jueves, 5 de diciembre de 2019

El problema no es Guaidó

Por Luis Manuel Aguana

¿Será capaz Juan Guaidó, fiel exponente de esa juventud que murió en las calles por una mejor Venezuela, de traicionar eso a favor de lo peor de la política venezolana de los últimos 60 años, y que todavía anda vivita y coleando en esa Asamblea Nacional? Si es capaz de esa traición, habrá tenido razón mi querido amigo y yo me habré equivocado de nuevo –no es la primera vez- pero lo habré hecho creyendo en la juventud venezolana que tanta sangre ha derramado por Venezuela…(ver Guaidó versus oposición oficial

Así terminé una nota de marzo de este año tratando de convencerme que no creía en el derrumbe de la Presidencia interina de Guaidó, porque si algo bueno había pasado en Venezuela era que se le había dado todo el poder y la oportunidad a esa generación representativa de la lucha de la juventud venezolana para acabar con la tiranía. Pues debo reconocer que me equivoqué. Pero tal vez volvería a cometer el error por las mismas razones. Fueron mas fuertes los Ramos Allup, los Rosales, los Zambrano, los Borges, que impusieron en esa nueva generación una manera de hacer política que hemos repudiado los venezolanos desde mucho antes de llegar Chávez y razón por la cual ese golpista accedió al poder. La política de la mentira, de la trampa, del negociado, del dinero de la corrupción. Y los resultados están a la vista.

Hemos perdido un año completo y se ha comenzado a afianzar la desesperanza. Sin embargo, así como creo que quien ocupa la Presidencia Encargada, Juan Guaidó, se agotó durante todo el 2019 por un sin fin de razones, lo que en realidad ha hecho crisis es la figura misma que escogimos el 23 de enero para enfrentar a la tiranía de los delincuentes que detentan de manera ilegítima el poder. Y si pretendemos cambiar a quien creemos es el responsable por no haber tomado las decisiones correspondientes, volveremos a equivocarnos. En otras palabras, cambiar a Guaidó sin cambiar el mecanismo para luchar contra el régimen será completamente ineficaz y un error monumental. ¿Porque afirmo esto? Veamos.

¿Cual fue el mecanismo que escogió la oposición oficial para salir del régimen? Un Presidente Encargado que tomara a través de un Gobierno colegiado parlamentario que no existe en la Constitución, sin tomar en cuenta a nadie en el país, las decisiones y acciones para deponer al régimen. Sin entrar a justificar los errores cometidos en estos 11 meses, si al frente hubiese estado el político mas experimentado, hubiera fracasado como fracasó Juan Guaidó. Todos, incluyéndome, le pedimos peras a una mata de mango. Le pedimos a Guaidó que nombrara un Gabinete cuando ese Estatuto y ese gobierno parlamentario inconstitucional le impedían hacerlo. Si bien es cierto que pudo alzarse con su presidencia, no hubiera llegado muy lejos. Los mismos jefes políticos le hubieran sacado el piso donde sostenerse. No era cuestión de que tuviera el valor suficiente como para hacerlo, como se ha mencionado. Pero pudo haberlo denunciado y haber provocado una crisis política para cambiar eso. Eso es lo que en realidad hay que reprocharle como joven, pero esa es otra historia ahora. Ya es muy tarde para eso.

Lo jefes políticos de los partidos diseñaron un parapeto muy torpe, que era imposible que funcionara para los fines para los que fue construido. Funciono si -y a regañadientes, para aquellos que no querían que Guaidó se juramentara- para que la Comunidad Internacional cerrara filas alrededor del pueblo venezolano, reconociendo en esa figura del Presidente Encargado, al legitimo representante de los venezolanos ante esos pueblos. ¡Ese avance no se puede perder porque eso fue lo único que ganamos en el 2019!

Se ganó pues el reconocimiento de que existe en Venezuela una tiranía a la que hay que eliminar. Que hay en Venezuela un cáncer que hay que extirpar pero que no se tiene claro hasta ahora como proceder con eso. Ese reconocimiento todavía es un activo a favor de los venezolanos, esté o no esté Juan Guaidó en la Presidencia Encargada. Entonces el problema no es Guiadó. Cuestiono la figura que se utilizó porque si algo nos ha perjudicado es esa falsa creencia de que Guaidó, o quien sea que haga sus veces, sea el Presidente de algo. Lo que deberíamos tener es un coordinador, una especie de jefe de un equipo de crisis que se deje acompañar con lo mas calificado del país en cada área que sea necesaria (militar, diplomática, social, política por mencionar algunas importantes) con el ÚNICO Y EXCLUSIVO objetivo de expulsar del poder al régimen de Nicolás Maduro Moros y sus delincuentes nacionales e internacionales. Y que luego de alcanzado ese objetivo, le de paso a un Gobierno Provisional -donde si existiría un Presidente Encargado- que nos lleve a unas elecciones libres y auténticas. Ese equipo de crisis NO SERÍA PARA GOBERNAR porque no tendría el poder para eso, sino para buscar una solución para la expulsión por completo del régimen del poder con el auxilio de la Comunidad Internacional. ¿Se dan cuenta de la diferencia?

Cuando ocurre un terremoto, una tragedia natural de proporciones, se crea una coordinación ejecutiva de la crisis para enfrentar de inmediato el problema. Se crean equipos especializados para poner el orden público, darle alimentos y atención medica inmediata a los afectados y un techo provisional a los que quedaron sin casa. Todo eso se monta en horas para enfrentar lo que ocurrió hasta que se normaliza la situación. Pues algo así debemos hacer los venezolanos. Debemos crear algo semejante y ese equipo ejecutivo compuesto por ese “encargado”, que en el fondo no es Presidente porque no tiene ningún poder, debe coordinarlo hasta que se normalice la situación en Venezuela.

Y ese equipo es el que debe conducir las acciones, con ayuda de la Comunidad Internacional que reconoció nuestra lucha, para expulsar a Maduro por las vías que sean necesarias y llevar al país a un Gobierno Provisional. ¿Quienes integrarían ese equipo? Representantes del único Poder legitimo reconocido, la Asamblea Nacional, y representantes de la Sociedad Civil de ética y moral incuestionables. No es la primera vez que en Venezuela se han tomado decisiones basadas en ese criterio. En 1993 el Congreso de la República designó al Senador Ramón J. Velásquez como Presidente Encargado de la República para concluir el mandato del entonces Presidente Carlos Andrés Pérez, sin estar el Dr. Velásquez en la linea sucesoral de acuerdo a la Constitución de 1961. Se llegó a esto por un acuerdo político que tomó en consideración la impecable hoja de servicios del Senador Velásquez y su incuestionable ética y moral al servicio de la Nación, reconocidas por todos los venezolanos.

Esto se hizo precisamente porque el país estaba conmovido por el juicio por corrupción llevado a cabo en contra del Presidente de la República, y se acordó la mejor forma de normalizar al país. A algo así se tiene que llegar ahora donde el Artículo 233 no puede representar una suerte de camisa de fuerza que implique que el próximo “Presidente Encargado” sea el Diputado que resulte escogido en la Asamblea Nacional como Presidente de la Asamblea. En Venezuela no existe la figura de presidencias “rotativas”, como bien lo ha explicado la Magistrada Emérita, Dra. Blanca Rosa Mármol de León. Eso lo que trae es una pelea de borrachos por una botella vacía, y ya está comenzando a pasar con el régimen comprando los votos de Diputados para la próxima legislatura que comienza el 5 de enero de 2020. La Asamblea Nacional debe abandonar inmediatamente ese Estatuto inconstitucional para la Transición y abocarse a buscar y acordar políticamente al mejor venezolano o venezolana, aquí o en el exterior, para liderar ese equipo de crisis y darle la legitimidad para conducir lo necesario para salir del problema. La Comunidad Internacional lo respaldaría inmediatamente.

El terremoto por el que está pasando el Gobierno Encargado de Juan Guaidó debe dar paso a ese equipo de crisis, si se le puede dar algún nombre, para que actúe en nombre de todos los venezolanos para proponer una solución para la expulsión del régimen. Desde ya propongo a ese equipo de crisis que dentro de las soluciones que se estudien, este presente la Consulta Popular Plebiscitaria, que ya hemos explicado ampliamente, y entregado información al Gobierno Encargado de Juan Guaidó, sin desmedro de otras soluciones basadas en la aplicación de mecanismos de uso de la fuerza internacional.

Lo que al final deseamos quienes seguimos preocupados por el devenir de los acontecimientos por el debilitamiento por corrupción del Gobierno Encargado de Juan Guaidó, es que no se repitan los mismos errores de 2019 que le han dado mas tiempo a la tiranía para afianzarse en el poder, utilizando los medios que la corrupción le da. Cambiar a Guaidó por otro para hacer exactamente lo mismo, es la crónica de un fracaso anunciado. La corrupción siempre estará a la orden del día para socavar la gestión de cualquiera que venga. Lo que no se puede es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes. Esa es la definición “einsteniana” de locura. Si Guaidó no es quien debe conducir el barco, como en efecto ya creemos muchos en Venezuela, entonces debemos proceder con un mecanismo completamente diferente para continuar la lucha...

Caracas, 5 de Diciembre de 2019

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

lunes, 2 de diciembre de 2019

2019, ¿un año perdido?

Por Luis Manuel Aguana

Intervención en la Mesa de Análisis de la Cátedra Pío Tamayo del 2 de Diciembre de 2019.

Una vez más vaya primero el agradecimiento a la Cátedra Pío Tamayo y al incansable Prof. Agustín Blanco Muñoz, por esta nueva invitación para debatir a Venezuela. Nunca como ahora hace falta reflexión, discusión y debate acerca del rumbo que lleva el país. La labor que por décadas lleva esta Cátedra la hace de indiscutible referencia a la hora de tomar decisiones. Ojalá que el liderazgo político tomara en cuenta lo que en esta aula de aulas se discute en la Cátedra Pío Tamayo. Tal vez los resultados serían diferentes a los que ahora percibimos en el país.

En esta oportunidad la Cátedra Pio Tamayo nos trae a una Mesa de Análisis con un tema de especial relevancia: “Balance de 2019 ¿Un año perdido? ¿Qué nos espera en 2020?”. ¡Menuda discusión! Evaluar lo que se ha hecho, dando una calificación, y pronosticar lo que vendrá. Gracias a Dios que me encuentro aquí, acompañado de extraordinarios docentes en materia de política, comenzando por el Prof. Blanco Muñoz, que podrían evaluar, mucho mejor que yo ese examen. Debo por principio comenzar definiendo quien es el evaluado, para poder responder efectivamente si sus acciones condujeron a que se perdiera un año, si efectivamente ese fue el caso, de la vida del país, entendiendo que a lo que se refiere esa pregunta del año perdido que formula la Cátedra, es si todos los venezolanos perdimos un año en sacarnos de encima a este régimen, por lo que el objeto de la evaluación deberá referirse a quienes tenían la responsabilidad ante nosotros de hacerlo.

De esta manera, defino para los efectos de mi exposición, que los examinados de hoy en esta aula son aquellos que integran lo que he llamado consistentemente la oposición oficial, es decir, aquellos personajes que perteneciendo a los partidos políticos llamados de oposición, resultaron electos en responsabilidades de representación política de los venezolanos, y sus lideres son reconocidos fuera y dentro del país como los responsables de las decisiones que se toman en representación de la población venezolana que rechaza al régimen de Nicolás Maduro Moros.

Y querámoslo o no, la oposición oficial es la que decide por nosotros el curso que debe tomar la lucha opositora del país en contra de lo que hemos considerado un régimen responsable del desmantelamiento del sistema de libertades y la institucionalidad de la Republica. Podría decirse que la oposición oficial, la integran todos los miembros así llamados en la Asamblea Nacional, compuesta por los partidos que se dicen opositores y que hacen vida allí.

Establecido entonces el evaluado, paso igualmente a definir el objeto de la evaluación. Dado lo amplio del espectro de temas sobre los cuales evaluar la gestión de un año de la lucha opositora -que son múltiples- solamente evaluaré sobre aquellos temas a los que hice advertencia en mi última nota del año 2018, publicada el 31 de diciembre de ese año (ver Por un liderazgo efectivo en el 2019, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/12/por-un-liderazgo-efectivo-en-el-2019.html) y que se resume en cinco aspectos fundamentales sobre los cuales debería asentarse la credibilidad de cualquier liderazgo para poder tener la calificación moral para conducir esta lucha.

Estos aspectos no los inventé yo. Fueron sugeridos por Víctor Lipman, renombrado especialista mundial en liderazgo, colaborador de la Revista Forbes y Harvard Business Review, en un artículo publicado en Marzo de 2018, titulado “5 maneras probadas de construir credibilidad de liderazgo” (5 Time-Tested Ways To Build Leadership Credibility, https://www.forbes.com/sites/victorlipman/2018/03/24/5-time-tested-ways-to-build-leadership-credibility/#3ac678a73fa8) y que resumiré más abajo para la evaluación.

Sin embargo debo mencionar antes, para los efectos de este examen puesto el 31 de diciembre pasado, con la suficiente anticipación para que las respuestas fueran sobresalientes, que era necesario que el nuevo liderazgo que asumía las riendas de la oposición oficial en el nuevo año que comenzaba, representado por estos jóvenes, tomaran en cuenta estas consideraciones porque el año 2019 estaría fuertemente marcado por sus decisiones en la conducción opositora del país. Y no me equivoqué.

Me preocupaba en extremo el hecho de que muchos de esos jóvenes políticos no hubiesen tenido una experiencia de trabajo profesional real, sin un jefe del cual haber aprendido, antes de dedicarse a la política. Entraron de sopetón de las luchas universitarias de calle, a la Asamblea Nacional, Alcaldías y otros puestos de responsabilidad sin antes haber pasado por el forjamiento que solo da el roce de la formación profesional después de una universidad.

Dicho esto, destaque seguir los 5 aspectos para la construcción de la credibilidad del liderazgo de Lipman, que evaluaremos entonces a continuación:

1.- Entregar resultados. Decía el 31 de diciembre de 2018 que ninguno de estos muchachos se ganaría un puesto que tenga credibilidad ante la opinión pública si no presentaban resultados. Aun esperamos los resultados del Cese de la Usurpación después de 11 meses. Solamente por no haber entregado resultados a los venezolanos, el evaluado esta reprobado en este primer aspecto.

2.- Transparencia. Como indicaba Lipman “¿Quieres credibilidad? Tienes que ser sincero con la gente…”. ¿Fueron los jóvenes responsables de la oposición oficial sinceros con la gente? Definitivamente NO. Los hechos del 23 de Febrero y del 30 de Abril de 2019 lo demuestran abiertamente. En lugar de salir del régimen primero, intentaron negociar con él en una Mesa de Dialogo en Noruega y luego en Barbados, y ahora han decidido ir a unas elecciones con Maduro en el poder. En este segundo aspecto el evaluado esta reprobado.

3.- No eludas las decisiones difíciles. Decía en esa nota que todo el 2019 sería extremadamente difícil pero que lo peor que podrían hacer era eludir las decisiones dificiles y no enfrentarlas, así les costara la libertad. Pues bien, hicieron todo lo contrario. Evitaron a toda costa, ni siquiera discutir en el Parlamento, decisiones trascendentales como la aprobación del Artículo 187, Numeral 11 que daba la autorización a los países que lo desearan, el acompañamiento militar de la ayuda humanitaria necesaria para los venezolanos. En este tercer aspecto el evaluado está reprobado.

4.- Demuestra consistencia en tu comportamiento. Pregúntense si el comportamiento de la oposición oficial ha sido consistente. Esto es, si ha mantenido la palabra empeñada. Respuesta: un no rotundo. Lo demuestran el Acuerdo del 1ro de Octubre de la Asamblea Nacional donde anunciaron una nueva ruta que desapareció la trilogía anunciada del 23 de Enero, “Cese de la Usurpación-Gobierno de transición-Elecciones Libres”. En este cuarto aspecto el evaluado está reprobado.

5.- Guía con el ejemplo. Decía en este punto el año pasado que la gente no creería en nadie que no diera el ejemplo. Sin embargo, se escondieron las denuncias de corrupción, conduciéndose exactamente de la misma manera como el régimen de Maduro y de Chávez. Al reventar la olla de corrupción del Cucutazo, las recientes denuncias del ex Embajador designado por el Gobierno Encargado en Colombia, Humberto Calderón Berti, acerca de los manejos irregulares de los partidos de la oposición oficial en la designación de los ejecutivos en Monómeros Colombo-Venezolanos, S.A., y ahora los escándalos de corrupción avanzada en la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, expuestas públicamente en el portal Armando.info (ver ¿Necesita lavar su reputación? Se alquilan diputados para tal fin, en https://armando.info/Reportajes/Details/2614), queda relevado de toda prueba que los venezolanos estamos con la oposición oficial ante exactamente el mismo “musiú con diferente cachimbo” como se estilaba decir en el pasado, esto es, el régimen y su oposición son lo mismo, con todo lo que eso implica. Ni decir que en este quinto y último aspecto, el evaluado está más que reprobado.

Habiendo reprobado el liderazgo de la oposición oficial en esta materia fundamental que es la credibilidad del liderazgo, ¿qué queda para el resto? Cualquier cosa que intenten hacer, así sea una obra de caridad al estilo de la Madre Teresa de Calcuta, estará destinada al fracaso porque no contará con el respaldo de los venezolanos.

A la pregunta, ¿fue el año 2019 un año perdido? Efectivamente después de la evaluación de cada uno de los 5 aspectos objetivos que fueran advertidos con bastante anticipación, los venezolanos perdimos el año 2019. Significa en contrario un avance efectivo para el régimen, al poder sostenerse un año más en el poder. Ahora bien, ¿que nos espera el año 2020?

Los venezolanos no la tenemos fácil en el 2020. Demostrado como está que estamos enfrentando un monstruo que no solo está afuera sino también dentro de nuestra casa, debemos entonces cerrar filas alrededor de lo que tenemos como seguro. No voy a mencionar aquí los nombres de valiosos venezolanos, no solo en el campo de la política sino especialmente en el de la sociedad civil –dentro y fuera del país- que han advertido la necesidad de agruparnos de urgencia alrededor de liderazgos que efectivamente representen a quienes deseamos salir urgentemente de este problema. Ustedes los conocen. El realineamiento del país alrededor de estos personajes, es una necesidad vital por la libertad, y cualquier cosa que deba hacerse para colocarlos en el futuro inmediato en la línea sucesoria y constitucional del poder como protagonistas de una nueva etapa de la lucha opositora para la recuperación de la libertad en el año 2020, es completamente mandatorio.

En este sentido, planteamientos como la Consulta Popular Plebiscitaria a  los venezolanos con la designación de un Consejo de Gobierno de Unidad Nacional, con la incorporación de sectores de la Sociedad Civil por la vía directa, o la consulta para la convocatoria al Constituyente Originario como se está planteando en Chile, son soluciones propuestas por la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, y que deben ser urgentemente revisadas con la seriedad correspondiente por todos los venezolanos.

En la renovación del liderazgo opositor está la clave para que no se pierda también el próximo año y los que vengan después. No les pediré más reflexión a los partidos de una oposición oficial que desde una Comisión de Contraloría opositora, expidieron certificados de buena conducta a los delincuentes del régimen que comercian con el hambre de nuestro pueblo. Si los ciudadanos no emprendemos la lucha para cambiar inmediatamente la conducción política de la oposición venezolana, comenzando por Juan Guaidó, a través de los mecanismos que nos garantiza la Constitución, el año 2020 será definitivamente peor…

Muchas gracias…

Caracas, 2 de Diciembre de 2019

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

jueves, 28 de noviembre de 2019

El único camino de Juan Guaidó

Por Luis Manuel Aguana

Se atribuye al ex Presidente venezolano Raimundo Andueza Palacios (1846-1900) la lamentable frase que la historia ha probado como cierta: "El Tesoro Nacional es como el río Guaire, todo el mundo tiene derecho a meter su pichagua, lo que se discute es el tamaño". A mi juicio algunos articulistas de la red le han dado a esta frase una interpretación errónea. Pienso que Andueza no se refería a meter al agua alguna parte del cuerpo, sino un recipiente para tomarla (recuérdese que en ese tiempo el río Guaire era limpio). La palabra “pichagua”, muy venezolana, es un derivado de la famosa “totuma” o “tapara” indígena utilizada para recoger agua o plato para comer.

Todos los venezolanos teníamos el derecho, según Andueza, a meterle la mano a los dineros públicos. Lo que se discutía era el tamaño del recipiente, porque el río daba agua suficiente para todos. La pregunta era quien tenía más derecho que otro para beber más. La respuesta: el que tuviera la pichagua más grande. Y ese generalmente es el que tiene el poder. Así se interpreta eso en Venezuela. Lamentablemente esa frase se quedó estructurada en el ADN político de quienes han gobernado Venezuela desde ese momento.

Los venezolanos hemos sido testigos de lo más insólito. Andueza nunca pudo imaginarse que el tamaño de la pichagua de los que le sucedieron secaría el río completo de ese Tesoro Nacional que comparó asertivamente con el río Guaire. Ni nadie tampoco se imaginó que la discusión del tamaño de la pichagua le afectara mas allá de los chismes de ladrones que se endilgaban entre sí quienes se peleaban por el poder. El río era demasiado grande hasta que lo secaron y ya nadie pudo beber más.

Las naciones que se consideran hoy desarrolladas tienen un código cultural que limita de manera estructural la corrupción. Ese ha sido un mal de la humanidad, y los venezolanos no somos los únicos en padecerlo. La corrupción, aparte de los aspectos éticos y morales involucrados, le quita eficiencia a la distribución de lo que es de todos. Y creo sin quedarme corto, que lo que ha sucedido en Venezuela es el mejor ejemplo mundial de lo catastrófico que pueden llegar a ser las consecuencias cuando hay una total ausencia de controles para ese mal. Consecuencias que no solo son económicas, sino políticas, y como nos hemos podido dar cuenta con la tragedia que nos consume, profundamente sociales.

De esto claramente se puede deducir que cualquier cosa que venga en el futuro, después de salir de esta banda de ladrones que conducen el poder en Venezuela, tienen que ser muchísimo mejor en ese departamento. Y no solo tienen que serlo, sino también parecerlo, como la mujer del César. De allí que notas como las recientemente publicadas que apuntan a la corrupción que se está destapando del lado de la oposición oficial (ver ¿Donde están los reales Guaidó? en https://prensaamerica.com/2019/11/periodista-manuel-isidro-molina-donde-estan-los-reales-guaido/) indican que las cosas no cambiarían sustantivamente en el futuro. Pero también nos dice mucho del porqué las cosas no se han cambiado todavía a favor de los venezolanos después del 23 de Enero de 2019, siendo por el contrario, que han empeorado mucho más.

La denuncia del periodista Molina, era un secreto a voces. Y el problema no apunta a que pueda existir corrupción en las filas opositoras. ¡Eso es lo de menos! Lo grave es que el Gobierno del Presidente Encargado no esté actuando con la transparencia debida al manejar a su discreción y sin absolutamente ningún control de contraloría, los fondos que ha recibido del exterior y aquellos que se han ido recuperando del régimen. ¿Quién está llevando el control administrativo y dando cuenta de esos fondos a los venezolanos? Eso es lo que debe responder el Presidente Encargado y el gobierno colegiado de la Asamblea Nacional. No puede ser que haya una moral para el régimen y otra muy diferente para la oposición. En eso coincidimos con la nota del periodista Molina.

Pero lo que no se puede tragar es que se pretenda sugerir que sea la ilegitima Asamblea Nacional Constituyente de los ladrones del régimen la que le venga poner control a eso. Esto es, la propuesta de Molina es que una banda de malandros le ponga control a otra pero de la oposición. ¡Acabazón de mundo! La corrupción ha logrado que todo se salga de control. No hay instituciones creíbles porque ya no hay gente creíble. Los dirigentes creíbles se han ido muriendo y los nuevos están enredados en escándalos como el que denuncia la nota del periodista Molina.

Un país sin instituciones como lo ha sido históricamente Venezuela, solo se ha sostenido con la credibilidad moral de los pocos venezolanos que en buena hora prestaron sus servicios para una Venezuela de futuro. Personajes como Arnoldo Gabaldón Carrillo y Luis Razetti en la medicina, Juan Pablo Pérez Alfonzo en petróleo, Vicente Emilio Sojo y Teresa Carreño, en la música, José González Lander en ingeniería, son solo algunos pocos ejemplos de que independientemente de la situación institucional del país, existieron venezolanos que dedicaron sus vidas a una labor al servicio de otros, sin esperar nada a cambio, más allá de la labor cumplida. ¿Se acabaron ese tipo de venezolanos? No me lo creo. Me atrevo a decir que incluso los puede haber mejores ahora mismo. Pero debe existir el ambiente apropiado para que eso pueda florecer y multiplicarse. Y quienes son los responsables de construir ese ecosistema, al parecer pujan todavía por salir.

Será imposible reconstruir a Venezuela si la dirigencia que pretende sustituir a la que hay es exactamente igual o peor que ella. Es una matemática muy sencilla y una norma básica de gerencia ejecutiva: no compondrás lo que se rompió utilizando a quienes lo rompieron. Y si a los que llamas para hacerlo son socios de negocio de los que estaban, el resultado será el mismo o peor. Y eso es lo que estamos contemplando en la actualidad con la administración del Presidente Encargado.

De allí el llamado de muchas voces de conciencia que le han solicitado al Presidente Encargado de que se separe de toda militancia partidista, así como del grupo de partidos de la Asamblea Nacional, y forme un Gobierno de Unidad Nacional con todos los factores representativos de la sociedad, incluso aquellos que desde la oposición le han adversado, muy en especial con aquellas personas que los venezolanos consideran ahora mismo de indudable e irrefutable condición ética y moral. ¡Eso es fundamental! Los hay en todos los terrenos, en el económico, en el político, y en el social.

Esa decisión trascendental fortalecería su presidencia, le daría dirección y firmeza a esta loquera que ya pasa de 11 meses sin resultados, sin contar con el mensaje positivo de un golpe de timón y cambio de rumbo a la Comunidad Internacional, dando una muestra a los venezolanos de querer resolver nuestro problema, y cerrándole el paso a quienes quieren usar su presidencia para la corrupción. Un Gabinete de lujo unificado encontraría en horas (si no minutos) una solución y una acción contundente al problema de la usurpación de Maduro. ¿Difícil? Más difícil lo estamos pasando los venezolanos. Ya la “pichagua” se rompió y la corrupción no le deja otro camino a Juan Guaidó…

Caracas, 28 de Noviembre de 2019

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana