Por Luis Manuel Aguana
El año pasado, en medio de la tragedia que se escenificaba
en las calles por la violencia del régimen en contra de los estudiantes, la
Junta Patriótica Estudiantil y Popular (JPEP) se dibujaba como el único frente
que le hacía verdadera oposición o resistencia civil al régimen en las calles.
Un grupo de estudiantes, en su mayoría del interior del país, se había
conformado como un bastión de resistencia al régimen. Demasiada responsabilidad
para ser tomada solo por un grupo de jóvenes, pero aún así esa resistencia
arrodillo al régimen con toda su represión, colectivos armados y GNB.
Lo que ocurrió en las calles el año pasado no puede ni debe ser
olvidado, y menos aún si hubo sangre derramada de jóvenes venezolanos. Pero
como ven, todavía se cumple aquello de la memoria corta de los venezolanos.
Pero no nos apuremos al generalizar, no todos la tenemos tan corta. Por eso es
que debemos sacar algunas lecciones aprendidas de esa experiencia.
Luego del “Dialogo” emprendido por la MUD con el régimen para
levantarse ante la opinión pública y lavarse la cara con la sangre de los
estudiantes caídos en las calles, el país “se tranquilizó”, como en efecto lo
esperaban los “dialogantes” que se sentaron en esa mesa. No hubo ni un solo
preso político suelto por esas negociaciones, al contrario se arreciaron las persecuciones
y detenciones sin el debido proceso. Y lo más importante, en esa mesa de
negociación no se discutió el rumbo comunista del país, que en el fondo era- y
sigue siendo- la piedra angular de esa protesta.
Esa resistencia embrionaria que comenzaron los estudiantes con
la JPEP no evolucionó a un frente unificado de los distintos factores de la
oposición. Y la respuesta al porqué eso ocurrió, es la misma que resuelve el
enigma de la unidad de la oposición: ningún factor político tradicional quiere
retratarse con lo que se ha dado en llamar RESISTENCIA al régimen, entendida
esta como aquella que ya definió a qué y a quien realmente nos enfrentamos y
que sabe que para combatir a una dictadura no se utilizan los mismos métodos que
se utilizan en las democracias.
En una nota publicada en esa época señalaba “En democracia
se hace OPOSICION, en dictadura los verdaderos opositores hacen RESISTENCIA.
Ese es el fondo de la lucha que se libra aquí, no otro. La oposición oficial ha
apuntalado al régimen por razones de supervivencia. Y es por eso que siempre
hemos afirmado que hay que salir de esta “oposición” primero para salir del
régimen después. De allí el odio violento que nos tienen desde el régimen…y
desde la “oposición”, buscando a toda costa desacreditar a los estudiantes,
llegando incluso a intentar fracturar al Movimiento Estudiantil. Y hay que
abortar esa jugada” (ver Oposición o Resistencia en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/04/oposicion-o-resistencia.html).
Nos ha sido más difícil que en otras épocas de nuestra
historia republicana salir de esta dictadura porque existen factores que la
apuntalan que se encuentran de nuestro lado, o más bien engañan a los
venezolanos diciendo que lo están. Y cuando se salga de la dictadura es porque
también se habrá salido de aquellos que llamándose oposición conforman las raíces
de alimentación de ese sistema perverso régimen-“oposición oficial”.
Los estudiantes fueron los primeros que políticamente advirtieron
esa situación, y si ustedes prestaron atención a la conformación de los grupos
de resistencia que le hicieron un duro frente de batalla al régimen el año
pasado, ninguno de sus integrantes actuaban en nombre de parcialidades
partidistas y eran mayoritariamente del interior del país.
Lo hicieron en nombre propio, proviniendo de las
universidades, ONGs, sociedad civil en todo el país. ¿y cuál fue la bandera
principal? El rescate de la institucionalidad y el regreso de la democracia. Y
como decían ellos mismos, no estaban en las calles peleando por un paquete de Harina
Pan. Pero el resto de esa “oposición” no acompañó al reclamo en las calles de
los estudiantes y la sociedad civil en general agrupados en la JPEP. Así le fue
más sencillo al régimen acabar con esa “insurrección”, estando su mayor bastión
en el Estado Táchira. Al final el gobierno terminó imponiéndose sobre un solo
grupo en resistencia. Ganó un episodio y está muy atemorizado que se presente
otro.
Entonces, ¿cuál fue la razón por la cual no se logró
conformar ese frente de resistencia unido? En primer lugar porque no ha habido
un criterio unificado de lucha en contra del régimen. Los partidos que hacen
vida en la MUD creen que aunque este régimen sea autoritario y dictatorial, les
ha permitido “espacios” electorales de convivencia donde los partidos
opositores sobreviven de la teta del Estado, ya sea regional o municipal, y
ahora Parlamentaria.
Saben que no podrán en los actuales momentos disputar el
poder central, pero pueden ir de elección en elección y “en el camino se verá
qué sucede”. A nuestro juicio esa es una tesis interesada y la vez suicida que está
teniendo cada vez menos aceptación por parte de la población, ya que el régimen
cada día que pasa nos atenaza aún más el cuello, ahogando poco a poco lo que nos
queda de respiro democrático. Quedará de esos partidos decidir, cuando ya estén
en sus últimos estertores, unirse a la resistencia como única forma de evitar
morir de las manos de un Estado comunista. Y si no los vemos muertos o
perseguidos después de eso, es porque siempre fueron parte del régimen.
Pero con todo y que los están ahorcando, los partidos no se
han quedado tranquilos. Saben que han perdido la credibilidad de la gente y han
permitido que alguna parte de su militancia se integre a los grupos de
resistencia para luego neutralizarlos, absorbiendo a los líderes de esos
movimientos y “comprándolos” con cargos en sus partidos o puestos salidores
para las “siguientes elecciones”. Aquellos que leen esto saben quienes han
pasado por eso y en qué condiciones se han dado esos procesos.
Por eso es que los venezolanos debemos tener conciencia que
esto también es una carrera por el rescate de la ética en la política, que no
ganaremos en tanto, o el liderazgo de la sociedad civil ignore éticamente esa
nefasta práctica y trabaje en función del adecentamiento de la actividad política,
o los partidos de una vez entiendan que su función no es traficar con las
necesidades de la gente y se unan en un frente unificado con la sociedad civil en
contra del régimen.
Por eso es que decía en mi nota del año pasado que había que
abortar la fractura del Movimiento Estudiantil por parte de los partidos y que
estos no convirtieran esos Movimientos en los cuidadores de sus intereses
porque iban a malograr la genuina y propia interpretación de la juventud acerca
de los problemas del país, matando la cantera de donde salen los nuevos lideres
que vienen destinados a salvar a su propia generación.
Y por eso hay que pedirles encarecidamente a los grupos de
resistencia juvenil que no claudiquen a esas tentaciones partidistas, en
especial en el interior del país, que fue de donde nació originalmente la
resistencia el año pasado. Ellos son los que mantienen viva la llama de la
Rebelión de las Regiones y que están muchísimo más conscientes que en la
capital de la importancia de mantener un genuino interés por el cambio político
e institucional como el que impulsamos en el Proyecto País Venezuela (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/)
porque en ello les va el futuro de sus regiones. La contaminación partidista de
la juventud no puede ser tolerada so pena de enterrar el sueño de una Venezuela
descentralizada y desarrollada.
La unidad de todos los venezolanos es necesaria. Si hemos de
luchar unidos debe ser porque cada uno entendió su rol en este complejo cuadro de
factores donde se debate Venezuela. Y a eso es difícil de llegar, en particular
por la manera en que los partidos han entendido el concepto Unidad. La unidad
debe ser de propósito y objetivos comunes, no de unidad electoral ni por hacer que
el otro se convierta a tu partido. La unidad debe ser de criterios, de si
estamos todos de acuerdo o no en cual es el adversario común y acordar una estrategia
para enfrentarlo.
Sin embargo al parecer la militancia de esos partidos-no su
dirigencia todavía-, están comenzando a dar señales de haber entendido el
significado de ese concepto de unidad que al final se traduce en Resistencia.
Es un proceso que decanta lentamente de abajo hacia arriba. En la medida que el
régimen ha arreciado en su represión en aras de conservar el poder, la violenta
carestía, la hiperinflación, el deterioro acelerado de la calidad de vida, la
gente ha comenzado a entender el significado de la palabra RESISTENCIA, que en corto
significa “no me la calo”. El camino para que todos estemos juntos en contra de
esto que nos está destruyendo como sociedad lo está señalando el mismo régimen.
Ya está llegando el momento en que se alcanzará el nivel suficiente para que todos
lo podamos seguir, haciendo que esa Unidad no solo sea creíble sino alcanzable.
Caracas,
14 de Marzo de 2015
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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