Por Luis Manuel Aguana
Con nada nuevo nos amenaza ahora Nicolás Maduro al anunciar un tiempo
de masacre y muerte para los venezolanos (ver Tiempo de masacre para Nicolás
Maduro en https://youtu.be/9be0_AsqdGI).
Esto, entre otras cosas, porque cualquiera que haya vivido en Venezuela estos últimos
16 años ya los está viviendo. Más aún, la suerte del venezolano estuvo echada
desde aquel 4 de julio de 1811, fecha de la célebre sentencia del joven Simón Bolívar
ante la Sociedad Patriótica, "...trescientos
años de calma ¿no bastan?", a partir de donde la masacre y la muerte nos
persiguieron implacablemente como un tributo que hay que pagar por la libertad.
De allí vino la Independencia, tiempo de masacre y de muerte, del que
gloriosamente salimos bajo la conducción de nuestros próceres inmortales. Hubo
hasta una proclama de Guerra a Muerte en el medio de esa matanza de la mitad de
la población. Y el país diezmado y destruido busco su cauce y se pacificó en
medio de la pobreza más profunda.
Luego vino la Guerra Federal donde cada caudillo reclamo una parte de
una torta de la Independencia que creyó era suya. La Federación entendida como
reparto le trajo mas masacre y muerte a este sufrido pueblo. Ese "Dios y Federación"
no fueron gratis. La sangre derramada por los venezolanos pagó con creces ese
estribillo del que nadie ahora se acuerda porque fue...
Después, la unificación política del país de las manos de Juan Vicente
Gómez, un campesino tachirense que le puso orden a la sumatoria de feudos en lo
que se había convertido Venezuela. Otra época de más masacre y muerte. Fueron los
tiempos Unión, Paz y Trabajo: Unión en
las cárceles, paz en los cementerios y trabajo en las carreteras, de
acuerdo al decir de los venezolanos de entonces. 35 años tuvo de eso Venezuela.
Fue poco el tiempo que el país no vio masacres ni matanzas, mas allá
de las producidas por la tuberculosis y la malaria producto de la pobreza y la
tardía entrada a la modernidad. Solo una embrionaria democracia pudo comenzar a
sacarnos de la barbarie, pero como todo experimento que comienza, tuvo
tropiezos. Sin embargo, a pesar que esos tropiezos, que significaron dictadura
y retorno de nuevo a la democracia, fueron largos y accidentados, pensamos que
nos habíamos alejado de toda la masacre y la muerte sufridas en nuestra
historia. Creímos haberlo visto todo.
Pero vino el 11 de abril de 2002. Los francotiradores y asesinos
montados en Puente Llaguno dispararon en contra de una marcha pacífica. No son
cuentos de camino, los vimos en vivo y en directo por televisión. Guardo la
esperanza de conocer en vida lo que en realidad paso ese día, cuando una Comisión
de la Verdad investigue, no solo ese fatídico día, sino toda esta época de
obscuridad y barbarie, llevando a los verdaderos culpables a una justicia sin
colores y sin resentimientos.
Pero el régimen no dejo solo en la retórica que la “revolución esta
armada”. Las 43 muertes producto de las manifestaciones de la juventud después del
12 de febrero de 2014, son un recordatorio permanente que este régimen efectivamente
es de masacre y muerte. No necesitaba pues el Sr. Maduro recordarnos eso. Los
venezolanos lo tenemos muy claro.
Sin embargo, tampoco es el primer dictador del mundo que utiliza expresiones
de odio en contra de sus opositores. La agencia de noticias Inter Press Service
reportaba para el año 2000 “Yugoslavia:
Gobierno usa “discurso del odio” contra oposición”, indicando el
comportamiento del gobierno de Slobodan Milosevic en contra de cualquiera que
discrepara de su régimen (ver http://www.ipsnoticias.net/2000/04/yugoslavia-gobierno-usa-discurso-del-odio-contra-oposicion/).
¿Nos estará diciendo Maduro que la siguiente fase de su socialismo del siglo
XXI es masacrarnos como lo hizo Milosevic porque disentimos de su régimen? Ya
está recorriendo el camino de Milosevic que termina en la Haya y en la cárcel…
¿O será que esos tiempos de muerte se refieren a la posibilidad de un
enfrentamiento bélico con Guyana como lo hizo Leopoldo Galtieri con Las Malvinas
en Argentina, buscando levantar una popularidad irrecuperable? Esta estrategia intentaría
incluso cohesionar hasta la misma oposición alrededor de una locura
belicista-nacionalista alrededor del famoso Decreto 1787, con la creación de
las Zonas Operativas de Defensa Integral Marítima e Insular. Los venezolanos no
debemos pisar ese peine nacionalista del régimen. Están desesperados y la gente
así no piensa (o tal vez piensa demasiado y retorcido, con intenciones de
permanencia en el poder), y el remedio puede ser peor que la enfermedad, tal y como
lo señalan en la prensa los reconocidos diplomáticos Sadio Garavini y Emilio
Figueredo (ver http://www.el-nacional.com/mundo/Guyana-denuncio-decreto-Maduro_0_643135877.html).
Cualquiera sea el caso de estas nuevas amenazas en contra los
venezolanos, debemos recordar que ya estamos en un estado de guerra. Decir
25.000 muertes al año por la delincuencia, es mucho más que decir un conflicto bélico,
como lo señala una investigación independiente: “…para el año 2013, en Irak murieron menos personas que en Venezuela.
Por otra parte, desastres naturales como los tifones Bopha (2012) y Haiya
(2013) que azotaron a Filipinas, o el huracán Sandy (2012) que golpeó las
costas de Canadá, EEUU y el Caribe, murieron menos personas que en Venezuela
durante 2013. Aunque la naturaleza de los eventos es distinta, las cifras
revelan que el problema de seguridad en Venezuela es tan catastrófico como un
desastre natural o una situación de guerra, al menos en cuanto al número de
víctimas.” (Muertes por violencia en Venezuela comparadas con el mundo, por
Anabella Abadi en http://prodavinci.com/blogs/las-muertes-por-violencia-en-venezuela-comparadas-con-el-mundo-por-anabella-abadi-m-numeralia/).
Luego entonces, lejos de atemorizarnos con esa amenaza, el Ilegitimo
debería saber que los venezolanos llevamos en nuestra sangre y en nuestra
historia esa impronta de masacre y muerte. Sin embargo, tal vez lo que no sepa,
aun siendo colombiano-sin ofender a nuestros vecinos-, es que si los
venezolanos nunca toleraron que un “imperio
hecho con sangre venezolana, tuviese villa y corte en Santa Fe de Bogotá”
(1), vayamos ahora a tolerar en el presente siglo que Venezuela la tenga en La
Habana, Cuba. Quién sabe si ese es el reto que deberemos asumir como nuevo
tributo que pagar por nuestra libertad…
Caracas,
10 de Junio de 2015
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
(1) Francisco Herrera Luque, El Vuelo del Alcatraz, 2007,
Editorial Alfaguara, ISBN 978-980-15-0265-4
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