Por Luis Manuel Aguana
De entrada me sorprendió positivamente que la Asamblea Nacional
estuviera cocinando una Ley de Referendos para enfrentar las perversas
normativas del CNE en relación a la convocatoria de los Referendos Revocatorios
y de otros tipos que establece la Constitución. Hacía falta. El CNE había
venido haciendo de la suyas para evitar que fueran destituidos funcionarios que
por sus actuaciones, no solo merecen ser revocados sino que se han convertido
en tóxicos para el bien de la Nación.
Pero una cosa es que haga falta un Ley de Referendos y otra muy
diferente que la Asamblea Nacional se haya “fusilado” la actual normativa, y sin
ningún cambio sustantivo cercene el espíritu establecido en la Constitución de que
la iniciativa popular constituyente sea conducida por el propio detentador de
la soberanía. De nuevo, el Poder Constituido tratando de establecerle pautas al
Poder Constituyente Originario, pero esta vez por parte de la oposición
oficial.
La normativa actual del CNE y ahora el Proyecto de Ley de Referendos
aprobado en primera discusión (http://www.asambleanacional.gob.ve//uploads/botones/bot_e1e24955f3d466bee7c5b4b27a039d061dea8462.pdf) insisten en ponerle limites a un derecho ciudadano, estableciendo lugares y días predeterminados
para las manifestaciones de voluntad, con la utilización de captahuellas e
incluso “pedirle permiso” a un Poder Constituido (CNE) para ejercer nuestra
soberanía. Eso es inaceptable. Pareciera que esa ley fue escrita por la
fracción del régimen en la Asamblea Nacional.
Ya me parecía extraña una Ley de Referendos “express” donde lo que
hicieron fue copiarse la normativa fatídica del CNE, y adecuarla a los propósitos de la oposición
oficial, sin un estudio concienzudo de un tema de significativa relevancia para
el país.
¿Porque allí nadie se le ocurrió que de forma permanente, a la mitad
de cualquier periodo de funcionarios de elección popular, se abra un “lapso de
revocatorio” donde se establezca un tiempo –un mes por ejemplo- durante el cual
cualquier ciudadano puede concurrir a SU centro electoral –aquí y en el
exterior- donde se voto por dicho funcionario, se identifique, y SOLO CON SU
CEDULA DE IDENTIDAD, que es el único requisito para votar en este país, indique
que lo desea revocar?
Y si en ese mismo periodo de tiempo se alcanza el número de
manifestaciones mínimas establecidas, se proceda a la convocatoria de un
proceso revocatorio, semejante a un proceso electoral, y con las mismas
garantías para los electores y el funcionario en cuestión, se proceda a ese
Referendo Revocatorio en los mismos centros. ¿Por qué ponerlo complicado limitando
nuestros derechos ciudadanos? El CNE perfectamente puede definir centros
permanentes para hacer eso en todo el país. Si pueden comprar maquinas en
contratos multimillonarios no creo que les sea problema mantener centros clave
para eso de manera permanente.
Se dejó una norma que ahora no es de “ellos” -el gobierno- sino
“nuestra” -la oposición oficial- pero que no beneficia a los ciudadanos que
padecemos los desmanes de los funcionarios, que una vez que se hacen con un
cargo de elección popular piensan que son dueños de la gente y sus recursos,
sino a favor de los partidos que llevan a esos funcionarios.
En una pasada nota reclame la necesidad de esa ley si se le quería
solicitar el Revocatorio al Ilegitimo (ver Revocatorio y Constituyente en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/01/revocatorio-y-constituyente.html).
Sin embargo no se entendió o no se quiso entender. Pareciera que con esta
estratagema se le está haciendo un saludo a la bandera para decir que se cubrió
el extremo de una ley necesaria pero con una consecuencia maliciosa: se le está
poniendo una regulación a quienes intentemos a través de la vía del Poder
Originario convocar al pueblo para discutir el país en una Asamblea Nacional
Constituyente, ya que se pasa por la misma normativa a los referendos y a la iniciativa popular para
convocar al Constituyente. Y ambos enfoques son completamente diferentes.
Una cosa es que se regule la convocatoria de referendos e iniciativa
constituyente de parte de los Poderes Constituidos y otra muy distinta es que
se lo haga al depositario de la Soberanía. Indicaba en esa nota que esa ley
debía regular la convocatoria por parte del mismo soberano con el 15% del
Registro Civil y Electoral pero debería protegerse para que el MISMO soberano
regulara su propia convocatoria porque el poder del Soberano está por encima de
los Poderes Constituidos. Y es sumamente sospechosa esa jugada ya que mata con
una sola piedra dos obstáculos importantes para las aspiraciones de poder de un
grupo perfectamente identificado en la Asamblea Nacional.
Capriles ya está en la calle está reclutando voluntarios y adeptos sin
que esa normativa exista todavía como ley de la República. Y es sospechoso
porque de acuerdo a la nueva Ley de Referendos el CNE decide cuando y donde se
recogen, y además usando captahuellas, exactamente igual que lo hace la
normativa actual (con algunos días adicionales). Parecería que el gobierno está
actuando a través de la oposición oficial para imponer un gatopardismo de
cambio para que nada cambie.
Volvemos de nuevo a la jugada necia de usar lo mismo que hace el
gobierno pero a favor de la oposición, en detrimento de los ciudadanos. En la
política debería existir un poco más de ética en el desempeño de algunos
liderazgos políticos. ¿No les parece que sería de un comportamiento ético
innegable que Henrique Capriles se guardara sus aspiraciones hasta tanto
aquellos dirigentes presidenciables –Leopoldo, Ledezma, Rosales- que están
presos recuperen su libertad y puedan competir con él en igualdad de
condiciones?
Una Asamblea Nacional cuya “primera fracción” está dominada por el partido
de Capriles estaría utilizando esa “ventaja” que le está dando el hecho que la
“competencia” esta presa para aprobar una ley que asegure –en el mejor de los
casos- que solo habrá un competidor en la arena después de revocado el
Ilegitimo, y además que se les haga muy cuesta arriba a los ciudadanos convocar
a una Asamblea Nacional Constituyente por Iniciativa Popular, no solo para
liberar a los presos políticos sino para establecer nuevas reglas de juego en
todo el sistema.
Les hago un llamado a todos los Diputados de la oposición de la
Asamblea Nacional -no a sus partidos- acerca de cuáles pueden ser las
consecuencias de aprobar esa Ley de Referendos en los términos que están
planteados en la primera discusión. Nos estamos jugando al país y creo que sus
partidos lo están sacrificando en el altar de las aspiraciones mezquinas de sus dirigentes. Con
esa Ley aprobada en los mismos términos de la actual normativa del CNE, Maduro
no solo ganará ese Revocatorio sino que posiblemente entierren USTEDES MISMOS la
última posibilidad de la democracia en Venezuela, paradójicamente de las manos de
una mayoría calificada que el mismo pueblo, hastiado del régimen, les dio el 6D-2015.
Como diría un ex Presidente de la democracia, todo un “autosuicidio” en
Primavera…
Caracas, 12 de Marzo de 2016
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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