Por Luis Manuel Aguana
Antes de titular esta nota revise
en mi buscador para ver quien había usado antes la misma expresión, sorprendiéndome
que hasta existieran poemas titulados de esa manera. Existen grupos musicales,
canciones, reflexiones, artículos, todos ellos con un enfoque diferente para
esas palabras. Decidí entonces titular esta nota igual para agregar un enfoque
adicional a tan diversas manifestaciones.
Efectivamente, para mí la
expresión siempre ha significado la tendencia que naturalmente siente la gente
cuando desde afuera nota la complicación en cualquier asunto, prefiriendo usar
el criterio ajeno para tomar una decisión, sin usar su propia capacidad de
razonar. De allí la expresión de que el “pensar duele” no porque sea difícil
sino que algunas veces buscamos una razón para no hacerlo. Eso no es malo si al
tomar el criterio de otra persona, esta es merecedora de tal reconocimiento.
Pero cuando dejas que otro piense
por ti, más vale que esa persona no te defraude porque en algunos casos tu
propia vida puede depender de eso. En términos de liderazgo, por lo general esa
manera de actuar es lo que diferencia quienes siguen de quienes son seguidos.
Y ese aspecto del liderazgo es
determinante porque las personas en la mayoría de los casos siguen a sus líderes
porque confían en que sus criterios y decisiones son pensados y estudiados.
Deciden “no pensar” en problemas complejos, dejando eso en quienes confían
porque creen de buena fe que esos lideres lo “pensaran” bien por ellos. Y eso en
Venezuela ha demostrado hasta ahora ser una catástrofe.
Resulta que ese “liderazgo” ha
estafado a la gente en ese aspecto tan importante como lo es pensar
en soluciones, confundiéndolo con decidir a favor de lo que suponen que el “pueblo
quiere”, en lugar de trabajar a favor de algo pensado y estudiado previamente
luego de un análisis a conciencia y en beneficio de las mayorías. Les duele
pensar...y se les escapa que a ellos les está negado eso en su condición de
responsables del destino de otros.
¿Y porque afirmo eso con tanta
seguridad? Solo miren los resultados del desastre opositor. ¿Conocen ustedes de
alguna “sala situacional” opositora? Sabemos que el régimen tiene una en
Miraflores, porque ellos mismos lo han dicho, así como otras patrocinadas por
la inteligencia cubana. Eso es solo una muestra de la importancia que si le da el
adversario -a diferencia de nosotros- a pensar. ¿Y qué hacemos nosotros?
Reaccionar a lo que ellos primero piensan y luego ejecutan.
No es de extrañar los resultados opositores tan pobres en los últimos años.
Posiblemente las razones de este
comportamiento repetidamente reactivo y absurdo de nuestro liderazgo las
encontremos en un interesantísimo articulo de Harvard Business Review, The Forsaken Art of Thinking (El
olvidado arte del pensamiento) de Rakesh Jain (verlo en https://www.linkedin.com/pulse/forsaken-art-thinking-rakesh-jain/),
donde el autor reseña unos síntomas que se parecen mucho a lo que sucede en
Venezuela, especialmente en los sectores opositores:
“La acción
se ha convertido en retórica de todos los problemas y la acción instantánea es
muy buscada y celebrada. Pero el creciente coro hacia la acción está
cobrando su peaje en el tiempo disponible para pensar en la elección de acción.
Debido a la multiplicación de tareas múltiples en la vida, la gente está
olvidando el arte y la ciencia del pensamiento.”. (Traducción libre).
De allí que en mejor estilo del
populismo clásico, el liderazgo busque acciones de impacto que digan que
“estamos haciendo algo” pero sin ninguna sustancia de largo plazo, olvidando su
rol principalísimo de pensar en soluciones estructurales, que precisamente son
el producto de tiempo y trabajo invertidos en reflexión activa:
“La zona
consciente de la mente es sobre menos acción y más reflexión mientras que la
subconsciente está programada para manejar el ciclo de reacción de acción.
Mientras que el cerebro consciente se trata de procesar información, crear
nuevos conocimientos y consumir más energía, el cerebro subconsciente se trata
de automatización, rutina y velocidad. Pensar es una actividad cerebral
consciente y es esencial que la mente se aleje de la acción para cambiar su
enfoque de subconsciente a zona consciente.”. (Traducción libre)
¿Se dan cuenta que nos alejamos de
las soluciones mientras actuamos sin pensar? La mente necesita el tiempo para
que ese accionar posterior tenga la efectividad requerida para el éxito. Si no
nos tomamos ese tiempo para pensar sobre las soluciones a las nuevas
situaciones, de acuerdo al autor, repetiremos las acciones ya
conocidas, lo que a mi juicio es el foso adonde siempre caemos todos como
consecuencia de una dirigencia vacía de ideas:
“Pensar es
un prerrequisito para romper el ciclo de acción-reacción. Una nueva acción
siempre requerirá pensar y en ausencia de actividad cerebral consciente,
continuaremos en el ciclo de la vieja reacción de acción. También es necesario
pensar para encontrar una solución a un nuevo problema o idear nuevas acciones.
En la ausencia de pensamiento elegiremos nuestras acciones del repositorio de
las antiguas acciones almacenadas en la mente subconsciente.”. (Traducción libre)
El autor remata con la tesis de
hacer del pensamiento una rutina e incorporarlo dentro del mismo accionar, como
parte de la vida de las personas. A mi juicio a eso solo se llegaría luego de
hacer muchas veces lo correcto dentro del ciclo pensar-accionar. Mi aspiración
ahora sería que al menos se comenzara por lo menos a detenernos a pensar:
“Hoy en
día, el mundo es lo que es debido al pensamiento hecho por pocas personas.
Imaginemos el mundo como sería si el pensamiento se convirtiera en parte de la
vida para todas las personas que viven en este mundo. Para lograr esta meta,
tendremos que detener la celebración de la acción y dar tiempo y espacio para
la introspección, la meditación y la reflexión.”. (Traducción libre)
Lamentablemente al igual que el
mundo, nuestro país es lo que es por lo que han pensado pocas personas. Y eso
no va a cambiar en el corto ni mediano plazo. Seremos victimas del éxito o
fracaso del pensamiento de pocos. Entonces aquellos pocos que se han atribuido
la responsabilidad de conducir el carro opositor deberán darse el tiempo correspondiente
para pensar en propuestas y soluciones. No basta ir a las calles como una
acción si detrás de eso no hay un pensamiento claro que incluya un cómo
ese accionar tendrá los resultados que todos esperamos.
Así, como el poeta Aquiles Nazoa
en su inmortal Credo, yo igualmente "Creo
en los poderes creadores del pueblo". De allí que finalmente este
convencido que en el 2018 solo del pueblo saldrá una solución que no les duela
pensar...
Caracas,
28 de Diciembre de 2017
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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