Por Luis Manuel Aguana
Intervención
en la Cátedra Pío Tamayo de la UCV el 19-11-2018
De nuevo mi agradecimiento a la
Cátedra Pío Tamayo y al Prof. Agustín Blanco Muñoz por esta nueva oportunidad para
debatir los problemas de Venezuela, en especial en esta hora oscura donde el
venezolano busca desesperadamente respuestas de su dirigencia política pero no
las encuentran. Las respuestas deben y tienen también que salir de todos
nosotros desde la sociedad civil. El día de hoy nos convoca la Cátedra a
debatir para intentar darle respuesta a una grave pregunta: ¿Cuál es la
resistencia a impulsar para enfrentar esta revolución-socialismo-comunismo-dictadura?
En varias oportunidades he
asistido a esta Cátedra abordando diversos temas de carácter político, en
especial el tema electoral, y hacia allá deseo enfocar algunas respuestas, en
especial a pocas semanas de un nuevo proceso electoral convocado por el régimen
el 9 de Diciembre.
Vine a la Cátedra el 21 de Octubre
de 2013, en atención al proceso electoral del 8 de Diciembre de ese año para
debatir “El comportamiento del sistema
electoral el 8D-13, ¿Otra edición del mismo fraude-trampa?” y la pregunta
obligada de asistir o no a ese proceso habida cuenta que, como indique en ese
entonces, los técnicos estábamos convencidos de que no ha dejado de existir
fraude electoral desde el Referendo Revocatorio de 2004.
Mi respuesta sigue siendo la misma
de ese entonces: si vamos a llamar a la población a abstenernos de votar debería
ser porque ese llamado forme parte de una estrategia consolidada entre todos
los opositores, organizados entre sociedad civil y partidos no
colaboracionistas del régimen, con una respuesta concreta a la población a la
pregunta de qué hacer después que nadie vaya a votar. Eso nadie lo ha hecho ni
lo ha intentado organizar hasta ahora.
Cinco años después de eso han
pasado muchas cosas. El régimen demostró con creces que hacia trampas en las
elecciones desde hacía mucho tiempo, ya no dicho por nosotros sino por el mismo
proveedor de la tecnología electoral, SmartMatic,
aunado al hecho que las autoridades del CNE siguen sin ser legítimas y completamente
parcializadas a favor del partido del régimen. ¿Qué hacemos con eso?
¿Seguiremos endosando los resultados electorales a sabiendas de esa situación?
Decía en aquel entonces
parafraseando al Príncipe Hamlet en el
Acto tercero, Escena Primera de la obra de William Shakespeare “Votar o no votar, he aquí la cuestión. ¿Qué
es más elevado para la democracia, sufrir los golpes y dardos del insultante
fraude o tomar armas contra el piélago de calamidades y haciéndoles frente, no
convalidarlo con nuestro voto?” (ver Votar o no votar, he aquí la cuestión,
en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/10/votar-o-no-votar-he-aqui-la-cuestion.html).Y
esa es la pregunta medular de este debate ¿Cómo se le hace frente a esa
calamidad? ¿Cuál es la resistencia civil que debemos desarrollar ante esa
situación?
A mi juicio aquí están presentes
dos caras de la misma moneda de la resistencia electoral, y su aplicación
dependerá de la disposición de la sociedad civil a enfrentar en ese terreno al
régimen.
La primera de ellas es la que
llamo la resistencia electoral pasiva, cuya manifestación es simplemente no
acudir a convalidar un nuevo fraude. Quedarse en su casa sin enfrentar las
hordas del régimen y que ellos se encarguen de ver como hacen para justificar
los millones de votos que necesitan. Eso ya lo hicimos el 30 de julio de 2017
en las elecciones de la espuria Constituyente de Maduro y el 20 de Mayo de 2018
en las elecciones presidenciales inconstitucionales. Eso tuvo resultados: el 30
de Julio de 2017 Tibisay Lucena se saco del sombrero de mago electoral 8,1
millones de votos que nadie vio en los centros electorales y otra situación
similar paso el 20 de Mayo. La consecuencia de eso fue que nadie en el mundo reconoció
esas elecciones ni las anteriores. La gente no acudió porque no creyó en ese
sainete electorero.
Luego de esa última elección, el
13 de junio de 2018, la Sala Electoral del TSJ legítimo en el exilio publicó
una sentencia, resultado de la iniciativa de la Dra. Adriana Vigilanza, y en la
cual puse mi granito de arena como testigo, que declara “NULO E INAPLICABLE el uso
del sistema automatizado de votación y escrutinio que actualmente existe en
Venezuela para la elección de los cargos de representación popular de los
poderes públicos, así como para la celebración de los referendos, en
los términos señalados en el artículo 293.5 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela”, y se ordenó
al Consejo Nacional Electoral (CNE), como órgano rector de los procesos
electorales, “…la DEPURACION Y
ACTUALIZACION del Registro Nacional Electoral, debiéndose efectuar las debidas
correcciones sobre la identidad de cada ciudadano venezolano o extranjero
habilitado para ejercer el voto, así
como el diseño e implementación de un sistema de votación y escrutinio
fundamentalmente manual, en donde el uso de la tecnología e informática sea
auxiliar y sólo en beneficio de la celeridad, publicidad, transparencia y
eficiencia del voto, escrutinio y totalización, sin que ello implique
limitación del derecho de participación de los electores y de los
partidos u organizaciones políticas, en plena garantía de la confianza pública
del ejercicio del sufragio”. Igualmente se exhortó a la Asamblea Nacional a
“iniciar el proceso de selección y
designación de nuevos Rectores del Consejo Nacional Electoral, garantizando
árbitros idóneos e imparciales, no vinculados a organizaciones con fines
políticos, que puedan generar la imparcialidad, transparencia y eficacia en la
organización, administración, dirección y supervisión de los próximos procesos
electorales” (ver sentencia en TSJ Legítimo declara Nulo el Uso del Voto
Automatizado para Elecciones en Venezuela, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/06/tribunal-supremo-de-justicia-declara.html)
(resaltado nuestro).
El CNE y la
Asamblea Nacional han ignorado estas disposiciones y, sin cumplirlas, se
disponen nuevamente a efectuar y participar en un nuevo proceso electoral el
venidero 9 de diciembre de 2018 en las mismas condiciones fraudulentas
conocidas. Esas elecciones desde ya son NULAS de acuerdo a esa sentencia del 13
de Junio de 2018.
Se podría decir que hay un antes y
un después de esta sentencia histórica del TSJ legítimo, que da un giro
importante a la cuestión electoral. Los venezolanos no se han percatado de lo
trascendental de esa decisión, y que tiene muchísimo que ver en el cómo enfocar
ahora la resistencia civil electoral ante el régimen.
A partir del 13 de Junio de 2018 las
elecciones en Venezuela son manuales, así no lo quiera el régimen o el CNE. Al
CNE se le ha ordenado la depuración del Registro Electoral y el “diseño
e implementación de un sistema de votación y escrutinio fundamentalmente
manual…”.
En consecuencia los ciudadanos pueden
desobedecer, pero esta vez de una manera activa, la participación en un nuevo
proceso electoral que no reúne las condiciones que han sido ordenadas por una
sentencia con este sistema automatizado viciado del CNE. De una manera práctica
eso es lo que han hecho los estudiantes en sus elecciones internas para elegir
su representación desde hace varios años, razón por la cual la oposición ha
ganado consistentemente esos procesos a pesar de la violencia desatada por el
régimen como acaba de ocurrir en la Universidad de Carabobo.
¿Qué pasaría, por ejemplo, si la
ciudadanía se activara y se organizara para contar sus propios votos en los
circuitos de esas elecciones municipales del 9 de Diciembre, tal y como lo han
hecho hasta ahora los estudiantes? Eso sería resistencia civil-electoral
activa. No serían muchas mesas por circuito y el resultado, a pesar de una
probable arremetida violenta, se asemejaría mucho a la real voluntad popular
planteándosele al régimen un reto ciudadano que abordar en los municipios donde
los partidos de oposición insistan en ir a votar por aquello de “no perder los
espacios”. Entonces que esos partidos organicen esa resistencia en conjunto con
la sociedad civil y levanten kioskos de votación manual para los ciudadanos que
deseen enfrentar el fraude del CNE.
Para responder la pregunta de la
Cátedra, mi respuesta sería que ambas caras, tanto la pasiva como la activa, se
pueden impulsar hasta que la sentencia del 13 de Junio de 2018 se cumpla. Se
trataría de una resistencia civil-electoral no-violenta que le demuestre permanentemente
al mundo el rechazo de los ciudadanos a este sistema electoral viciado del
régimen que nos desgobierna.
El 24 de noviembre de 2013 anuncié
públicamente a través de un artículo que publique con el título “Porqué no les
daré mi voto” (ver http://ticsddhh.blogspot.com/2013/11/porque-no-les-dare-mi-voto.html)
mi decisión de no votar más mientras existiera este sistema electoral perverso
de la dictadura. Había internalizado y puesto en práctica, a contravía de todo
el mundo, de mi familia, de mis amigos y seguidores, una sentencia fundamental:
“El
abstencionismo solo existe en DEMOCRACIA. En DICTADURA lo que existe es
protesta cívica expresada en Lucha No Violenta”. El Prof. Agustín
Blanco Muñoz me respondió con una nota que todavía le agradezco: “En la medida en que avance la capacidad de
reflexión como la que tu pones de manifiesto en este artículo de compromiso y
decisión, crecerán las posibilidades de enfrentar con claridad y acierto a este
régimen que administra y conduce el alto mando de Venecuba encabezado por Fidel
Castro y el G2”. Cinco años después creo que esa capacidad de reflexión de
la sociedad ha avanzado y aunque todavía lejanas, creo que las posibilidades
han crecido. El hecho que aun estemos aquí así lo demuestra…
Muchísimas gracias,
Caracas,
19 de Noviembre de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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