Por Luis Manuel Aguana
Los recientes sucesos ocurridos en la Universidad Central de Venezuela en el marco del proceso electoral estudiantil ponen de relieve de nuevo la lucha eterna entre las fuerzas del oscurantismo y la barbarie en contra de las de la civilización y el conocimiento. La historia tercamente ha demostrado que la razón de la fuerza nunca ha superado a la fuerza de la razón. La casa que siempre ha vencido las sombras prevalecerá.
Pero eso no es suficiente. Decir que la luz vencerá a las sombras no es suficiente. Aun en plena era del conocimiento, las fuerzas de la barbarie impiden la libre discusión de las ideas, precisamente en el recinto donde se vencen las fuerzas de la ignorancia. Se aplica la violencia para someter la razón y la democracia.
En este escenario muchos universitarios asumen posiciones en reacción a la violencia que reina en el recinto universitario: ¿Resolver la violencia con violencia? ¿O asumir una actitud de esperar pacíficamente que continúen vandalizando y acabando con la paz universitaria?
Tal vez las respuestas a estas preguntas nos la de la trascendencia histórica de un personaje como Jose Pío Tamayo Rodríguez, mejor conocido como Pío Tamayo, marxista de formación y protagonista de la llamada Generación del 28. Pío Tamayo no solo acompaña en el encierro gomecista en el Castillo de Puerto Cabello a quienes posteriormente fueron los líderes de la democracia venezolana sino que les da formación política en un una Escuela que él mismo llamó “La Carpa Roja” dentro del mismo Castillo de Puerto Cabello (http://piotamayo.blogspot.com/2010/10/biografia.html), suerte de cátedra de formación intelectual y política básica para aquellos que se atrevieron a enfrentar intelectualmente por primera vez el régimen violento y bárbaro de Juan Vicente Gómez. Que mejor ejemplo de civilidad y creencia en los valores del conocimiento en contra de la violencia desatada del gomecismo brutal. La Cátedra Pio Tamayo fundada con la intención de estudiar las ideas políticas en Venezuela y que lleva en la actualidad el nombre de este insigne intelectual, resulta un farol que ilumina la oscuridad en la que desea vernos sumidos el castrochavismo violento en nuestra Universidad. ¿Qué hizo Pío Tamayo durante su encierro en el Castillo de Puerto Cabello, en medio de la más brutal violencia de sus carceleros?: enseñar y transmitir conocimientos.
Al margen de que no comulguemos con las ideas marxistas de Pio Tamayo, este intelectual y político fue encerrado y torturado hasta su muerte por exponer sus ideas, por un régimen que pensaba en la razón de la fuerza y la violencia. Ya puesto en libertad en diciembre de 1934, fallece diez meses después, el 5 octubre de 1935, un poco más de dos meses antes de la muerte del Dictador. Es paradójico que los factores violentos y que dicen seguir los postulados del marxismo que impartió Pio Tamayo en el transcurso de su vida, sigan en la UCV las mismas prácticas de persecución y amenaza de las dictaduras, como la que sufrió Pio Tamayo, haciendo uso de esa misma brutalidad de la que este intelectual fuera víctima, siendo nuestra universidad quien precisamente ha rescatado su nombre como un adalid de la enseñanza política. Más les valdría a los factores políticos del castrochavismo en el gobierno que se han dado a la tarea de agredir a nuestra universidad, estudiar un poco la historia de Venezuela, y en especial la de aquellos lideres intelectuales que ellos mismos dicen seguir y admirar.
En consecuencia, la respuesta no es oponer violencia con violencia, sino oponerla con enseñanza, iluminación y conocimiento como lo hiciera Pio Tamayo en el Castillo de Puerto Cabello, así impartiera el comunismo como práctica. Eso es parte de la libertad de pensamiento que sostenemos todos aquellos que moriríamos por permitir que digas lo que piensas aunque no estemos de acuerdo con lo que digas. Sin embargo, en ese marxismo de Pio Tamayo existía algo más grande y que salió a relucir en la histórica Semana del Estudiante de 1928: un amor profundo por la Libertad y la Justicia. Esa era la prédica de todos aquellos jóvenes de espíritu libre que se reunieron en aquellos días de febrero de 1928. Pío Tamayo leyó el poema que le valdría el encarcelamiento hasta su muerte y en cuyas estrofas se encerraba en realidad un canto a la Libertad y el Porvenir. Extraigo para ustedes la última parte de ese histórico poema denominado “Homenaje y demanda del Indio”:
“Pero no, Majestad que he llegado hasta hoy,
y el nombre de esa novia se me parece a vos!
Se llama LIBERTAD!
Decidle a vuestros súbditos
-tan jóvenes que aún no pueden conocerla-
que salgan a buscarla, que la miren en vos,
¡Vos, sonriente promesa de escondidos anhelos!
Vuestra justicia ordene,
Y yo enhiesto otra vez,
-alegre el junco en silbo de indígena romero-
armado de esperanzas como la antigua raza,
proseguiré en marcha,
pues con vos, Reina nuestra,
juvenil, en su trono, ¡se instala el porvenir!”[1]
Si Pío Tamayo hubiera leído este poema durante la marcha del 11 de abril de 2002, estuviera acompañando a Vivas, Forero y Simonovis en su encierro. Chávez no le hubiera perdonado esa afrenta, como no se la perdonó Gómez. Y es por eso que todos los regímenes como este le tienen pánico a la academia, a la discusión de las ideas, a lo intelectual. No saben bien de qué se trata, ni como se come eso y le temen porque de alguna manera saben que en esa iluminación se encuentra la base de su propia destrucción. La ignorancia no convive con el conocimiento, ni la civilización con la barbarie. Chávez y sus hordas le temen a la UCV y podrán agredirla, pero será un esfuerzo inútil y bien les valdría desistir de él porque nuestra Alma Mater además de constituir el conocimiento y la intelectualidad de su comunidad, está cimentada en bases tan sólidas como el coraje y la determinación de Libertad de Pio Tamayo y en ella, como en el poema, ¡se instala el porvenir!...
Caracas, 12 de Diciembre de 2011
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Twitter:@laguana
[1] Poema leído por Pio Tamayo en el Teatro Municipal, con motivo de la Semana del Estudiante en febrero de 1928. http://embusteria.blogspot.com/2011/02/de-las-palabras-pio-tamayo-homenaje-y.html
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