Por Luis Manuel Aguana
Sin
intención alguna de hacer un balance, escribía justo hace un año, el 31 de
Diciembre, que los venezolanos teníamos para el 2014 dos retos importantes: a) Internalizar que no podemos pedir la
libertad de venezolanos a un régimen que jamás la concederá, porque son
extranjeros con un plan preciso de dominación. Los que conducen ahora los
destinos de Venezuela no se pararán ante NADIE para lograr poner a su
disposición permanente nuestras riquezas a menos que nosotros entendamos que no
podemos seguir jugando ajedrez con las reglas de las Damas Chinas; y b)
Necesitamos cambiar URGENTEMENTE a los jugadores que nos representan porque
precisamente son una parte importante del problema.(ver Los verdaderos
retos del 2014 en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/12/los-verdaderos-retos-del-2014.html).
Los
balances son fotografías de un estado que se toma en un momento del tiempo. Nadie
ve en un balance, por muy avezado analista que sea, cual es la situación
dinámica, cual es la dirección que lleva lo que se mide. Por eso los analistas
financieros para lograr medir el estado real de la salud de una empresa, colocan
medidores y chequean todo el tiempo el estado cambiante de ellos para así hacer
cuadros, gráficos y pronósticos. Algo así es lo que han hecho con el país los
principales factores internacionales en relación a la salud financiera y
política de nuestro país. Todos coinciden en algo que ya hasta el más común de
los venezolanos que hace cola todos los días intuitivamente sabe: el país es
inviable, con rumbo cierto al despeñadero.
Ni
internalizamos que estábamos delante de un régimen que no es venezolano, que no
se pararía ante nada ni nadie para ejecutar un plan de dominación comunista (un
ejemplo claro de esto fue la entrega gratuita de Leopoldo López al régimen
creyendo que no lo tratarían igual o peor que a Simonovis) denominado Plan de
la Patria, que se hizo ley a partir de Diciembre 2013 (Ley del Plan de la
Patria, Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación
2013-2019, Publicado en Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela
No. 6.118 Extraordinario, 4 de Diciembre de 2013); ni la oposición entendió-o
quiso entender-, que el juego no era ajedrez sino Damas Chinas (incluso por lo
chino).
Por
otro lado, no solo no cambiamos a los jugadores que nos representan en la
“oposición”, sino que esos mismos jugadores están deseosos de seguir jugando
con las reglas del régimen a “ver que les toca” de esa repartidera que debe
ocurrir en las parlamentarias con la vana ilusión que “serán mayoría” en la
Asamblea Nacional. Los resultados de la charada de la elección de los Rectores
del CNE y los Magistrados del TSJ son prueba de ello. Si todavía se lo creen “o tú estás en el guiso o el negro te está
c… ¿Cuál de las dos será?” como en la anécdota que referí el 2011 (ver
Silencio Cómplice en http://ticsddhh.blogspot.com/2011/10/silencio-complice.html).
Verdaderamente, ya el pueblo venezolano está ansioso por saber cuál de las dos
será.
Visto
esto, y aun cuando sea odioso decir “te lo dije”, no es suficiente. Hacer
análisis, proyecciones, elucubraciones y balances, no es suficiente. Los
venezolanos ya en este punto nos encontramos en las mismísimas manos del
Creador. Y yo creo en Dios...pero con el mazo dando (bien lejos por cierto del
conocido show televisivo).
Y
entonces se preguntarán como el inmortal Chespirito, en su personaje el Chapulín
Colorado: “¿Y ahora, quien podrá
defendernos?”. Pues ustedes mismos, porque nadie más lo hará. Veamos cómo
se come eso.
El 2014
ha sido el año donde más se le ha hecho resistencia real al régimen y adonde
este le importa más: en las calles. Fue muy violento y costó muchas vidas. Eso
llevo a un régimen desprestigiado y violador de los Derechos Humanos a pedir desesperadamente
cacao. Los sucesos de las calles durante el primer semestre de 2014 obligaron
al régimen de Maduro a buscar como dialogaba con una contraparte opositora que
no encontraba por ningún lado, hasta que la MUD se apropió de esas banderas y
le entregó al régimen sin costo alguno el sacrificio de nuestros jóvenes
estudiantes en las calles. Ni siquiera pidieron la libertad de los presos
políticos como condición previa para sentarse en Miraflores. Fueron corriendo a
abrazarse con el régimen. Yo no inventé eso, está allí para que lo reseñen
nuestros libros de historia.
Ahora
bien, esa resistencia no apareció de la nada. Vino como consecuencia de sucesos
muy concretos que ocurrieron en el Táchira y con cuya protesta se extendieron
por todo el país, encendiendo a la juventud y a la sociedad civil en una acción
sostenida que hizo temblar al régimen. Siempre dijimos que esa protesta no
tenía dueño. Que se equivocaba el régimen en intentar responsabilizar a
Leopoldo López o a cualquier otro dirigente político, porque ese liderazgo
nunca lo tuvieron ni en sus sueños más ambiciosos, así como tampoco hubieran
podido acallar ni conducir esa protesta porque ningún liderazgo político opositor
tenía ni tiene la legitimidad para hacerlo.
Sin
embargo la MUD se robó esas banderas, haciéndose pasar como contraparte de algo
de lo cual no era arte ni parte, y por encima de la sangre aun caliente de los
cadáveres de los estudiantes, jugando a representar una oposición que no era NI
ES, echándole así un balde de agua fría a la protesta generalizada del país. De
allí en adelante el régimen retomó el control y arreció la persecución y las
torturas a los estudiantes y a todo aquel que hubiera participado en las
protestas. Esa afrenta histórica marca el año 2014 como el año de la mayor
traición que se le haya podido hacer al pueblo venezolano.
Dicho
esto, la conclusión es que nos encontramos solos. Luchando en contra de un
poder cuya representación opositora ha dado pruebas demostrativas de jugar en
el equipo contrario este año que termina. La pregunta que toca es ¿qué haremos
entonces los venezolanos? ¿Perderemos otro año creyendo el cuento interminable
del “Gallo Pelón”, que esto lo solucionaremos con la próxima elección? Ya pasó
el 2014 y la situación empeoró en relación al 2013. ¿Seguiremos esperando otro
año por una “oposición” que haga oposición? Caben entonces las palabras de Juan
Pablo II en su segunda visita en 1996: “Venezuela ¡despierta y reacciona, es el
momento!”. Vamos para 16 años,
ya es hora…
Algunos
venezolanos escogimos una ruta civil diferente a la oferta tradicional de los
partidos-porque también existe la militar-, que le sirve tanto a aquellos que dejamos
de creer hace tiempo en la vía electoral, como a otros que todavía siguen pensando
que votar es una salida en estas circunstancias. Difícil pero posible: convocar
al Depositario de la Soberanía. Al Dueño, pues. Convocar civilizadamente al
pueblo de Venezuela a decidir su propio destino. Convocar al Poder Originario.
Esta
vía es tal vez más lenta y condenadamente difícil, más aún porque lo hacemos
sin ayuda. Pero tiene una gran ventaja: el cambio del sistema político,
garantizando a las nuevas generaciones un futuro sustentable, que no dependa más
de la venta materias primas y de las promesas de cualquier salvador, sino del
trabajo productivo de un pueblo y la conducción de múltiples liderazgos cercanos
a la gente en toda Venezuela. Es difícil, pero no imposible organizar a la
sociedad civil para eso, y más aun con un Proyecto concreto que ofrecer al país
en las manos. Por eso es que hay que hacerlo bien y con los mejores. Por eso es
que el año 2015 será el año de la verdad.
Cada
actor político actuará el rol que quiera tener en esta gran obra llamada “El
Futuro de Venezuela” y todos lo veremos y calibraremos. En el Movimiento
Constituyente que impulsa el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía
Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/)
estamos convencidos que el país no está dispuesto a seguir siendo el espectador
inerme de su propia destrucción, no solo por parte de estos, sino también de aquellos,
y que eso conducirá a un protagonismo activo de todos los sectores de la
sociedad civil a lo largo y ancho de Venezuela. Hacia allá vamos.
Ya las
cartas están echadas y las piedras repartidas. Después de muchas manos malas y
con pésimos representantes, si nosotros mismos no nos hacemos cargo de este
problema, no dudo que las cosas sigan iguales o empeoren en el 2015. Pero ya comenzamos
a responsabilizarnos en el 2014 como así lo ha demostrado la acogida que ha
tenido el Proyecto País Venezuela en muchos Estados del país, y con el favor de
Dios el próximo año finalmente comenzaremos a ganar partidas. El año 2015 será mejor
que el 2014 solo si nosotros mismos nos lo proponemos, pero es menester también
desearlo: ¡Feliz Año 2015! Así sea…
Caracas,
31 de Diciembre de 2014
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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