Por Luis Manuel Aguana
Es
fácil caer en el error y llegar a conclusiones basadas en lo que se ve por
encima. Recuerdo cuando en las clases de análisis estadístico le daban a uno un
conjunto de observaciones con sus coordenadas en un cuadrante cartesiano y le
preguntaban cual era el signo de la recta hipotética que hacían en una
regresión simple. Algunos lo veían positivo-creciente-, y otros lo veían
negativo-decreciente-, pero nadie se atrevía a asegurarlo a simple vista sin
sacar las cuentas antes. Y aquellos que lo hacían “al ojo por ciento”
invariablemente se equivocaban. Es que la percepción humana es engañosa. Al
final cuando se hacían los cálculos se podía ver cuál era el signo real de la pendiente
que la recta dibujaba. En algunos casos era obvio pero en otros definitivamente
no.
Y ese
es nuestro caso aquí. De una sola mirada a las observaciones luciría como obvio
que el "chavismo" sería una fuerza importante en una posible futura
transición porque de acuerdo a los puntos parecería que la recta mira hacia
abajo. Pero dado lo importante del análisis es mejor sacar las cuentas. No
basta con decir que los que tienen el poder ahora lo conservarán porque así
ocurrió en el pasado en otras latitudes, en otros tiempos y en otros contextos
históricos. O bien porque el “chavismo” simplemente luce fuerte porque es
gobierno. En la Venezuela actual nadie puede predecir lo que va a ocurrir…
Es por
eso que difiero respetuosamente del análisis del Padre Ugalde en el sentido de
que “Es inevitable un gobierno de transición salido del chavismo” (ver http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/140706/es-inevitable-un-gobierno-de-transicion-salido-del-chavismo).
Como dice un amigo que vivió en Alemania en esa época, nadie podía, por
ejemplo, prever el día anterior a la caída del Muro de Berlín que éste desaparecería
y que el nuevo sistema de relaciones políticas que se impondría posteriormente llevaría
a la desaparición de la Unión Soviética.
En la
superficie cualquier analista hubiera indicado que los comunistas gobernarían
la Alemania del Este para toda la vida. Pero una fuerza que nadie previó se
terminó imponiendo. Alemania está hoy unificada y es el principal motor
económico de la actual Europa.
Independientemente
que vayamos o estemos en medio de una debacle económica de proporciones, eso no
necesariamente indica que ello les obligue a transarse y que el sistema
destructivo que nos están imponiendo no avance y se profundice, así sea en el
medio de una gran tierra arrasada. Bien dice el Prof. Agustín Blanco Muñoz que
“las revoluciones no dialogan, solo destruyen” aludiendo a las palabras del
Comandante Galáctico: “¡Venimos a destruir!”. Y vaya que lo han hecho… (ver http://www.el-nacional.com/politica/revoluciones-dialogan-solo-destruyen_0_440356111.html).
Todo el
mundo aquí está dividido, el régimen y la oposición. Aunque algunos digamos que
eso que llaman MUD no es ninguna oposición, muchos venezolanos aun consideran
que si lo son, en especial fuera del país, porque detentan lo que hemos llamado
la franquicia opositora. No se ha llegado ni siquiera a acordar que estamos en
una dictadura. Solo vean a Capriles y su MUD insistiendo que votando saldremos
de esto, reconociendo todavía al sistema electoral del CNE luego de cantar
fraude; y ahora diciendo que con “La Salida” de Leopoldo y Maria Corina
“perdimos todos”. Es realmente asqueante…
Entonces,
¿estaría el régimen interesado en una transición porque hay malestar en la
población, o en un viraje porque la economía está en el piso y la calidad de
vida de los venezolanos es cada día peor? Nada de eso. Ellos seguirán
reventando al país como lo han venido haciendo desde hace 15 años, utilizando
la Constitución de 1999 como papel higiénico y haciéndose ricos a costa del
erario público, mientras el “cuerpo aguante”. En este caso el cuerpo del país. Y
los países no quiebran. La idea es destruir, recuerden…
Mientras
hagamos análisis basados en la lógica racional de lo que cualquier gobierno
haría en esta situación, pero sin pasearnos por la variable de que es una banda
de delincuentes con intereses en el narcotráfico los que toman las decisiones
de política, nos equivocaremos siempre. Y si a eso le añadimos que quienes
“deben” hacer oposición colaboran para que el mismo régimen perdure y subsisten
solo porque esa misma banda de delincuentes les da de comer, completaremos el
cuadro y entenderemos porque la salida del país deberá pasar por un camino
completamente diferente. Y ese camino no existe. Deberemos construirlo de la
nada, o mejor dicho, de nosotros mismos y que cada vez más está haciendo
presencia en las calles.
Una vez
dijo Luis Miquelena siendo ministro de Chávez “La Sociedad Civil ¿y cómo se
come eso?” Pues bien, el tiempo le ha dado una respuesta. La Sociedad Civil
venezolana que se echó a las calles y que paralizó el país con su sangre en la
búsqueda de una salida a la situación actual y que aún espera, es una energía
contenida que todavía está allí, como aquellos individuos anónimos que se le
echaron encima al Muro de Berlín y lo destruyeron, cambiando en un solo día el
panorama político de Europa cuando nadie lo esperaba. De igual manera aquí, demasiados
años de opresión, demasiados años de comunismo pueden hacer la diferencia.
Quien sabe cuál fue la chispa que comenzó todo eso, y no importó. Fue el
resultado lo que importó.
La
Sociedad Civil que se ha echado a las calles desde febrero esperando una
conducción política que no llega, está evolucionando a su propia conducción. Y
esa conducción está naciendo ahora mismo. En las ONGs, en los gremios, en los
estudiantes, en el interior del país. El río buscando su cauce porque la
naturaleza no tolera vacíos. La sociedad pasando por encima de su dirigencia
que no la ha entendido y que no se ha puesto a su lado para hacer una lucha
común, frente a un enemigo común.
La
transición en Venezuela no se dará porque el gobierno decida hacerla y por lo
tanto no saldrá “inevitablemente del chavismo”. Saldrá como la consecuencia de
una serie de eventos que se están dando ahora mismo en la sociedad y cuyos
protagonistas serán los que menos esperamos, incluso completamente
desconocidos.
La
Fuerza Armada tampoco es ese ente monolítico que respalda al régimen porque al
final está tan dividida como él. Están desde los nacionalistas del 4F hasta los
narcotraficantes, siguiendo por los que han entregado la soberanía a Cuba, pero
también incluyendo a los que sin decir nada-o incluso diciendo y haciendo creer
que están con el proceso-, terminarán definiendo como termina esto. La energía contenida
de la Sociedad Civil que sigue estando allí, será la fuerza determinante para
que eso suceda y solo de allí nacerá la transición con su verdadero signo…
Caracas,
7 de Julio de 2014
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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