jueves, 26 de junio de 2014

Gira Constituyente



Por Luis Manuel Aguana

¡Qué diferente es decirlo que vivirlo! Que diferente es decir que se va la luz en San Juan de los Morros todas las mañanas o cualquier en otra región del país porque al gobierno no le interesa que a la región capital le falte el servicio,-desviando la cada vez mas disminuida producción de energía eléctrica a la región capital-, que vivirlo en el interior cuando tienes que reprogramar actividades o cuando pierdes la escasa comida refrigerada de las neveras, porque nunca se sabe cuando el gobierno quitará la luz. ¡Qué desastre!

Pues es así. Así se vive todos los días en cualquier lugar del país pero en mucho menor medida en Caracas. Y no es porque yo tenga algo en contra de nuestra maltratada capital, sino que es cada vez más notorio que en la medida que escasean los bienes y servicios en todo el país, Caracas, el asiento de los Poderes Públicos, sitio estratégico para cualquier gobierno, debe ser protegida a costa del sufrimiento del resto de las ciudades del país.

Si llegan ahora 100 sacos de azúcar a los puertos de Venezuela, 80 van para Caracas y los restantes 20 se van al resto del país. Esas colas monstruosas en Caracas en las entradas de los Mercales del gobierno son colas de cine comparadas con las de San Cristóbal, Valencia, Maturín, Barcelona, solo por mencionar algunas principales ciudades, sin mencionar la de los pueblos menos favorecidos. Si la gente pierde horas en una cola en Caracas, en el interior la gente pierde días completos para conseguir un pollo.

En la escasez y en la miseria que ha provocado el régimen es que se evidencia lo descompuesto del sistema que nos hemos propuesto cambiar. Escribía el año pasado (ver La Rebelión de las Regiones http://ticsddhh.blogspot.com/2013/08/la-rebelion-de-las-regiones.html) que no había más que pasearse por Venezuela para ver el abandono de nuestro interior-no de ahora sino de siempre-, resaltándolo especialmente en una nota del 2011 (ver Entierro de pueblo en http://ticsddhh.blogspot.com/2011/10/entierro-de-pueblo.html) en la que lo describo, viéndolo desde la perspectiva de un sencillo y sentido entierro de pueblo.

Pero lo más lamentable es lo que han hecho tradicionalmente los partidos políticos con esa gente. Como saben, ya los partidos NO TIENEN gente en los Estados y se valen de la sociedad civil para montar sus campañas electorales (ver historia en Doce Ejes y un Destino: Municipio Fuerte en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/07/doce-ejes-y-un-destino-2-el-municipio.html). Eso estaría bien si la situación de los Estados mejorara en el tiempo, pero eso lamentablemente no ha sido así.

La decepción tan grande sufrida por un pueblo que lo que desea es un cambio para mejorar en las regiones, y que se queja amargamente de haber trabajado para ellos en las campañas, en las mesas electorales, en la defensa del voto, para que después entreguen todo eso, no solo negociando un “dialogo” que a quien ha beneficiado es al régimen, sino que pretendan perpetuarse en sus puestos a costa de su trabajo político sin ofrecer más nada a cambio que continuismo. Ya es hora de revertir esa situación.

Poco a poco la decepción hacia lo político es alarmante. Y no es que aquí nos acusen de jugar a la “anti política” sino que ya la gente se hastió de las mismas promesas, de los mismos discursos sin contenido, de ofrecer lo mismo que ofrecían antes que Chávez llegara al poder. Los habitantes del país NACIONAL no solo exigen saber qué plan tienen los partidos para salir de este régimen inmundo, sino que es lo que harán para recomponer al país destruido. Y la respuesta es siempre la misma: “salgamos de ellos, exijamos la renuncia de Maduro, descabecemos al régimen con una Constituyente”. ¡Ajá! ¿Y después qué? El debate político todavía se reduce a consignas sin contenido, sin nada que ofrecer a este país sufrido y sin esperanzas.

Ya es hora de discutir con seriedad esa decepción acerca de lo político por parte de las personas porque eso se toca, se respira en cada rincón donde uno se asoma en el país. La sociedad civil no se va a quedar esperando que los partidos entiendan que a Venezuela le crecieron los pantalones, o las faldas según el caso. Ya no podemos ser tratados como ovejas estúpidas que llevan a un matadero porque a los dirigentes de la MUD les interesa continuar su baile pegado con el gobierno para seguir con el sainete electoralista, esta vez para el 2015. Los problemas se agravan AHORA, no para las próximas elecciones.

Es por eso que un grupo de venezolanos sin ningún otro interés que enfrentar el problema que vivimos, estamos recorriendo al país en una Gira Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/p/normal-0-21-false-false-false-es-x-none.html) para explicarles que si hay una vía pacífica y constitucional para enfrentar este problema que tenemos todos, con un planteamiento serio, concreto y constitucional, no solo para comenzar a resolver el problema político del país sino para reconstruir lo que quede después de eso. Desde hace muchos años lo hemos llamado Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (ver http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/).

Hemos tenido que explicarle a la gente en los Estados que ellos, no los partidos ni los dirigentes nacionales de los partidos, son los protagonistas del cambio y de su futuro. Que Venezuela NO ES CARACAS, que los que construyen el país están en el Guárico, en Aragua, en Cojedes, en Portuguesa, en Lara y el resto de los Estados, Municipios y Parroquias de todo el país. Que tenemos que voltear el sistema de relaciones políticas para que este país crezca y se desarrolle. ¿Y qué nos hemos encontrado? Que quienes están en contra de esto paradójicamente es la propia claque dirigencial de los partidos que se resisten a ese cambio.

Pero el cambio no lo para nadie. Ni el gobierno ni la oposición oficial. Si los partidos entienden que el país cambió y nos unimos todos en un solo bloque buscando una Venezuela distinta y reconciliada lo cambiaremos más rápido, pero eso no quiere decir que sin ellos no lo haremos. La experiencia nos está indicando que en las ciudades del interior bulle una energía extraordinaria para hacer eso porque quienes hicieron que la oposición ganara las elecciones presidenciales del 2013 fueron ellos, no los partidos. Siempre he dicho que si la MUD cree que esos votos que se robó el régimen con ayuda de su ministerio de elecciones el 14A eran de ellos están muy equivocados. Esos votos fueron de los venezolanos y fueron ellos que como dirigentes no los supieron defender, que es una vaina muy diferente.

A esos venezolanos nos estamos dirigiendo. Una Constituyente que ponga el PODER POLITICO en el sitio que le corresponde, que empodere a las regiones de su destino entregándoles lo que les pertenece, no solo acabara con la dictadura del régimen, sino también con la de los pocos que siempre han controlado el destino de los venezolanos. Solo de nosotros depende eso…

 Caracas, 26 de Junio de 2014

Twitter:@laguana

miércoles, 18 de junio de 2014

Sabores constituyentes



Por Luis Manuel Aguana

Son interesantes las reacciones del común de las personas en relación a la propuesta de realizar una Constituyente. Todas invariablemente se refieren a la Constituyente de 1999 y el mal sabor que dejó en el país, relacionándola con la propuesta electoral de 1998 del difunto presidente y que nos llevó a cambiar la Constitución de 1961. No hay nada más difícil que intentar venderle un bejuco a quien lo ha picado una culebra…

Pero para eso es la democracia, para convencer. Y tengo la impresión-por no decir la certeza- que quienes deben ser convencidos, no conocen el fondo de lo que se está proponiendo, entre otras cosas porque aquellos que adversan la propuesta montan sobre ella precisamente las amenazas que dieron como resultado este desastre que se llama Socialismo del Siglo XXI, sin explicar cómo se dio ese desastre.

Hemos insistido que la única salida que tenemos los ciudadanos es echar mano de la Constitución y hacer pleno uso de ella para combatir el Plan de la Patria comunista, que está avanzando sin pausa. Que nuestra salida es constitucional. Sin embargo, aun habiendo explicado que eso es así, muchos lo que han entendido es que debemos usar la Constitución para “salir del gobierno” cuando el fondo del problema es salir del sistema que nos ha llevado a este gobierno, que es otra cosa muy diferente. Parece un juego de palabras pero no lo es.

Han surgido entonces diversas maneras de entender el para qué hacer una Constituyente, por lo que he indicado que cada cual tiene una versión distinta de esa constituyente, es decir “sabores constituyentes” diferentes, al plantearse varias maneras de enfocar este problema por la vía constitucional. Y esto viene desde el año pasado cuando un grupo de venezolanos encabezados por Leopoldo Lopez y María Corina Machado asomaron por primera vez la posibilidad de realizar una Constituyente para “salir” del régimen.

Esta manera de enfocar el problema es válida también. En la Constitución existen tres maneras de abordar la salida del Presidente: la renuncia del Presidente de la Republica (Art. 233), el Referéndum Revocatorio del Presidente (Art. 72) y la Convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente (Art. 348). Las dos primeras van dirigidas a la figura del funcionario que ejerce la Primera Magistratura, y la tercera va mucho más allá, al cambio de todos los Poderes del Estado, incluido el Presidente, además de abordar el cambio de la Constitución.

Como se verá, la diferencia entre las dos primeras figuras constitucionales con la tercera es abismal, así como toda la discusión procedimental para llegar a ellas. Sin embargo, visto así, si lo que deseamos es que el Presidente de la República se vaya, con apelar a las primeras dos figuras bastaría. Pero como sabemos, cualquier muñeco de ventrílocuo puede ejercer la Primera Magistratura de Venezuela en las circunstancias actuales de un país invadido por un país comunista, con lo cual no hace mucho sentido sacarlo usando esas figuras porque dadas las ventajas electorales del régimen, inmediatamente tendríamos otro con renovadas energías

Entonces el problema no es de si el Presidente debe irse. Lo que está planteado es que el sistema completo debe irse. Es decir el rescate de la soberanía y el Estado de Derecho por parte de los ciudadanos. La discusión del uso de la Constitución para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente pasa por esa consecuencia, el rescate de la soberanía, además de la destitución de todos los Poderes Públicos y la entrada en vigencia de un período de transición. Pero no es la única, hay más.

El planteamiento de una Asamblea Nacional Constituyente tiene como objetivo hacer una nueva Constitución, un nuevo Pacto entre los venezolanos. Y eso no se puede imponer de una parte del país a otra y menos en medio de un país polarizado como este. La Asamblea Nacional Constituyente debe ser un vehículo de reencuentro y reconciliación entre los venezolanos para discutir entre todos el país en el que deseamos vivir, reconstruyéndolo sin injerencias extranjeras ni ideológicas de ninguna naturaleza.

Es por eso que el “sabor” que estamos proponiendo para esa Constituyente desde el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (ver  http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/) difiere en su origen, estructura, concepto y esencia al planteado públicamente de usar esa figura establecida en la Constitución de 1999 para “sacar” al Presidente de la Republica. Ese es otro “sabor” muy diferente y hasta amargo. Es por eso que lo primero que me toca explicar cuando alguien me indica que una constituyente es una “locura o chifladura” que fue lo último que leí, es que lo que debemos hacer de entrada es discutir el país en el que deseamos vivir para luego ver si el modelo en el que concluyamos se ajusta al que tenemos expresado en la Constitución de 1999. Y hasta ahora en ninguna oportunidad me he encontrado que se ajuste.

El Manifiesto publicado el domingo 15 de Junio en los dos principales diarios del país (ver  http://www.ventevenezuela.org/manifiesto-si-hay-una-salida-a-la-crisis/) expresa una ruta para “reemplazar al régimen lo antes posible por las vías constitucionales”. Pero debemos dar la discusión en relación al como se hace eso. Acompañé con mi firma el Manifiesto porque convoca a los factores que no hemos comulgado en el cómo se ha enfrentado hasta ahora desde la oposición el problema del país, en un gran Congreso opositor que una a todo el mundo para discutir eso. Lo peor que podemos hacer es que el país avance hacia su destrucción ante los ojos de todos, sin siquiera ponernos de acuerdo, aquellos que deseamos detener esa destrucción.

Estamos dispuestos, al menos este escribidor, a debatir si existe o no una mejor proposición al “sabor constituyente” que hemos planteado, pero de una manera honesta, sin agendas ocultas ni personalismos. Esgrimir el lugar común “tenemos que ser gobierno primero porque así es que se han hecho siempre las Constituciones en Venezuela” es insostenible en las actuales circunstancias porque se fundamenta en una situación política y militar que dista mucho de ser la de 1958-incluso la del 2002-, sin entrar en el detalle que nos encontramos invadidos por otro país.

Concretar ese Manifiesto puede ser una buena oportunidad para descubrir si lo que se desea es impulsar el proyecto político de alguien o si vamos a tomar en serio por primera vez, después de muchos años de diferencias opositoras, el buscarle soluciones al problema de supervivencia de la democracia en Venezuela.

 Caracas, 18 de Junio de 2014

Twitter:@laguana