miércoles, 18 de septiembre de 2019

La única opción sobre la mesa

Por Luis Manuel Aguana

Trato siempre de no reaccionar de manera inmediata ante las situaciones que se presentan, porque los seres humanos siempre tendemos a equivocarnos cuando lo hacemos. De allí que lo primero que recomiendo, aunque confieso que a veces falto a ese principio, es esperar. Sin embargo las cosas en política tienen que ver con el momento y la oportunidad, además que lo que lo que sucede todos los días en Venezuela escapa a cualquier razonamiento lógico y no podemos esperar.

Hay tres maneras de reaccionar ante lo que ocurrió el pasado lunes 16 de Septiembre con el régimen y un grupo minoritario de supuestos opositores. La primera es con el estómago, como bien lo expresa la caricatura de Rayma, “Sentimiento Nacional” (ver https://twitter.com/raymacaricatura/status/1173664599381614592). Venezuela realmente vomitó frente a eso por lo asqueante y nauseabundo que significó tanto colaboracionismo junto ante un pueblo asombrado. La segunda manera es con el corazón, con la emoción. Se puede hacer catarsis agrediendo por las redes sociales a los participantes de esa “oposición” minoritaria de los partidos Cambiemos, Soluciones para Venezuela, MAS y Avanzada Progresista de Timoteo Zambrano, Claudio Fermín, Felipe Mujica y Henry Falcón que representan solo 9 curules en la Asamblea Nacional. Y la tercera es con la cabeza. Esto es, analizar fríamente que fue lo que sucedió y actuar en consecuencia. Me inscribo en esta última manera de encarar el problema, comenzando por reconocer que el movimiento del régimen fue una extraordinaria jugada de laboratorio de la cual la oposición oficial debe comenzar por aprender lecciones de estrategia política.

Lo que paso ayer fue la presentación en sociedad de uno de los movimientos mejor logrados del régimen para apoderarse de la Asamblea Nacional, el único poder legitimo sobre el cual descansa la mejor estructura que se ha organizado desde la oposición para salir del régimen castro-chavista-comunista de Nicolás Maduro, que es lo único que ha podido hacerles daño nacional e internacionalmente.

Para eso se ha valido del empecinamiento de la oposición oficial de seguirle el juego a un diálogo que nunca entendieron -ni quisieron entender- como una de las mejores herramientas de ganar tiempo para tomar fuerzas y arremeter con mayor poder en contra de los venezolanos, y especialmente en contra de quienes todavía ingenuamente creen que estos delincuentes respetarán alguna negociación. Y además se ha valido de lo más arrastrado de la dirigencia política opositora que reaparece después de su debut el 20 de Mayo de 2018, acompañando de nuevo al régimen para garantizar su permanencia en el poder a cambio de favores políticos y económicos. No se asombren entonces del talante de estos títeres.

De acuerdo a las declaraciones del mismo Timoteo Zambrano, “las conversaciones entre esta minoría opositora y el Ejecutivo se mantenían desde hace dos o tres meses, tiempo en el que también se desarrollaron las conversaciones con la representación de Guaidó” (ver El Carabobeño, https://www.el-carabobeno.com/maduro-celebra-que-timoteo-zambrano-claudio-fermin-y-felipe-mujica-pactaran-con-el-gobierno/). En otras palabras, tres meses antes, mientras todo el mundo le decía a Guaidó y al gobierno interino, el error que significaba negociar con Maduro, el régimen negociaba con Zambrano a espaldas de esa mesa de diálogo para dinamitarle el piso a la Asamblea Nacional y sus negociadores. ¿Pensaba realmente Guaido y su gente que Maduro tendría la intención dejar el gobierno para llegar a un acuerdo con él, tal y como declaró ante las cámaras un ingenuo Guaidó sorprendido fuera de base? Nunca tuvieron esa intención. Y yo me pregunto, ¿quién es culpable de esa falta de previsión?

Trabajar por el levantamiento del “desacato” de la Asamblea Nacional, la reincorporación de los diputados del PSUV y retomar los diálogos con Noruega, pero esta vez con los opositores convenientes (si es que alguna vez no los hubo) no es más que el abrebocas a una nueva conformación parlamentaria el año entrante, donde el régimen, ya en funciones en la Asamblea Nacional, imponga a punta de billetes verdes una nueva estructura de poder dentro de la Asamblea Nacional. ¿Dónde quedarán Guaidó y el Acuerdo de la Transición? ¿Qué posición tomará, por ejemplo, Acción Democrática o mejor dicho Henry Ramos Allup y UNT –que son lo mismo pero con diferente cacique-, cuando el régimen les ofrezca una posición conveniente para sus intereses comunes? ¿Dejarán colgado de la brocha a Guaidó? Piense mal y acertará…

No habrá partidarios suficientes de Guaidó en esa Asamblea Nacional cuando llegue el régimen con un saco de dólares para comprar conciencias para la nueva legislatura que comienza el 5 de enero del 2020. Cuando ellos entren, el “desacato” desaparecerá por arte de la magia de los leguleyos del TSJ de la Av. Baralt. Zambrano, Fermín y el resto no son más que payasos en este macabro circo de quitarnos de las manos el poder legislativo por la terquedad e impreparación de quienes lo conducen.

Juan Guaidó deberá entonces comenzar a entender que los únicos que le acompañamos ahora para lograr el Cese de la Usurpación de manera inmediata (si es que todavía piensan en eso) no es otro que el pueblo de Venezuela que le aclamó el 23 de Enero. Y desde esta fecha hasta fin de año contemplará, como el resto de los venezolanos, la perdida acelerada de la legitimidad del poder que alguna vez representó la Asamblea Nacional como esperanza de salir de la tiranía de Nicolás Maduro.

Y cuando el régimen haya desaparecido el último vestigio de la institucionalidad en Venezuela, la única manera de darle reinicio a este país será convocando a la Soberanía Popular.¿Por qué tenemos que llegar hasta allá para que Guaidó y el resto de quienes le acompañan terminen de entender que la Constitución de 1999 esta construida deliberadamente como participativa y no solamente como representativa, como ocurría con la Constitución de 1961? Que el Artículo 5 de la Constitución le permite ahora al pueblo ejercer DIRECTAMENTE su soberanía “en la forma prevista en esta Constitución y en la Ley” y que el Artículo 70 establece los mecanismos para hacerlo. No esperemos llegar hasta el punto para convocar al pueblo soberano.

Si alguna oportunidad nos deja esta redefinición del régimen de quienes son ahora “sus opositores” es que se acortaron las opciones del Gobierno Interino de Juan Guaidó e indirectamente también las opciones de los aliados de la Comunidad Internacional, comenzando por los Estados Unidos. Ahora el gobierno de Trump deberá tomar acciones, como bien cierra Roger Noriega un reciente artículo en el Washington Examiner (ver Roger Noriega, No culpes a John Bolton por Venezuela, en https://www.aei.org/publication/no-culpes-a-john-bolton-por-venezuela/): “Durante la última década, la diplomacia convencional no pudo evaluar la naturaleza del narcoestado venezolano, la importancia de la invasión cubana y el interés de Rusia y China en desafiar a Trump en las Américas. Los diplomáticos no pudieron actuar de manera efectiva cuando Maduro robó una serie de elecciones, cuando los líderes de la oposición cínicos vendieron la democracia, los narcotraficantes secuestraron un gobierno y la destrucción económica y la represión brutal obligaron a 4 millones de refugiados a salir de Venezuela. Ahora que Bolton ha sido dejado de lado, Trump tendrá que empoderar a otro líder para enfrentar a un narcoestado bien financiado que está desestabilizando a las Américas con drogas, terroristas, corrupción y refugiados. Enfrentar esta amenaza, con fuerza es la única opción razonable”. (Resaltado nuestro)

Pero la fuerza que entendemos que debe ser aplicada a este narcoestado es la de la Constitución y la autodeterminación del pueblo venezolano. Juan Guaidó debe convocar al pueblo como instancia definitiva que lo reconoció como Presidente legítimo, a una Consulta Popular Plebiscitaria manejada por la sociedad civil para resolver en definitiva la usurpación de Maduro y convocar a un Gobierno de Transición, como lo ha planteado ANCO y un distinguido grupo de venezolanos, y que de allí se deriven las decisiones que correspondan. Así debe plantearlo a la Comunidad Internacional en su viaje a la ONU, ante la inminente desaparición de la única instancia legítima del país. El Plebiscito se convirtió en un día, por obra y gracia del régimen y sus títeres, en la única opción sobre la mesa…

Caracas, 18 de Septiembre de 2019

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

domingo, 15 de septiembre de 2019

No les abriré de nuevo la puerta

Por Luis Manuel Aguana

Me veo en la necesidad de recordar una nota del año 2011, que luego de más de 8 años lamentablemente todavía tiene plena vigencia: el régimen insiste en violentar la privacidad de los ciudadanos para atropellar sus derechos. Efectivamente a raíz del levantamiento de información del Censo de ese año, escribí una nota que titulé “Porqué no les abriré mi puerta” (ver http://ticsddhh.blogspot.com/2011/07/porque-no-abrire-mi-puerta.html) en el que exponía las razones por las cuales me declaraba en rebeldía civil al negarme abrirle la puerta de mi casa a los empadronadores del Censo del gobierno.

Decía hace 8 años que “…datos personales como quienes y cuantas personas viven en nuestra casa, cuantas habitaciones tiene, que tipo de vivienda posees, estén en manos de un gobierno como este, es inaceptable para esa inmensa mayoría de quienes ese mismo gobierno dispuso que fuéramos discriminados políticamente en Venezuela a través de la Lista de Tascón, que está más vigente que nunca.”. Y no solo sigue vigente, sino que ahora la situación se ha agravado porque en esta fase de la destrucción de Venezuela van tras las viviendas de quienes han huido del país por razones humanitarias.

Una nota de Tal Cual nos reseña que El vicepresidente de Planificación, Ricardo Menéndez informó este viernes que el XV Censo Nacional del Sistema Estadístico y Geográfico tendrá dos fases; el levantamiento de información inmobiliaria y posteriormente el empadronamiento familiar. Detalló que en la primera etapa se hará un conteo de los inmuebles existentes en el país, bien sean hogares, comercios o locales, a los cuales se les colocará una etiqueta con un código QR que contendrá toda la información.” (ver Gobierno levantará información inmobiliaria en la primera fase del Censo Nacional, en https://talcualdigital.com/index.php/2019/09/06/gobierno-levantara-informacion-inmobiliaria-en-la-primera-fase-del-censo-nacional/).

Lo más grave de esta noticia es la información que el propio funcionario del régimen de Maduro suministra en el sentido de que quienes realizarán ese censo serán “…la Milicia Bolivariana, el "Poder Popular" y Somos Venezuela, “que serán el gran cuerpo de empadronadores que vamos a tener desplegados en el territorio nacional””, repitiendo el tristemente célebre caso de Luis Tascón quien se apoderó de la información de las planillas del Referendo Revocatorio en contra de Hugo Chávez  y la sistematizó para perseguir a quienes hacíamos y hacemos oposición. De allí salieron despedidos de sus trabajos miles de personas, no se contrató ni se dio acceso a los beneficios que solo puede dar el Estado a los ciudadanos que firmaron legítimamente para que el funcionario Hugo Chávez abandonara un cargo que no le pertenece a nadie y es designado por el mismo pueblo de Venezuela, que tenía el derecho a revocarlo de acuerdo a la Constitución.

No se le agua el ojo a Menéndez decirnos abiertamente que no serán siquiera al menos  los funcionarios del Instituto Nacional de Estadísticas, INE, quienes harán el levantamiento de información. No. Resulta que ahora la Milicia Bolivariana, un ente paramilitar inventado por el régimen y que no está establecido en ninguna legislación militar, un partido político de nombre “Somos Venezuela”, de corte comprobadamente oficialista, y algo que llaman “Poder Popular”, serán los que irán casa por casa solicitando información personal a los ciudadanos. ¿Qué creen ustedes que hará esa gente con esa información privada, como lo fue la voluntad de los venezolanos para el Revocatorio de Chávez? Al saberse condenados a defenderse sin poder salir de Venezuela, el régimen incautará los bienes inmuebles de los que se han ido para compensar a quienes todavía necesita en el país para su protección (sin contar con aquellos que se apropiarán personalmente quienes administrarán ese despojo) en una expropiación multimillonaria, cuya cifra en dólares dejará lo que pasó en Cuba como un jueguito de Monopolio.

¿Ha dicho algo la Asamblea Nacional de este nuevo despropósito del régimen de Nicolás Maduro? ¿Se han detenido a pensar en la oposición oficial la trascendencia y la gravedad de este nuevo movimiento del régimen, que puede provocar violencia entre los mismos venezolanos? Espero que los ciudadanos diputados detengan por un momento la campaña electoral que han iniciado en todo el país para legislar a favor de los más de 4 millones de venezolanos a quienes el régimen se apresta a despojar de sus viviendas con la excusa de un Censo, cuya información será de nuevo utilizada en contra de los derechos de los ciudadanos.

Y esto no va solo por la parte de los bienes inmuebles. No se ha hablado todavía de ese “empadronamiento familiar”, que es aun peor porque determina con mucha mayor exactitud de lo que hicieron durante el Censo del año 2011, cuando todavía no habían profundizado su “robolución”. Determinarán con precisión quirúrgica quien comerá y quien no comerá en Venezuela, que cosa comerá, cuando y donde. Podrán decidir los servicios que darán y como los discriminarán selectivamente de acuerdo al criterio de conveniencia que les de la gana. Para eso la tecnología de la información les está dando las herramientas necesarias, como por ejemplo ese Código QR del que ya hablan para identificar las viviendas, que es capaz de almacenar el solo la mucha información, además de poder ser transmitida por la tecnología celular. El régimen si ha sabido sacarle provecho político a la tecnología.

Sin poseer todavía Venezuela NINGUNA LEGISLACION que proteja debidamente los datos personales de los ciudadanos, a contravía de toda Latinoamérica, no solo puede pasar cualquier cosa, porque igualmente el régimen atropellará nuestros derechos, sino que nuestra oposición de muy baja calidad, lamentablemente dejará que la población siga desprotegida porque lamentablemente solo han dado muestras de cohabitación con aquellos que a pesar de tanto “dialogo” no se han detenido en violentar los derechos de los venezolanos, sin que quienes deben defendernos digan al menos “esta boca es mía”.

Por lo pronto solo los ciudadanos comunes tenemos algo que decir para defendernos si la clase política anda en campaña para convivir con el régimen que nos atropella. Comenzaré, de nuevo, como hace 8 años por ejercer mi derecho de no abrirles de nuevo la puerta de mi casa a los esbirros del régimen, con la convicción de que esta será la última vez…

Caracas, 15 de Septiembre de 2019

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miércoles, 11 de septiembre de 2019

TIAR: ¿la justificación de unas elecciones?

Por Luis Manuel Aguana

La aprobación del Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR) por el Consejo Permanente de la OEA, para ser aplicado en Venezuela, aunque sea una acción preliminar antes de tomar cualquier decisión que implique la aplicación de fuerza, abre un nuevo frente de posibilidades para someter a nuevas presiones internacionales al régimen usurpador de Nicolás Maduro Moros.

En efecto, “El Tratado prevé una gama de opciones, que van desde la negociación, la ruptura de relaciones diplomáticas, ruptura de relaciones consulares, suspensión de comunicaciones económicas, de transporte terrestre, marítimo, aéreo, comunicaciones radioeléctricas, radiofónicas y la opción de acciones coercitivas de carácter militar” (ver nota de La Voz de América “OEA aprueba convocatoria para activar el TIAR en Venezuela”, en https://www.voanoticias.com/a/oea-aprueba-convocatoria-para-activar-tiar/5079426.html).

Pero, ¿esta aprobación preliminar traerá una solución de fuerza mañana para desalojar la tiranía de Nicolás Maduro Moros? Definitivamente NO. Abre si un nuevo capítulo de pelea diplomática tan largo como el suplicio que padecemos los venezolanos. La oposición oficial le ha vendido a la gente que esta activación traería resultados instantáneos. Nada más lejano de la realidad. Chile, que dio su voto a favor en el Consejo Permanente de la OEA, indicó que no aprobaría una solución de fuerza. De hecho solicitó junto con Perú y Costa Rica que se excluyera tal posibilidad a través de una enmienda, lo cual fue rechazado.

El Tratado de Rio, como también se le llama al TIAR, como todas las reliquias posteriores a la Segunda Guerra Mundial, fueron creadas como un seguro para un mundo sujeto a un conflicto nuclear entre las potencias. Estados Unidos dejo clara su influencia regional al impulsar su creación ya que en ningún país latinoamericano existía obligación alguna de acompañar un conflicto armado de esa naturaleza, de darse una agresión a las Américas por parte de cualquier otra potencia involucrada, que estaba por lo demás, lo más alejado de nuestras realidades.

Sin embargo el TIAR tiene previsto el caso de un conflicto armado entre los mismos Estados Americanos (Artículo 7), cosa que posiblemente podamos vivir con Colombia por la imprudencia criminal de quien detenta el poder en Venezuela, que pretende llevarnos a un conflicto armado con los colombianos, como lo hizo Leopoldo Galtieri en Argentina en un intento de mantenerse en el poder a expensas de la sangre de sus compatriotas, iniciando una guerra con Inglaterra por motivos nacionalistas. Es en ese contexto donde el Tratado en su Artículo 8, establece esas medidas que reseña la Voz de América en su nota periodística (ver https://es.wikisource.org/wiki/Tratado_Interamericano_de_Asistencia_Rec%C3%Adproca).

Se podría considerar que la presencia en Venezuela de fuerzas militares cubanas, rusas, chinas, iraníes, etc., así como el refugio permanente de la guerrilla colombiana de las FARC y el ELN en nuestro territorio, ambas propiciadas por el régimen para mantenerse en el poder, podría llevarse al escenario de las discusiones del TIAR en la OEA, como un caso dentro del alcance de las discusiones del Tratado de Río, pero difícilmente, salvo que se inicie un conflicto con Colombia, sea material para lo que verdaderamente nos interesa ahora, que no es otra cosa que remover a Nicolás Maduro del poder a la brevedad, que es lo que desesperadamente necesitamos los venezolanos.

Es incomprensible el especial interés de la oposición oficial de llevar el TIAR mas allá de haber sido el distractivo de la Asamblea Nacional para congelar la discusión de la aprobación de la presencia militar extranjera para el acompañamiento de la ayuda humanitaria. Si no es así, ¿cuál es la razón de no haber aprobado el 187#11 antes de llevar la propuesta del TIAR a la OEA? Eso le hubiera dado más fuerza a la propuesta en el marco del la Organización porque nos hubiera presentado como dispuestos a ir más allá.

 El TIAR era -y sigue siendo a mi juicio- un parapeto para decirles a los venezolanos “estamos haciendo algo para sacarlos a la fuerza, como ustedes están pidiendo”. Lo usaron para congelar en la Asamblea Nacional la discusión del 187#11 y luego el R2P, que si son efectivamente los instrumentos para forzar una decisión de acompañamiento militar extranjero de la Comunidad Internacional -con EEUU a la cabeza- por razones de carácter humanitario, y que hace que los países se movilicen inmediatamente. Esa ruta si está verdaderamente respaldada por informes de violación de Derechos Humanos de la ONU y la OEA, y de delitos comprobados de Lesa Humanidad. Sin embargo todo el esfuerzo diplomático del Gobierno Interino se ha centrado en el TIAR. ¿Por qué?

Creo que la razón está en que como no se llegará a nada inmediato “con lo que ustedes están pidiendo” entonces tendremos que irnos a unas elecciones con el régimen porque “esto no se aguanta más”. Ese es un truco viejísimo de la política venezolana donde te distraigo en una solución que se demuestra finalmente como imposible, para acto seguido convencerte de lo que tu realmente no querías hacer que era ir a un proceso electoral trampeado con el régimen. ¿Les parece descabellado esto? No conocen entonces ni la mitad del cuento de quienes están allí no precisamente por pendejos.

En Venezuela no existirá una solución de intervención humanitaria, que es realmente la solución inmediata del problema, si no se trabaja por ella en los escenarios internacionales correspondientes, negociando las condiciones que disparen ese evento y sobre las que se podría llevar a cabo tal intervención, como por ejemplo, un pronunciamiento directo de la soberanía popular. ¿Por qué Juan Guaidó no ha ido a hablar personalmente con Donald Trump la intervención humanitaria con apoyo militar de los Estados Unidos y otros aliados? ¿Porque su gente en los EEUU no ha intensificado los contactos con la ayuda de nuestro principal aliado en esta crisis, que ha sido desde el comienzo, Luis Almagro, Secretario General de la OEA? Entonces no veo lo que los norteamericanos llaman “commitment” (compromiso), esto es, no estás comprometido. Y si ellos no ven eso en quienes “nos representan” mucho menos tomarán una decisión de exponer a su gente a un conflicto armado en Venezuela. El resto es, como dice un buen amigo, agua, colonia y peo...porque a esos se los lleva el viento.

Caracas, 11 de Septiembre de 2019

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