viernes, 1 de septiembre de 2017

Enjuiciados pero no sentenciados

Por Luis Manuel Aguana

Todos hemos visto en las películas el momento culminante donde un jurado de “doce hombres justos”, luego de haber oído y examinado las pruebas y las exposiciones del fiscal y la defensa, se retira a deliberar, para luego salir a dar su dictamen de culpabilidad o inocencia de un acusado en un juicio. Si el acusado resulta culpable, entonces le corresponde al Juez dictar sentencia.

Algo así le ha ocurrido al régimen de Nicolás Maduro el día de ayer cuando el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos publicó su informe relativo a la observación de los Derechos Humanos en Venezuela titulado “Violaciones y Abusos de los derechos humanos en el contexto de las protestas en la República Bolivariana de Venezuela de 1 de abril al 31 de julio de 2017” (ver Informe completo en español en http://www.ohchr.org/Documents/Countries/VE/HCReportVenezuela_1April-31July2017_SP.pdf).
                                                    
Luego de revisados los hechos y analizadas todas las pruebas y argumentos, el régimen ha sido declarado culpable de violación de Derechos Humanos por “un jurado de 12 hombres justos”, si así podemos llamar a un organismo imparcial internacional como las Naciones Unidas. Aún falta la sentencia del Juez para aquellos a quienes corresponda. Pero eso vendrá después y en otra instancia internacional denominada Corte Penal Internacional. No creo que el régimen este totalmente consciente de la gravedad de la situación y la niega, como nos niega a los venezolanos la mas mínima justicia. O tal vez si lo está y quizás por eso salió a rechazar inmediatamente el informe de la ONU (ver Venezuela rechazó informe de la ONU sobre DDHH en Venezuela, en http://www.eluniversal.com/noticias/politica/venezuela-rechazo-informe-onu-sobre-ddhh-venezuela_665157) pensando que con esa débil argumentación podrá detener lo que viene a continuación.

En este caso, no es a nosotros a quienes deben convencer. Ya el jurado dio su veredicto. Y es un veredicto con el que los venezolanos estamos totalmente de acuerdo porque lo padecimos durante el período de ese Informe, y todavía lo padecemos. Pero eso no es lo importante en este momento. Que el régimen atropelle los Derechos Humanos de los venezolanos es moneda de circulación común en Venezuela. Lo importante es que salgan a la luz pruebas y evidencias certificadas que la comunidad internacional acepte como válidas, porque ahora vienen con el sello del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, a través de este Informe publicado en Ginebra el 30 de Agosto. Esto es lo completamente novedoso y determinante.

Es muy importante precisar que si hay algo que ha sido complicado de demostrar de manera independiente es que los actos que ha realizado el gobierno en contra de los venezolanos son parte de “un ataque generalizado o sistemático contra la población civil y con conocimiento de dicho ataque”, tal y como lo establece el Artículo 7 del Estatuto de Roma, creador de la Corte Penal Internacional, como definición de Crímenes de Lesa Humanidad (ver Estatuto de Roma
https://www.oas.org/36ag/espanol/doc_referencia/Estatuto_Roma.pdf); y eso es lo que este Informe del ACNUDH ha establecido a pesar de lo que el régimen diga.

Ciertamente se han hecho gestiones previas ante la Corte Penal Internacional para acusar al régimen de crímenes de Lesa Humanidad, pero hasta ahora completamente infructuosos (ver Ya son cuatro las denuncias contra Maduro en la Corte Penal Internacional http://efectococuyo.com/principales/ya-son-cuatro-las-denuncias-contra-maduro-en-la-corte-penal-internacional). Es por eso que los venezolanos debemos conocer cómo es que ocurren las cosas en el ámbito de ese Tribunal Internacional para poder comprender porque hasta ahora no ha sido posible enjuiciarlos, a pesar de lo evidente de las violaciones de los Derechos Humanos por parte de Nicolás Maduro y los principales responsables de su gobierno.

En primer lugar, no es suficiente con llevar denuncias ante la CPI, por más válidas que estas sean, y esperar que esa instancia se mueva. De acuerdo al Artículo 13 del Estatuto de Roma, son tres los entes competentes para iniciar un proceso en la CPI: a) Un Estado firmante del Estatuto; b) El Consejo de Seguridad de la ONU; y c) el Fiscal de la CPI por oficio “sobre la base de información acerca de un crimen de la competencia de la Corte” (Artículo 15.1 Estatuto de Roma) (ver Sobre la instrucción del proceso penal ante el Tribunal Penal Internacional http://perso.unifr.ch/derechopenal/assets/files/articulos/a_20080521_90.pdf).

Hasta ahora, ni un Estado firmante del Estatuto de Roma, ni el Consejo de Seguridad de la ONU, han tenido la iniciativa de llevar nuestro caso a la CPI. Nos queda que lo haga por oficio el Fiscal de la CPI (OTP, Office of The Prosecutor) sobre la base de documentación entregada por denuncias que nosotros generemos, y que este considere suficiente para iniciar la investigación, previa autorización de una instancia de la CPI denominada Sala de Cuestiones Preliminares (SCP).

Entonces, a) si la Fiscalía de la CPI, en este momento a cargo de la Fiscal Principal de la CPI, Fatou Bensouda, se convence de que existe fundamento suficiente para abrir una investigación, debe presentar la petición a la SCP; y b) “Si, tras haber examinado la petición y la documentación que la justifique, la Sala de Cuestiones Preliminares considerare que hay fundamento suficiente para abrir una investigación y que el asunto parece corresponder a la competencia de la Corte, autorizará el inicio de la investigación, sin perjuicio de las resoluciones que pueda adoptar posteriormente la Corte con respecto a su competencia y la admisibilidad de la causa (Artículo 15.4)”.

Hasta el día de hoy solo existe un caso venezolano presentado a la consideración de la CPI, pero no ha pasado los filtros arriba descritos. En efecto, lo último procesado por la CPI y publicado en su página en la web fueron algunas denuncias formuladas a partir de julio de 2002 y que no pasaron el examen preliminar de la Corte, por lo cual el caso fue cerrado (ver Caso de Venezuela en https://www.icc-cpi.int/venezuela). Hasta ahora solo existen diez (10) casos bajo examen preliminar en la CPI, sin siquiera haber comenzado la investigación: Afghanistan, Burundi, Colombia, Gabón, Guinea, Irak/UK, Nigeria, Palestina, Unión de Comoros, Ukraine (Ucrania) (ver https://www.icc-cpi.int/Pages/Preliminary-Examinations.aspx).

Entonces el camino que tenemos es largo pero no imposible. Hay que convencer a la Fiscal Bensouda que ya se establecieron las premisas del Estatuto de Roma. El hecho que en las conclusiones y recomendaciones el Informe del ACNUDH indique: “El uso generalizado y sistemático de fuerza excesiva durante las manifestaciones y la detención arbitraria de manifestantes y presuntos opositores políticos denota que no se trata simplemente de actos ilegales o insubordinados de funcionarios aislados…” (Pág. 35), demuestra que el es el Estado el que está aplicando la persecución generalizada y sistemática a la población, lo que se ajusta perfectamente a las premisas de delitos de Lesa Humanidad del Estatuto de Roma; lo que hace a Nicolás Maduro y todos los que movilizaron el aparato represivo del Estado que causaron los muertos, los heridos, los atropellos y las detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas en Venezuela, sujetos a ser procesados por Delitos de Lesa Humanidad en la Corte Penal Internacional de la Haya. Queda en nosotros hacer valer el veredicto de la ONU y que en definitiva sea el Juez de la CPI el que determine la sentencia.

Caracas, 1 de Septiembre de 2017

Twitter:@laguana

sábado, 26 de agosto de 2017

Legitimidad secuestrada

Por Luis Manuel Aguana

Cuando me atreví en el 2011 a llamar colaboracionistas a varios dirigentes de la oposición venezolana (ver Los opositores de Vichi, en http://ticsddhh.blogspot.com/2011/09/los-opositores-de-vichy.html) no era común ese calificativo. Sustentaba el señalamiento por las actuaciones que tuvo -y aun sigue teniendo- la dirigencia opositora de abrazarse a las actuaciones del régimen y por la contradicción que significa afirmar que estamos en una dictadura pero actuar como si no lo estuviéramos, causando un grave daño a la lucha de los venezolanos por sacudirnos a este régimen y alargarnos traicioneramente el problema. Esa es la creación de la famosa “disonancia cognitiva” que tiene enfermos a los venezolanos.

Pero ahora al leer el excelente trabajo del profesor Víctor Maldonado (Manual del colaboracionista perfecto http://www.lacabilla.com/ContenidoOpinion/opinion/manual-de-un-colaboracionista-perfecto-por-victor-maldonado/359) se entiende perfectamente que el término también le cabe a aquellos que siguen a fe ciega a esa dirigencia claramente colaboracionista, lo que agrava en modo superlativo el gran problema que ya supone tener dirigentes opositores durmiendo en la misma cama que el régimen.

Pero hay algo que sale de todo este colaboracionismo crónico de aquellos que siguen ciegamente las líneas de esa dirigencia, que está pasando inadvertido a las grandes mayorías ansiosas de encontrar una salida rápida y que en este momento se encuentran decepcionadas por el enfriamiento de las calles y atentas a una nueva evolución del drama de todos los venezolanos pero esta vez de las manos de una dirigencia legítima y coherente. Y es que esos colaboracionistas no solo han enfriado las calles con sus decisiones que favorecen la agenda y los objetivos del régimen, como bien indica la definición del Profesor Maldonado en su artículo, sino que han secuestrado la legitimidad de la oposición en su conjunto y eso tiene importantes repercusiones internacionales ¿Que significa esto?

El único poder legítimo reconocido por la comunidad internacional es la Asamblea Nacional. Y eso no es gratis. La población votó masivamente el 6D-2015 en contra del régimen, no a favor de la oposición. Y eso por fin fue reconocido por los políticos opositores. Pero no han actuado en consecuencia del mandato que recibieron. El 16J, de nuevo, el pueblo le dio un espaldarazo a la Asamblea Nacional, y volvieron a desconocer la voluntad popular al no actuar en consecuencia de las preguntas que ellos mismos formularon en esa consulta popular.

Entonces los venezolanos estamos en el peor de los mundos: le dimos legitimidad a un poder que no ha obedecido su mandato del 6D-2015 ni del 16J-2017, de deshacerse del régimen de forma constitucional, y con ese respaldo popular reconocido en todo el mundo están actuando de forma colaboracionista, y al margen de lo que queremos; sin tener manera de como decirle al mundo formalmente que estos colaboracionistas y sus seguidores nos han secuestrado nuestra legitimidad, realizando actos como declarase en contra que la comunidad internacional nos ayude a resolver el grave problema humanitario de un régimen que nos está matando de hambre. Ciertamente no es el tipo de representante que necesitamos.

¿Qué hacer? Desde mi punto de vista, desconocerlos como desconocemos ahora al régimen de Nicolás Maduro. Lo lamentable es que aun detentan el título de “opositores oficiales” y actualmente son el único poder con el respaldo de la comunidad internacional, dándose el lujo de ir fuera del país, utilizando la legitimidad que les dimos, para solicitar que no sancionen a este régimen hambreador de la población.

No hay duda que entonces la mayoría opositora que no se encuentra en los extremos polarizados, está materialmente secuestrada en su legitimidad como pueblo. Sin embargo ya el pueblo se pronunció en una Consulta Popular el 16J. Y por el hecho que la Asamblea Nacional, órgano ejecutor de ese mandato, no lo haya cumplido, eso no significa que ya es una orden dada a cualquiera que pueda materialmente ejecutarla por encima de esa desobediencia abierta, porque fue el pueblo Depositario de la Soberanía el que se pronunció. No aceptamos, de acuerdo a los Artículos 5, 333 y 350 de nuestra Constitución, el secuestro de nuestra Soberanía provenga de donde provenga.

En este sentido los venezolanos desde el 16 de Julio de 2017 le enviamos un claro mensaje a todo el mundo, y en especial a la comunidad internacional, sin intermediario alguno, para que pueda ser comprendido: 1) Rechazamos y no autorizamos la convocatoria del pueblo soberano para una Asamblea Nacional Constituyente que cambie la constitución de 1999, y menos aun que se tome atribuciones de los Poderes Públicos que no le corresponden. Por lo tanto, todos los actos llevados a cabo por ese fraude constituyente electo con fraude el 30J son nulos; 2) Las Fuerzas Armadas tienen todavía la obligación de actuar con apego a la Constitución de 1999, porque así se los hemos demandado; 3) Los Poderes Públicos deben ser renovados inmediatamente conforme a la Constitución de 1999, en especial el Poder Ejecutivo, por lo que aun sigue pendiente la conformación de un Gobierno de Unión Nacional, y en consecuencia cualquier acto que se haga en apego a ese mandato directo del pueblo de Venezuela es legítimo y no necesita ni a la Asamblea Nacional ni a ningún otro intermediario para hacerlo efectivo. Como siempre dice un buen amigo, no hay que buscar a Dios en los rincones. Esta allí a la vista de todo el mundo para quien lo quiera ver.

Cualquier iniciativa de ayuda de la comunidad internacional para hacer valido ese mandato que el pueblo venezolano expreso claramente el 16J, ya cuenta con la aprobación del pueblo venezolano. De allí que cualquier gobierno extranjero o cualquier ciudadano de otro país que desee ayudarnos a solucionar este grave problema humanitario será bienvenido, no por quienes han usurpado nuestra soberanía o por quienes han secuestrado nuestra legítima representación, sino por el propio pueblo de Venezuela.

En este sentido hay que aclararle a la Presidente del fraude constituyente del 30J, cuando declara que son los voceros de la oposición quienes  “…Han pedido la intervención del país, han pedido sanciones financieras y su amo imperial les está dando ese regalo que es perjudicar al pueblo de Venezuela” (ver Delcy Rodríguez reaccionó por nuevas sanciones impuestas por EE UU http://www.el-nacional.com/noticias/gobierno/delcy-rodriguez-reacciono-por-nuevas-sanciones-impuestas-por_200542), que no son ellos quienes han pedido ayuda sino nosotros, los 7,5 millones de venezolanos cuando directamente ordenamos un mandato de cambio que aun continúa pendiente, y que poco a poco la comunidad internacional está comprendiendo las verdaderas razones por las que todavía no se ha cumplido.

Caracas, 26 de Agosto de 2017

Twitter:@laguana