lunes, 19 de marzo de 2018

Escoja usted su transición

Por Luis Manuel Aguana

Interesante debate el que se plantea en el país cuando se aborda el álgido tema de la necesidad de un Gobierno de Transición, y más aun cuando se toca cuanto tiempo deberá estar en funciones ese supuesto gobierno, en especial sin decir el cómo llegaremos a el.

Sin excepción, todas las “oposiciones”–como diría el Prof. Agustín Blanco Muñoz- del país hablan de qué se hará durante esa transición pero nadie dice cómo llegaremos a ella, mas allá de esperar la famosa “explosión social” que no llega, con la intervención de los militares para restituir la vigencia de la constitución. La clase política venezolana tiene mucha experiencia en decir que harán cuando estén mandando pero ninguna cuando se trata de meterle cabeza a cómo salir constitucionalmente de una dictadura.

Lo cierto es que no existen propuestas serias que ofrecerle al país desde la acera política opositora que conduzcan efectivamente a la salida del régimen, que no sea esa ruta electoral fraudulenta de la MUD y su nuevo disfraz; o la de aquellos que esperan que esto se termine de caer solo, aspirando ver una Junta Cívico-Militar protagonizando una transición encabezada por un militar, muy probablemente surgido de las filas del chavismo, porque son ellos los que tienen el control de las Fuerzas Armadas. Ahora resulta ser que la otra solución opositora pasa por poner a la cabeza a quienes han atropellado inmisericordemente los Derechos Humanos de los venezolanos. Dirán que así es la política…

Siendo esto así, posiblemente para el político opositor clásico, la lucha por el poder político para llegar a una presunta próxima “República” se reduciría a identificar quien o quienes están mas avanzados en el conspire militar, cuadrando un puesto en esa Junta que se forme. Y de nuevo comenzaría otra vuelta en el interminable ciclo que ha sido la historia política de Venezuela.

En resumen, mientras una parte del país político está tratando de llevar al país al matadero electoral, la otra parte que no está de acuerdo no tiene más oferta que esperar a que se desarrollen los acontecimientos, incluso empujando en algunos casos a que estos se materialicen en una Junta Cívico-Militar, apostando a que esto se caiga lo más pronto posible, dejando entrever que cuando esto ocurra las fuerzas políticas deberán reagruparse en una suerte de nueva ecuación de poder.

Entonces, así están planteadas las cosas hasta ahora en el sector opositor: unos buscando llevarnos a votar sin explicarnos cómo resolvemos el gravísimo problema de una Asamblea Constituyente que hará lo que le de la gana con lo que pase antes y después de esas “elecciones”; y otros, que si bien es cierto niegan la salida electoral fraudulenta, no terminan de explicarnos como se llegará a esa cacareada transición que no sea esperando un alzamiento militar. Desde mi punto de vista no se cual de las dos es peor.

Del primer grupo opositor puedo esperar cualquier cosa, porque están apostando a convivir con el régimen, incluso si “ganan” –o los dejan “ganar”- esas elecciones, porque están tolerando ir a un acto electoral convocado por una Constituyente inconstitucional no reconocida mundialmente. Pero del segundo grupo debemos reflexionar con mucho más cuidado.

Hay una máxima gerencial que indica que no hacer nada es una decisión. Si la oposición política que rechaza el llamado a elecciones decide “esperar” a que algo pase está definitivamente muerta. No basta con decirle a la gente que lo que viene el 20 de Mayo, o para cuando el régimen decida hacer esas elecciones, es un fraude con todas las de la ley, y que sus resultados serán rechazados por todo el mundo. Es necesario dirigir las acciones y proponer caminos concretos que sean seguidos por un pueblo ávido de conducción política.

Si lo que esa oposición está esperando es que esto se caiga solo porque el país no aguanta más, y por eso deben intervenir las Fuerzas Armadas, específicamente el  chavismo militar del 4F porque son ellos los que controlan los cuarteles, difícilmente los venezolanos tendremos garantías de que lo que vendrá después será mejor. Tendremos efectivamente la esperanza de un cambio para un mejor futuro porque Maduro se fue, pero solamente eso, la esperanza, no la garantía.

¿Porque estamos insistiendo en una solución donde sea el pueblo el que decida? Porque desde la sociedad civil no podemos quedarnos de brazos cruzados esperando que algo pase. Nosotros somos los dolientes de este monumental desastre y no podemos seguir esperando más. El planteamiento de una Consulta Popular que exprese con claridad la ruta a seguir, no deja grieta sin sellar.

Primero, la podemos convocar en cualquier momento y sus efectos deben ser acatados. Segundo, decide el desmontaje del régimen y sus instituciones inconstitucionales, de las manos de quienes somos los depositarios de la soberanía. Tercero, ordena como debe ser designado un Gobierno de Transición, garantizando su legitimidad de origen. Y por último, y tal vez lo más importante, garantiza y ordena que ese cambio de gobierno sea decidido entre todas las fuerzas políticas desde el seno de unos constituyentes legítimamente electos en una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario.

¿Por qué las fuerzas políticas desestiman este camino e incluso lo sabotean? Porque nadie –y en especial los militares o ninguna de estas figuras que se disputan públicamente el poder político- tendría el control de ese Gobierno de Transición, solo el pueblo a través de sus representantes legítimamente electos en una Constituyente Originaria.

Si los venezolanos decidimos en una Consulta Popular la solución que se le debe dar a esta crisis, el acatamiento de los militares, sin importar si son chavistas del 4F, maduristas del Alto Mando militar, institucionales, o indiferentes, tienen la obligación de acatar ese mandato directo, en obediencia debida al Poder Civil del pueblo venezolano. Si seguimos esperando que la situación se siga agravando sin hacer nada, estaremos escogiendo la transición que vendrá. Ahora, escoja usted su transición. Yo decidí la que quiero para Venezuela…

Caracas, 19 de Marzo de 2018

Twitter:@laguana

jueves, 15 de marzo de 2018

Hay que agendar un Plebiscito

Por Luis Manuel Aguana

En el medio de la más espantosa crisis económica, política y social de toda nuestra vida republicana, la Venezuela de hoy  está sumida en un gran desconcierto. Luego de abandonar una agenda de calle donde los ciudadanos tuvieron como uno de sus logros cívicos más importantes una Consulta Popular el 16 de julio de 2017, los venezolanos parecemos haber perdido el rumbo.

Por una parte, la Venezuela política – la MUD y su nuevo Frente- nos dicen que debemos exigir condiciones para ir a un proceso electoral con el régimen, colocando eso como solución a los graves problemas del país; y por otra parte se nos dice que debemos abstenernos de una manera militante, saboteando un proceso que todos vemos como fraudulento. Sin embargo en ambos casos, no se le dice al país como asististendo o no a un proceso electoral se resuelve la crisis terminal venezolana; y tampoco nadie explica cómo nos quitamos de encima una Asamblea Nacional Constituyente del gobierno con poderes supremos, que hace y deshace a su arbitrio, a la orden de un gobierno extranjero y del régimen, y a la que deberá someterse un supuesto próximo Presidente de la República, pudiendo esperarse su segura juramentación ante esa Constituyente considerada por el mundo entero como írrita, ilegal e inconstitucional.

Los venezolanos han perdido su fe y confianza en que la clase política este a la altura del problema que tenemos. Pero la agenda y el debate público sigue estando entre ir o no ir a votar. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Quién establece esa agenda del país? ¿Por qué solo debemos debatir eso? ¿Es que no hay otras opciones que considerar?

Y ciertamente me ha parecido muy extraño que solo “existan” en el debate público las propuestas que referencian a las elecciones - o su negativa- como solución del problema del país y no otras igualmente democráticas y constitucionales, que apunten al centro del problema político, discutiendo las fórmulas para disolver esa Asamblea Constituyente inconstitucional del gobierno, como por ejemplo un Plebiscito o Consulta Popular, o un Referendo, antes siquiera considerar algún nuevo proceso electoral.

Existen grupos y generadores de opinión pública muy importantes que deliberadamente están ignorando y/o rechazando el tema, haciendo que se sepulte un debate tan importante en un océano de electoralismo estéril que alarga el sufrimiento de los venezolanos. Y si a eso le añadimos lo que muchos esperan, una intervención militar extranjera, la agenda de la opinión pública se hace aun más enrarecida y compleja.

Solo entendiendo un problema es que se puede comenzar a transitar por una solución. Veamos la siguiente definición:

"La "teoría de la fijación de la agenda", también conocida como teoría del "Agenda Setting" postula que los medios de comunicación de masas tienen una gran influencia sobre el público al determinar qué asuntos poseen interés informativo y cuánto espacio e importancia se les da. El punto central de esta teoría es la capacidad de los medios de comunicación para graduar la importancia de la información que se va a difundir, dándole un orden de prioridad para obtener mayor audiencia, mayor impacto y una determinada conciencia sobre la noticia. Del mismo modo, deciden qué temas excluir de la agenda..." (ver Teoría del establecimiento de la Agenda, en  https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_establecimiento_de_la_agenda).

De acuerdo a esta teoría de la comunicación, la respuesta del porqué algo es importante o no para la población se halla en los medios masivos de comunicación y de aquellos que fijan la opinión. Esto parecería obvio pero no lo es. Siendo este un concepto tomado como probado y universal, la Agenda Setting en nuestro país siempre ha sido guiada por pocas personas y/o medios. Lograr que lo que se discuta en el país esté en la agenda publica pasa por convencer a esos “generadores de opinión” que el tema es importante.

En una época próximo pasada, programas como Aló Ciudadano y Buenas Noches en Globovisión, generaron gran parte de esa Agenda Setting de Venezuela. Programas importantes de opinión de anclas reconocidas de radio y televisión también formaban parte de la creación de esa agenda política y en cierto grado todavía lo siguen siendo, aunque estén muy disminuidos.

Al irse imponiendo la “hegemonía comunicacional” del gobierno gran parte de la Agenda Setting se ha trasladado a generadores de opinión por la vía de programas de video/audio digital y su difusión a través de las redes sociales, pero siempre de la mano de pocos operadores con credibilidad, sin dejar de lado los pocos medios impresos de importancia que quedan de cobertura nacional de tendencia opositora que aun no han cerrado sus puertas, como El Nacional y otros de relevancia.

Es de una importancia clave que estos operadores de la comunicación social estudien y den cabida a nuevas formas alternativas de solución al problema político sin esperar que sea “noticia” primero, sino que por el contrario, sean ellos los que creen esa realidad alternativa al dar cabida a esas nuevas propuestas por encima de los deseos interesados de una claque política que se niega a morir y que ha demostrado con creces no querer una solución para el país.

Muchas personas me han indicado que la propuesta plebiscitaria de la Alianza Nacional Constituyente-ANCO no se conoce y que requerimos de montañas de dinero para hacerla llegar a la gente. Y yo me pregunto: ¿es que debemos tener uno o varios mecenas, o contar detrás con millonarios a la vieja usanza que esperen cobrar favores políticos futuros para poner en la agenda del país algo que va en el beneficio de todo el mundo? Estaría de acuerdo que necesite dinero para impulsar la candidatura de alguien porque eso estaría en el interés de esa persona o grupo político. Pero ¿es la misma situación cuando la propuesta es por el interés del país?

Del debate de lo que está en la agenda es que se establece el curso de acción de lo que terminara pasando en Venezuela. Pero si ni siquiera está en la agenda de la discusión pública la posibilidad de que el pueblo decida su destino a través de un Plebiscito, mucho menos ésta será considerada por la ciudadanía pensante como una solución real del problema del país. De allí que crea hay manos peludas interesadas en  dejar fuera de esa agenda este tema crucial para Venezuela. Y esas manos peludas si están llenas de dinero para lograr eso, con lo cual el problema se magnifica.

En todos los foros públicos alrededor del país donde hemos debatido la posibilidad de un Plebiscito o Consulta Popular, invariablemente y sin distinción de tendencia política, todos han coincidido en que es ciertamente una solución alternativa  incluyente, democrática y constitucional para la crisis venezolana. Pero hay que agendarla para su debate y discusión general. Ojalá que así llegaran a pensar quienes en la actualidad fijan la agenda política del país. Tal vez en sus manos este el destino de Venezuela...

Caracas, 15 de Marzo de 2018

Twitter:@laguana

domingo, 11 de marzo de 2018

Dos actos, un mismo propósito: el relanzamiento de la MUD

Por Luis Manuel Aguana

Muy difícil ignorar lo que ocurrió el martes 6 de marzo de 2018 en la UCV y el relanzamiento de la MUD dos días después con otro nombre. Más difícil todavía es creer que ambos actos no estén relacionados, por más que se lo quiera negar. La habilidad política con la cual la vieja MUD se mueve para no morir es espeluznante, por decir lo menos. Primero, generar la matriz de opinión de un lanzamiento de la sociedad civil de las manos de dos pilares fundamentales de la conciencia creíble de Venezuela: la Iglesia Católica y la Universidad venezolana; y luego, el relanzamiento de la MUD en unión con esa misma sociedad civil que se expreso en la UCV dos días antes, pero rebautizándola como Frente Amplio Venezuela Libre, para volver a plantear la salida electoral en la agenda del país.

Es de hacer notar que en los Manifiestos de ambos actos se insiste en elecciones como la salida al problema venezolano: el de la UCV se plantea como el “ejercicio libre del derecho al voto, con un árbitro imparcial y en las condiciones y plazos previstos en la ley, que permita votar para elegir…”, y el del nuevo Frente Amplio Venezuela Libre: “Proponemos una amplia alianza que exige elecciones libres y justas para cambiar y reconciliarnos…”. Y en ambos casos ir a elecciones sin resolver el fondo que no es otro que una Constituyente inconstitucional sobre todos los Poderes Públicos. ¿Qué fue lo que hicieron? Primero se bañaron de sociedad civil legítima en la UCV y luego se relanzaron pública y muy hábilmente dos días después. El resto lo hicieron los medios y las redes sociales.

Y si leemos en detalle ambos Manifiestos, descubriremos entre líneas los mismos puntos que la MUD le exigía al régimen antes de irse corriendo a República Dominicana a negociar con Maduro: apertura del canal humanitario, liberación de los presos políticos, reconocimiento a la Asamblea Nacional y…elecciones generales. Es impresionante como los venezolanos caemos de nuevo con estos vendedores de espejitos.

Quiero dejar algo claro: a la sociedad civil puede convocarla cualquiera–hasta la MUD-, incluso se puede auto convocar, y ciertamente es necesario que lo haga en esta hora crítica del país. Pero de allí a una manipulación de factores encubiertos de la MUD para usar posteriormente ese acto en la UCV para el refrescamiento de aquellos que persistentemente nos han llevado al fracaso, pretendiendo lograr que la “sociedad civil olvide” el pasado reciente, yendo “todos juntos” al rescate del país, es pedir demasiado. Si dejamos pasar eso, entonces dejamos pasar los muertos, dejamos pasar la traición del 16J, dejamos pasar el fracaso de esos factores que insisten en una solución que pretende validar al régimen de Nicolás Maduro mediante elecciones. Eso es inaceptable.

Pero hay algo peor que sale de toda la manipulación de ese nuevo Frente MUD+“sociedad civil”: que todos aquellos que no estamos de acuerdo con esa nueva máscara, somos divisionistas, los que no quieren una solución “unitaria” a los problemas del país, los radicales, los malos de la película que son necesario excluir, con una matriz de opinión creada con los reales de la MUD. La percepción general es que nadamos a contracorriente de una matriz de opinión, que luciría “mayoritaria” porque la “Iglesia Católica y las Universidades” bendijeron en un acto en la UCV a una sociedad civil que ahora trabaja “unida” a esa MUD, y que ahora se lava la cara tranquilamente cuando nos llevo a un barranco durante todo el año pasado. De nuevo, eso es inaceptable.

Pero la realidad dista mucho de ser la percepción de esa matriz de opinión. La Conferencia Episcopal Venezolana no es el Padre Ugalde o el Rector Virtuoso, personajes muy respetables, quienes tienen todo el derecho de respaldar a la MUD en su pretensión que las elecciones son la solución del país o que Maduro sale con votos. O incluso que la solución está en el “chavismo light” en el poder.

La posición oficial de la CEV está por escrito desde el 12 de Enero de 2018 en su Exhortación Pastoral “Dios Consolará a su Pueblo” del 12 de Enero de 2018 y el Comunicado de la CEV ante la convocatoria a elecciones presidenciales adelantadas: donde establecieron claramente: “5.- Debemos recordar lo que dice la Constitución Nacional: "La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo..." (Art. 5), por tanto, es el pueblo el que debe asumir "su vocación de ser sujeto social con sus capacidades de realizar iniciativas como, por ejemplo, que la sociedad civil lleve adelante una consulta para señalar el rumbo que quiere dar a la nación como prevé nuestra Carta Magna (Cfr. Art. 71)" (n.6). Es el propio pueblo, y no una instancia espúrea el que sitúe las cosas en su justo lugar.”

Por otro lado tampoco puede afirmarse que la posición oficial de los Rectores universitarios que conforman la Asociación de Rectores Universitarios-AVERU concuerda con la salida electoral de la MUD (y ahora la de su nuevo Frente) tolerando la Constituyente del régimen. Muchos Rectores de universidades muy importantes tienen una opinión muy diferente, aunque respeten por mucho la posición de algunos de sus colegas que si están de acuerdo. Todos están tan divididos en opinión como el resto de los venezolanos.

El acto de UCV aun cuando haya sido concurrido y respetable en su Manifiesto final, no representa la posición final de la sociedad civil y mucho menos la opinión oficial de la CEV y la AVERU en su conjunto, ni de allí se pueden derivar matrices de opinión que nos lleven a pensar que la sociedad civil venezolana apoye esta nueva iniciativa de la MUD, llamada ahora Frente Amplio Venezuela Libre, ni a sus descalificados dirigentes políticos. Asimismo, es difícil disociar un acto del otro, o que el segundo sea consecuencia de una manipulación del primero. Podrán manipular a algunos pero no a todos. Ese chantaje “unitario” fue descarado y pretende llevar de nuevo la situación política del país al estado previo de República Dominicana.

En consecuencia, la posición de la Alianza Nacional Constituyente-ANCO sigue imperturbable y consecuente con la posición oficial ya expresada de la Iglesia Católica: “…que la sociedad civil lleve adelante una consulta para señalar el rumbo que quiere dar a la nación como prevé nuestra Carta Magna (Cfr. Art. 71)" (n.6). Es el propio pueblo, y no una instancia espúrea el que sitúe las cosas en su justo lugar”.  Esto solo se traduce en nuestra única y categórica afirmación a la sociedad civil venezolana: Que el pueblo venezolano decida.

Caracas, 11 de Marzo de 2018

Twitter:@laguana

jueves, 8 de marzo de 2018

Hasta que dejan de estarlo

Por Luis Manuel Aguana

“La geopolítica se centra en el poder político en relación con el espacio geográfico. En particular, las aguas territoriales y el territorio terrestre en correlación con la historia diplomática. Académicamente, la Geopolítica analiza la historia y las ciencias sociales con referencia a la geografía y la política” (ver Geopolítica, en https://es.wikipedia.org/wiki/Geopol%C3%ADtica).

Entendiendo esta definición amplia, la geopolítica es una disciplina del pensamiento político que analiza los problemas políticos de los países desde una perspectiva global, más amplia, poniendo dentro del análisis los intereses de otros países y culturas, enfocando el lente mucho más arriba de lo que normalmente hacemos con los análisis políticos domésticos, permitiendo dar una explicación de mayor espectro que incluye variables que normalmente no se toman en consideración pero que pueden tener una influencia decisiva en los acontecimientos locales.

Si lo vemos desde la perspectiva de la teoría de sistemas, analizar los acontecimientos políticos de un país como un sistema cerrado, tomando en cuenta solo las variables internas es mucho más simple que incorporar el mundo exterior como un sistema abierto. Y cuando las variables externas, por diferentes motivos, se hacen más influyentes que las internas, necesariamente debes abrir el sistema para poder encontrar las explicaciones al comportamiento del mismo como un todo. Sin embargo esto no quiere decir que las variables externas prevalezcan sobre las internas sino que se hacen más representativas del comportamiento general, si se desea saber que hará el sistema en un futuro.

Hecha esta breve explicación inicial, ya están comenzando a circular análisis geopolíticos de la situación de Venezuela que dan en una alta probabilidad que el peso de las variables políticas externas, sea tan determinante que la influencia de las variables internas en el resultado total se haga completamente despreciable. Esto es, que independientemente de lo que hagamos en Venezuela prevalecerá como un designio fatal lo que se decida fuera de nuestro país (ver uno de los mejores que he leído en https://doncorneliano.wordpress.com/2018/02/17/our-hemisphere-4-alea-iacta-est/amp/?__twitter_impression=true).Y eso, a mi juicio, es un error.

Ciertamente las variables externas por su peso son efectivamente determinantes pero dependen de las internas, no son independientes. ¿En qué me baso para afirmar eso? En que las cosas no cambian todavía significativamente, estando los factores foráneos a la espera de los disparadores correctos en Venezuela, y al primero que esperan es el de las Fuerzas Armadas. Muchos piensan que la institución armada puede provocar ese cambio basándose solo en los factores internos institucionales y democráticos. Y creo que eso está muy lejos de suceder.

De mi padre, el Dr. Raúl Aguana Figuera, quien educo a varias generaciones de oficiales en las aulas de la Academia Militar de Venezuela-ANV y la antigua Escuela de Formación de Oficiales de las Fuerzas Armadas de Cooperación-EFOFAC (hoy la GNB), aprendí un dicho que es muy conocido por todos los militares y que se explica por sí mismo: “Los militares están con el gobierno hasta que dejan de estarlo”. Y hasta ahora todavía están con el régimen como un todo institucional.

Quien sostenga que un enfoque de cambio que venga desde adentro y que provoque una ruptura a lo interno para que la Institución se pase con todo y pertrechos y “deje de estar con el gobierno”, esta desestimando el grado de descomposición de la Institución militar, producto de la destrucción sistemática de las Fuerzas Armadas venezolanas llevada a cabo por Hugo Chávez Frías y su fatal sucesor, cuando cambiaron una institución estructurada por una banda de milicianos políticamente adoctrinados, lo que hace imposible que se sostengan “los tres pilares fundamentales en que descansan la organización, administración, operatividad y unidad de mando de la FAN, como lo son la DISCIPLINA, LA OBEDIENCIA Y LA SUBORDINACION”. Sin esos pilares es difícil pensar que la solución del problema provenga solo de un grupo que desde adentro “decida” imponer un nuevo estado de cosas haciendo cambiar el todo institucional (ver Doce Ejes y Un Destino: 10) Institucionalización de las Fuerzas Armadas, en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/10/doce-ejes-y-un-destino-10.html).

Es difícil creer posible que con esa descomposición, un reacomodo a lo interno de las Fuerzas Armadas como ocurrió en 1958, o en cualquiera de los movimientos de ruptura que se dieron históricamente en el pasado -un golpe tradicional-, logre dar al traste con el régimen. Si existiera alguna posibilidad de eso sería porque los mismos factores que controlan la institución lo hagan –tal y como ocurrió en el 2002- y aun así, seria cuesta arriba, al estar actualmente toda la institución militar severamente vigilada por una estructura de inteligencia políticamente controlada como ocurre en Cuba, cosa que no ocurrió en el 2002, ni antes del 2002. Testimonio de eso es el fracaso de los ultimas intentonas militares dadas a conocer en las redes, con un número desconocido  de oficiales detenidos (o muertos, no sabemos) en las últimas horas, al tratar de levantarse en contra un régimen que ha avanzado sin parar un proceso de destrucción del país desde hace casi 20 años.

Los militares en nuestros países son la última frontera. Es por eso que si nacional e internacionalmente existe la firme creencia de que no se puede hacer mas nada de manera institucional, se recurre a ellos haciéndoles un llamado para que tomen el control de la situación. Y eso es lo que luce estar sucediendo ahora, donde grupos políticos y militares negocian activamente un desenlace, donde cada uno de ellos está haciendo su propio “plan de gobierno” para después de una supuesta caída del régimen, buscando la credibilidad externa requerida para sus lideres en la Comunidad Internacional.

Por favor, no malinterpreten estas apreciaciones. Estoy tan desesperado como cualquier venezolano de que esta situación cambie, pero no es apostando a la desesperación y mucho menos aprovechándose de ella que se logrará un cambio conveniente para los venezolanos. Y lo digo porque la opinión de Venezuela parece estar dividida entre quienes nos quieren llevar a un matadero electoral continuista -el régimen y la MUD colaboracionista- y los que están apostando por una explosión social que conduzca a una salida militar, siendo este último escenario el que se sincroniza con el designio del análisis geopolítico descrito al comienzo de esta nota.

Si lo único que se muestra afuera como salida del problema son los militares, porque eso es lo que se ha vendido, sin contar con una solución política que los incluya institucionalmente, mas allá de un simple golpe, seguirá pasando lo mismo de estos últimos días: mas militares presos y degradados.

Hay que lograr una solución que haga que todos los militares vean inviable el sostenimiento del régimen, no solo un puñado de ellos, y eso solo se logra creando un mecanismo político que los ponga como un todo institucional en ese disparadero. Y ese mecanismo, aunque lo quiera ignorar la oposición oficial por intereses mezquinos y grupales, o la opinión internacional todavía lo desconozca, es consultarle al pueblo venezolano, como se hizo el 16J, el futuro que desea para la Nación, tal y como lo ha propuesto la ANCO al país (ver Una Agenda Alternativa para Venezuela, en http://ancoficial.blogspot.com/2018/02/manifiesto-gran-alianza-por-la-consulta.html).

Si las variables externas, altamente dependientes de las internas, son direccionadas correctamente hacia ese objetivo común, haremos efectivo ese “hasta que dejan de estarlo” del dicho militar, con un consecuente cambio hacia una dirección democrática del país. Seria colocar lo externo inevitable en función de lo interno posible, pero bajo el control de todos los venezolanos, consultándole a la población la dirección del cambio, y no bajo el designio de cualquiera de los grupos interesados y de los cuales solo sabemos su apetito por el poder. De la otra manera el cambio igual ocurrirá irremediablemente pero un será cambio hacia un destino incierto, lleno de intereses sectarios y altamente inestable…

Caracas, 8 de Marzo de 2018

Twitter:@laguana