miércoles, 17 de junio de 2020

Solución Humanitaria de carácter Electoral

Por Luis Manuel Aguana

Mucha gente se quedó en el título y no leyó más. Muchas reacciones negativas sin leer el contenido de un comunicado suscrito por personas de la sociedad civil que deseamos una solución pacifica, electoral y constitucional. SI, leyeron bien, ELECTORAL (ver ANCO respalda la solicitud de la SOCIEDAD CIVIL VENEZOLANA al Secretario General de la OEA para la aplicación de una SOLUCIÓN HUMANITARIA DE CARACTER ELECTORAL http://ancoficial.blogspot.com/2020/06/comunicado-anco-respaldo-la-solicitud.html). Pero electoral no necesariamente significa con el CNE del régimen, o de las manos de Jorge Rodríguez y la nueva Directiva de un CNE sacada de las mangas del TSJ Ilegitimo de la Av. Baralt. ¿Cuál ha sido fundamentalmente el problema de Venezuela desde el año 2004, año del Referendo Revocatorio de Hugo Chávez? Que el régimen desmontó pieza por pieza desde ese año el único mecanismo de resolución de controversias políticas del que dispone cualquier país del mundo civilizado: un árbitro imparcial, transparente y confiable. Sin eso, lo que les queda a quienes son parte en un conflicto es recurrir al garrote. Y el que lo tiene más grande, gana. En otras palabras la razón de la fuerza, porque la fuerza de la razón de las mayorías fue desmontada. Punto.

Ahora el país en su conjunto clama por ese garrote. Y como ya en el país también se desmontó la única institución que desde nuestra fundación como República era la que ponía orden entre partes en conflicto, las Fuerzas Armadas, entonces quienes quieren una solución al problema político claman por esa fuerza fuera del país. Y no se equivocan, el razonamiento es correcto desde una perspectiva de causa y efecto: como todo se desmontó, entonces alguien de afuera debe venir a arreglar lo que los venezolanos descompusimos.

Desde esa perspectiva, cualquier país del mundo nos ve como gallina que ve sal. Como ya el cáncer de Venezuela ha crecido contaminando a la región, el argumento para solicitar esa “ayuda” de fuerza entonces es “si no se meten, entonces ustedes también sufrirán de lo mismo”. Y no les falta razón a quienes aducen eso. Las cosas llegarán, de continuar el proceso de descomposición política, económica y social, al punto en donde no haya otra cosa que hacer. Para ese momento ya no habrá República y todo el que se meta se llevará una parte. Sí, como lo leen. Porque si llegamos a ese punto, claro que se meterán pero no será para resolver el problema de los venezolanos sino para resolver el suyo propio, porque en ese momento quien tendrá el control será el que tenga los fusiles. Y esos no seremos nosotros.

¿Cómo se puede evitar eso? En la Guerra de Independencia, había alguien que comenzó la guerra, o al menos dio motivos para iniciarla. Y esos fuimos nosotros. Al declararnos como nación independiente de España, se nos vinieron encima los españoles. Los venezolanos al mando supremo del Libertador, condujeron el proceso desde el mismo comienzo. Eso pasaba desde iniciar la guerra, conseguir los reales para pelear en ella, pasando por contratar oficiales extranjeros para que nos ayudaran, hasta sacar al último soldado español de nuestras tierras. Y la cosa dio para libertar 4 naciones más. Mi pregunta desde que comenzó esta confrontación fue: ¿y quién está a cargo para hacer lo que hay que hacer? Si la cosa solo hubiera quedado en una “declaración”, Venezuela todavía fuera una provincia de España.

Ahora bien, cuando salió Juan Guaidó al ruedo todos lo señalamos como el responsable de conducir ese proceso de liberación, para bien o para mal. ¿Ustedes creen que si Guaidó pide ayuda militar a los países que lo reconocieron, para proceder a una intervención militar, estos se la van a dar inmediatamente por arte de magia? Les voy a ahorrar la duda: definitivamente NO. Tendría que conformarse primero un Gabinete de Crisis, con diplomáticos experimentados y Generales institucionales para comenzar país por país a negociar para conseguir que cada uno cambie su posición política, que ya ha expresado en los diferentes foros internacionales: que no quieren una solución militar para Venezuela. ¡Pues claro que no la quieren! Yo tampoco la querría si no veo a ningún venezolano levantando primero una mano para organizarse como lo hizo el Libertador para luchar una Guerra de Independencia para liberar a su país. Y menos aún si encima de eso ven al Presidente que nos representa, ser el portavoz de un grupo de partidos opositores que han dicho abiertamente al mundo que rechazan una solución militar. Entonces, ¿qué hacemos los venezolanos? ¿Insistir tercamente que los países vengan a “liberarnos”? ¿Manifestar frente a la Casa Blanca por eso hasta conseguir que los norteamericanos se animen a poner muertos en nuestro país? (y no es que eso no sirva para demostrar cómo se deteriora Venezuela, pero definitivamente no para conseguir que las cosas cambien). Esa es la receta para agregar 100 años más a los 20 que ya lleva el castro-chavismo-madurismo.

A los venezolanos nos encantan las soluciones inmediatas (¿y a quien no?). “Lo mío que me lo den ya” es parte de nuestro vocabulario. De eso ya he escrito bastante en este blog. Eso es cultural. Todo el mundo en Venezuela desea que le expliquen cómo salir de este complejísimo problema en 240 caracteres de Twitter. Y lamentablemente eso no es posible. Es más fácil pedirle a Guaidó (y no es que lo defienda) que autorice el 187#11, o que “se aplique el TIAR o el R2P” (cosas que están muy, pero muy lejos de su control). Eso si cabe en esos 240 caracteres. Guaidó o ningún político del G4 ni siquiera ha comenzado a considerar nada de eso porque NO TIENEN UN GOBIERNO CON EL QUE CONDUCIR NINGUNA ESTRATEGIA. Y al parecer tampoco pretenden tenerlo. Entonces mal pudiéramos pedirle eso o cualquier otra cosa.

Al estar las cosas así, seguiremos esperando a que el país se halle en una situación de mayor desintegración política con cada día que pasa. Y ese proceso está ocurriendo cada vez más aceleradamente. ¿Qué debemos buscar entonces? Primero no quedarnos tranquilos. Mientras exista vida hay esperanza. Ahora pensamos en el nuevo mantra de “solos no podemos” pero en otra acepción. En este sentido pedirle a los países, como venezolanos dolientes directos de este grave problema, que consideren soluciones en el conjunto de las cosas que ELLOS SI PUEDEN HACER por Venezuela. Es allí donde debe aplicar la creatividad. En otras palabras, no pedirles que pongan sus muertos sino que nos ayuden a potenciar las fortalezas que sí tenemos para resolver la crisis. ¿Y cuál es nuestra mayor fortaleza? Que todo venezolano en el mundo desea terminar esta pesadilla. Y eso es una fuerza telúrica como un terremoto de grado 10. La gran pregunta es ¿cómo hacemos para canalizarla y aplicarla? ¿Cómo nos podrían ayudar desde afuera con eso?

Y es de allí donde surge la SOLUCIÓN HUMANITARIA DE CARACTER ELECTORAL. Solicitarle a los países más cercanos que son los que están en el marco de la OEA (lease implícitamente: NO los que se encuentran en la ONU), y a su Secretario General, Luis Almagro, quien ha sido un adalid en la lucha por nuestra libertad, y que ya se han reunido innumerables veces para tratar el caso venezolano, A QUE ACTÚEN COMO ÁRBITROS , NO COMO INTERVINIENTES EN NUESTRO CONFLICTO, en sustitución de aquel que el régimen destruyó, y lograr con la ayuda de ellos a QUE OCURRA UN EVENTO ELECTORAL completamente conducido por la OEA. Está claro que el grupo de delincuentes que gobierna Venezuela nunca querrá contarse en buena lid y aún menos con un árbitro imparcial. Pero no es a ellos que va dirigida esta solución sino a sus amos los rusos, los chinos y demás países sobre los cuales ellos se sustentan.

Para aquellos escépticos que aun creen que esos países pudieran ignorar una solución como esta, les recuerdo que ellos sí son vertebrados, y están conducidos por políticos que buscan también una solución satisfactoria, y están plenamente conscientes que están utilizando una caterva de delincuentes para su beneficio, y claramente preferirían que esa situación cambie sin dañar sus intereses.

En esta dirección, y solo como un ejemplo, les recuerdo la comunicación que ANCO le dirigió al Presidente de Rusia, Vladimir Putin el 11 de Febrero de 2020 (ver ANCO entrega carta al Presidente de Rusia, Vladimir Putin, en http://ancoficial.blogspot.com/2020/02/comunicado-anco-anco-entrega-carta-para.html) y que hoy es menester hacer público, que fue respondida oficialmente el 25 de Mayo de 2020 a través de su Embajador en Venezuela, Sr. Sergey Melik-Bagdasarov. Allí claramente se indica en nombre del Presidente Putin, que “Rusia ha abogado por el arreglo en Venezuela por los mismos venezolanos” (ver respuesta de la Embajada de Rusia, en https://tinyurl.com/ybwsehce) . Entonces mal podría Rusia como país, oponerse a una solución como la expresada en nuestra propuesta a la OEA, si existiese la suficiente presión regional para que cedan los delincuentes que se sostienen a las expensas de esos países. De la misma manera China y el resto de los países que acompañan al régimen. No estamos diciendo que esto no haya que trabajarlo diplomáticamente, o que la solución esté a la vuelta de la esquina. ¡Claro que hay que trabajarla! Pero es una solución que si está al alcance de esos países y que de buena gana estarían dispuestos a ayudar si contribuimos con ideas que puedan ir en el camino que ellos están dispuestos a transitar.

Definitivamente no hay soluciones mágicas ni inmediatas, así sean de fuerza, para el grave problema que tenemos los venezolanos. Hemos planteado una solución como parte de sociedad civil venezolana. La sociedad civil no le pertenece a ningún grupo, ni ninguno se puede atribuir su representación como un todo. Hay quienes creen en una solución de fuerza. Eso lo respetamos. Lo inaceptable es que se nos condene por creer que existen soluciones que pudieran ser mejores y más expeditas, planteadas en las instancias correspondientes, y haciendo el trabajo que hay que hacer. Nos atacan sin debatir el fondo con argumentos, por la redacción de la carta, o por quienes la firmamos, que tenemos pleno derecho de proponer otra solución. Eso no merece siquiera una respuesta. La solución planteada está dirigida a Venezuela, y solo su Soberanía Popular tendrá en su momento la palabra definitiva.

Caracas, 17 de Junio de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

domingo, 14 de junio de 2020

Distorsiones

Por Luis Manuel Aguana

Tercera acepción de la palabra “distorsión”: 3. f. Acción de torcer o desequilibrar la disposición de figuras en general o de elementos artísticos, o de presentar o interpretar hechos, intenciones, etc., deformándolos de modo intencionado (DRAE, actualización 2019, https://dle.rae.es/) (resaltado nuestro). Esa acción de presentar la realidad, deformándola, torciéndola, desequilibrándola es lo que hemos vivido los venezolanos por más de 20 años, al punto que ya no somos capaces ni siquiera de asombrarnos.

La desaparecida Dra. Rosa María Zulueta, extraordinaria psicólogo social, insistía que el venezolano estaba psicológicamente enfermo producto de una estrategia deliberada del régimen al aplicarnos discursos violentos, intolerancia, chantajes y manipulaciones, engaños y rebotes de culpa, violaciones de derechos humanos, discriminación política, ineficiencia, corrupción y pobreza”, y que eso provocaba en la población “quiebres de lógica (disonancias), desesperanza, inermidad, incertidumbre, frustración, resentimiento, rabia tóxica, paranoia y reactividad” (ver Rosa María Zulueta, ciudadana integral, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/03/rosa-maria-zulueta-ciudadana-integral.html). Venezuela se ha convertido en un gran manicomio dividido en tres toletes: el régimen, la oposición oficial, y el resto de los venezolanos. Y por supuesto nosotros somos la mayor parte de esa torta desigual que está llevando la peor parte.

Ese sainete del nuevo CNE es parte de la distorsión que hace el régimen, que desconociendo los votos de los venezolanos en diciembre de 2015 inhabilita la Asamblea Nacional desde el mismo comienzo de su gestión, después de que la oposición lograra una mayoría calificada, aceptando desde el TSJ ilegitimo una “omisión legislativa” porque esa misma Asamblea no ha nombrado un nuevo CNE (¿cómo iba a hacerlo si la habían colocado en “desacato”, impidiendo reunir las 2/3 partes necesarias para el nombramiento del CNE como obliga el Art 296 Constitucional?), para luego nombrar Magistrados de ese mismo TSJ como Rectores del CNE, cobrándose y dándose el vuelto. Es como dice un twit de la Dra. Blanca Rosa Mármol de León, Magistrada Emérita del TSJ: “Designar y ser designado a la vez. Ser juez y parte. Estar en el TSJ designando a los rectores del CNE y resultar " designada" rectora.” (ver twit en https://twitter.com/BMarmoldeLeon/status/1271865004678090752), es mas que una distorsión, es una aberración de la Justicia, de la esencia misma de ser Juez, de la decencia pública, de ética y la moral.

No contentos con esa distorsión, la oposición oficial se defiende y desde la Directiva de una  Asamblea Nacional desconocida por el mismo TSJ ilegítimo, el Gobierno Interino de Juan Guaidó responde en un comunicado del Centro de Comunicación Nacional que “2. Rechazamos esta decisión, desconocemos las pretendidas nuevas autoridades del Consejo Nacional Electoral, así como cualquier decisión o convocatoria que salga de este nuevo fraude a la Ley. Reiteramos que no convalidaremos el fraude de unas falsas elecciones parlamentarias y reconoceremos a la actual Asamblea Nacional hasta que los venezolanos puedan elegir nuevos diputados libremente” (ver Comunicado del Gobierno Legítimo de Venezuela a la Sociedad Civil venezolana y a la Comunidad Internacional, en https://twitter.com/Presidencia_VE/status/1271943626466131969/photo/1).

Esto es, al decir del Gobierno Interino la actual Asamblea Nacional que preside Guaidó quedará en funciones indefinidamente hasta que haya elecciones libres en Venezuela. O sea, esto es cuando “cese la usurpación”, ¿Qué tal? Esto, como ya todos los venezolanos hemos visto, parece enrumbarse a los mismos años de los Castro en Cuba. Mi pregunta a la Comunidad Internacional (ergo a los Estados Unidos): ¿Reconocerá el Gobierno norteamericano los resultados de las elecciones parlamentarias de Diciembre con esa nueva Directiva del CNE del TSJ ilegítimo?

Y ustedes me dirán: ¿¡Y cómo se te ocurre hacer esa pregunta!? ¡Claro que NO LOS RECONOCERÄN! No sé. Yo solo hago una pregunta inocente porque AD, UNT, la Mesita y demás asociados del régimen habían dicho que SI irían a esas elecciones con el PSUV y yo todavía no he oído a los norteamericanos decir nada respecto a ese nuevo CNE ni de las palabras de Guaidó, o que si seguirán apoyando a Guaidó después de esas elecciones como Presidente de una Asamblea que se le acabó el período. De ESA nueva Asamblea Nacional chimba que salga de esas elecciones saldría la nueva institucionalidad opositora “legítima” para hacerle frente al régimen. Y es claro que con un CNE como el designado a dedo por ese TSJ no saldrá nada de eso. Si la Comunidad Internacional decide respaldar el resultado de esa elección, QUE SI SE LLEVARÁ A CABO aunque nosotros no queramos, pueden jurar por los clavos de Cristo que los partidos de la oposición oficial SI IRAN a ese proceso. Y eso ya de por sí es otra distorsión…

Si todo esto que ocurre en Venezuela no es una distorsión a la institucionalidad de la República, no sé que lo es. Ni lo que ha hecho el régimen con el CNE, ni lo que está haciendo la oposición oficial quedándose “ad infinitum” con las diputaciones fuera de su período establecido constitucionalmente. Incluso, a estas alturas, el mismo Guaido es una distorsión del Artículo 233 Constitucional. Ya su Presidencia no se justifica. El solo tenía razón de ser por el “cese de la usurpación” y este todavía no ocurre ni parece que ocurrirá en un futuro cercano con él al frente. Guaidó ha demostrado en año y medio no haber podido resolverlo. ¿Por qué tendríamos nosotros que tolerar que se quede un minuto más sin ningún ancla constitucional que lo sustente? Son preguntas gruesas que debemos empezar a hacernos en Venezuela si vamos hacia una Presidencia Encargada y una Asamblea Nacional indefinidas…

Ahora bien, ¿cómo se corrigen unas distorsiones que han llegado tan lejos? Recurriendo a la fuente, al origen de la institucionalidad, que no es otra cosa que la convocatoria a la Soberanía Popular. No soy yo quien tiene la fórmula mágica para decirles cómo y a qué debe recurrirse para que esto ocurra, dado el nivel de destrucción institucional al que hemos llegado. Pero si alzo la voz a quienes dentro y fuera del país entienden de lo que estoy hablando. Debemos comenzar a trabajar en una estrategia que conduzca a la convocatoria de la Soberanía Popular, al Soberano Pueblo de Venezuela para volver todo a cero de nuevo. A “resetear” todo el sistema y recomenzar SIN las distorsiones que produjeron quienes en mala hora se hicieron con el poder en Venezuela. De otra manera alargaremos el sufrimiento de los venezolanos. Tarde o temprano la gente terminará entendiendo que ese es el único camino…

Caracas, 15 de Junio de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

martes, 9 de junio de 2020

¿Quo vadis Venezuela?

Por Luis Manuel Aguana

Un gran venezolano, Antonio Sánchez García, publicó en septiembre del año pasado un artículo preguntándose, “¿Dónde están los Gonzalo Barrios, los Pérez Díaz, los Moisés Moleiro, los Pompeyo Márquez del Gran Encuentro Nacional que los venezolanos reclaman a gritos?” (Antonio Sánchez García, La defunción de lo político, tl.gd/n_1sr0qdq). Le contesté que ese era un  buen grito de angustia para buscar lo que hace tanta falta en Venezuela, que no es otra cosa que un liderazgo a la altura de la circunstancia. Y precisamente en este momento crucial donde hacen falta los mejores conductores, pareciera que no se encuentran en ningún lado, dejando a Venezuela perdida en el camino.

Para poder responder la pregunta que titula esta nota se requiere preguntárselo a quien sepa dónde conducir a este país lleno de dificultades. Decía Seneca «Si no sabes hacia donde se dirige tu barco, ningún viento te será favorable».

La expresión latina que titula esta nota proviene de una historia cristiana que deberíamos recordar siempre todos los que de alguna manera intervenimos en política: Quo vadis es una frase latina que significa «¿A dónde vas?». La frase está vinculada a una tradición cristiana que gira en torno a San Pedro. De acuerdo con los Hechos de Pedro, el Emperador Nerón en el año 64 comenzó una persecución contra los cristianos. Temeroso de que algo malo le pudiera suceder, Pedro escapa de Roma por la Vía Apia, pero en el camino se encuentra con Jesucristo que iba cargando una cruz. Pedro, al verlo, le pregunta: «Quo vadis Domine» (¿A dónde vas, Señor?) a lo que Cristo contesta: «Romam vado iterum crucifigi» («Voy hacia Roma para ser crucificado de nuevo»). Pedro, avergonzado de su actitud, vuelve a Roma a continuar su ministerio, siendo posteriormente martirizado y crucificado cabeza abajo.” (ver Quo vadis? https://es.wikipedia.org/wiki/Quo_vadis%3F).

Jesucristo sabía a lo que vino al mundo y lo que debía hacer. De allí su firmeza al contestarle al discípulo que había perdido no solo el camino sino la fe, haciéndole avergonzar, colocándolo de nuevo en la ruta correcta. Y esa ruta, si se tiene clara, no debería ni siquiera causar temor porque se tiene la convicción de lo correcto, a pesar de los riegos involucrados. Eso lo tuvo clarísimo Alberto Carnevalli cuando escribe el documento “A la Rebelión Civil llama Acción Democrática”, fechado el 24 de Diciembre de 1952 después del fraude de Pérez Jiménez (ver http://pararescatarelporvenir.blogspot.com/2013/11/a-la-rebelion-civil-llama-accion.html) siendo Secretario General de AD en la clandestinidad.

Escribía en una nota en el 2013 (Rebelión Civil, https://ticsddhh.blogspot.com/2013/11/rebelion-civil.html) que Carnevali tenía moral suficiente para hacer ese llamado. Decía que no solo estaba arriesgando su vida, sino que había trazado una raya entre lo que era y no era aceptable para un país. Después de más de 6 años reitero que no me imagino a Alberto Carnevali llamando a participar en otro juego electoral de la dictadura luego de ese fraude en descampado de un régimen perfectamente caracterizado. Por eso es que hay que aprender de la historia y de la moral política de los verdaderos liderazgos. Razón tiene Sánchez García de preguntarse donde están esos conductores de país.

La búsqueda del liderazgo adecuado es un tema que me ha preocupado (por no decir apasionado) durante todos estos años. Las razones del porque nace y cuales condiciones se deben dar en el país para que se manifieste. No creo que no existan hombres y mujeres dispuestos a asumir esa tarea, pero ¿qué les hace no dar ese paso fundamental?

En una nota del 2012 escribía que esos liderazgos estaban allí (La búsqueda del liderazgo perdido, en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/11/la-busqueda-del-liderazgo-perdido.html) pero que se manifestarían en su momento en la medida que la crisis arreciara, como en efecto está pasando. ¡Pero a estas alturas de la destrucción todavía no salen! ¿Por qué? Si existieran bancas de inversión de riesgo en el campo político, estuvieran interesadas en algunos proyectos (sin ruborizarme diría que el nuestro en ANCO es uno de ellos, particularmente en el interior). Pero estos proyectos no saldrán nunca en el actual estado de postración económica y política, pero sobre todo moral en que se encuentra el país. Hacer política en Venezuela se ha convertido en un negocio.

En la Venezuela actual nadie apuesta sino al caballo ganador que puede tener el poder mañana. Los financistas apuestan a Leopoldo, María Corina, Henry Ramos (aunque este último parece que se financia solo). Nadie invierte en proyectos con nuevas caras y nuevas propuestas porque se perdió la razón misma por la cual se hace política que es el bienestar de todos. En el pasado era más sencillo, los partidos salían de los ideales –y bolsillos- de sus militantes. Ahora salen de los bolsillos de los inversionistas. Eso debería resultar intolerable para cualquiera que pretenda hacer política con “P” grande en Venezuela.

No pierdo la esperanza de que eso cambie. Me consta la existencia, porque los he conocido, de personajes como esos que menciona Sánchez García en su artículo, en el interior de Venezuela y fuera de ella, a pesar de las dificultades. Uno de ellos, Hinderburgo Becerra, del hijo querido del Guárico se nos murió esperando ese cambio. Gente honorable y con vocación política y que no tienen la visibilidad que le da el dinero a la muestra inservible que se ve todos los días en la superficie a través de las redes sociales. Pero los partidos se cansan de venderle a la gente que eso es lo que hay. Y lo lamentable es que esas personas no resolverán la crisis de Venezuela y terminaran por la fuerza de los hechos en el basurero de la historia de este país.

Mi última nota del año 2018 la dedique al liderazgo de esos muchachos que ahora manejan el poder y la titulé “Por un liderazgo efectivo en el 2019” (http://ticsddhh.blogspot.com/2018/12/por-un-liderazgo-efectivo-en-el-2019.html). Allí me atreví a dar algunos consejos basados en un extraordinario trabajo de la revista Forbes. Mas de año y medio ha pasado y no se han cumplido en el accionar ninguna de esas recomendaciones, por lo que dudo que resulte exitoso nada de lo que salga de allí. El cuerpo de valores indispensables para llevar a Venezuela a algún lugar es absolutamente necesario en aquellos que se encuentren al frente de esta lucha. Si no los impulsamos o buscamos maneras que quienes los tengan salgan al ruedo, esta crisis será un mal sueño comparada con la que nos vendrá encima en un futuro previsible. Los que creemos estar conscientes de este problema debemos seguir insistiendo para poder tener una respuesta tan clara como la que le dio Jesucristo a Pedro en la Vía Apia, así sea que todos salgamos martirizados y crucificados como él, con la cabeza para abajo…

Caracas, 9 de Junio de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana