Por Luis Manuel Aguana
Aquellos que tenemos edad suficiente para acordarnos de la comedia norteamericana de los 70’s ¿Y dónde está el piloto? (Airplane!) con Leslie Nielsen, recuerdan en especial aquel momento sorpresivo cuando al conectar el piloto automático sale un muñeco de plástico inflable para pilotear el jet de pasajeros con rumbo desconocido. Eso mismo nos está pasando con esta tragedia que el régimen ha montado con el cable submarino a Cuba, que pone en indefensión a los datos privados de todos los venezolanos, en especial aquellos que tienen que ver con la materia electoral, ahora completamente en manos extranjeras luego del anuncio de la culminación del proyecto de instalación del cable el 24 de Mayo de 2012. ¿Y dónde están los datos? Es una pregunta que intentaré responder en este corto espacio. Desde ahora podemos decir que vamos rumbo a lo desconocido, como en la comedia de Nielsen, pero esta vez con un muñeco cubano conduciendo el jet, y no precisamente de plástico inflable.
A casi año y medio luego del inicio de los trabajos de instalación del cable submarino que contratara y pagara el gobierno venezolano para unir digitalmente a Cuba con Venezuela, este escribidor colgaba en este blog, sin mucha cobertura, (ver El Cable http://ticsddhh.blogspot.com/2011/01/el-cable.html) que ese cable no le daría al pueblo cubano acceso democrático a la red de redes, como era la oferta de los gobiernos. Tal vez esa podría haber sido la excusa usada por el régimen venezolano-cubano para justificar los 900 millones de dólares que, según la información de prensa, se gastaron en eso; pero que nunca la población cubana vería los beneficios de una tecnología como esa. En aquel entonces me basaba en que los voceros del régimen de los Castro informaron que habría “mayor calidad en las infocomunicaciones (…) y no necesariamente eso significara una extensión de las mismas…” a la población.
Pues bien, ya instalaron el famoso cable y se encuentra operativo. La noticia está confirmada desde el 24 de Mayo (http://www.lapatilla.com/site/2012/05/24/cable-submarino-venezuela-cuba-esta-completamente-operativo/) por el gobierno. Y tal como indicamos en enero de 2011, no era para el pueblo cubano. Así nos lo confirmó la extraordinaria luchadora por los Derechos Humanos de Cuba, Yoani Sanchez, en su blog Generación Y, en un artículo de hace pocos días titulado “¿Cable o Zanahoria” (http://www.desdecuba.com/generaciony/?p=6301) donde nos indica: “No se ha abierto ninguna oficina ofreciendo una conexión doméstica para todo aquel que quiera contratarla y los precios de una hora de navegación desde un hotel siguen siendo prohibitivos y abusivos. En los centros laborales y de estudio las cuotas mensuales para asomarse al ciberespacio continúan escasas y supervisadas, mientras la prensa oficial no hace alusión alguna a una inmediata multiplicación por tres mil de nuestro escaso ancho de banda. El cable está, pero no está; existe pero no es para nosotros”. En efecto, el cable no es para ellos.
¿Y entonces? Si no es para el pueblo cubano, ¿para quién es? Esa pregunta también la contesté hace año y medio: para el régimen, tanto para el cubano como el venezolano. Por lo menos mientras se monta la operación electoral venezolana del 7 de Octubre de 2012.
Consideré necesario volver a tocar el tema del cable submarino Cuba-Venezuela dada la cercanía del proceso electoral venezolano y por las denuncias y sospechas fundadas que tenemos todos los venezolanos de que manos ajenas y extranjeras al proceso electoral interfieran con los datos venezolanos de las elecciones. Ya en el pasado, en el año 2004, fuentes bien informadas estaban en conocimiento que el gobierno presionó a la antigua CANTV en manos privadas, para colocar un centro del control en manos de los cubanos para monitorear las famosas captahuellas bidireccionales del entonces Presidente del CNE y actual Alcalde de Libertador por el chavismo, Jorge Rodriguez, en el Centro Nacional de Comunicaciones de la antigua CANTV.
En efecto, el régimen amenazó en ese entonces a la Directiva de la CANTV indicando que “pudieran estar organizando algún atentado contra el buen desenvolvimiento del referéndum que tendrá lugar el próximo 15 de agosto (de 2004) y pidió a los directivos de la CANTV "que vigilen bien" el proceso de transmisión de datos y advirtió que si el mismo llegase a verse interrumpido, la compañía sería intervenida de inmediato pues el decreto para tal fin ya fue preparado por la Procuradora General de la República, Marisol Plaza.”
Chávez indico en ese momento: “Si algo llegara a ocurrir tengan la seguridad que ordeno la intervención de la CANTV. No voy a tolerar que nadie atente una vez más contra la paz de los venezolanos. Lo que queremos es paz, seguir trabajando como lo estamos haciendo, todos juntos.” (http://www.minci.gob.ve/noticias-minci/1/57/presidente_chavez:.html). Y así el régimen se aseguró de ello colocando con esa amenaza a un equipo técnico cubano en las instalaciones de la CANTV, que monitorearía el proceso de transmisión de los datos.
Los informes posteriores que denunciaron el fraude del proceso revocatorio demostraron la bidireccionalidad de las captahuellas, que le dieron al gobierno los datos necesarios, desde la CANTV, para movilizar a su militancia y conocer el estatus, momento a momento, del proceso revocatorio.
Ahora bien, hasta ahora el CNE no ha dado respuesta a la pregunta que titula esta nota: ¿Y donde están los datos? ¿Dónde residirán los datos biométricos de los electores para que las famosas captahuellas del SAI realicen su labor de identificación y den paso al elector para que ejerza su derecho al voto? No lo sabemos. Sin embargo para que 19 millones de electores con sus huellas puedan ser operadas por las nuevas máquinas en todo el territorio nacional, la respuesta pareciera de Perogrullo: en el CNE. Y para que el SAI funcione adecuadamente, esas captahuellas deberán estar en línea BIDIRECCIONAL con el CNE. Lo otro sería tener, o una copia de la base de datos de electores con sus huellas en cada máquina electoral, o un subconjunto de la base de datos de electores correspondiente a cada Mesa o Centro en todo el país. Esa sería la única forma en que esos equipos se encuentren desconectados del CNE durante todo el proceso. ¿Cual de las dos es la respuesta?
Como técnico de muchos años en estas lides de tecnología, yo me inclinaría por la primera: en el CNE. ¿Por qué? Es la única manera de garantizar la integridad de la data, es más sencillo y más manejable todo el proceso logísticamente. Sin embargo tiene un gran problema: requiere que las máquinas del SAI estén en línea con el CNE. Esto nos retrotrae a los amargos momentos del 2004 y que fueron superados luego que la oposición conquistara el derecho, ahora adquirido, de exigir que las captahuellas estuvieran desconectadas del CNE por el ventajismo que significó eso en el Referendum Revocatorio.
Y por si fuera poco lo anterior, ahora hay un cable de fibra óptica conectado desde la CANTV con la "Universidad Tecnológica de La Habana", que de acuerdo a la información publicada ha sido construida y equipada con la última tecnología, pagada con petrodólares venezolanos. Allí, el G2 no solo maneja nuestra data de cedulación y de registros públicos, sino también nuestro padrón electoral; y la CANTV ya no está en manos privadas sino del régimen de Chávez. Sumen dos más dos, ¿Cuánto les da? Sí, eso pensé. Ahora no es necesario traer a Ramiro Valdés para que se monte como un policía en nuestra principal empresa de telecomunicaciones porque le estaríamos llevando en tiempo real desde la CANTV, segundo a segundo, como van las cosas en las votaciones del 7 de Octubre con las nuevas máquinas del CNE, a través de la mejor tecnología pagada por el régimen venezolano. Y con esa calificada asesoría de 50 años ganando elecciones dudo que lo que salga de allí sea bueno para Venezuela.
Con la respuesta del CNE a la pregunta que titula esta nota tendría la oposición que tomar alguna posición antes de las elecciones. En esto se involucran sus técnicos- ahora cuestionados- y estrategas políticos. De esta manera se le daría una respuesta democrática y contundente a aquellos que desde el exterior desean un corte violento de ese cable, que aunque entendible, no se corresponde con los métodos que la oposición democrática ha utilizado históricamente en esta lucha, a diferencia del gobierno. Espero de verdad que la posición que tomen sea lo más firme posible ya que si la dejan pasar, el avión jet piloteado por el G2 cubano nos llevará, ya no con rumbo desconocido como en la película de Leslie Nielsen, sino a uno más que conocido, apuntando al mar de la felicidad cubana…
Caracas, 4 de Junio de 2012
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