójicamente, solo podía proveerle la oposición. Tenía la fórmula para conservar el poder a pesar de la trampa. El la inventó.

Un sistema electrónico de votaciones le aseguraba los votos, pero eso no era suficiente. Se necesitaba que la oposición aceptara los resultados. Y eso era un asunto muy diferente. Ese era el secreto del verdadero triunfo, porque sellaba con legitimidad los fraudes continuados cometidos en contra de los venezolanos. Mucha gente de “nuestro lado” operando en complicidad para continuar un “status quo” conveniente para todo el mundo, menos para todos nosotros, que permitiera continuar “business as usual”.

Una oposición formal, que ahora “dialoga” con el gobierno y que más temprano que tarde aceptará a Maduro como legítimo, porque ya los mecanismos están en marcha, le proveerá al gobierno de ese oxígeno que necesita para su sobrevivencia. Si no se negoció antes como lo hacía Chávez, lo están negociando ahora. Hay que entender que Maduro no es Chávez…

Todos los indicios públicos están a la orden del día. Ya los partidos de la oposición comenzaron con la rutina pre-electoral para las elecciones Municipales. Ya líderes de la oposición formal están empezando a deslizar que esta pelea de “fraude” ya comienza a ser cansona y hay que volver al “business as usual” con el gobierno.

Pero, ¿estaremos condenados, generación tras generación, a esta trampa  macabra, que nos condena a ser esclavos de una claque política que no se quiere morir? ¿Es que no han sido suficientes 54 años (40+14) para acabar de madurar y entender lo que han aprendido a fuerza de golpes otros países del continente? ¿Sera que los muertos que pusieron Chile, Argentina, El Salvador y Colombia no sirvieron de nada? Quienes no han entendido, no somos nosotros. Quienes no han entendido son quienes han visto el poder en Venezuela como el botín de asalto de una guerra en la que los muertos los ponemos nosotros.

Ya es hora que esta relación cambie. Pero no que cambie para que vengan "los vencedores" como en 1999 a “conquistar” e imponer el país como ellos lo deseen. Llegó la hora en que la sociedad canalice su deseo de cambio de una manera civilizada y democrática. Que se piense al país más allá de sus gobiernos y de sus liderazgos.

¿Caerá la oposición en la contradicción de haber cantado fraude y aceptar de nuevo  al CNE como institución legitima para contar los votos de los venezolanos en unas elecciones Municipales previamente negociadas? Estamos a un paso de que eso suceda. Estamos a un paso que volvamos al "business as usual" entre el gobierno y la oposición formal, quedando Capriles fuera del juego como un “fraudulero” fastidioso y paria de su propio partido.

Se robaron los votos y sentenciarán que no pasó nada porque las Rectoras hicieron una auto-auditoria que tomará el mismo TSJ gobiernero y corrupto como excusa para que no le quede dudas a nadie que ellos son los que definen qué es la verdad y qué es la mentira.

¿Desconocerá Capriles el fallo del TSJ? ¿Habrá sido su causa juzgada por un tribunal imparcial? Después de que quede firme una sentencia en el máximo Tribunal de la República, no le quedará al mundo sino aceptar lo inaceptable para todos nosotros. Y la comunidad internacional lo aceptará en la medida de que nosotros lo aceptemos.

Algunos tienen la peregrina idea que este gobierno se cae solo. ¿Por qué creen que el gobiernito de Maduro ha sido frágil hasta ahora, tanto nacional como internacionalmente? Pues porque su legitimidad está en entredicho hasta que las vías institucionales lo bendigan. Al ocurrir eso, la oposición formal de la MUD lo bendecirá y sanseacabó. Después de eso olvídense de cambios o que el gobierno implosionará. Volverán al “business as usual”. Ya deberíamos saber eso después de 14 años del peor gobierno de la historia de Venezuela.

¿Hasta cuándo negociarán los sueños de un país mejor? ¿Hasta cuando ese juego perverso de la oposición dándole oxigeno al gobierno? Parece mentira, pero la llave para que este gobierno malo se acabe y pensemos de nuevo al país, la tenemos nosotros mismos. Si la oposición formal legitima a Maduro, nosotros, la mayoría de los venezolanos que votamos por un cambio, no la acompañaremos. Y para evitar que ambos puedan continuar “business as usual” no solo hay que desenchufarlos sino cortarles el cable. Tenemos las vías constitucionales y legitimas para aplicar ese alicate.

Caracas, 12 de Mayo de 2013

Twitter: @laguana

martes, 7 de mayo de 2013

El, Ellos y Nosotros



Por Luis Manuel Aguana

El se le plantó al país y dijo- ¡por fin!-, que nos habían robado las elecciones. Ellos se horrorizaron. Después de un examen de conciencia El se dijo que ya bastaba de tanta basura, colaboracionismo y conchupancia. No miraba a los intereses de su partido, ni siquiera a los de El mismo. Miraba al final, por los intereses de Nosotros.

Pero no iba a ser fácil. Ellos se arrecharon mucho con esa decisión. ¡Hay otras elecciones por delante! ¿Como íbamos a deslegitimar al árbitro que garantizaría el posicionamiento del partido en las Municipales? ¿Cómo quedaba el negocio con la gente del gobierno? Esa gente también se arrecharía mucho. Y así pasó. Ellos habían negociado estas elecciones como las anteriores. ¿Y qué paso? En la anterior oportunidad El había dicho que si. ¿Qué paso esta vez?

Lo que paso, fue que El esta vez oyó. No creyó en los cuentos anteriores de que había perdido y prefirió cerciorase él mismo con las pruebas en la mano que lo que decían Ellos había sido mentira y que la ultima vez lo habían mareado como un muchacho pendejo. Y decidió hacer lo que su conciencia le dictaba, que era lo que le pedía la gente. Pero no iba a ser fácil. Necesitaba de Ellos, como Ellos de El.

Entonces a Ellos no les quedó otra alternativa que acompañarlo en su “locura”. Pero ¿cómo harían Ellos si ya El se había pronunciado públicamente? Entonces pensaron mejor la cosa. No en balde tienen décadas en el negocio. Mucho zorro viejo que dijo “¿Creerá este muchacho pendejo que eso se iba quedar así, sin más?”

Llegaron a El y lo convencieron que lo acompañarían en su cruzada, pero que dejara que Ellos se ocuparan de lo legal. Que dijera que iba a llegar “hasta las últimas consecuencias”. Pero nunca tuvieron la intención real de amenazar a quien le garantizaba el negocio elección tras elección. Solo darían la impresión y el amague de que lo hacían de verdad. Al final, todo se arreglaría. Gritamos, pataleamos un poco, y lo convencemos a El de que estamos de su lado.

Pero Ellos siempre lo supieron. Sabían que todos los procesos electorales habían sido fraudulentos. Los pendejos siempre fuimos Nosotros. Pero eso no importo. Éramos poquitos los que pensábamos que nos habían hecho fraude. ¿Qué iban a hacer esos fraudureros en contra de Ellos? Solo escribir sandeces (¿como esta?) que nadie creería.

Pero esta vez, al gobierno se le paso la mano con su desesperación, dificultándoles a Ellos su tarea de convencerlo a El. ¡Qué vaina! La cosa fue tan estúpida. Nunca pensaron que El convencería a los del otro lado. ¡Más de un millón de votos! ¿Quién lo iba a decir? Pero todos estamos en esto, dijeron Ellos. ¡Lo que nos queda ahora es el control de daños!

Y entonces pusieron a sus mejores elementos jurídicos para elaborar un Recurso legal que no dijera nada, que no tocara el fondo ni al árbitro ladrón pero que garantizara ir a un próximo proceso electoral convenciendo al más incauto de que estaban realmente haciendo algo. Necesitaban decirle a El, "estamos contigo" y a la vez decirle al gobierno "dennos un chance para arreglar la vaina". No en balde son zorros de muchos años en el negocio. Estaba hecho para ser admitido y luego declarado "improcedente" por el Tribunal unos meses después de las Municipales. Pero mientras tanto estaríamos "arrechos" con el gobierno. Después, poco a poco, lo reduciríamos y luego la población se le vendría encima a El, no a Ellos, porque sabían que lo legal no funcionaría. Por ahora Ellos no podían tocarlo a El. Era demasiado. Ir contra de El en este momento no era una buena estrategia. Ya se apagará solo. Con eso bastaría.

Pero El tampoco es pendejo. Sabe que lo están bailando de nuevo. Es una lucha desoladora y tiene pocos de su cercana confianza para afrontarla. El lleva sobre sus hombros la esperanza de la mayoría. ¿Cómo es posible que se encuentre tan solo en esta lucha? Dentro de esa soledad intuye que debe hacer algo ¡algo! Pero sin Ellos que lo acompañen se hace cuesta arriba, casi imposible.

Por lo pronto intenta otros Recursos legales, con gente en la cual confía, porque sabe que con el primero que se introdujo no llegará ni a la esquina, pero eso no será suficiente. Sabe que la solución de esto es política, no legal, y se debate entre esperar que esto se desmorone solo o comenzar una lucha No Violenta para precipitar una salida. Acaricia la idea de esto último porque se sabe acompañado de Nosotros.

Mientras tanto Nosotros esperamos. También intentamos lo legal independientemente pero de la manera correcta, sin embargo el camino es largo, no se le ve el final. Nosotros, quienes fuimos defraudados en nuestra condición de electores, seguimos esperando a ver si esto tiene de verdad una salida. Pero el enemigo no pierde tiempo, avanza, se arma y nos amenaza con radicalizarse, actuando con violencia.

Muchos de Nosotros nos preguntamos si El está metido en el guiso con Ellos, o si El es un luchador solitario a quien apoyar de manera irrestricta. En todo caso, El tiene un liderazgo indiscutible y cualquier cosa que pase deberá ponerse al frente de los acontecimientos o dejar que las cosas sucedan, quedándose sólo.

Soy todavía de los que piensan-ingenuo incorregible-, que El es ese luchador solitario que luego de la pertinaz insistencia de Nosotros creyó en lo que le dijimos y pidió las pruebas para de verdad saber si “el mejor sistema del mundo” le había robado las elecciones. Y se dio cuenta que teníamos razón. Y ahora tiene un gran problema.

Si deslegitima al árbitro, tendrá que profundizar la lucha para cambiar al sistema electoral en su totalidad, a pesar de su propia gente, Ellos, que quieren negociar y usarlo en un futuro para su propio beneficio. Deberá negarse a un próximo proceso con ese árbitro. Pero por otro lado si no lo hace, Ellos se saldrán con la suya haciendo que el pueblo pase mas necesidades víctima de un gobierno vendido y corrupto, siendo El su principal cómplice. ¿Qué hacer?  

Nosotros sólo podemos acompañarle desde afuera en su soledad, dándole la fuerza para continuar la lucha. Aunque lejano, ese acompañamiento siempre es mejor que el que ahora tiene. Mientras siga en sintonía con Nosotros, en algún momento Ellos serán derrotados, y El podrá cambiar al final el rumbo del país…

Caracas, 7 de Mayo de 2013

Twitter: @laguana

miércoles, 1 de mayo de 2013

Los verdaderos agresores

Por Luis Manuel Aguana

“El 24 de enero de 1848 se produce un grave atentado contra la institución del Congreso venezolano. La discusión política abierta y la independencia de poderes que se habían desarrollado desde 1830 dejaron de existir aquel día. La propuesta de enjuiciamiento al presidente José Tadeo Monagas fue enfrentada con la violación del fuero parlamentario y el acoso violento a los diputados. Varios de ellos murieron, así como también ciudadanos que acudieron en defensa del Congreso. Esa noche relatan que cayó sobre Caracas “un pavoroso silencio y la sangre del pueblo, mezclada con la de sus legisladores, humea en el empedrado” (Tomado del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, http://www.fermintoro.org/acerca-del-iepft/fermin-toro-diputado-de-venezuela/).

¿Repetimos la historia? ¿Repetimos la persecución y la intolerancia con el acoso violento a los parlamentarios? El recinto del Parlamento venezolano no veía la sangre de sus diputados correr desde esa fecha, cuando una figura de la estatura moral de Fermín Toro se levanto en la defensa de la decencia y la moral republicanas cuando el gobierno intentó buscarlo a la fuerza de vuelta al Congreso, con la frase: “Decid al General Monagas que mi cadáver lo llevarán, pero que Fermín Toro no se prostituye”.

La actitud intolerante del oficialismo al tratar de acallar la oposición por no reconocer a un Presidente que consideramos ilegitimo es la misma que tuvieron los partidarios de Jose Tadeo Monagas para asesinar a los parlamentarios conservadores para no permitir enjuiciar y destituir al Presidente de la República. La situación y la historia pueden ser diferentes pero los motivos de la agresión política se parecen muchísimo.

Y seguiremos considerando ILEGITIMO a Nicolás Maduro hasta que su CNE no demuestre que en realidad sacó los votos que dice haber sacado. De nada le valdrá a Diosdado Cabello y a sus matones de la Asamblea Nacional golpear a los parlamentarios opositores. Ellos están allí porque fueron los votos del pueblo opositor venezolano quienes los llevaron a ese sitio. De nada le valdrá patear, golpear o maltratar a los Diputados. Ese es precisamente el estado de inestabilidad que se compraron al no auditar el 100% de los Votos, Cuadernos y Actas.

Cada vez que salga el Ilegitimo de un acto a la calle le seguirán indefectiblemente los cacerolazos espontáneos de la gente por todos lados. No podrán escapar de eso. Maduro es y seguirá siendo un Presidente ilegitimo hasta que no oiga la otra mitad del país y haga que su CNE cuente como es los votos de todos los venezolanos.

Pero como sabemos que el CNE no hará eso porque se demostraría un FRAUDE GIGANTESCO entonces se encuentran entrampados. ¿Cómo mantenerse en el poder con plomo en el ala, acallando la voz molesta de la gente y de sus parlamentarios en la Asamblea Nacional? Tienen entonces que apelar a la violencia. Eso es lo que hacen los que no tienen la razón.

El Diputado vocero del oficialismo, Pedro Carreño, rodeado de los agresores, pide que los parlamentarios de la oposición respeten el Art. 131 de la Constitución, solicitando el acatamiento de la “Constitución, las leyes y los demás actos que en ejercicio de sus funciones dicten los Órganos del Poder Público”. Es como si aquellos que se agavillaron para golpearte y vejarte al frente de tu casa fueran a la policía a pedir que te pongan preso porque no te dejaste golpear. No pudieron encontrar a nadie mejor para hacer eso que al que tiene una cuenta pendiente con una cantina de las Fuerzas Armadas.

Tampoco Carreño ni mucho menos Cabello al exigir el cumplimento de la Constitución han leído el Art. 201 según el cual los Diputados no están “sujetos o sujetas a mandatos ni instrucciones, sino sólo a su conciencia”, razón por la cual eso de ponerle condiciones al derecho de palabra, no solo es un insulto a la libertad de los parlamentarios y al pueblo que los eligió, sino abiertamente inconstitucional.

Ese cinismo que se muestra al solicitar la aceptación de la elección írrita del 14A alegando acatar lo que dice la Constitución es verdaderamente patético. Ese es el que precisamente vemos cuando Maduro viola flagrantemente el Art. 229 que le prohibía expresamente ser Presidente estando en el ejercicio del cargo de Vicepresidente.

Pero, al margen de esta inestabilidad que el gobierno pretende ignorar, así como ha ignorado el reconteo de los votos de los venezolanos, debemos preguntarnos a que conducirá esta intolerancia. Al revisar la historia y ver que esta situación de agresión al Parlamento no es nueva y la volvemos a repetir 165 años después, nos preguntamos como pueblo si aprendimos algo en todos esos años.

¿Lograremos superar estas diferencias? Será difícil porque hay un tercero en la discordia: los cubanos. No tenemos una disputa entre hermanos común, como la hemos tenido en el pasado. Hay un tercero que le conviene que estas diferencias persistan y se acentúen. Y si hay alguien aquí a quienes debemos considerar los verdaderos agresores no es al chavismo que creyó en un proyecto en 1998, es al régimen castro-comunista cubano. Y el grado de penetración de ese tercero es de tal magnitud que deberemos estar considerando que ya no estamos tratando con un oficialismo venezolano.

Ya el 14A, una parte importante del pueblo chavista comenzó a votar por Henrique Capriles. Es por eso que el oficialismo busca la venganza en los organismos públicos. Esos venezolanos que de buena fe confiaron una vez en el mensaje de Hugo Chávez ya se están empezando a convencer que esta gente que dice que ganó, no abraza las banderas de un nacionalismo a la venezolana y que está siendo manipulada para ser la plataforma de mantenimiento de un régimen que oprime a su pueblo en Cuba.

Por eso nunca aceptarán ser minoría y han manipulado y corrompido nuestro sistema electoral. Este tercero en discordia siempre ha estado asechando para meterse entre nuestras diferencias fraternas y encontró un terreno fértil en el verbo encendido de odio de Hugo Chávez. Este es el verdadero agresor de los Diputados. Y aunque en la confrontación de 1848 resultó vencedor Monagas al perseguir a los Diputados de la época, la historia posterior la escribieron los venezolanos. No dejemos que esto deje de ser así porque desde siempre los venezolanos hemos sido mayoría.

Caracas, 1 de Mayo de 2013

Twitter: @laguana