Por Luis Manuel Aguana
“Pueblo Soberano, oye la voz de tus mandatarios, el
proyecto del contrato social que ellos te ofrecen, fue sugerido solo por el
deseo de tu felicidad: tu solo debes sancionarlo; colócate antes entre lo
pasado y lo futuro; consulta tu interés y tu gloria, y la patria quedará
salvada”
Juan Toro, Presidente
Francisco Isnardi, Secretario
Último párrafo de la alocución final del Constituyente de 1811
En el año 2017, pocos días luego de los anuncios del poder ejecutivo ilegítimo que despacha en Miraflores convocando a una Constituyente, fui a Barcelona a explicar a nuestros seguidores de las Juntas Activadoras del Poder Constituyente Originario, JAPCOs, del Estado Anzoátegui, en nombre del Directorio de ANCO, el fraude constitucional en el que estaba incurriendo Nicolás Maduro Moros al convocar al país a una Constituyente sin consultarle al pueblo venezolano. Nadie, solamente el pueblo, tiene esa prerrogativa (ver Constituyente Originaria versus fraude constitucional, en https://ticsddhh.blogspot.com/2017/05/constituyente-originaria-versus-fraude.html).
Los acontecimientos políticos que han sucedido en Venezuela desde ese año 2017, no solo han reafirmado la necesidad de convocar al poder originario, sino que lo han hecho un imperativo de supervivencia, reafirmando la importancia de que la población de cada Estado del país comprenda a cabalidad el alcance de nuestra propuesta, que se configura como la única alternativa seria de recomposición y rescate del país ante la andanada electoralista del régimen y su oposición, de alargar el sufrimiento de los venezolanos hasta el 2024 y siguientes.
El solo hecho de que se piense que existirán en Venezuela unas elecciones libres, justas y verificables con el régimen en el poder, da mucho que decir de quienes desde la oposición todavía invitan al pueblo venezolano a continuar la infinita charada electoral y esperar cambios significativos en el comportamiento de quienes en la práctica han demostrado ser unos delincuentes. Por lo que se hace urgente explicarles a los ciudadanos, a todos los niveles, que existe una manera clara y diáfana que se puede aplicar de manera inmediata para remediar el grave desequilibrio político del país.
Pero, más allá del obvio potencial peligro que significa dejar que la tiranía se eternice en el poder, al volver a utilizar su cada vez más refinado casino electoral, la propuesta de ANCO se debe entender como un cambio, un Gran Cambio que se debe operar en los poderes públicos para que la República restituya el curso institucional y constitucional dislocado por el régimen.
No es suficiente una elección del Poder Ejecutivo para resolver el grave estado de las instituciones. Desde ahora mismo tenemos un Poder Judicial con Magistrados ilegítimos, que durarán 12 años en sus funciones, que no solo son ilegítimos al ser designados por una Asamblea Nacional sin reconocimiento nacional e internacional, sino por no cumplir los requisitos mínimos constitucionales para serlo. La convocatoria al Poder Constituyente Originario daría una respuesta inmediata a ese problema, restableciendo el orden constitucional.
Pero lo anterior solo es parte del aquí y el ahora del problema político venezolano, como lo es el régimen fatídico que hoy azota al país. Un proceso constituyente no solamente debe abordar esa materia, sino la visión global y de conjunto del país que hay que refundar para las próximas generaciones. Una solución para Venezuela no solo debe abordar la crisis inmediata, sino las propuestas que impidan que la tragedia se vuelva a repetir.
El planteamiento fundamental del proyecto que ANCO presenta a la Nación tiene su base en el establecimiento de la autonomía política, fiscal, administrativa, financiera, educativa y judicial de cada una de las entidades federales, para desmontar un Estado centralizado que ha demostrado su ineficiencia en la administración de lo que le pertenece a todos los venezolanos.
Esa es la esencia de El Gran Cambio, que propone un nuevo conjunto de atribuciones y nueva distribución de responsabilidades a la pirámide del Estado en sus tres niveles clásicos (nivel Municipal, Estadal y Federal), con una reforma sustancial de la distribución político-territorial de Venezuela, acorde con las actuales circunstancias y necesidades de la población. Y eso no se puede realizar sin una reingeniería de la Constitución discutida en un proceso Constituyente (ver El Gran Cambio, una propuesta para la Refundación de Venezuela, en https://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html).
Lo anterior implica que cada entidad federal debe desde ahora mismo echar una mirada hacia adentro y examinar todas sus potencialidades, presentando a sus ciudadanos su propio proyecto institucional local, que los inspire a ver en quienes pueden convertirse de acuerdo a lo que tienen y pueden desarrollar, si se aplicara un cambio fundamental en la Constitución como el que presenta el proyecto de ANCO, El Gran Cambio, para la vida del país. Al ser autónomos, los Estados convocarían y discutirían su propia Constituyente Estadal para producir una nueva Constitución para su Estado, que les daría el marco de actuación a los Poderes Públicos, estadales y municipales (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), estableciendo su propio modelo de desarrollo.
¿Y cuál es el objetivo final de toda esta nueva estructuración? Establecer el mecanismo constitucional federal y estadal para acercar las potestades del poder público a los ciudadanos, invirtiendo la pirámide de poder, dándole el mayor peso y recursos a los municipios, para que sean ellos los que decidan con ese poder desarrollar la máxima calidad de vida que puedan para los ciudadanos en cada localidad de Venezuela.
Una vez que cada uno de los equipos de ANCO en los Estados presenten a sus ciudadanos esos proyectos estadales, deberá comenzar la discusión del Pacto Federal entre todos los Estados, y que definirá los lineamientos y alcances de las atribuciones de un nuevo Estado Federal. Ese es el reto de la Federación que asumimos desde ANCO para regresarle el poder que se dieron una vez las provincias de Venezuela y que ha sido y sigue secuestrado por más de dos siglos de centralismo político asfixiante.
Darle un vuelco de 180 grados a la manera en que se ha administrado el poder en Venezuela desde hace más de 2 siglos, para retomar el espíritu de las provincias cuyos representantes se reunieron en Caracas para ensamblar una Constitución, basada precisamente en una Federación de provincias autónomas, será todo un reto para los venezolanos del siglo 21. Ese es el reto que ANCO asume en los Estados para construir una nueva Federación.
La idea fundamental que nos mueve es Refundar la República bajo estos preceptos, esperando que los genuinos representantes de cada Estado discutan y firmen en una Constituyente ese nuevo Pacto Federal a favor de todos los venezolanos, como una vez lo hicieron los representantes de Margarita, Mérida, Cumaná, Barinas, Barcelona, Trujillo y Caracas, las 7 Provincias que firmaron la Constitución Federal para los Estados de Venezuela en 1811. Estoy seguro de que ya están entre nosotros los nuevos, Juan Toro, Francisco de Miranda, Juan Germán Roscio, Lino de Clemente, Martín Tovar, Francisco Isnardi, entre otros constituyentes firmantes de 1811, dispuestos a hacer realidad El Gran Cambio para Venezuela. Tenemos la grave responsabilidad de convocar a todos los Estados para que refunden la Nación entre todos…
Caracas, 8 de Junio de 2022
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