Por Luis Manuel Aguana
Es natural el escepticismo de la
gente ante una nueva Consulta Popular. Y no es para menos. Después de la estafa
a la voluntad popular perpetrada por la
Asamblea Nacional expresada el 16J, aplica el viejo dicho que el pueblo asume:
el picado de culebra le tiene miedo al bejuco.
Sin embargo, el hecho que los
factores políticos de la Asamblea Nacional no hayan obedecido el mandato del
pueblo el 16J, no invalidó la consulta como la
herramienta política, al punto que esta sentó definitivamente a
Venezuela y el mundo lo que el pueblo venezolano desea.
La consulta del 16J tuvo
resultados políticos tangibles en todo el mundo, tanto que
el respaldo dado a la oposición venezolana fue de tal magnitud que era posible
ejecutar el mandato sin ningún obstáculo en el país. Un gobierno surgido desde
la Asamblea Nacional el 17J hubiera tenido una legitimidad incuestionable ante
el mundo, y a las Fuerzas Armadas se les hubiera puesto muy cuesta arriba no obedecer
ese mandato.
Y aun cuando los partidos se hayan
escondido detrás de un supuesto “no vinculante” legal muy discutible para no
hacerle caso a lo que el pueblo grito y demostró con sangre en las calles antes
de la misma consulta, el pueblo se expresó claramente en relación a lo que
deseaba: un rechazo a la Constituyente del régimen y un cambio inmediato de
gobierno. Eso todavía gravita sobre las cabezas de quienes son todavía los
principales responsables de los partidos de la Asamblea Nacional.
Cualquier consulta que se le haga
al pueblo de Venezuela es políticamente vinculante.
Aquí no hablo de lo legal, hablo de lo político. Esto es, de obligatorio
cumplimiento por los factores políticos convocantes. Es la voluntad popular de
la mayoría expresada abiertamente, en temas de trascendencia nacional, a través
del voto en una consulta. ¿Quiénes son los partidos, que son precisamente los
mandatarios de esa voluntad, para ignorar un mandato expreso de esa naturaleza?
Entonces el mecanismo de la
Consulta Popular no es el problema. El problema surge cuando una vez expresado
el mandato, se garantice su cumplimiento por aquellos que deben ejecutarlo. Y
para todo el mundo no existe ninguna duda que el 16J la Asamblea Nacional era
el mandatario e ignoró la voluntad del pueblo.
¿Qué debemos hacer entonces?
Debemos volver a crear el escenario político de la fuerza popular expresada en
las urnas, con un árbitro transparente tal y como ocurrió el 16 de Julio de
2017, pero con un enfoque completamente diferente. En ese día se creó ese
escenario, y la fuerza popular se hizo presente pero nadie la canalizó hacia el
objetivo planteado, que no era otro que el rechazo a las acciones del régimen y
su sustitución. Debemos canalizar ahora esa fuerza popular.
Lo que paso el 16J-2017 se asemejo
en mucho a lo que sucedió el 11A-2002 aunque los resultados no fueron similares:
El pueblo se expreso de una manera objetiva y contundente a los ojos de todo el
mundo. El 11A-2002 las calles de Caracas se llenaron de gente exigiendo la
salida de Hugo Chávez y este respondió con una masacre en la Av. Baralt. Ante
ese hecho, las Fuerzas Armadas como un todo se pronunciaron. Y no estamos
hablando de un batallón que se alzó o que algunos Generales o Comandantes
decidieron que Chávez debía salir, sino el consenso general de todas las
Fuerzas cuyos principales actores gritaban días antes “Patria, Socialismo o
Muerte” en el desfile de Los Próceres. Es esa fuerza la que debemos expresar de
nuevo en las urnas pero en esta ocasión con un dispositivo para canalizarla.
Si el 16J los diputados de la Asamblea
Nacional se escondieron detrás de eufemismos legales para ignorar lo que el
pueblo les ordeno, esta vez el pueblo debe señalar expresamente el cómo y con quien
se debe hacer efectivo ese mandato, dejando muy clara la ruta de actuación con
preguntas precisas al pueblo venezolano.
¿Cómo debe activarse de nuevo esa
Consulta? La ANCO ya hizo el 6 de Noviembre de 2017 -como para que no queden
dudas- la solicitud a la Asamblea Nacional para activar el Articulo 71 de la
Constitución (ver carta recibida por Asamblea Nacional en http://ancoficial.blogspot.com/2017/11/carta-la-asamblea-nacional-06-11-2017.html).
Esta comunicación es protocolar porque es la Asamblea Nacional la vía expedita
y de primera instancia para activar inmediatamente por mayoría simple ese
mecanismo, tal y como lo hizo el 5 de julio de 2017. En noviembre pasado
proponíamos 4 preguntas (ver 4 preguntas para el destino de Venezuela, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/11/4-preguntas-para-el-destino-de-venezuela.html).
En este momento la situación y las preguntas han cambiado, así como el país,
pero no la esencia y la necesidad de que se exprese la voluntad popular.
Aunque tenemos razones para pensar
que la Asamblea Nacional engavete esta solicitud, como ya lo ha demostrado hasta
ahora, no se puede desestimar un cambio en la actitud política de los partidos
que produjeron el 16J, aunque por sus actuaciones esto sea lamentablemente muy
improbable. No hay que olvidar lo inestable de la situación política
venezolana.
Si la Asamblea Nacional no
activa de nuevo el mecanismo plebiscitario, entonces quienes deberemos activar ese mecanismo somos
los ciudadanos, siendo convocado este nuevo plebiscito bajo las
condiciones que la ciudadanía establezca. Esto no es otra cosa que la
prerrogativa de participación ciudadana que nos da la Constitución de 1999 en
su Artículo 70, y que fue refrendada por la decisión del Tribunal Supremo de
Justicia Legítimo con sede en Washington DC, del 30 de Noviembre de 2017: “…por
lo tanto, cualquier salida de la crisis que se pretenda en el escenario
político, debe hacerse dentro de los mecanismos de participación popular que
consagra el artículo 70 de la Constitución, y nunca a espaldas del pueblo, con
el fin primordial de provocar la salida inmediata de todo aquello que ha
generado la crisis por la que atraviesa el país…” (ver Auto de Ejecución de
Sentencia TSJL del 30-11-2017, en http://ancoficial.blogspot.com/2017/12/auto-de-ejecucion-de-sentencia-tsj.html).
Si la ciudadanía decide abordar la crisis del país
a través de una Consulta Popular que establezca dentro de ella la ruta a través
de la cual se hará efectivo el resultado de esa consulta, entonces los
ciudadanos estaremos haciendo uso de los mecanismos constitucionales
establecidos, y dando una respuesta a la frustración del 16J. En la consulta
está la respuesta. Y de eso se trata precisamente la Agenda Alternativa para
Venezuela…
Caracas,
28 de Marzo de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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