miércoles, 10 de enero de 2018

De Consulta a Constituyente

Por Luis Manuel Aguana

Realmente no ha sido un tema fácil. Ni antes, ni ahora,  y seguramente no lo será en el futuro. Incluso nos atribuyeron la responsabilidad teórica por la convocatoria Constituyente inconstitucional de Maduro. Los perros de Sancho ladrando... Y seguimos andando.

Pero si de tanto explicar, los únicos que escucharon fueron los del gobierno, que como malos estudiantes no lo entendieron y de paso se copiaron mal, si el tema lo hubiera asumido la oposición, otro gallo le hubiera cantado al país, en especial en estos últimos dos años que han sido cruciales en el devenir político venezolano. Si solamente se hubiera dispuesto de un par de buenos dedos de frente y sentido común opositor, las cosas serian diferentes ahora.

Pero no podemos llorar por leche derramada ni por los ojos sacados para rogar a Santa Lucía. Ya lo pasado pasó y nos corresponde ahora corregir el rumbo para llegar al puerto porque la ruta se hizo más larga. Tenemos, gracias a Dios, la resistencia y la determinación para continuarla, a pesar de las torpezas de quienes conducen -hasta ahora- la oposición oficial. ¡De aquí no se va nadie!

Continuar con la ruta de la recolección constitucional de firmas para la iniciativa de convocatoria del Soberano (Art. 348), se hizo contradictorio al haber convocado ya el régimen una Constituyente, haciendo de suyo aun más cuesta arriba explicar el porqué era necesario hacerlo como expresión de la voluntad soberana del pueblo. ¿Qué hacer entonces?

Lo primero que hicimos fue suspender el proceso que iniciamos en todo el país de recolección de firmas. Eso fue muy duro por el despliegue realizado con muchísimo esfuerzo por muchos hombres y mujeres creyentes en nuestra palabra de cambio político a través de un proceso constituyente originario en muchas regiones, explicándoles una retirada temporal hasta rehacer una estrategia que fuera respuesta a este nuevo zarpazo del régimen. ¿Cuál fue el primer paso? Intentar detener a como diera lugar, de manera pacífica y constitucional, el llamado irrito e inconstitucional a una Constituyente el 1ro de Mayo del 2017 y sus elecciones el 30 de Julio. ¿Cómo hacerlo? Convocando un Referendo Consultivo al Pueblo por materia de trascendencia Nacional que consultara al pueblo si quería esa Constituyente.

He explicado en este blog numerosas veces los pasos y comunicaciones formales que hicimos desde la Alianza Nacional Constituyente para que la AN convocara ese Referendo (ver Mensaje de la ANC a la Nación, ¡El Pueblo debe ser consultado ya!, en http://ancoficial.blogspot.com/2017/05/mensaje-de-la-alianza-nacional.html), que se tradujeron finalmente en la Consulta Popular del 16 de Julio de 2017, a pesar de toda la resistencia y rechazo que hizo el sector político porque eso no estaba entre sus planes. Y todavía hay personajes y grupos que aun tienen los escrúpulos indecentes de atribuirse públicamente ese paso fundamental, que fue documentado, ideado e iniciado desde la Alianza Nacional Constituyente y cristalizado por toda la sociedad civil venezolana, buscando de manera mezquina réditos y favores políticos, como aquellos que buscan indulgencias con escapulario ajeno. Eso forma también parte del camino recorrido en el que aúllan los perros de Sancho.

Pero lo que jamás pensamos fue que las elites políticas ignoraran el mandato del pueblo del 16J-2017. Esa traición fue demasiado. Eso nos dio la medida de hasta donde puede llegar nuestra tragedia. Aunque se haya ignorado el mandato del pueblo en ese momento, eso no implica que no este pendiente y no sea todavía una obligación de la Asamblea Nacional.

En todo caso, ese hito definió políticamente una Ruta constitucional, pacifica y electoral de la crisis venezolana. La totalidad de la comunidad internacional respaldó la respuesta y la gigantesca estatura democrática del pueblo venezolano el 16J-2017, a pesar de la torpeza y subdesarrollo de su liderazgo político. Ese escollo de un liderazgo que no está a la altura de su pueblo, necesariamente debe ser superado, aunque la solución del grave problema del país tengamos que conseguirla a pesar de eso.

Y una lección que sin lugar a dudas nos dejó el 16J-2017 es que la solución esta en preguntarle a pueblo venezolano. Sin un liderazgo político opositor del nivel necesario para afrontar la crisis y un régimen actuando al margen de la Constitución, comprando las voluntades de la oposición –y no necesariamente con dinero-, se hace imperativo buscarle una salida y un cauce a la fuerza que solamente reside en el pueblo soberano.

En mi última nota del año 2017explicaba que la Consulta Popular del 16J-2017 solo se pudo realizar con la anuencia del régimen porque ya había sido traicionado por la oposición antes de realizarse (ver 2018 Hechos y Efectos, en  http://ticsddhh.blogspot.com/2017/12/2018-hechos-y-efectos.html). Sería impensable una próxima oportunidad para la realización de otra consulta semejante a la del 16J salvo que el gobierno sea obligado a realizarla. En nota posterior analizaremos las vías para lograr eso, pero por lo pronto surgen algunas interrogantes más urgentes: ¿Porqué otra consulta? ¿Ya el pueblo no decidió lo que había que decidir el 16J-2017?

Efectivamente lo hizo. Pero no contábamos con una traición que conduciría a un dialogo continuista y lo más importante: EL REGIMEN HIZO SU CONSTITUYENTE ignorando la decisión popular expresada en la Pregunta No. 1 de la Consulta Popular. Eso puso el problema en una perspectiva diferente. Ya hay DE FACTO un Poder Constituyente ilegal, pero en ejercicio.

Esa Constituyente irrita e  inconstitucional comenzó convocando elecciones de Gobernadores, Alcaldes y cuerpos legislativos regionales POR ENCIMA DE LA CONSTITUCION VIGENTE, pretendiendo ahora convocar elecciones Presidenciales SIN NINGUN SUSTENTO. Y la oposición oficial DE NUEVO le esta haciendo el juego legitimador. Eso es inaceptable.

Incluso serian capaces de ir a una elección presidencial con el régimen con tal de que les perdone la vida a sus partidos SIN ANTES DESMONTAR el parapeto constituyente del régimen A SABIENDAS que ese sería el verdadero poder en Venezuela, tal y como ocurre en Cuba con una Constituyente que decide de manera permanente. Esa es una barbaridad que los venezolanos no debemos tolerar.

Los venezolanos EXIGIMOS entonces pronunciarnos en relación a la existencia o no de una Constituyente en Venezuela y ESO SOLO LO PUEDE HACER CONSTITUCIONALMENTE EL PUEBLO SOBERANO EN CONSULTA POPULAR.

Algunos hemos luchado para que se convoque al constituyente para discutir y deliberar el país que queremos luego de esta pesadilla. Otros no desean hacerlo y lo respetamos porque están en su derecho de no querer cambiar la Constitución de 1999, pero ESO HAY QUE PREGUNTARSELO al único que puede decidir, que solo es el Soberano Pueblo de Venezuela. Nadie más.

Aquí entonces nuestro discurso cambió. Ahora no digo "quiero una constituyente" y me pongo a recoger firmas para eso. Ahora mi discurso es: "quiero que el pueblo decida si quiere una Constituyente", que es algo muy diferente, y la forma correcta de proceder en esta situación en donde ya existe una Constituyente convocada inconstitucionalmente. Y si el pueblo LA QUIERE entonces que de allí salga ese gobierno de transición y unidad nacional de la Pregunta No. 3 de la Consulta del 16J-2017, que sería legitimo de nacimiento porque saldría de un mandato del pueblo en Consulta Popular. Pero SI EL PUEBLO NO LA QUIERE entonces que se siga el procedimiento constitucional derivado de la destitución del Presidente el 9 de Enero de 2017 en la Asamblea Nacional.

En lo personal me encontraré trabajando junto con mis compañeros de la Alianza Nacional Constituyente en toda Venezuela para convencer a la gente para que vote en esa Consulta, que con el favor de Dios conseguiremos, por la aprobación de un nuevo llamado, esta vez legitimo, a una nueva Asamblea Nacional Constituyente, con la idea fundamental de que en ella se discuta un nuevo país descentralizado, donde en su texto fundamental se corrijan las taras estructurales de la Constitución de 1999, que le permita a los habitantes de este país decidir sus asuntos en cada municipio, auto sustentarse y vivir de su trabajo y no de una renta castrante, lo que a la larga los convertirá en ciudadanos...

Caracas, 10 de Enero de 2018

Twitter:@laguana


sábado, 6 de enero de 2018

Que el pueblo venezolano decida

Por Luis Manuel Aguana

Desde la intervención del Canónigo Madariaga en aquel histórico "Yo tampoco quiero mando" del 19 de abril de 1810, hasta la Pastoral del Mons. Rafael Ignacio Arias Blanco, en ocasión del 1 de mayo de 1957 que fue punto de partida para la caída de la dictadura perejimenista y el restablecimiento de la vida democrática en Venezuela (ver https://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Ignacio_Arias_Blanco), la Iglesia Católica con sus precisas intervenciones ha tenido un rol crucial en los momentos definitorios de la vida de la República.

En esta oportunidad, y en lo que se ha señalado como el peor y mas oscuro momento que vive Venezuela desde su fundación, la Iglesia Católica no deja de dar su clara orientación a los venezolanos.

En un esclarecedor artículo publicado esta semana en el diario El Nacional titulado "Iglesia ante urgente cambio nacional", Mons. Ovidio Pérez Morales nos recordó la exhortación de los obispos el año pasado, "a todos los venezolanos a ser protagonistas del presente y del futuro de nuestro querido país y no simples espectadores frente al mal." (ver articulo en 

Este artículo de Mons. Perez Morales debería ser replicado  con tanta o mayor intensidad en las redes sociales como el que publicó recientemente el profesor Ricardo Hausmann, indicando una intervención militar en Venezuela.

¿La razón? Mons. Perez Morales al recordarnos que el episcopado en su exhortación pastoral “Jesucristo luz y camino para Venezuela” (13/1/2017) fue sorprendentemente preciso en lo que habia que hacer el año pasado y no se hizo, volviéndonos a indicar como buen pastor de la Iglesia, el camino que lamentablemente los factores politicos ignoraron el 2017 y tercamente todavia  insisten en ignorar:

"El cambio político que los obispos plantean implica un referéndum sobre el régimen-sistema socialista, que va más allá de una simple elección presidencial; exige reconstituir el Consejo Nacional Electoral, desmantelar la ilegítima asamblea nacional constituyente y asegurar las condiciones para la manifestación libre del soberano. También abre la puerta a la convocatoria de una genuina asamblea constituyente."

Este camino se resume en una sola frase: Que el pueblo venezolano decida. Que el pueblo venezolano decida si quiere ser socialista; que el pueblo venezolano decida si quiere que sea un grupo sectorizado de la sociedad o el pueblo soberano con con sus representantes legitimos, quienes conduzcan o no un cambio politico en Venezuela a traves de una Asamblea Nacional Constituyente; que el pueblo venezolano decida su destino.

Esta es misma posición de principios y propuesta de la Alianza Nacional Constituyente a todos los venezolanos. El 28 de Octubre de 2017 la Alianza Nacional Constituyente publicó un comunicado instando a la Asamblea Nacional legitima a la realización de un Referendo Consultivo para consultarle al pueblo acerca de la solución definitiva al problema de los venezolanos, partiendo de la visión conceptual que es el Pueblo y solamente el Pueblo venezolano quien debe determinar su propio destino (ver La solución reside en Pueblo Soberano, en http://ancoficial.blogspot.com/2017/10/la-solucion-reside-en-el-pueblo-soberano.html).

Esa solución pasaba porque la Asamblea Nacional cumpliera con su obligación legal y constitucional de nombrar un Poder Electoral legítimo y que con auxilio de la observación internacional se procediera a consultar a los venezolanos acerca de las materias propuestas allí, en relación a la Asamblea Nacional Constituyente del régimen y el nombramiento del un Gobierno de Unión Nacional, como lo decidiera el pueblo venezolano en la Consulta Popular del 16 de Julio, y que fuera ignorada por los factores políticos convocantes de esa Consulta.

La obligación de consultarle al pueblo venezolano cualquier solución en relación a su futuro fue ratificada por el Tribunal Supremo de Justicia legítimo con sede en la OEA en Washington, DC., en el Auto de Ejecución de Sentencia de fecha 30 de Noviembre de 2017 (Auto del TSJL del 30-11-2017 en http://ancoficial.blogspot.com/2017/12/auto-de-ejecucion-de-sentencia-tsj.html), de acuerdo al cual: “En razón de que el país está sumido en una crisis social y económica profunda que tiene afectado la vida normal de los ciudadanos, es procedente la activación de la resistencia civil y pacífica decretada por este Alto Tribunal al tenor de los artículos 333 y 350 constitucional, lo que hace urgente producir los cambios que requiere Venezuela para la restitución de la vigencia de la Constitución y por ende de la democracia en Venezuela, por lo tanto, cualquier salida de la crisis que se pretenda en el escenario político, debe hacerse dentro de los mecanismos de participación popular que consagra el artículo 70 de la Constitución, y nunca a espaldas del pueblo, con el fin primordial de provocar la salida inmediata de todo aquello que ha generado la crisis por la que atraviesa el país. (Punto No. 3 del Auto del TSJL) (Resaltado nuestro).

Esto hace mandatorio la consulta al pueblo de Venezuela. Si los factores políticos reunidos en la MUD ignoraron la propuesta de la Alianza Nacional Constituyente y ahora negocian un acuerdo a espaldas de los venezolanos, no pueden ignorar que cualquier acuerdo que se realice pasa por la aprobación del soberano Pueblo de Venezuela.

La Iglesia Católica marca de nuevo, con estas palabras de Mons. Ovidio Perez Morales, un camino de luz cierto para todos los venezolanos. Despues de esto, Maduro debiera decir como Emparan cuando la Iglesia representada por el Canónigo de merded José Joaquín Cortés de Madariaga, instara al pueblo a rechazar su mandato: "Si no me queréis, pues yo tampoco quiero mando".Y realmente no lo queremos...

Caracas, 6 de Enero de 2018

Twitter:@laguana

miércoles, 3 de enero de 2018

Una solución sin la oposición

Por Luis Manuel Aguana

Del reciente artículo de Ricardo Hausmann (ver El día D para Venezuela, por Ricardo Hausmann https://www.project-syndicate.org/commentary/venezuela-catastrophe-military-intervention-by-ricardo-hausmann-2018-01/spanish) extraemos este importante párrafo que amerita un necesario comentario en Venezuela:

“Si se trata de soluciones, por qué no considerar la siguiente: la Asamblea Nacional podría destituir a Maduro y al narcotraficante de su vicepresidente, Tareck El Aissami, sancionado por la OFAC y a quien el gobierno estadounidense le ha embargado más de US$ 500 millones. Dado este vacío de poder, la Asamblea, nombraría de forma constitucional a un nuevo gobierno, el que a su vez podría solicitar asistencia militar a una coalición de países amigos, entre ellos, latinoamericanos, norteamericanos y europeos. Esta fuerza liberaría a Venezuela de la misma forma en que canadienses, australianos, británicos y estadounidenses liberaron a Europa en 1944-1945. Más cerca de casa, esto sería semejante a la liberación de Panamá de la opresión de Manuel Noriega por parte de Estados Unidos, la que marcó el inicio de su democracia y del crecimiento económico más rápido de América Latina.” (subrayado nuestro)

Ese fue precisamente el mandato del 16J y el respaldo que le dio la comunidad internacional a los venezolanos y al convocante de esa Consulta Popular, la Asamblea Nacional, el 5 de julio de 2017. Lo que dice Hausmann allí no es de ninguna manera escandaloso, en especial por lo de la frase “podría solicitar asistencia militar a una coalición de países amigos, entre ellos, latinoamericanos, norteamericanos y europeos”, ya que lo coloca como una  posibilidad –entre muchas- de acción de un eventual gobierno que claramente sería inmediatamente perseguido por el régimen una vez fuera designado.

Esa era la solución “de librito”. La manera constitucional de hacer efectivo el mandato del 16J era continuar con el procedimiento de sucesión establecido en la Constitución luego del Acuerdo del 9 de enero de 2017 pero la Asamblea “le tuvo miedo al cuero” como lo indiqué en mi nota a los tres días de esa fecha (ver El tigre y el cuero de la Asamblea Nacional, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/01/el-tigre-y-el-cuero-de-la-asamblea.html). ¿Qué le hará pensar al profesor Hausmann que las cosas han cambiado? 

Efectivamente esa pudo ser una solución desde el año 2016 cuando se instalo la Asamblea Nacional con mayoría opositora, lo seguía siendo el 2017 y todavía lo es en el 2018. Pero por diversas causas el liderazgo político de la Asamblea Nacional ignoró la posibilidad todos esos años. El 2016 porque se enfrascaron en la solución del Referendo Revocatorio y el 2017 porque la evidencia sugiere que negociaron con el régimen para un estado de cohabitación, y ahora el 2018 porque desean “competir” en una carrera presidencial suicida con el régimen, sin cambiar las condiciones electorales y con una Asamblea Nacional Constituyente que seguiría mandando, aun cuando en el supuesto negado llegaran a ganar esas elecciones.

La pregunta correcta no es como salir del régimen constitucionalmente. Efectivamente esa sería una vía si existiera una real voluntad política en la coalición opositora oficial, que se entrompara realmente con el régimen y diera los pasos correctos obedeciendo el mandato que el pueblo les dio el 6D-2015 y el 16J-2017. Pero no lo harán, y ese es el problema que tenemos aquí. La pregunta correcta es cual sería una propuesta para salir del régimen sin la oposición, manteniendo la solución igualmente constitucional.

Pero supongamos que se atreven a hacerlo. Dados esos pasos que explica el profesor Hausmann, Julio Borges como Presidente de la Asamblea Nacional y en la línea de sucesión, debería ser investido como Presidente Constitucional República con el mandato de llamar a elecciones en 30 días. Sin embargo, ese supuesto de “podría solicitar asistencia militar…” no podría cumplirse porque el régimen no le dejaría el tiempo suficiente para tomar tal decisión ya que lo pondría preso y cerraría la Asamblea Nacional. Estaría clarísimo que ese hipotético gobierno debería escaparse y exiliarse para constituirse como gobierno venezolano legítimo y constitucional en el exilio inmediatamente de tomada esa decisión y desde allí hacer efectiva esa sugerencia del profesor Hausmann.

Pero el liderazgo político de la MUD no tiene la más mínima intención de hacer eso, así tenga todo el respaldo internacional que nadie haya tenido. Entonces nuestra hipótesis para una solución tiene como premisa fundamental que no podemos contar con ese liderazgo político tal y cual está constituido, como representante de los intereses opositores venezolanos. La solución teórica del profesor Hausmann se cae porque quienes tendrían la obligación de llevarla a cabo habrían puesto sus propios intereses por encima de los intereses del país, como ya lo han demostrado estos últimos dos años. Y ese es en realidad el problema serio que enfrentamos.

Entonces, ¿qué hacemos? Ustedes me dirán “usted lo que quiere es que nos coma el tigre” como decía aquella vieja canción. Y yo les diría, que cualquier solución que implique a cualquiera de esos factores políticos que están negociando en República Dominicana está destinada al fracaso para salir del régimen de esa manera. Tenemos que proponer una solución diferente que no los implique.

El 28 de Octubre de 2017 desde la Alianza Nacional Constituyente hicimos una propuesta que sugería que esos factores políticos tomaran una decisión a favor de una solución constitucional de consulta al pueblo venezolano (ver La solución reside en el pueblo soberano, en http://ancoficial.blogspot.com/2017/10/la-solucion-reside-en-el-pueblo-soberano.html). Fue inútil pero necesario. Pero debíamos primero solicitarles formalmente a ellos que se procediera como está establecido constitucionalmente. Esto nos convenció que la solución no pasa por esta oposición entregada, y que debemos accionar desde los factores de la Sociedad Civil.

Desde ese momento la Alianza Nacional Constituyente ha venido proponiendo que sea el pueblo en Consulta Popular quien decida el curso de solución esta crisis política, sugiriendo unas preguntas muy concretas a hacerle al pueblo venezolano, y que el pueblo decida, logrando que régimen permita la consulta (sin CNE como ocurrió el 16J) con todas las garantías internacionales, y acate la voz del pueblo en paz. ¿Cómo logramos eso? Fortaleciendo y convenciendo a todos los sectores de esa solución a lo largo y ancho del país, pero especialmente a la comunidad internacional fuera del país.

Esa sería la verdadera solución negociada que se lograría al presionar lo suficiente desde afuera al régimen para que sea el pueblo de Venezuela quien decida el curso de su propia historia. Sería una solución sin la oposición oficial, que evitaría que esta negocie espacios de participación ni de convivencia parea sobrevivir. Eso que lo decida el pueblo en Consulta Popular.

Si de República Dominicana salen “acuerdos” para correr la arruga de la crisis con unas elecciones presidenciales, lo que pasará es que esto se alargará más, ya que el régimen se consolidará sin resolver los principales problemas, y el desastre irremediablemente terminará estallando posteriormente en la cara de todos, llevándose por el medio a todo el mundo, al gobierno y a su oposición oficial. Todavía están a tiempo para rectificar…

Caracas, 3 de Enero de 2018

Twitter:@laguana