domingo, 24 de julio de 2016

Revocatorio en una Caja

Por Luis Manuel Aguana

Decía Dwight Eisenhower, ex Presidente de los Estados Unidos que Lo que es importante pocas veces es urgente, y lo que es urgente, pocas veces es importante” (“What is important is seldom urgent and what is urgent is seldom important”). Ike, como cariñosamente le decían sus compatriotas, fue el autor de lo que se ha dado en llamar la “Caja de Eisenhower”, un método práctico que ayuda a discernir entre lo urgente y lo importante.

De acuerdo a ese método, se distribuyen las posibles acciones en cuatro cuadrantes dentro de una caja: a) Urgente e importante (tareas que harás de inmediato); b) Importante, pero no urgente (tareas que puedes hacer después); c) Urgente, pero no importante (tareas que puedes delegar a alguien más); y d) Ni urgente ni importante (tareas que puedes eliminar) (ver El Método Eisenhower y la productividad, en https://www.entrepreneur.com/article/267004).

Deberíamos recomendarles a los venezolanos este invento de Ike para entender la diferencia entre el Referendo Revocatorio y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.

El Referendo Revocatorio es urgente. Millones de venezolanos en las calles buscando comida debe ser urgente de resolver para cualquiera, en especial para quienes gobiernan. Visto de esa manera, cualquier método que sea diferente para sacar de inmediato al régimen puede verse como un obstáculo a ese fin último definitivamente urgente e importante.

Desde la anterior perspectiva, resulta que para la mayoría de los venezolanos ya es un hecho que un Referendo Revocatorio es urgente y a la vez importante –siguiendo a metodología de Ike- con lo cual debería tener prioridad, porque “salimos” del régimen, dejando posteriormente la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, si se considera que la Constituyente es un mecanismo que puede ser usado para el mismo fin, aun cuando hemos demostrado que la convocatoria Constituyente es más expedita que el Revocatorio siguiendo las reglas del régimen (http://ticsddhh.blogspot.com/2016/02/enmienda-y-constituyente.html).

La convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente es importante. Lo importante, de acuerdo a la metodología de Ike, tiene que ver con la “misión, valores y metas de largo plazo”, y en efecto es así. Una Constituyente no se convoca para cambiar a un gobierno. Para eso están los mecanismos previstos en la Constitución de 1999, como efectivamente lo es el Referendo Revocatorio. Con la Constituyente deseamos transformar al país, cambiar la forma del Estado, plantearnos la redacción de una nueva Constitución que pueda dar vida a un nuevo país, de acuerdo a un Proyecto propuesto que ponga al ciudadano más cerca del Poder, controlando a sus gobernantes. Que le de a los Estados autonomía real sobre su destino. En suma, un cambio profundo e importante para el país.

Visto así, hacer eso no tiene absolutamente nada que ver con sustituir a los Poderes Públicos, que igualmente tendrían que ser removidos en el medio de un proceso de transformación como el que planteamos en el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/), si así lo deciden los representantes del pueblo en una Asamblea Nacional Constituyente. En un escenario de un Referendo Revocatorio exitoso este año, una Asamblea Nacional Constituyente solo le restaría remover al resto de los poderes para que este gobierno transitorio pueda ser viable hasta la promulgación de la nueva Constitución. En caso de no haber Revocatorio la Asamblea Nacional Constituyente haría lo propio con todos los Poderes Públicos.

Si entendemos que el Revocatorio es urgente e importante y la Constituyente es importante pero no urgente, en los términos de remover a un gobierno, que no es el fin último que le pretendemos dar hasta ahora –como si lo es en el Revocatorio-, entonces no tenemos problemas en colocar ambas cosas en la caja de Ike pero en cuadrantes diferentes. Podría realizarse el primero el Revocatorio, sin estorbar el llamado Constituyente, que debería luego inmediatamente realizarse. Sin embargo, este supuesto se basa en la premisa que el Referendo Revocatorio es la vía más expedita para lograr salir del régimen (cosa que, como vimos, hemos demostrado que no es así). Pero poco a poco los venezolanos estamos viendo el CNE está reventando esa premisa, y posiblemente la oposición política se vea en la necesidad de mover la Constituyente del cuadrante b) al cuadrante a) en la “Caja de Eisenhower”.

Como desde la Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/) no vemos de ninguna manera, ambas vías planteadas para el mismo fin –remover al régimen- sino mas allá, bien podemos iniciar inmediatamente los procedimientos para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario, sin para nada ser un obstáculo para la realización del Referendo Revocatorio, ni ser considerada la convocatoria Constituyente un obstáculo al Revocatorio. Incluso podríamos buscar firmas para ambas iniciativas al mismo tiempo.

Algunos sectores han pensado equivocadamente que hemos planteado al país una Constituyente con el fin de “competir” con el Referendo Revocatorio y que recoger firmas para ese fin “dividiría” a la oposición. Eso sería cierto si se entendieran ambos mecanismos para un mismo fin. Esa perspectiva no comprende todavía lo que una y otra vez hemos indicado desde la Alianza Nacional Constituyente, que nuestra misión va más allá de lo que pasará en el país una vez que se hayan ido los delincuentes que nos desgobiernan. Haya o no haya Referendo Revocatorio es mandatorio e imperativo ir a un proceso Constituyente para reconciliar y reconstruir al país, en unos términos completamente diferentes de los que hemos sido gobernados los venezolanos por más de 200 años.

La Alianza Nacional Constituyente está recorriendo el país para explicarle a todos los sectores la magnitud del cambio que hay que dar para que Venezuela de un salto al futuro y se convierta en un país desarrollado, con posibilidades de retener a su juventud, así como la manera en cómo tenemos planteado ese proceso. Para nosotros el Revocatorio es un proceso urgente e importante del presente político, pero que de ninguna manera resolverá el fondo del grave problema estructural que tiene el país. Que no bastará cambiar un Presidente por otro, y que sería un error de incalculables consecuencias no realizar los cambios que el país necesita. Tenemos bases para sustentar esa afirmación y las hemos explicado muy bien en nuestros recorridos por Venezuela.

Los enemigos del proceso Constituyente y que trancan el avance de este cambio indetenible son los que sucumbirían a los cambios estructurales que estamos planteando, entre otras razones porque ya disfrutan de las ventajas que dan la cercanía de un Poder centralizado y asfixiante que ha dejado mucha miseria a las regiones por mucho mas de los 18 años que lleva este régimen. Sin embargo el Poder Originario es de los ciudadanos, no de quienes han quebrado paulatinamente al país desde mucho antes de la aparición de Hugo Chávez.

La convocatoria del Poder Constituyente Originario es entonces complementaria –pero no supeditada- a la iniciativa del Referendo Revocatorio y puede ser realizada conjuntamente. Pero no nos equivoquemos, el Revocatorio les ha permitido a los enemigos del proceso Constituyente esconderle al país la urgente necesidad de los cambios estructurales que necesita para que no se repita la tragedia de Chávez, y salgamos de la miseria donde nos han llevado, estos y aquellos, planteándoles una solución definitiva a los venezolanos.  

Muy pronto veremos si el Revocatorio desaparece o no del primer cuadrante de la “Caja de Eisenhower”, forzando la máxima de Ike de “…lo que es urgente, pocas veces es importante”; y si lo hace, confirmará más aun -si eso es posible- la necesidad imperiosa del único mecanismo que tiene el pueblo para decidir su propio destino. Los demás que esperen por el régimen a ver si nos da un Revocatorio, nosotros ya comenzamos.

Caracas, 24 de Julio de 2016

Twitter:@laguana

lunes, 18 de julio de 2016

Machurucuto Civil

Por Luis Manuel Aguana

Ya está claro para todo el mundo que Fidel Castro se salió con la suya en Venezuela. La derrota sufrida por Castro en Machurucuto en mayo de 1967 a manos del Ejército y la Guardia Nacional de Venezuela, en ese entonces definitivamente democráticas, institucionales y defensoras de la Constitución, marcaron lo que pensábamos iba a ser la expulsión definitiva del castrocomunismo de Venezuela. Pero Hugo Chávez nos demostró lo contrario, al meterlos después por la puerta grande, demostrando así la veracidad de aquello de que quien ríe al último ríe mejor.

Fidel, actuando la siguiente vez en una estrategia distinta de invadirnos militarmente, con la ayuda de comunistas venezolanos, entro por la puerta grande de Miraflores. Usó lo que ahora los extremistas islámicos están aplicando en Europa: “Usaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia” (http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/938/es-la-guerra-santa-idiotas/). Y la segunda vez le salió bien.

Es por esta razón que los demócratas no podemos caer en el engaño. Nuestra democracia está infectada. Es como si pretendiéramos usar la sangre de una persona con un virus maligno para curar a otra que no está infectada. Simplemente no se puede usar. El virus del castrocomunismo tiene enfermo el cuerpo institucional de Venezuela.

Entonces no podemos utilizar instrumentos contaminados del cuerpo institucional enfermo para resolver la enfermedad. No podemos usar instrumentos creados para una democracia sana, como el Referendo Revocatorio, porque están claramente contaminados del virus maligno.

He comentado muchas veces en esta modesta tribuna, muro que me he construido para aportar en la lucha contra este virus, que para resolver la grave situación que padecemos, debemos salir de los 9 puntos del cuadro y unirlos todos desde afuera, aludiendo a ese viejo acertijo que se resuelve solo viendo las cosas desde una perspectiva amplia. En otras palabras, para resolverlo tienes que salirte del cuadro para poder ver la solución (ver http://pensamientocreativo.org/unir-nueve-puntos/).

Pues bien, eso no es otra cosa que ir a la raíz de los orígenes mismos del Poder: la soberanía del pueblo venezolano. ¿Y cómo se come eso? diría cualquier Miquelena que este leyendo. Que el pueblo le pregunte al mismo pueblo, de un modo organizado, si desea convocarse para decidir qué hacer con la enfermedad y aplicar el tratamiento correspondiente, claramente fuera de los mecanismos y las instituciones que se encuentran enfermas. Eso es pensar fuera del cuadro. Eso es lo que en la Alianza Nacional Constituyente llamamos la convocatoria del Poder Constituyente Originario a una Asamblea Nacional Constituyente sin los poderes constituidos.

Esto pasaría obviamente por explicar extensamente esta solución a todos los venezolanos y que no es fácil de digerir, en especial para aquellos que han pasado toda su vida dentro de los 9 puntos. Aquí no estamos hablando de cambiar al gobernante que mala hora nos cayó encima y a su inepto sucesor, que dejaron infectar el cuerpo institucional del país con el virus maligno del castrocomunismo, sino curar la enfermedad en su raíz. Y mucho más importante aún, recomponer los anticuerpos de todas las instituciones para que la enfermedad no vuelva a aparecer mas nunca, garantizando desarrollo sustentado y estable para el país. ¡Menuda tarea!

Pero la solución no debería ir conducida esta vez de la mano de los militares, como ocurrió en el pasado, cuando ellos controlaron en democracia la invasión del virus por Machurucuto y el resto del país. Esto se debe a que esa es quizás la institución más  infectada, aunque puedan existir lagunas sanas obviamente escondidas. Esas lagunas tendrán que intervenir en su momento, ya que de hacerlo a destiempo o mal, conduciría a su infección o aniquilamiento por parte de la enfermedad.

Por alguna razón Dios nos ha puesto a los venezolanos a tener que conducir las acciones necesarias para controlar el virus y a repeler de nuevo con éxito la más representativa de las incursiones del castrocomunismo en Venezuela: la invasión encabezada por Hugo Chávez, y que supera con creces la de Machurucuto, donde Fidel sufrió la derrota más contundente en nuestra tierra.

Ahora los venezolanos  nos aprestamos para repetir y superar esa victoria, pero esta vez conducida por el soberano pueblo de Venezuela, asumiendo el Poder Originario que nos pertenece, para una confrontación mucho mayor y significativa que la de 1967: con un Machurucuto Civil, vía Constituyente.

Pero para que este Machurucuto -ahora civil- sea exitoso, debe ser cuidadosamente planificado y organizado, aun mejor que su homónimo militar del pasado, para poder dar al traste con los planes de este régimen de perpetuarse en el Poder en Venezuela y establecer las bases de una nueva institucionalidad basada en un país regionalmente autónomo y descentralizado, a través de un Proceso Constituyente de carácter Originario. Ese es nuestro objetivo en la Alianza Nacional Constituyente, al convocar a todos los venezolanos a trabajar por ese sueño (http://ancoficial.blogspot.com/).

Creemos que la convocatoria del soberano pueblo de Venezuela, no solo para establecer cual tipo de gobierno desea darse, muy lejos del castrocomunismo derrotado en Machurucuto el siglo pasado por unas Fuerzas Armadas democráticas, sino para lo más importante y lo más trascendental, construir las bases de una nueva Venezuela donde quepamos todos en democracia, justicia y libertad, y que desarrolle el Proyecto de un nuevo país en la estructura de un nuevo texto constitucional. Invitamos a todos los venezolanos a construirlo juntos.

Caracas, 18 de Julio de 2016

Twitter:@laguana