miércoles, 14 de agosto de 2013

La Rebelión de las Regiones



Por Luis Manuel Aguana

“La rebelión de las regiones salvaría a Venezuela, presa, desde la Independencia, de una Caracas sin capacidad productiva y que vive, lujosamente, del esfuerzo de los otros 25 millones de venezolanos que habitan el interior”. Esta frase y el título de la nota pertenecen a Don Rafael Grooscors, ilustre venezolano, de quien desde sus entrados 80 años y su extraordinaria lucidez política aprendo más acerca de la Venezuela que todos queremos cada vez que me escribe.

Quise publicar su frase porque resume el fondo del proyecto de cambio Constitucional sobre el cual se basa el Proyecto País de AVERU/MID Táchira para Venezuela (ver Proyecto País AVERU/MID Táchira en https://docs.google.com/file/d/0B6yI0gUROWzDX2dZVmZ3bDd3UUE/edit?pli=1) y que precisamente se fundamenta en crear los mecanismos constitucionales para que sean las regiones las que salgan favorecidas, dándole un vuelco a ese lugar común de que es en Caracas de donde deben salir las cosas.

No hay más que pasearse por Venezuela para ver el abandono de nuestras regiones. Lo resalte especialmente en una nota del hace dos años (ver Entierro de pueblo en http://ticsddhh.blogspot.com/2011/10/entierro-de-pueblo.html) en la que describo no solo el abandono actual de la provincia sino el olvido desde siempre por parte de las élites que se hacen del poder en Venezuela, viéndolo desde la perspectiva de un sencillo y sentido entierro de pueblo ¿Hasta cuándo será eso?

El empoderamiento del Municipio como la unidad político-territorial fundamental para el desarrollo y la profundización de la descentralización, con la reingeniería completa del territorio de cada una de los Estados, es la base de nuestro planteamiento al país.

Elevando significativamente el número de municipios (ver segundo Eje del Proyecto en Doce Ejes y un Destino: 2) Municipio Fuerte en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/07/doce-ejes-y-un-destino-2-el-municipio.html) de acuerdo a su realidad poblacional, entregándoles sus recursos y responsabilidad, las regiones se convertirían en las plataformas de arranque para que el impulso del desarrollo del país venga de las regiones.

Es por eso que no me extraña que este planteamiento de cambio provenga del interior del país, particularmente del Estado Táchira. Es un grito desde las regiones al centro y un campanazo por el olvido en que se encuentra la región. Una vez dije  que no era la primera vez que el Táchira nos daba ejemplos de aportes al país (ver ¿Evidencia de Fraude Electoral? El Ejemplo que el Táchira dio en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/08/evidencia-del-fraude-electoral-el.html). Pero así como el Táchira muchas regiones están llevándose la peor parte de esta crisis que nos conmueve a todos los venezolanos.

Es impresionante ver como el interior es maltratado por el gobierno. Primero se va la luz por 12 horas en Maturín, Estado Monagas, antes que haya un apagón en La Vega en Caracas por una hora. El gobierno se esfuerza en mantener las regiones en el peor de los estados en beneficio de Caracas. Hay gente que viene a hacer mercado en Caracas desde Valencia porque primero hay papel higiénico y comida en Caracas que en el interior. Existe un miedo demencial de los gobiernos que a Caracas no puede faltarle nada. Primero que se reviente el interior porque si no se cae el gobierno.

Sin embargo olvidamos que la independencia de Venezuela se selló en Carabobo, no en Caracas. Olvidamos que El Libertador realizó su Campaña Admirable desde el interior, marchando por la vía de San Cristóbal, La Grita, Mérida y Trujillo culminando con su entrada triunfal a Caracas, después de haberse impuesto sobre los realistas en una larga campaña desde occidente y oriente- el interior del país-, que daría el origen a la Segunda Republica de Venezuela.

Todo lo que ha tenido significación histórica en Venezuela ha venido desde el interior hacia Caracas. Los tachirenses de la mano de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez comenzaron lo que ellos mismos llamaron su Segunda Campaña Admirable y se hicieron con el gobierno de Venezuela por más de 40 años, comenzando con un grupo de pobres descamisados, armados solo con lo que le quitaban a las tropas del gobierno, conquistando una Caracas que vivía lujosamente del esfuerzo del resto del país como ahora nos lo recuerda Don Rafael. Ahora, de nuevo, está pasando lo mismo.

Las regiones olvidadas, no solo por este gobierno maléfico de casi 15 años sino por los gobiernos democráticamente electos desde 1959, a favor de una Caracas favorecida dentro de la misma crisis, han dicho ya basta. Caracas no es Venezuela. Y eso se debe reflejar en cualquier Constitución que se redacte en el país. Las regiones se rebelaron y plantean un cambio en la estructura de funcionamiento del Estado a favor de una descentralización de verdad, que les de autonomía política, financiera y fiscal para poder desarrollarse dentro de un Estado Federal.

Cada Estado en Venezuela tiene sus propias particularidades y nadie más que sus propios habitantes reclaman el poder de controlar su destino. La riqueza, no solo material sino humana de nuestro país está allí y nadie parece querer apreciarla. Como indica Don Rafael: “Bolívar no tiene más nada que pedirle a la naturaleza, si los guayaneses se embraguetan y se cogen lo que les corresponde, dándose a la tarea de cubrir con 100 puentes al Orinoco para llenar el Sur de pequeñas plantas transformadoras de bauxita y convertirse en la primera potencia del mundo en aluminio y derivados.”. ¡Nuestro desarrollo está en eso!, ¿que esperamos para tomarlo?

No puede ser que en Caracas se decidan jueces, notarios, autopistas, sistemas ferroviarios, mantenimientos de puertos y aeropuertos, universidades, escuelas, hospitales, y sobre todo el Situado Constitucional y pare usted de contar. La descentralización de 1989 solo fue un espejismo que debe ser corregido a favor de una propuesta de desarrollo local estructuralmente constitucional.

No puede ser que la Constitución de 1999 haya eliminado la representación de los Estados constituida por el Senado del Congreso. La Constitución de 1961 le daba igualdad de derechos a los Estados materializada en dos Senadores para cada uno quienes en conjunto daban su aprobación final al cualquier Ley que saliera del Congreso. De acuerdo a la actual Constitución de 1999 si un Estado tiene más Diputados que otro, tiene más derechos que el otro. No puede ser que un Estado por tener menos habitantes que otro sufra la mayoría de los demás y tenga que siempre ser víctima de sus designios.

Es por eso que en los sistemas bicamerales con representación Federal de los Estados, todos son iguales ante el país y ante sus pares. Eso lo regula la Constitución. Es por eso que forma parte del Proyecto País la visión de la región como el ente fundamental. Una justicia y responsabilidad regional de las autoridades para con sus electores serían el marco ideal para exigir el cumplimiento de las promesas políticas  ya que existiría la Autarcía (autosuficiencia económica), la Autonomía (capacidad de regirse por sus propias normas) y Autoría (Responsabilidad directa de los funcionarios), tal y como se propone.

Una reforma Constitucional de la envergadura descentralizadora propuesta le daría la mayoría de edad a las regiones para construir su propio destino. Al principio se equivocarán como cualquier ser humano que se equivoca cuando crece. Una Constitución paternalista que controle todo desde el centro nunca logrará que sus hijos se desarrollen y que cometan sus propios errores. Eso se llama crecimiento.

Cada región tendría la oportunidad de construirse su propio desarrollo de acuerdo a sus potencialidades y responsabilizarse por él. Algunas lo harán bien desde el principio. Otras tardarán un poco más pero el conjunto será positivo para todos. Una rebelión de las regiones hacía falta para volver a creer en las potencialidades que hay en Venezuela y que con el tiempo olvidamos porque todavía creemos que Venezuela es Caracas. Hace falta otra Campaña Admirable, pero esta vez, de la mano de todos los venezolanos.

Caracas, 14 de Agosto de 2013

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martes, 13 de agosto de 2013

Doce Ejes y un Destino: 6) Petróleo, Trabajo y Propiedad Privada



Por Luis Manuel Aguana

En septiembre de 2011 la organización Ciudadanía Activa estrenó un extraordinario documental titulado “Ven a mí que tengo Flor”, en alusión a una expresión utilizada por el finado Presidente Chávez al arremeter en contra de la propiedad privada en Venezuela, a favor de su “socialismo”, violando nuestros derechos de propiedad consagrados en la Constitución. En ese momento hice una nota alusiva a ese documental (ver “Ven a mí que tengo Flor” o la Caja de Pandora de la Propiedad Privada en Venezuela en
http://ticsddhh.blogspot.com/2011/09/ven-mi-que-tengo-flor-o-la-caja-de.html) que consideraba sumamente importante dada la amenaza que representaba eso para los venezolanos.

Habían allí dos aspectos que considero fundamentales para la explicación de la propuesta contenida en este Eje: a) La Propiedad Privada está profundamente ligada a la calidad de vida de las personas; y b) Sin Propiedad Privada no hay sistema económico que sustente el trabajo de las personas que no sea a expensas de un régimen usurpador de libertades.

Como indicaba Ciudadanía Activa en el video (ver “tráiler” en http://www.youtube.com/watch?v=laatg4JYZGs)  desde el año 2004 el régimen comenzó una política expresa de expropiaciones para acabar con la propiedad privada en Venezuela, debiendole más de 19.000 millones de dólares al sector privado en indemnizaciones.

Asimismo, el régimen, en su afán de convertir el país en “socialista” está destruyendo sistemáticamente la base productiva privada. Pero lo peor es que nada de lo que está creando en su lugar de corte “socialista” funciona. Véanse solo los casos de TVES, Diana, CEMEX, etc.. No se sustenta ninguna empresa del experimento “socialista” si no existen los reales del gobierno, que por lo demás se roban los administradores rojo-rojitos.

Entonces, el “socialismo” castrocomunista que pretende imponer el gobierno solo se sostiene con los reales de la renta petrolera. La transición al “socialismo” está destruyendo el empleo y la economía. Dejar que eso continúe es simplemente suicida.

Entonces, este Eje define al país como capitalista, abierto a las formas novedosas de responsabilidad social de la empresa privada, con garantía del derecho al trabajo y la propiedad privada. Entonces, hay que garantizar que el Estado abra “las puertas a la iniciativa, inversión y libertad empresarial para generar empleo sostenible, garantizar un ingreso familiar digno, controlar la inflación y evitar que Venezuela continúe con una economía monoproductora, rentista y masivamente importadora” (ver Proyecto País AVERU/MID Táchira en https://docs.google.com/file/d/0B6yI0gUROWzDX2dZVmZ3bDd3UUE/edit?pli=1).

Entonces aquí hay dos vìas fundamentales que se le plantean al país: la “socialista” castrocomunista expropiadora de la propiedad privada, que necesita de nuestra renta petrolera para subsistir, y que está representada por la continuidad de este régimen; o la capitalista creadora de empleos y empresas, respetuosa de la propiedad privada. Entonces hay que preguntarle al país abiertamente en cuál de los dos sistemas económicos desea vivir. Así de simple. De allí la propuesta de este Eje.

En ese sentido se proponen al país las siguientes acciones: 1) Enaltecer la virtud del trabajo y el derecho a la propiedad privada; 2) Generar fuentes de trabajo que conduzcan a la reducción de la pobreza y las desigualdades sociales en Venezuela; 3) Transformar a PDVSA en Empresa de Propiedad Social Indirecta: Todo Venezolano desde su nacimiento es   propietario de una Acción Intransferible. Los dividendos le garantizan un Sistema Seguridad Social (Seguro de Salud, al Desempleo, a la Asistencia Social) y Educación, de por vida; 4) Utilizar el petróleo como el recurso fundamental para el desarrollo y crecimiento económico del país; 5) Establecer los programas para impulsar las capacidades de los emprendedores como agentes de cambio; 6) Regionalizar y simplificar los trámites para facilitar la promoción y creación de empresas; 7) Crear un sistema regionalizado para una efectiva industrialización con la participación de las universidades; 8) Fomentar el desarrollo de la economía popular, que promueva y proteja a la pequeña y mediana industria.

De estas todas estas propuestas deseo enfocarme en una que es trascendental: el petróleo y su influencia en la vida de nuestro país. ¿Qué hacer con el petróleo? Los venezolanos debemos plantearnos al menos alguna vez en nuestra historia que hacer con esa riqueza. Detenernos en el camino y pensar seriamente en eso. Por ahora, como esa riqueza no la “hemos sembrado”-Uslar Pietri dixit-, vivimos de ella. Pero ¿hasta cuándo podremos hacerlo?

En estos tiempos hemos probado lo que es haber matado “la gallina de los huevos de oro” que es precisamente lo que han hecho estos barbaros que administran ahora la industria petrolera. Ya estamos empezando a saber que es una disminución de la producción producto de la desinversión, el endeudamiento masivo y la poca capacidad para conducir una empresa de esa naturaleza. Eso es un coctel explosivo a largo plazo.

Cualquier sistema que se plantee vivir del Kino petrolero en el largo plazo no es viable para Venezuela con lo cual deberemos cambiar DRASTICAMANTE nuestra estrategia en relación al petróleo. Veamos por qué: Nuestro principal cliente petrolero, los Estados Unidos, ha puesto en marcha un Plan desde el año 2009 para deshacerse de nosotros como suplidor de petróleo.

El Plan de Obama “New Energy for America” (Nueva Energía para los Estados Unidos de America) contempla las siguientes líneas principales de acción (ver New Energy for America en https://my.barackobama.com/page/content/newenergy_more): 1) Proporcionar alivio a corto plazo a las familias americanas por el alto costo del combustible; 2) Creación millones de nuevos empleos verdes invirtiendo 150 billones de USD en los próximos años para catalizar los esfuerzos privados en la creación de energía “limpia” para el futuro; 3) Eliminar en los próximos 10 años las importaciones del Medio Oriente y Venezuela combinados; 4) Poner en funcionamiento 1 millón de automóviles híbridos (eléctricos/gasolina) con un rendimiento de 150 millas/galón antes del 2015, y  asegurar que serán construidos en los Estados Unidos; 5)  Implementar un amplio programa económico para reducir las emisiones de gas en un 80% para el 2050.

Para una explicación completa de este Plan energético de los norteamericanos vean el video donde Barack Obama lo explica en detalle. Se llama Blueprint for change: Energy (verlo en https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=n6R0et_IZ7w). Los gringos no dudarán en dejarnos en la calle en los próximos 10 años, o menos.

Nótese que Venezuela aparece explícitamente mencionada en ese Plan norteamericano. Nuestro país deberá tomar medidas y establecer una estrategia de protección, dada la importancia de esos anuncios y el fuerte impacto que una baja brutal en las importaciones de crudo desde los Estados Unidos ocasionarían a la economía venezolana, en virtud de la ampliación de la actual dependencia de las exportaciones de petróleo en la que ha incurrido la presente administración “revolucionaria”.

Entonces, antes como ahora- pero ahora urgentemente-, nuestra estrategia debería ser, desde ya, ir dependiendo cada vez menos del petróleo y más de la producción y productividad del país. ¿Se dan cuenta de la trascendencia de este Eje? En este sentido, nuestra apuesta debe ser que esa riqueza sea utilizada para asegurarle a los venezolanos un Sistema Seguridad Social (Seguro de Salud, al Desempleo, a la Asistencia Social) y Educación, de por vida tal y como lo hace Noruega con sus ciudadanos (ver Noruega, la renta petrolera y la paz / la renta petrolera y su función social – Agencia Prensa Rural en http://prensarural.org/spip/spip.php?article9076). No sería mucho pedir ¿verdad? Que el petróleo sea de verdad-verdad de todos los venezolanos mientras construimos la base de la que viviremos en el futuro.

Así que hágase la Constituyente o no se haga, tendremos un problema de proporciones a la vuelta de la esquina. En lo personal prefiero que la hagamos para cambiar lo que haya que cambiar en la Carta Magna en relación al modelo petrolero, no solo para garantizarnos la seguridad de nuestras vidas-salud y asistencia social-, en medio de los cambios que tendremos que enfrentar, sino para garantizarnos también la nueva economía post petrolera que el país necesitará para sobrevivir.

Caracas, 13 de Agosto de 2013

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lunes, 12 de agosto de 2013

Tienen razón pero van presos



Por Luis Manuel Aguana

Ni se imaginan la impotencia que se siente cuando “la autoridá” te dice eso. Lo sentí personalmente cuando hace 35 años la Guardia Nacional me bajó de un autobús al no creerme, a pesar del carnet, que era profesor universitario en camino de una clase. Demasiado “chamo” dijeron. Tienes razón “profesor” pero vas preso “pa’l servicio militar” y móntate ya en la jaula si no quieres probar la peinilla.

Me acuerdo siempre de la anécdota porque hay ocasiones en que la gente ignora el fondo del famoso dicho que titula esta nota: independientemente que la razón te asista la fuerza de los hechos se impone sobre la razón misma. La razón de la fuerza mata la fuerza de la razón. Será que uno tiene que vivirlo para entenderlo.

Mucho de la discusión que se ha formulado en relación a la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente tiene que ver con ese famoso postulado. ¿Cuál es la discusión de fondo? ¿La fuerza o la razón? ¿Es la Constituyente una respuesta de la razón sobre la fuerza que se nos ha impuesto? ¿O es más bien que la fuerza de un régimen mata la razón Constituyente? Veamos:

Quiero decirles de entrada a todos los críticos de la salida Constituyente que tienen razón en los argumentos que han expuesto para no convocarla. No, no me volví loco. Voy a pasearme por algunas de las razones que se han esgrimido públicamente, incluidas las de los “demócratas” de la oposición que no quieren hacer elecciones internas en sus propios partidos. Eso prueba su coherencia con el gobierno.

Abrimos una “Caja de Pandora”. Nada más cierto, pero no estará más abierta desde cuando Hugo Chávez le pasó por encima a la Constitución de 1961. El país ha ido en caída libre y seguimos en caída libre. ¿Van a salir más demonios de la Caja? ¿Qué puede ser peor? ¿Más cubanos? ¿Más entrega de nuestra soberanía? ¿Un peor panorama económico? Estamos en manos de los comunistas cubanos y los militares. Y la economía va hacia su estrangulamiento definitivo, así como estamos.

Lo único diferente es que se hacen elecciones al arbitrio de un CNE tramposo, que hasta ahora para lo que han servido es para lavarle la cara a la dictadura del régimen. Y aunque creo que cualquier situación puede ser aun peor, la salida no puede ser no hacer nada. Nuestra propuesta es un torniquete para el desangre con la idea de comenzar a dar el tratamiento. Entonces tienen razón pero van presos. Esa es la razón de la fuerza de los hechos.

Nos pueden “ganar”. Una Constituyente realizada con unas Bases limpias, respetando el principio universal de proporcionalidad de las minorías lo “ganaría” el país. Lo ganarían los venezolanos. En la Constituyente propuesta no hay “ellos” y “nosotros”. “Ellos” y “nosotros” ganaríamos. Aquí no me estoy refiriendo a la claque dirigencial delincuente del chavismo que son minoría. Me estoy refiriendo al país nacional que ha sufrido y sufre de las políticas del régimen, aquellos que una vez votaron rojo y que ahora de una manera pragmática saben que es necesario un cambio en el rumbo del país.

Un país que desea desesperadamente un cambio, una reunificación, pero que no lo deja un discurso permanente de odio y resentimiento por los canales oficiales y la red nacional de medios públicos, “ganará” esa constituyente. “Ellos” en efecto ganarán y ganaremos todos.Tienen razón pero van presos. Esa es la razón de la fuerza de los hechos.

Ha habido 26 Constituciones desde 1811. Es verdad, las ha habido. Y posiblemente hayan más en el futuro. “No somos suizos” decía aquel célebre adeco. La voz cantante de esta expresión la lleva quien no hace elecciones en su partido (el mismo partido que luchó por  el voto directo y secreto para los venezolanos, ¿qué tal?) a pesar de que su militancia se lo pide por los tribunales, pretendiendo desacreditar un proceso profundamente democrático, sin ser demócrata.

Por eso me extraña que los mayores detractores utilicen este argumento vacío. En el siglo XIX los Presidentes cambiaban la Constitución como pañales desechables por quererse quedar en el poder. ¿Se puede contar eso realmente como cambios constitucionales? ¿Porqué en lugar de decir que ha habido X o Y numero de Constituciones, no se hace un estudio de cuáles de ellas cambiaron verdaderamente la estructura institucional del país y trajeron paz a los venezolanos? ¿O si se fue progresando o no en ellas hasta llegar a la de 1999? ¿Por qué ese simplismo? De esa manera quienes dicen que el número es un problema al menos nos darían argumentos más serios y técnicos. De nuevo, tienen razón pero van presos.

Tenemos una “buena” Constitución, pero no se cumple. Nada más cierto, pero en aquello de que no se cumple. De que tengamos “la mejor Constitución del mundo” eso es una mentira goebeliana repetida mil veces y convertida en verdad por el régimen, que hasta la oposición suscribe. ¿Es “bueno” que se haya eliminado el Congreso bicameral y la representación federal de los Estados? ¿Es “bueno” que se haya eliminado el carácter no deliberante y apolítico de las Fuerzas Armadas? ¿Es “bueno” que el Presidente de la Republica decida el solo sobre los ascensos militares? ¿Es “bueno” que haya reelección indefinida del Presidente y demás cargos de elección popular?  ¿Es bueno que el Presidente decida al Vicepresidente y no el pueblo con sus votos? Y así sucesivamente existen un montón de preguntas de expertos que indican que involucionamos constitucionalmente en estabilidad política en relación a la Constitución de 1961. Pero los detractores, que dicen que dejemos eso como está, no entran en esas “pequeñeces”.

Por otro lado quienes afirman que no se cumple, tienen razón también. Una vez llegados al poder quienes son los primeros en pisotear la Constitución son los mismos funcionarios electos. ¿Pero, qué tal si constitucionalmente cerramos la posibilidad que un Juez pueda ser removido, influenciado o presionado por cualquier cosa o por cualquier otro Poder? ¿Por qué no sellamos constitucionalmente la independencia del Poder Judicial? ¡Eso ni de vaina!

De hacerlo, los ciudadanos podríamos tener la posibilidad de concurrir a un tribunal de justicia y pedir que se encierre aquel funcionario que le pase por arriba a la Constitución y tener una alta probabilidad de éxito. Podríamos incluir la famosa Corte Constitucional que incorporaron los colombianos en su Constituyente del año 1991 (ver Doce Ejes y un Destino: 4) Justicia y Seguridad Jurídica http://ticsddhh.blogspot.com/2013/07/doce-ejes-y-un-destino-4-justicia-y.html) para velar por el estricto cumplimiento de la Constitución. Pero eso no lo dicen quienes dan ese argumento banal. Tienen razón pero van presos.

Esos son solo algunos de los argumentos en los que tienen razón aquellos quienes despotrican de la posibilidad de una ANC. Posiblemente discuta algunos otros en siguientes notas. Pero lo lamentable de ellos es que son superficiales y centran sus argumentaciones en retorcidas redacciones y palabras que no se encuentran en el DRAE, sin análisis hechos seriamente y con profundidad.

Si me van a decir que no proponga un cambio al bodrio que hicieron en 1999 entonces defiéndanlo con algo más allá de decir que aquí hubo 26 Constituciones. Hay críticos a los que vale la pena responder por su seriedad y profundidad académica. Pero definitivamente hay otros, cuyos intereses ya dejaron de ser oscuros, a los que afectaría notablemente una iniciativa como una ANC.

Los ciudadanos debemos estar alertas de separar a quienes critican seriamente de quienes lo hacen protegiendo intereses personales o políticos subalternos. A estos últimos, aunque tengan razón, no solamente deberíamos llevarlos presos-con peinilla y jaula incluidas-, sino dejarlos allí botando la llave.

Caracas, 12 de Agosto de 2013

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jueves, 8 de agosto de 2013

País enfermo



Por Luis Manuel Aguana

“No es la Constitución la que está enferma en Venezuela, sino la sociedad”. La frase es del Padre Luis Ugalde (ver Refundación de la Republica en http://www.el-nacional.com/luis_ugalde/Refundacion-Republica_0_241176161.html) argumentando, como ya lo han hecho otras distinguidas personalidades, que Venezuela ha tenido muchas constituciones y ninguna ha resuelto ningún problema.

Refiero la frase porque me quedé con ella por lo de la enfermedad que refiere el artículo del Padre Ugalde y tiendo a estar de acuerdo con que la sociedad venezolana está gravemente enferma. En lo que no nos ponemos de acuerdo todos es en el tratamiento que hay que darle a esa enfermedad. Incluso hay que ponerse de acuerdo primero en la naturaleza misma del mal para poder poner el remedio adecuado.

Decir que en Venezuela ha habido muchas Constituciones y una mas no resolverá el problema es un lugar común simplista. Hay que mirar en detalle porqué las hubo y la naturaleza misma del país que fuimos y que somos para haberlas tenido. A los Estados Unidos le ha bastado con tener una sola Constitución fundamentada en sólidos principios para tener un gran país. Pero hay que ir al fondo de quiénes son ellos y su cultura. A Inglaterra le ha servido no tener Constitución para ser la roca sólida institucional que es dentro del concierto de naciones del planeta.

El problema entonces no es el número de Constituciones. Como pueblo a nosotros nos ha tocado ir en aproximaciones sucesivas para ir madurando institucionalmente. Eso no es malo ni es bueno. Simplemente es. Y si requerimos de media docena más de Constituciones para madurar institucionalmente porque así somos nosotros, bienvenidas sean.

Pero lo que definitivamente no es un llamado Constituyente, es una salida fácil para salir del problema. ¡Es todo lo contrario! Lo fácil es dejar las cosas así y que vayamos de elecciones en elecciones esperando que las cosas se resuelvan solas, con un sistema electoral completamente corrompido y un país invadido sin disparar un tiro.

Sin embargo muchos venezolanos, no estamos todavía de acuerdo en si se debe hacer eso. Y eso me lleva a plantearnos la naturaleza de la enfermedad señalada. Es diferente un tumor benigno que un cáncer. O peor aún, que el médico se equivoque en el tratamiento. El mejor ejemplo de eso fue Chávez yendo al peor sitio del mundo a tratarse la primera vez. De no haber ido a Cuba aun estuviera haciéndonos la vida imposible.

Detengámonos un poco en la enfermedad. ¿Cuál es la enfermedad de la sociedad venezolana? Hay que empezar por allí si planteamos el análisis por esa vía. ¿El liderazgo? ¿Los partidos políticos? ¿La forma de ser del venezolano? ¿El facilismo? Hay que preguntarse porque Venezuela quiso salir de los partidos políticos a finales de los años 90, que hasta incluso lo mejor de la elite intelectual venezolana apoyo el militarismo rampante de un golpista.

Hay analistas que lo miran desde lo económico indicando que una sociedad que vive de un tesoro petrolero encontrado, nunca sacará la cabeza de abajo. Siempre el gobierno será el botín que cobre el que llegue, hasta que el tesoro se le acabe como aquel que dilapida un Kino ganador.

Hay que fijar entonces una hipótesis de enfermedad para ensayar un tratamiento. Si no nos ponemos de acuerdo en la enfermedad, mucho menos en el tratamiento. Entonces desde este blog haré un enunciado hipotético de cuál es la enfermedad. Obviamente muchos estarán en desacuerdo con ese diagnostico. Pero para atreverse a proponer una Constituyente para resolver el problema hay que decir cual es primero la enfermedad que supongo que sufrimos.

Hipótesis: Venezuela vivió 40 años de paz en democracia porque los factores políticos prevalecientes luego de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez hicieron un Pacto para garantizar la gobernabilidad del país dentro del juego democrático. Hubo factores (la izquierda comunista) que no suscribieron ese Pacto e intentaron destruirlo aliándose con fuerzas extranjeras (la Cuba de Fidel Castro) para derrocarlo. No pudieron y se “plegaron” al juego democrático. Algunos lo hicieron de verdad y honestamente. Pero otros lo hicieron con reconcomio, esperando un mejor chance.

Ese Pacto no se remozó ni actualizó. La Constitución de 1961 no se cumplió a cabalidad y los herederos de aquellos firmantes que suscribieron inicialmente el Pacto no hicieron valer su oferta de democratizar al país pensando que ese era su coto privado de caza. Con el campanazo del Caracazo soltaron el proceso de descentralización como un caramelo chucuto, con la cabuya amarrada de los reales, dejando en mengua a las regiones. Se enriquecieron y la sociedad en su conjunto decretó la muerte del Pacto original, clamando por un Rey como las ranas del cuento. Y llegó ese Rey y lo demás es historia.

Pero lo fundamental es que no hubo más Pacto hasta que en 1999 se prometió uno nuevo con una nueva Constitución, apoyada principalmente por el golpista y aquellos factores reconcomiados que vieron en ese momento la venganza esperada de tantos años de oprobio bipartidista, olvidando que ese sistema que estaban enterrando les había garantizado una supervivencia digna como minorías. No se respetó en ese nuevo “Pacto” al 48% del electorado en esa Constituyente, dándole tan solo 6 escaños en esa Asamblea. A partir de ese momento la sociedad estuvo dividida en dos toletes.

Entonces nuestra hipótesis es que a consecuencia de un Pacto incumplido, una mitad del país pisa a la otra con una bandera que ni siquiera es venezolana sino cubana. Porque la manera que halló el golpista para perpetuar esa desgracia a costillas de nuestra economía, fue entregar nuestra soberanía a Cuba sin disparar un tiro. Y esto fue lamentablemente con la ayuda de todos aquellos resentidos que apoyaron invadir nuestro país durante los años 60’s y que esperaban otra oportunidad para hacerlo de nuevo.

Ahora bien, para volver a unir esas partes se requiere de otro Pacto, encontrarnos de nuevo, convocando al depositario de la soberanía y eso solo se puede hacer a través de una ANC. Decidir si eso que hizo Hugo Chávez es o no es lo que queremos como país. Y muchos estamos seguros que eso que llaman “Socialismo” NO ES lo que quiere el SOBERANO y es por eso el terror de convocarlo.

Una nueva Constitución no es más que el subproducto de ese Pacto Social que dice como éste se materializa en la práctica, pero no sustituye a la reconciliación que solo se logra en el acuerdo y en la visión de futuro del país que todos queremos y que se refleja en esos Constituyentes electos de una manera limpia.

Si se hace bajo el manto del reconcomio, el resentimiento y la trampa electoral, con unas Bases de Convocatoria amañadas “para ganar” como en 1999, cualquier Constitución que salga de allí NO SERVIRA PARA NADA y viviremos tan inestables como cualquier país africano, porque la verdadera enfermedad es el odio artificial impuesto, irresponsable y criminalmente, de una parte del país hacia la otra. Entonces el remedio será peor que la enfermedad.

Caracas, 8 de Agosto de 2013

Twitter:@laguana