Por Luis Manuel Aguana
“El
24 de enero de 1848 se produce un grave atentado contra la institución del
Congreso venezolano. La discusión política abierta y la independencia de
poderes que se habían desarrollado desde 1830 dejaron de existir aquel día. La
propuesta de enjuiciamiento al presidente José Tadeo Monagas fue enfrentada con
la violación del fuero parlamentario y el acoso violento a los diputados.
Varios de ellos murieron, así como también ciudadanos que acudieron en defensa
del Congreso. Esa noche relatan que cayó sobre Caracas “un pavoroso silencio y
la sangre del pueblo, mezclada con la de sus legisladores, humea en el
empedrado” (Tomado del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, http://www.fermintoro.org/acerca-del-iepft/fermin-toro-diputado-de-venezuela/).
¿Repetimos la historia? ¿Repetimos
la persecución y la intolerancia con el acoso violento a los parlamentarios? El
recinto del Parlamento venezolano no veía la sangre de sus diputados correr
desde esa fecha, cuando una figura de la estatura moral de Fermín Toro se levanto
en la defensa de la decencia y la moral republicanas cuando el gobierno intentó
buscarlo a la fuerza de vuelta al Congreso, con la frase: “Decid al General Monagas que mi cadáver lo llevarán, pero que Fermín
Toro no se prostituye”.
La actitud intolerante del
oficialismo al tratar de acallar la oposición por no reconocer a un Presidente
que consideramos ilegitimo es la misma que tuvieron los partidarios de Jose
Tadeo Monagas para asesinar a los parlamentarios conservadores para no permitir
enjuiciar y destituir al Presidente de la República. La situación y la historia
pueden ser diferentes pero los motivos de la agresión política se parecen
muchísimo.
Y seguiremos considerando ILEGITIMO
a Nicolás Maduro hasta que su CNE no demuestre que en realidad sacó los votos
que dice haber sacado. De nada le valdrá a Diosdado Cabello y a sus matones de
la Asamblea Nacional golpear a los parlamentarios opositores. Ellos están allí
porque fueron los votos del pueblo opositor venezolano quienes los llevaron a
ese sitio. De nada le valdrá patear, golpear o maltratar a los Diputados. Ese
es precisamente el estado de inestabilidad que se compraron al no auditar el
100% de los Votos, Cuadernos y Actas.
Cada vez que salga el Ilegitimo de
un acto a la calle le seguirán indefectiblemente los cacerolazos espontáneos de
la gente por todos lados. No podrán escapar de eso. Maduro es y seguirá siendo
un Presidente ilegitimo hasta que no oiga la otra mitad del país y haga que su
CNE cuente como es los votos de todos los venezolanos.
Pero como sabemos que el CNE no
hará eso porque se demostraría un FRAUDE GIGANTESCO entonces se encuentran
entrampados. ¿Cómo mantenerse en el poder con plomo en el ala, acallando la voz
molesta de la gente y de sus parlamentarios en la Asamblea Nacional? Tienen
entonces que apelar a la violencia. Eso es lo que hacen los que no tienen la
razón.
El Diputado vocero del oficialismo,
Pedro Carreño, rodeado de los agresores, pide que los parlamentarios de la
oposición respeten el Art. 131 de la Constitución, solicitando el acatamiento
de la “Constitución, las leyes y los
demás actos que en ejercicio de sus funciones dicten los Órganos del Poder
Público”. Es como si aquellos que se agavillaron para golpearte y vejarte
al frente de tu casa fueran a la policía a pedir que te pongan preso porque no
te dejaste golpear. No pudieron encontrar a nadie mejor para hacer eso que al
que tiene una cuenta pendiente con una cantina de las Fuerzas Armadas.
Tampoco Carreño ni mucho menos
Cabello al exigir el cumplimento de la Constitución han leído el Art. 201 según
el cual los Diputados no están “sujetos o
sujetas a mandatos ni instrucciones, sino sólo a su conciencia”, razón por
la cual eso de ponerle condiciones al derecho de palabra, no solo es un insulto
a la libertad de los parlamentarios y al pueblo que los eligió, sino
abiertamente inconstitucional.
Ese cinismo que se muestra al
solicitar la aceptación de la elección írrita del 14A alegando acatar lo que
dice la Constitución es verdaderamente patético. Ese es el que precisamente vemos
cuando Maduro viola flagrantemente el Art. 229 que le prohibía expresamente ser
Presidente estando en el ejercicio del cargo de Vicepresidente.
Pero, al margen de esta
inestabilidad que el gobierno pretende ignorar, así como ha ignorado el
reconteo de los votos de los venezolanos, debemos preguntarnos a que conducirá
esta intolerancia. Al revisar la historia y ver que esta situación de agresión
al Parlamento no es nueva y la volvemos a repetir 165 años después, nos
preguntamos como pueblo si aprendimos algo en todos esos años.
¿Lograremos superar estas
diferencias? Será difícil porque hay un tercero en la discordia: los cubanos. No
tenemos una disputa entre hermanos común, como la hemos tenido en el pasado.
Hay un tercero que le conviene que estas diferencias persistan y se acentúen. Y
si hay alguien aquí a quienes debemos considerar los verdaderos agresores no es
al chavismo que creyó en un proyecto en 1998, es al régimen castro-comunista
cubano. Y el grado de penetración de ese tercero es de tal magnitud que deberemos
estar considerando que ya no estamos tratando con un oficialismo venezolano.
Ya el 14A, una parte importante del
pueblo chavista comenzó a votar por Henrique Capriles. Es por eso que el
oficialismo busca la venganza en los organismos públicos. Esos venezolanos que
de buena fe confiaron una vez en el mensaje de Hugo Chávez ya se están
empezando a convencer que esta gente que dice que ganó, no abraza las banderas
de un nacionalismo a la venezolana y que está siendo manipulada para ser la
plataforma de mantenimiento de un régimen que oprime a su pueblo en Cuba.
Por eso nunca aceptarán ser minoría
y han manipulado y corrompido nuestro sistema electoral. Este tercero en
discordia siempre ha estado asechando para meterse entre nuestras diferencias
fraternas y encontró un terreno fértil en el verbo encendido de odio de Hugo
Chávez. Este es el verdadero agresor de los Diputados. Y aunque en la
confrontación de 1848 resultó vencedor Monagas al perseguir a los Diputados de
la época, la historia posterior la escribieron los venezolanos. No dejemos que
esto deje de ser así porque desde siempre los venezolanos hemos sido mayoría.
Caracas, 1 de Mayo de 2013
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter: @laguana
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