lunes, 16 de febrero de 2015

De soñadores, partidos y Constituyente



Por Luis Manuel Aguana

“Nunca tendremos mejor gobierno hasta que no tengamos mejores partidos políticos. Y nunca tendremos mejores partidos políticos hasta que gente como todos nosotros y todos ustedes y muchos más se metan. Hasta que la gente decente no participe mucho más de la política no va haber mejores partidos políticos. Entonces, o hay que crear nuevos partidos políticos, o hay que tomar y tratar de renovar, mejorar y modernizar los que existen. Esto no es una conversación sobre Colombia. Esto ocurre en Estados Unidos, ocurre en Europa. Hay que volver a traer a los partidos políticos al centro de la conversación. Los partidos políticos tienen que volver a ser el lugar natural de los soñadores, de los idealistas, de quienes quieren cambiar el mundo…” Jon Lee Anderson entrevista a Moisés Naím. Hay Festival, Cartagena (http://youtu.be/QNUFPzE7jiI).

Este es el cierre magistral que dio Moisés Naím a la conversación que sostuvo con Jon Lee Anderson, corresponsal internacional de la Revista The New Yorker en Cartagena, Colombia. Y respondió a la pregunta del por qué no tenemos mejores gobiernos. Su respuesta: nosotros. La gente dejó de creer en los partidos como canal para resolver los problemas y soñar con sus soluciones y se están inventando los suyos. En opinión de Naím deberíamos estar fundando nuevos partidos o metiéndonos en los que ya existen.

Puedo tal vez aceptar lo de la creación de nuevos partidos pero sobre una base completamente distinta a como se ha hecho en el pasado, siguiendo a una idea o un proyecto aglutinador en lugar de un líder que crea tener todas las respuestas. En el siglo XXI esa no existe. Pero los venezolanos tenemos metido en el ADN aquello del liderazgo único y del caudillo iluminado que sabe dónde va y nos puede llevar por las sendas del bienestar. La historia nos ha enseñado de lo peligroso que puede ser eso.

En relación a meternos en uno existente, no me quiero imaginar a la gente o a nosotros mismos metiéndonos en PJ, AD, o UNT, por solo nombrar los tres primeros de acuerdo a las recientes encuestas, para tratar de cambiar como se manejan las cosas en esos partidos, por encima de sus caciques Borges-Capriles, Ramos Allup, o Rosales, quienes tienen años decidiendo en esas organizaciones políticas.

Sin embargo sí creo en que es necesario que es deber de sus respectivas militancias lograr los cambios necesarios que hagan a esos partidos más democráticos y honestos, compartiendo la idea de Naím en que si la gente decente allí no es mayoría muy poco se podrá lograr en mejorar los gobiernos que se deriven de ellos en una futura democracia, en el entendido que estos partidos lleguen alguna vez al poder en Venezuela.

Lo cierto es que como menciona el autor de Efecto Naím en su entrevista, vivimos en una era de innovación profunda, donde lo tecnológico se ha metido de tal forma en nuestras vidas que lo ha cambiado todo, desde la manera en que nos comunicamos, hasta la manera en que compramos, estudiamos, nos informamos e incluso en el cómo nos estamos relacionando con los organismos públicos. Todo ha sido tocado por la tecnología y la innovación en la mayoría de las cosas que hacemos “EXCEPTO en la manera como nos gobernamos”. Existe una brecha brutal entre eso nuevo que nos rodea y la forma en que nos gobernamos y elegimos a nuestros liderazgos.

No existe una innovación en eso desde prácticamente la creación de la democracia. Naím habla que por un lado existe estancamiento en el gobierno y un gran movimiento de la “revolución disruptiva” por el otro. Esta profunda diferencia hace que se fomente la anti política y el malestar a todo aquello relacionado con la política y los partidos.

Sin embargo unos muchachos en Argentina al parecer lograron cerrar esa brecha entre la política y la “revolución disruptiva”, creando un nuevo concepto que puede perfectamente ser replicado, con sus correspondientes adaptaciones, a cualquier democracia del continente. En efecto, estos jóvenes no dicen “que se vayan todos” sino “queremos entrar todos” pero a través del uso de herramientas tecnológicas que están a la mano de todo el mundo en la actualidad.

Santiago Siri del Partido de la Red de Buenos Aires, Argentina (http://partidodelared.org/) explica en detalle el concepto en 10 minutos (http://youtu.be/FtC1Lelcpm0) en un programa de televisión. Es impresionante la creatividad que pueden llegar a tener los jóvenes para aplicarla a viejos problemas si realmente se llegan a interesar en esos temas, consiguiendo de esa manera una forma honesta para resolverlos.

En el caso de la política, este bien podría ser el comienzo para lograr integrar las nuevas herramientas a los viejos problemas, haciendo que esa “revolución disruptiva” de la que habla Naím, comience a renovar nuestros espacios de participación, haciendo que ese deseo que los partidos vuelvan a ser “el lugar natural de los soñadores, de los idealistas, de quienes quieren cambiar el mundo” sea una realidad.

Y tal vez esa sea la clave del Proyecto País Venezuela (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/), no solo para hacer del conocimiento a todos los venezolanos acerca de nuestro Proyecto de cambio estructural del sistema político, sino la manera de tener permanente contacto con aquellas personas que se sienten identificadas con la idea de que Venezuela no puede seguir con esta perniciosa manera de hacer política, pero tampoco volver a la del pasado pre-Chávez.

Si bien es cierto que hay que sacarnos de encima- y de forma urgente- este sistema de dominación “socialista” empobrecedor, el costo no puede ser dejarnos convencer que “lo pasado” pre-Chávez fue mejor porque fue ese el que precisamente nos trajo a ese “salvador de la patria”; y aquellos que tenemos la suficiente edad para haberlo vivido y que sabemos que fue así, debemos responsablemente comunicarlo a los jóvenes que no tenían la edad para entenderlo. Hay que innovar y soñar que se puede ser mejor que eso y de allí nuestro planteamiento de cambio estructural por la vía Constituyente. Es por eso que los partidos nos ven como gallina que ve sal, cuando lo cierto es que proponemos que sean eso que sugiere Naím, “el lugar natural de los soñadores, de los idealistas, de quienes quieren cambiar el mundo”. Cuando logremos eso, habremos cambiado a Venezuela.

Caracas, 16 de Febrero de 2015

Twitter:@laguana

sábado, 14 de febrero de 2015

El fin de una Era o ¿de qué vamos a vivir?


Por Luis Manuel Aguana

“La edad de piedra terminó antes de que se acabaran las piedras,
y la edad del petróleo se terminará antes que se acabe el petróleo”
Ahmed Zaki Yamani, Ex Ministro de Petróleo de Arabia Saudita

Ciertamente Yamani tenía razón. La edad de piedra no se acabó porque se acabaron las piedras. Cuando digo en el título de la nota que se acabó una Era, la del petróleo, no me estoy refiriendo a que se haya acabado el bitumen-que ciertamente sigue bajo la tierra y en cantidades asombrosas-, sino que la Era del petróleo se terminó tal como la conocemos los venezolanos y hay que encararlo. Lamentablemente las últimas cosechas se las comieron los pájaros y los ladrones-HSBC dixit-. Precios de más de 100 dólares tal vez no lo veamos estas y posiblemente las próximas generaciones. Ya es hora de pensar que hacer. De hecho vamos demasiado tarde, posiblemente 30 años tarde.

En mi nota pasada (Del Plan de Barranquilla al Proyecto País Venezuela http://ticsddhh.blogspot.com/2015/02/del-plan-de-barranquilla-al-proyecto.html)  me atreví a indicar que el único Plan conocido en Venezuela databa del año 1931 y que un grupo de venezolanos estábamos proponiendo uno nuevo para las próximas generaciones. Pero eso pasa por entender bien porque es necesario. Pues bien, una de las razones, podría decirse que la principal, es que ya se acabo la edad de piedra para un país lleno de piedras.

A muchos venezolanos se les pasó que en el año 2008, el candidato presidencial norteamericano Barack Obama propuso un Plan energético para su país a ser ejecutado en 10 años de ser electo Presidente de los Estados Unidos. El año 2019 era la meta estimada para la cobertura de ese Plan. El nombre del Plan: “New Energy for America” (Nueva Energía para los Estados Unidos de America). Obama fue electo Presidente y va por su segundo período que concluirá el año entrante 2016, el Plan está siendo ejecutado y ya estamos empezando a ver los efectos.

El Plan de Obama “New Energy for America” contemplaba las siguientes líneas principales de acción (ver http://change.gov/agenda/energy_and_environment_agenda/):

  • Creación de cinco millones de nuevos empleos invirtiendo 150 billones de USD en los próximos 10 años para catalizar los esfuerzos privados en la creación de energía “limpia” para el futuro;
  • Ahorrar en los próximos 10 años mas petróleo del que se importa del Medio Oriente y Venezuela combinados; (subrayado y negritas nuestras);
  • Poner en funcionamiento 1 millón de automóviles híbridos (eléctricos/gasolina) con un rendimiento de 150 millas/galón para el 2015, y  asegurar que serán construidos en los Estados Unidos;
  •  Asegurar que el 10% de la electricidad provendrá de fuentes renovables para el 2012 y 25% para el 2025;
  • Implementar un amplio programa económico para reducir las emisiones de gas en un 80% para el 2050.

Llama poderosamente la atención que el liderazgo del régimen esté llorando ahora por la recuperación de algo que ya se perdió producto que un país de la importancia de los Estados Unidos ESTA EJECUTANDO UN PLAN EXITOSAMENTE y ellos ni se hayan percatado de eso. Ni decir que esperan sentados en una acera que el precio del barril suba. Se podría pensar que la ineptitud de un régimen como este es suficiente razón, pero no se podría decir lo mismo de una oposición oficial que tampoco dijo nada, pensando igual que siempre seguiremos viviendo de esa renta, que en términos prácticos ya se acabó…

Aún siendo estas líneas de acción norteamericanas públicas, notorias y comunicacionales, en las que Venezuela aparece explícitamente mencionada, no se estableció ninguna estrategia de protección, dada la importancia de esos anuncios en el 2008 y el fuerte impacto que una baja en las importaciones de crudo desde los Estados Unidos ocasionarían a la economía venezolana, en virtud de la ampliación de la actual dependencia de las exportaciones de petróleo en las que se incurrió irresponsablemente en los últimos 15 años. El problema entonces no es solo que el precio del petróleo bajara, es que no habrá más petróleo que exportar a ningún precio en los próximos años. Antes que nosotros vendamos un barril, ya lo habrán colocado Arabia Saudita y el resto de los países árabes, que les basta solo con escarbar un poco en la arena para conseguirlo a un precio de regalo.

Todos los puntos de ese Plan de los Estados Unidos apuntan a enterrar la Era del Petróleo. Si el régimen ha destruido, no solo la principal industria del país-PDVSA-, sino prácticamente la mitad de la base industrial de Venezuela, la pregunta presente y futura no es otra: ¿De qué vamos a vivir?

El planteamiento que deberíamos estar discutiendo los venezolanos, no solo en materia energética sino en el de la pura y simple supervivencia, es cual deberá ser el siguiente modelo de desarrollo, porque este de vivir de la renta ya expiró. Ya no le servirá a un super poderoso Presidente de la República, con todas las atribuciones de Rey que le otorga la Constitución vigente, repartir reales a montón para hacer ricos a sus seguidores, porque no habrá nada que repartir sin antes haberlo producido. Llegarán algunos recursos de lo poco que vendamos de petróleo pero eso no será suficiente para mantener a esta nación. Entonces, en ese momento, nos daremos cuenta que el actual modelo político no le sirve al país.

¿Porque debemos esperar a que eso ocurra? Desde el Proyecto País Venezuela ya hicimos un planteamiento que contempla desde ahora un cambio en las estructuras políticas y provocar el desarrollo necesario para producir los ingresos regionales y nacionales que requerirán las nuevas generaciones de venezolanos.

Si bien es cierto estamos en una coyuntura que exige de una transición política urgente, CUALQUIER gobierno futuro no será estable ni sostenible política y  económicamente sin un Plan que implique un cambio sustantivo de cómo se ha concebido el poder en Venezuela desde su fundación. Ese Plan existe y se llama Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/). Responde no solo a la pregunta que titula esta nota, sino también a la inquietud fundamental del final de una Era: ni lo de ahora ni lo de antes, sino algo completamente nuevo y por construir…

Caracas, 14 de Febrero de 2015

Twitter:@laguana

jueves, 5 de febrero de 2015

Del Plan de Barranquilla al Proyecto País Venezuela

Por Luis Manuel Aguana

A muchos les podría parecer ambicioso el titulo de esta nota, pero no lo creo así. Indicaba hace dos años (ver Del Plan de Barranquilla al Plan Como-vaya-viniendo-vamos viendo en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/05/del-plan-de-barranquilla-al-plan-como.html) que en 1931 doce hombres se sentaron en Barranquilla y pensaron el país que querían, fijaron un rumbo y redactaron UN PLAN. Lo pensaron y se dispusieron a ejecutarlo independientemente de sus posiciones comunistas. Un camino, una hoja de ruta. Un plan deseado, un rumbo.

Ese Plan de alguna manera ha marcado a Venezuela hasta el presente. Me comentaba un político de las recientes generaciones hace pocos días que todo el mundo aquí, salvo contadas excepciones, se inscribe en el pensamiento socialista, tanto los del gobierno como de la oposición, buscando figurar en la Internacional Socialista. Nadie se anota abiertamente en una posición liberal capitalista, porque eso “y que resta votos” de las masas que de alguna manera ellos creen que comulgan en alguna posición de izquierda. ¿Será por eso que ha sido tan difícil salir de estos delincuentes que se venden como “socialistas”?

El Plan de Barranquilla (ver texto completo en  http://200.2.12.132/SVI/images/stories/rb/pdf/barranquilla.pdf) fue un plan comunista ideado por jóvenes que veían en esa orientación política el vehículo de lucha en contra de una dictadura, para conseguir subsecuentemente el poder en Venezuela. Sus autores no vieron resultados de ese planteamiento político sino hasta mucho tiempo después- 30 años para ser exactos-, siendo algunos de ellos firmantes de la Constitución de 1961.

El último punto del Programa de ejecución del Plan de Barranquilla establecía “Convocatoria dentro de un plazo no mayor de un año de una Asamblea Constituyente, que elija gobierno provisional, reforme la constitución, revise las leyes que con mayor urgencia lo reclamen y expida las necesarias para resolver los problemas políticos, sociales y económicos que pondrá a la orden del día la revolución”. Nada más y nada menos. Y algunos todavía creen que estamos pidiendo mucho en el Siglo XXI…

Decía en aquel entonces- e insisto ahora-, que fuera de la tesis conspirativa de Hugo Chávez Frías, nadie había dedicado esfuerzos a un Plan que se haya convertido en una realidad de poder desde 1931. Chávez conspiró 20 años en los cuarteles, de acuerdo a sus propias palabras, y ejecutó un intento de golpe de estado en 1992, que sin resultar exitoso se tradujo en un movimiento que terminó (o comenzó) con el planteamiento de una Asamblea Nacional Constituyente en 1999.

Pero todos hemos constatado que ese Plan de Chávez, que no era otra cosa que seguir al “mar de la felicidad” cubano, resulto en un fracaso estrepitoso. El ensayo socialista-comunista que se está implantando, lejos de llevar a mayores estadios de felicidad a este pueblo, lo ha conducido a una de sus mayores épocas de pobreza y miseria.

Demasiados años han pasado. El Plan de Barranquilla fechado en marzo de 1931, indica en términos generales, una preocupación por un cambio profundo en las libertades civiles, justicia, economía, educación y salud, terminando con la necesidad de plantearse un proceso Constituyente con una transición para lograr implementar esos cambios. ¿Les suena conocido?

En términos de actualización del mecanismo de transporte al desarrollo, el Proyecto País Venezuela es al Plan de Barranquilla lo que un cohete supersónico es a una carreta movida por caballos, por supuesto en tiempos históricos diferentes, pero ambos Planes ideados con un mismo fin: llevar a Venezuela a un mejor estadio de desarrollo. Mucho del Plan de Barranquilla se pudo implantar durante el trienio adeco de 1945-1948 y luego en la época posterior a 1959, en especial las recomendaciones realizadas en educación por el insigne educador y escritor merideño Mariano Picón Salas.

En efecto, “Picón Salas no solo declara su adhesión al Plan de Barranquilla: va mas allá y le propone a Betancourt la realización de un acelerado proceso educacional para crear en Venezuela un Nuevo Tipo de Hombre. La batalla modernizadora, en su opinión, debía iniciar una nueva clase que se debía formar con el maestro, con el profesor; clase que debía ser preparada con una educación moderna de base económica” (1). Y eso se hizo. Se llevo la educación a niveles no conocidos previamente. Les recomiendo ampliamente enterarse de la biografía de este gigante intelectual venezolano de categoría mundial que fue Mariano Picón Salas, en este extraordinario video de Bolívar Films, Mariano Picón Salas: buscando el camino  http://youtu.be/SFdkkxQfWGU.

Como se verá, con un Plan en la mano se sabe adónde se va en una acción de gobernar si se tiene claro cuáles son los objetivos. Se podría decir sin temor a estar muy lejos de la realidad que el último Plan dirigido a mejorar las condiciones de vida del venezolano lo idearon unos jóvenes con ideas comunistas hace poco mas de 83 años, con la intención de salir de un país primitivo, gobernado en dictadura por gente que nació el siglo XIX, y que ya fallecieron todos de viejos, cuyos herederos no han hecho nada más que usufructuar el país que salió de allí. Menudo problema el que tenemos.

Sin embargo gracias a unos gochos como Picón Salas contamos con un nuevo Plan y se llama Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/). Esta adaptado al Siglo XXI y venideros. Es flexible y puede ser discutido por todos los venezolanos y plantea un cambio estructural en la manera de gobernar a la Venezuela de nuestros nietos.

Mariano Picón Salas escribió del Plan de Barranquilla “…por primera vez he encontrado ahí una tentativa clara y realista de política venezolana. Quizás con un poco de tropicalismo he llegado a pensar que ese Plan de Barranquilla pudiera ser en la nueva revolución de la independencia venezolana uno como nuevo mensaje de Cartagena o una nueva Carta de Jamaica” (2), felicitando efusivamente a su principal promotor, Rómulo Betancourt.

Estoy seguro que Mariano Picón Salas felicitaría igual de efusivamente, y más aún como gocho merideño, a los gochos del Táchira, por haber realizado un nuevo Plan adaptado al presente siglo, en otra tentativa “clara y realista de política venezolana” y convertido en Proyecto País, que debe hacerse realidad como el de 1931, como una “nueva revolución de la independencia venezolana”, para beneficio de las generaciones futuras.

Caracas, 5 de Febrero de 2015

Twitter:@laguana

(1) De la Educación, Las Ciencias Sociales y La Filosofía, Eduardo Rodríguez, compilador pág. 267-268 en http://goo.gl/pGll5J.
(2) Mariano Picón Salas y sus amigos, por Delia Picón, pág. 12, Picón Salas se refiere al proyecto de Betancourt llamado “Plan de Barranquilla” (19-09-1931)