lunes, 22 de mayo de 2017

Responsabilidad política

Por Luis Manuel Aguana

En algún momento de la historia futura de nuestro país, los venezolanos del futuro se tendrán que detener a examinar este período de turbulencia política y asignarles a todos los actores y protagonistas políticos su cuota parte de responsabilidad en lo que está sucediendo y sucederá en Venezuela en tiempos muy cercanos.

“La responsabilidad política es la imputabilidad de una valoración por el uso que un órgano o individuo hace del poder. Así, por ejemplo, afirmar que el Presidente X fue políticamente responsable en el caso Y, significa que se atribuye al Presidente X un grado de culpa y/o se le atribuye una sanción por la manera de usar su autoridad en el caso Y.”. Y más adelante añade: “Sin embargo, la responsabilidad política es también evaluada por los ciudadanos cuando, asumiendo el papel de electores en un sistema democrático, valoran el uso que los gobernantes han hecho del poder, aplicando cualquier tipo de criterio para evaluar su desempeño y no una norma jurídica. Por lo tanto, la responsabilidad política no se subsume bajo la responsabilidad jurídica, como la legitimidad política no se subsume bajo la legalidad jurídica”. Así define Wikipedia (ver https://es.wikipedia.org/wiki/Responsabilidad_pol%C3%ADtica) el término “Responsabilidad política” a los fines de la revisión del comportamiento de los funcionarios y sus actuaciones frente a situaciones de poder.

No me queda ninguna duda que será nefasto el juicio que la historia hará de las actuaciones del régimen y su responsabilidad, no solo política sino moral y penal, frente a la muerte de venezolanos que luchaban en las calles por una situación abiertamente dañina en contra de la población. Pero también la historia juzgará las actuaciones de quienes del lado opositor pudieron hacer algo y no lo hicieron, o tomaron las decisiones incorrectas, por negligencia, interés, o pura y simple ignorancia. Y ese es el caso que aquí nos ocupa.

Algunos lectores fanatizados tal vez disientan de estas líneas creyendo que las escribo con la intención oculta de “enfriar” o dividir la lucha que se materializa en las calles de Venezuela por una oposición oficial considerada por algunos como “heroica”. Nada más lejano a la realidad. Creo que todo el mundo ha llegado a un nivel de obstinación tal que ha rebasado cualquier expectativa que esa oposición pudiera haber tenido. Incluso creo que están “surfeando” a su favor esa ola de descontento popular. Pero de allí a creer que con solo el descontento de la gente en las calles se pueda llegar a conseguir que esto evolucione a favor de resolver el problema, nada que ver.

La oposición oficial ha establecido como ruta, mantener la lucha en las calles hasta conseguir que el gobierno ceda en “elecciones generales, canal humanitario, libertad de los presos políticos y respeto a las decisiones de la Asamblea Nacional”, sin discusión ni desvío alguno. Mientras tanto el régimen ha seguido en su ruta de convocar una Constituyente que establezca el comunismo en Venezuela, ¿qué tal? Dos propuestas completamente enfrentadas.

La oposición venezolana no ha establecido, hasta donde nuestro conocimiento llega, ninguna estrategia más allá de la calle, para parar el establecimiento de una Constitución comunista en Venezuela. ¿Deberemos los venezolanos incendiar el país por los 4 costados para impedir esto? Eso es al parecer lo que nuestra oposición oficial nos está diciendo, en una dirección que cada vez más se acerca a un estado de violencia generalizado frente a un régimen sin intenciones de ceder a las pretensiones opositoras.

Ante tal enfrentamiento, todos los venezolanos nos encontramos como en las gradas del Coliseo romano apostando por que los cristianos venzan a los leones. ¡El gobierno se caerá mañana!, decimos al participar en una nueva marcha opositora. Pero el régimen lejos de caer, profundiza la violencia y la represión. Muertos, heridos y detenidos es el lamentable saldo diario de cada movilización. ¿Hasta dónde se puede llegar?

Nadie dice que salgamos de las calles, todo lo contrario. Mientras los soldados norteamericanos se echaban plomo con los comunistas en Vietnam, Kissinger se reunía con ellos en Paris para discutir las opciones. Y estamos hablando de los mismos comunistas de aquí. Por un lado se hace la guerra y por el otro se hace la política. Y esto mis queridos amigos, es una guerra civil de baja intensidad. ¿Qué se está haciendo ahora del lado de la política? Y aquí no estoy hablando de dialogo…todavía. El dialogo vendrá luego pero para discutir los términos de la rendición.

Del lado de la política nuestros estimados Diputados de la Asamblea Nacional tomaron una decisión el 9 de enero de desalojar de Miraflores por abandono del cargo al Presidente de la República. ¿En qué paró eso? ¿Oficiaron lo que debían oficiar –aunque no les pararan pelotas- para que se siguieran los pasos constitucionales para una nueva elección Presidencial basados en el Artículo 233 de la Constitución? ¿Oficiaron al Vicepresidente a que asumiera funciones basados en esa decisión, para que convocara a elecciones en 30 días? ¡En eso es que debían sustentar su petitorio de elecciones presidenciales anticipadas en la calle! La Asamblea Nacional inició esa ruta, ¿por qué no la continuó? Eso mis amigos, se llama Responsabilidad política…
                                                                                                                          
Más recientemente y de cara a ese “proceso Constituyente” que convocó inconstitucionalmente Maduro el 1ro. de Mayo, sin pasar por la obligatoria consulta a la población, ¿qué hicieron con eso los ciudadanos Diputados opositores en el Asamblea Nacional para parar esa pretensión ilegal? Nombraron un Frente “para la defensa de la Constitución” (ver Asamblea Nacional aprobó creación de frente para la defensa de la constitución, en http://www.2001.com.ve/en-la-agenda/159562/asamblea-nacional-aprobo-creacion-de-frente-para-la-defensa-de-la-constitucion.html). ¡Por Dios! ¡Mayor contradicción con las luchas de la población que está tumbando las estatuas de Chávez en las calles y plazas de Venezuela, imposible! Ante la pretensión del régimen de cambiar la constitución, la oposición se convierte en chavista defendiendo el mayor legado del Galáctico, ¿qué tal?

En lugar de defender algo que es indefendible (ver mi anterior nota La lucha por una Constituyente Originaria debe continuar, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/05/la-lucha-por-una-constituyente.html) la Asamblea Nacional debe proceder a exigir un Referendo Consultivo por “materia de especial trascendencia nacional”, utilizando la mayoría simple de sus integrantes, tal y como lo establece el Artículo 71 de nuestra Constitución, y salir a exigir en las calles el respeto de esa decisión soberana del pueblo representado la Asamblea Nacional. Eso es lo político. Y si no lo hacen incurren, de nuevo, en Responsabilidad política, en este caso por omisión o ignorancia.

La lucha en las calles es necesaria pero debe conllevar a una solución final y política de la crisis, minimizando los daños en el proceso. Y esto requiere seguir una ruta política por parte de aquellos a quienes les dimos con votos esa responsabilidad. ¿Estará nuestro liderazgo político actual a la altura de la Responsabilidad política que la historia les exigirá? Espero en bien de nuestros descendientes que así sea…

Caracas, 22 de Mayo de 2017

Twitter:@laguana

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