lunes, 14 de julio de 2025

Transformaciones y desafíos de la Inteligencia Artificial

Imagen resumen de la nota cortesía de AI Google Gemini

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Intervención en la Cátedra Pío Tamayo de la UCV del 14 de julio de 2025 - Tema: De la inteligencia natural a la artificial

Agradezco de nuevo a la Cátedra Pío Tamayo y al Profesor Agustín Blanco Muñoz por la invitación y la oportunidad de reflexionar temas trascendentales como el que nos reúne a todos los presentes el día de hoy.

En esta época de cambios profundos en el mundo, debo apreciar que alguien en nuestra universidad comience a abordar el tema de la Inteligencia Artificial más allá del fenómeno técnico en que se constituye, intentando buscar respuestas a preguntas dirigidas a sincerar los impactos que esta nueva tecnología tiene, y más aún, tendrá en nuestras vidas en un futuro muy próximo.

Porque no se trata de analizar un fenómeno que se encuentra lejos, sino que ya está entre nosotros, y cuyas manifestaciones estamos viendo todos los días a través de las redes sociales, influenciando ahora mismo nuestras decisiones cotidianas; y sus efectos están propagándose más rápido que cualquier otra tecnología que la humanidad haya experimentado, por lo que los venezolanos deberíamos desde hace rato estar discutiendo esta temática, porque es precisamente una tecnología capaz de determinar el rumbo de cómo se hacen y como se harán las cosas en nuestra sociedad.

Una anécdota personal para ilustrar el punto. Hace pocos días, durante la celebración de los 50 años de la Escuela de Computación de la UCV, en un panel de egresados de las primeras generaciones de la Escuela, le comentaba a la audiencia que hace 53 años cuando le dije a mis padres que estudiaría Computación en la Facultad de Ciencias de la UCV, me dijeron que si me había vuelto loco. En esa época la gente estudiaba solo las carreras tradicionales: Ingeniería (no existía en ese momento Ingeniería en Computación), Medicina, Derecho, Arquitectura, Odontología, etc. Ni siquiera la Facultad de Ciencias tenía sede propia en la UCV.

Mi padre, un individuo educado por gente del siglo antepasado, con un doctorado en Derecho Militar, era incapaz de entender lo que estudié hasta que me gradué, evitando cualquier conversación conmigo acerca del tema. Lo que me faltó decir en el panel de egresados fue que finalmente me reconcilié con él cuando un buen día me presentó al Director de Información Científica y Tecnológica del CONICIT, Consejo Nacional de Información Científica y Tecnológica, que en ese momento requería de un especialista técnico en materia de Computación y Telecomunicaciones. Y después de lo que hicimos allí, entendió finalmente la trascendencia de lo que había estudiado.

Fue en ese lugar donde tuve el honor de participar en el inicio del Proyecto Servicio Automatizado de Información Científica y Tecnológica, SAICYT del CONICIT, que posteriormente le dio vida a REACCIUN, Red Universitaria Nacional interconectada, precursora de la actual Internet en Venezuela, cuyo servicio nacional continuó en la CANTV con equipos y tecnología IP traspasados a ellos desde esa red (pueden leer la historia completa en El Señor Filosa, en https://ticsddhh.blogspot.com/2011/09/el-senor-filosa.html).

Esa anécdota personal con la Internet en Venezuela, me aterriza en la realidad de cómo el nacimiento de una nueva tecnología como la Inteligencia Artificial, IA, puede y tendrá un impacto de envergadura social y política en nuestro país, aun sin que la mayoría de la gente se dé cuenta.

Esto me lleva a intentar dar una respuesta a las preguntas de la Cátedra que comienzan con “¿Vamos hacia un mundo del hombre, sociedad, historia y conocimiento marcados y determinados por lo artificial?” (ver Historia Actual, Cátedra Pío Tamayo, De la inteligencia natural a la artificial, en http://historiactual.blogspot.com/2025/07/de-la-inteligencia-natural-la-artificial.html). Lo primero que debe indicarse aquí es que cualquier respuesta de una máquina –hasta ahora- no es de ninguna manera artificial. Las respuestas de un modelo de IA son un producto inicial de los seres humanos, y que a través de su interacción con ellos, estas respuestas se van refinando cada vez más con el proceso de “entrenamiento” y extensión de la base del conocimiento en la que la IA actúa.

El desarrollo natural de la tecnología de la información, que incluye máquinas más veloces, con muchísimo mayor capacidad de almacenamiento de datos, procesamiento gráfico y comunicación, pero más importante aún, las mejoras drásticas y exponenciales en los lenguajes computacionales y de recuperación de la información almacenada, han dado como resultado natural el fenómeno de la Inteligencia Artificial, IA. En otras palabras, se abrió la posibilidad de programar modelos, ya no solo para dar un resultado entrada-salida-proceso lineal como consecuencia de un conjunto de datos, sino para aprender con la interacción humana del mundo exterior.

No se podría, a mi juicio, afirmar que vayamos hacia un mundo signado por lo artificial, en la medida que el hombre controle su creación. Sin embargo, la extensión de la tecnología podría provocar las distorsiones que ya hemos visto con otros avances que en el pasado se han utilizado, como toda herramienta, para perjudicar a la sociedad en la medida en que se han hecho accesibles a todas las personas. En otras palabras, de lo que se está hablando aquí es de la proliferación de equipos y modelos de IA para cualquier tipo de aplicación, a medida que la tecnología se ha hecho más sofisticada, dando pie a que se susciten los mismos temores que existieron con la llegada de las computadoras y sus diversas aplicaciones.

A la pregunta “¿Nace la IA en forma espontánea, un hallazgo en el camino o como un proyecto con altas y crecientes inversiones destinado a lograr los mejores resultados o dividendos?” La IA es producto de un proceso tecnológico indetenible de ninguna manera espontánea. Tal vez los primeros modelos fueron producto de inversiones de alta rentabilidad como ChatGPT, dada la preexistencia de los constructos técnicos necesarios para programarlos, pero de ninguna manera como algo premeditado, porque no es posible que alguien integre la cantidad importante de requisitos tecnológicos necesarios para producir ese resultado como algo previamente calculado.

A la pregunta “¿La idea y propósito es poner los adelantos técnico-científicos al servicio del mejor vivir del hombre o ponerlo en la condición del simple peón de carga dispuesto para actuar directa y mecánicamente en las tareas tendentes al aumento del gran capital?”, soy de la opinión de que todos los adelantos técnicos-científicos siempre tuvieron la intención de lograr una mejora en la calidad de vida del hombre, desde la invención de la rueda, pasando por la máquina de vapor, la electricidad, la radio, el motor de combustión interna, la computadora, la Internet y la energía nuclear. Todos ellos fueron utilizados por los sistemas político-económicos imperantes en los países alrededor del mundo donde operaban, para el bien o el mal de la humanidad. El problema nunca fueron los adelantos, sino su aplicación, y más importante aún, quiénes y con cuáles intenciones los operaban. Con la IA las cosas no serán diferentes.

"¿Se plantea entonces la empresa IA, mantener el mundo en el actual nivel de pensamiento… o producir un cambio que, en sentido estricto, configure y establezca una realidad más y abiertamente beneficiaria de los grandes y mundiales inversionistas?" La IA es un fenómeno tecnológico como lo fue en su oportunidad la computadora de escritorio y la Internet, que no fueron otra cosa que la evolución natural de la tecnología de la información y comunicaciones. Yo mismo soy de la época de cuando esta tecnología giraba alrededor de las grandes computadoras y muchos tuvimos  que abandonar negocios porque la tecnología cambió. Grandes empresas como los bancos e industrias en todos los países tuvieron que reinvertir millones de dólares en mover sistemas técnicos de un lado a otro, y tendrán que seguir haciéndolo cada vez con mayor velocidad en la medida que la tecnología cambie si desean seguir estando en el negocio. La IA los obligará a cambiar los servicios prestados a sus clientes para ser más eficientes, con la correspondiente inversión asociada. Sin embargo, en esta ocasión el avance va más allá de cualquier tecnología anterior. Veamos:

En una muy reciente investigación de la Corporación RAND realizada para la Seguridad Nacional de los EEUU, y publicada a comienzos de este mes, se indica lo siguiente: "Fundamentalmente, las implicaciones de la IA van mucho más allá de la productividad económica y el avance científico. En el ámbito militar, la mejora del análisis de datos y los avances en armamento autónomo ya están transformando la estrategia y las capacidades. … Mientras tanto, los modelos de IA más recientes «están a punto de poder ayudar significativamente a los principiantes a crear amenazas biológicas conocidas», lo que presagia su notable potencial para democratizar las capacidades peligrosas en todo el mundo….. Una encuesta a investigadores de IA publicada en importantes foros especializados mostró que los expertos estiman en un 50 % la probabilidad de que las máquinas automaticen todas las tareas humanas para 2047…La nación o entidad que desarrolle y controle dichos sistemas podría transformar fundamentalmente el orden global y, potencialmente, guiar la trayectoria futura de la humanidad” (ver RAND Corp, Cómo la Inteligencia Artificial General podría afectar al auge y la caída de las naciones, en https://www.rand.org/pubs/research_reports/RRA3034-2.html).

En consecuencia, en potencias como los EEUU debaten que esta tecnología, debe ser restringida y no descentralizada, esto es, que no estén al alcance de muchas manos. Y dado que la IA requiere de requisitos especiales de hardware y software para su apropiado funcionamiento, se estudian restricciones para el comercio de equipos para la generación de modelos de IA, porque lo están considerando un problema de seguridad nacional.

Ahora bien, la Cátedra pregunta: “¿Se puede afirmar entonces que con la IA se produce una supuesta y progresiva superación del pensamiento del hombre y que, en un momento determinado, lo podrá se podrá sustituir o convertir en 'hombre máquina'?”. A eso respondo que no creo que la IA represente una “supuesta y progresiva superación del pensamiento del hombre”. Como ya indique, no es más que un paso, eso sí gigantesco, en el desarrollo de los procesos automatizados, pero con implicaciones inmediatas en el trabajo, los servicios y la manufactura.

Esta tecnología sí podrá sustituir trabajos como ya ocurriera en el pasado con las computadoras en labores repetitivas en las líneas de montaje de las fábricas, pero ahora se trata de profesiones enteras, como ingenieros, abogados, e incluso médicos. Una noticia del 11 de julio (hace 3 días) del Newsletter de ChatGPT, GPTZone, reporta lo siguiente: “Investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, han conseguido que un robot lleve a cabo, por sí solo, una fase completa de extirpación de vesícula biliar en un modelo animal. Lo increíble de este avance es la total ausencia de intervención humana durante la operación: ningún cirujano dirigía directamente el bisturí robótico en ese crítico momento. El secreto está en la inteligencia artificial, IA, con un sistema creado sobre el popular modelo de lenguaje ChatGPT. Gracias a este desarrollo, el robot analiza datos en tiempo real, anticipa escenarios, toma sus propias decisiones y se ajusta durante la operación si surge cualquier imprevisto. El resultado es un logro que marca un antes y un después en la forma en que entendemos la cirugía robótica” (ver Newsletter GPTZone, Un Robot Opera sin Humanos por Primera Vez: El Avance que Cambia los Quirófanos, en https://gptzone.net/noticias/un-robot-opera-sin-humanos-por-primera-vez/).

¿Cómo se logró tal avance? La nota indica que “Para que el robot pudiera operar de manera autónoma, los expertos lo entrenaron con una amplia base de datos de vídeos reales de procedimientos quirúrgicos. Esta formación permite al sistema comprender los pasos, anticipar complicaciones y ejecutar acciones según la evolución de la cirugía”. ¿Y cuáles son las ventajas? Respuesta: “…tener un robot entrenado para tomar decisiones de manera instantánea aumenta la seguridad del paciente. Puede gestionar situaciones imprevistas de forma precisa, sin el despiste o el temblor que a veces afectan a las personas tras muchas horas en el quirófano. La posibilidad de operar durante más tiempo sin perder eficacia es un cambio radical para intervenciones complejas” (ver noticia citada). Una vez llegado a este punto, en muy pocos años las intervenciones quirúrgicas en humanos ejecutadas por médicos expertos serán cosa del pasado, porque las realizadas por un robot con un modelo de IA serán más rápidas, mucho menos costosas y mas seguras.

Lo anterior contestaría las preguntas de la Cátedra, “¿El hombre máquina y la robotización comenzaron ya a decirle adiós a lo que se denomina como humanidad" ¿Cada vez más con mayor fuerza e IA quedará desplazado una gran parte de la antigua mano de obra, de técnicos, investigadores y ejecutantes de las más variadas ocupaciones?”. Yo no podría decir que digamos adiós a nuestra humanidad, pero ya nos encontramos con un duro inicio que podría empeorar si no se comienza a debatir ahora seriamente el tema para buscar soluciones.

La IA puede ser un gran avance para la humanidad si se gestiona de una manera adecuada, pero puede ser la perdición de todos sin el adecuado consenso humano y político que les correspondería iniciar a los tomadores de decisiones en cada país. Sin embargo, lo cierto es que esa “nueva inteligencia” sí puede destruir o hacer desaparecer a la “antigua” inteligencia humana, o a la humanidad misma, pero no por sí sola, sino por quienes siempre han buscado eso sin necesidad de tecnologías y que ahora disponen de una herramienta adicional extraordinaria para poderlo hacer.

En mi opinión, no es un tema que pueda y deba ideologizarse, indicando que sea un “salto revolucionario” al servicio de alguien o una tecnología al servicio de la liberación de “los de abajo”. Puedo corroborar personalmente que estas tendencias de la tecnología de la información y comunicaciones son tan importantes, que aun teniendo formación en computación, decidí dedicar mis estudios de maestría y doctorado, a la economía y el desarrollo, para comprender en su esencia estas realidades, porque creo firmemente que en nuestros países, así como debemos ocuparnos en desarrollar las tecnologías, también debemos aplicarnos en estudiar sus implicaciones, para poder direccionar adecuadamente nuestro desarrollo político como nación.

De allí que le recordara a mi Escuela de Computación, en su 50º Aniversario, la importancia de reforzar cátedras que enseñen a las nuevas generaciones de computistas a analizar el impacto social de estas tecnologías y cómo manejarlas al servicio del país. Ojalá que la UCV siga siendo pionera en este esfuerzo, como lo está demostrando hoy en esta Cátedra Pío Tamayo.

Muchísimas gracias,

Caracas, 14 de Julio de 2025

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

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domingo, 6 de julio de 2025

Principios de independencia

Imagen resumen de la nota cortesía de AI Google Gemini

Por Luis Manuel Aguana

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En Venezuela nos hemos acostumbrado a conmemorar la fecha de la Declaración de Independencia solo como el momento a partir del cual nos declaramos libres como nación independiente de España. Sin embargo, quisiera aproximarme a esa Declaración de Independencia de Venezuela, más allá de la justificación política que esgrimió un grupo privilegiado de ciudadanos, a pronunciarse a favor de la separación de la unidad político-territorial del país de su matriz original, España, sino de los principios que sustentaron para fundamentar tal separación, y que necesariamente debe y tiene que ser atemporal, debido a que esos principios tenían que ser examinados en cualquier momento futuro, por lo que deberían al menos ser inmutables en el tiempo.

Luego de leer –de nuevo- la Declaración solemne de la Independencia por el Congreso de Venezuela, o Acta de la Independencia del 5 de julio de 1811, notamos primero la justificación política de su tiempo, esto es, la mención de los derechos recuperados el 19 de abril de 1810 como “…consecuencia de la Jornada de Bayona y la ocupación del Trono español por la conquista y sucesión de otra nueva dinastía constituida sin nuestro consentimiento…”. Pero esta justificación no era todavía suficiente.

Tal vez si no hubieran ocurrido estos sucesos políticos en España y no se hubiera profundizado, a juicio de los declarantes, el desorden en las colonias españolas de América, producto precisamente de esos sucesos argumentados en la Declaración, difícilmente se hubiera sostenido una separación político-territorial de la Madre Patria.

Pero nuestra Declaración tuvo que ir más allá para poder justificar para la posteridad el inicio de una vida independiente. Después de dar las razones de la política de su propio tiempo tuvieron que aterrizar el fondo:

“En atención a todas estas sólidas, públicas e incontestables razones de política, que tanto persuaden la necesidad de recobrar la dignidad natural, que el orden de los sucesos nos ha restituido, en uso de los imprescriptibles derechos que tienen los pueblos para destruir todo pacto, convenio o asociación que no llena los fines para que fueron instituidos los gobiernos, creemos que no podemos ni debemos conservar los lazos que nos ligaban al gobierno de España, y que, como todos los pueblos del mundo, estamos libres y autorizados, para no depender de otra autoridad que la nuestra, y tomar entre las potencias de la tierra, el puesto igual que el Ser Supremo y la naturaleza nos asignan y a que nos llama la sucesión de los acontecimientos humanos y nuestro propio bien y utilidad (ver Acta de la Independencia del 5 de julio de 1811, Venezuela, Congreso Constituyente 1811, https://tinyurl.com/pcuzuerj)  (resaltado nuestro).

La Declaración esgrimió el derecho que tiene todo pueblo para “destruir todo pacto, convenio o asociación que no llena los fines para que fueron instituidos los gobiernos” con la creencia de que ”estamos libres y autorizados, para no depender de otra autoridad que la nuestra”. Este fue el mismo principio esgrimido por Thomas Jefferson (1743-1826) en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, acerca de la razón de la existencia de un gobierno, que no es otra que la de garantizar la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad de su pueblo.

En efecto la Declaración de Independencia de los EEUU, indica: "Consideramos evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos se encuentran la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres gobiernos que derivan sus legítimos poderes del consentimiento de los gobernados; que cuando cualquier forma de gobierno se vuelva destructiva de estos fines, es derecho del pueblo modificarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno, fundamentándose en los principios y organizando sus poderes de la forma que considere más adecuada para su seguridad y felicidad"  (ver Documentos fundacionales de Estados Unidos, Declaración de Independencia: Una transcripción, en https://tinyurl.com/bdhrkt3e) (resaltado nuestro).

¿Es acaso muy diferente cualquier motivo de rompimiento de un pueblo con su gobierno en cualquier época, si este considera que no garantiza los principios básicos por los cuales fue constituido, en primer lugar? Ese principio es inalterable en el tiempo.

Las Declaraciones de Independencia no se tratan solo de un mero documento histórico que se lee en un acto solemne, o se festeja con desfiles militares y luces en el cielo, una vez al año. No. Se trata que los ciudadanos recuerden siempre que son ellos los que están primero y la razón fundamental por la cual existen los gobiernos. Ese principio básico está tan cada vez más olvidado, que en la nación del mundo donde por primera vez se escribieron estas verdades evidentes para independizarse, los Estados Unidos, están persiguiendo y extraditando personas por querer lo que dice su propia Declaración de Independencia: vida, libertad, y búsqueda de la felicidad.

La Declaración de Independencia de Venezuela es históricamente hija de los principios esbozados en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, aunque muchos, por razones ideológicas, no deseen aceptarlo. Porque no es un problema de ideologías, ni de derechas, ni de izquierdas. Es una declaración de los derechos de la existencia misma del ser humano. De los derechos del hombre, y del porqué los ciudadanos se organizan en sociedad, y se instituyen gobiernos para garantizar esos derechos.

Y siendo así, nuestra propia Declaración de Independencia nos recuerda que “en uso de los imprescriptibles derechos que tienen los pueblos para destruir todo pacto, convenio o asociación que no llena los fines para que fueron instituidos los gobiernos”, tenemos el derecho de rebelarnos si consideramos que nuestro “pacto, convenio o asociación” con el gobierno que dirige el país, no llena los fines para los cuales fue instituido. Y no porque este escrito en ninguna Constitución, sino en la misma Acta fundacional de la Nación.

Tal es el poder de los principios de independencia sobre los cuales se basaron los Padres Fundadores de nuestra nacionalidad para separarse de España, y constituir el país que todos conocemos como República de Venezuela, así le hayan cambiado el nombre oficial.

Entonces esta nota no se trata de ninguna manifestación pública de rebeldía en contra de ningún gobierno o régimen, sino de un recordatorio de los principios fundamentales sobre los cuales se construyó nuestro país y que deberían estar de forma permanente en la mente de quienes se consideran dirigentes políticos, para no perderse en la ruta de garantizarnos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, que una vez extraviaron  en este angustioso océano de errores e imbecilidades.

Caracas, 6 de Julio de 2025

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