Por Luis Manuel Aguana
“Aquí está, en estas páginas, el objeto
primordial de la Revolución. Yo lo saludo y lo juro, como soberano de mi
derecho; yo la saludo y la juro, como señora de mi conducta ciudadana. No la
ofrecemos al mundo como obra perfecta, pero es hermosa, hermosa como su hermana
primogénita. Nació del sufragio universal, contiene las más avanzadas
providencias en legislación del trabajo, contiene lo más nuevo en la defensa
social; entre sus hojas, con cuatro pétalos abiertos, está la flor de las
cuatro libertades…”. Así
dejó plasmadas Andrés Eloy Blanco, en su discurso de presentación al país como
Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de 1947, y para la historia de
Venezuela, las conquistas logradas para los venezolanos en la Constitución de
los Estados Unidos de Venezuela de 1947. No podía esperarse menos del poeta del
pueblo (http://venlibre.blogspot.com/2011/02/discurso-del-presidente-de-la-asamblea.html).
Se establecía
por primera vez la elección libre directa, universal y secreta, instaurando por
primera vez en una constitución venezolana el voto de la mujer, analfabetas y venezolanos
mayores de 18 años. Esa fue la principal bandera enarbolada por el partido
Acción Democrática, cuyos dirigentes políticos de esa época si usaron su
mayoría aplastante en esa Asamblea Nacional Constituyente (137 de 160
constituyentistas) para dar un paso adelante en el establecimiento de reformas estructurales
en todas las áreas sociales, educación, trabajo y salud, que le
dieron un empuje significativo al sistema político y social venezolano, al
punto que mucho de eso todavía nos dura hasta nuestros días.
Constituyentistas como el mismo Andrés Eloy Blanco, Gustavo
Machado, Rafael Caldera, Lorenzo Fernández, J.M. Siso Martínez, Lucila
Palacios, Domingo Alberto Rangel, Antonio Pinto Salinas, Luis Manuel Peñalver,
Cesar Rondón Lovera, fueron solo algunos de la estela de tribunos que
discutieron el país para las siguientes generaciones.
Los venezolanos no merecemos menos de lo que sucedió en
1947. Personajes de diferentes tendencias políticas (AD, COPEI, URD y Partido
Comunista) discutieron el país que visualizaban para el futuro. Y lo hicieron tan
bien que lo trascendental ha permanecido hasta el presente.
¡Qué responsabilidad tan grande la de la presente generación
de mejorar eso! Trascender de ese nivel de conquistas logradas en esa Constitución
a uno de mayor calibre no es ninguna pendejada. Ese testigo es demasiado
importante. Y cuando uno ve en la prensa y las redes lo que discute nuestra
dirigencia política lo que provoca es ponerse a llorar en una acera. Hasta el
nivel del lenguaje deja demasiado que desear. No estoy comparándonos con los
Estados Unidos y su sistema constitucional perfecto, sino con nosotros mismos hace
casi 70 años.
¿Qué puede ser tan importante ahora que pueda ser
comparado con las conquistas logradas
para el pueblo de Venezuela por la Asamblea Nacional Constituyente de 1947, que
provoque una profunda transformación en el sistema social y político de
Venezuela? ¿Qué se les puede ofrecer a los venezolanos que tenga la suficiente fuerza
política y social que provoque una transformación a tales niveles que nuestro
país cambie, como en efecto si cambió en estos últimos 70 años con las reformas
fundamentales expresadas en la Constitución de 1947?
Pues bien, eso solo lo puede responder el pueblo venezolano, y nos lo está
diciendo a gritos en nuestro recorrido por todo el país: exigimos una profunda
descentralización política, administrativa y financiera del Estado venezolano, ¡queremos
el control de nuestro desarrollo! Si los políticos tradicionales ignoran esa
realidad, les pasará lo mismo que a Medina en 1945…por las mismas razones: la
necesidad de un cambio político fue partera de esa historia, que la dividió en
un antes y un después de ese hecho.
Una verdadera autonomía de las regiones, un proceso
acelerado de municipalización y de control de su propio destino a través de un
cambio de las estructuras políticas y administrativas de Venezuela con el
objetivo de a) lograr un reencuentro y reconciliación entre los venezolanos, y
b) ejecutar el reordenamiento jurídico necesario para redistribuir
constitucionalmente el poder político, legislativo, judicial, educativo,
económico, con el objetivo general de re institucionalizar al país y lograr la
estabilidad política y la paz social.
Esa es ahora la próxima conquista de los
venezolanos para las siguientes generaciones. Los venezolanos no pueden de
ahora en adelante exigirle menos a la dirigencia política, independientemente
de quien se haga con el poder en el futuro.
La Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/) se
ha propuesto el logro de esa próxima conquista. ¿Les parece ambiciosa? ¡Claro
que lo es! Trascender al discurso banal y anquilosado de unos políticos que no
vemos a la altura de una Venezuela que quiere entrar al Siglo XXI ¡y su propia
dirigencia es el principal obstáculo!
Algunos dirán que es demasiado dura esta posición. Que hay
primero que lidiar con un régimen castro-comunista que nos ha tenido y nos
tiene sojuzgados a una cola para alimentarnos. Mi respuesta es sencilla: los
venezolanos somos mucho más que eso.
Se le pone a cualquiera chiquito el corazón cuando uno ve el
Monumento a los Lanceros del Pantano de Vargas, localizado en el Departamento
de Boyacá en Colombia, considerado el monumento más grande de ese país, hecho
en homenaje a la carga de 15 lanceros al mando de un venezolano, el Coronel
Juan José Rondón, llanero del Guárico, en la Batalla del Pantano de Vargas, y que
fue a parar tan lejos de su tierra al mando del Libertador, peleando por la
libertad de un continente (véanlo ustedes en https://es.wikipedia.org/wiki/Lanceros_del_Pantano_de_Vargas).
Solo por respeto a los Rondón de este país no podemos ser menos que eso…
No amigos, hay que ponerse objetivos superiores que
sobrepasen esta tragedia que nos ocurre, porque en el medio de conseguirlos estaremos
resolviendo lo que nos pasa ahora. Nuestra próxima conquista le asignará a los
Estados de toda Venezuela, competencias constitucionales y legislativas,
amplias e integrales en materia política, judicial, electoral, tributaria,
administrativa y educativa, con el fin de hacer llegar el poder a los
ciudadanos y sean estos los protagonistas de su propio desarrollo,
estableciendo una Constitución Federal para la República de Venezuela.
Nuestra próxima conquista restablecerá la
Cámara del Senado en el Parlamento Nacional con la representación paritaria de
los Estados para el debido equilibrio del poder legislativo. Transformará el
Poder Judicial mediante la creación de las Cortes de Justicia Regionales para
dar mayor poder y capacidad de actuación a la justicia local. Generará las garantías
electorales que brinden legitimidad de origen a los elegidos, como: la doble
vuelta, el financiamiento de los partidos políticos y la representación
proporcional de las minorías. En otras palabras, nuestra próxima conquista nos
brindará el regreso a una democracia fuerte, sana y con Estado de Derecho.
Esa próxima conquista como pueblo, así
como fue la conquista del voto para todo el mundo en 1947, y que prevalece
hasta nuestros días, dividirá de nuevo nuestra historia. Esa aspiración de
autonomía sentida no la inventamos nosotros en la Alianza Nacional
Constituyente, la estamos oyendo en las voces del pueblo de toda Venezuela. Los
representantes de la Alianza que la están protagonizando en todos los Estados
serán quienes enarbolen las banderas de esa aspiración en una muy próxima Asamblea
Nacional Constituyente, logrando esa nueva conquista para las próximas generaciones.
Sería extraordinario ver que pueda ser cantada para la historia de una manera
tan hermosa como lo hizo el poeta del pueblo en 1947…
Caracas,
5 de Junio de 2016
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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