sábado, 20 de mayo de 2017

La lucha por una Constituyente Originaria debe continuar

Por Luis Manuel Aguana

Tantas cosas que decir y tan poco tiempo y espacio para decirlas. De nuevo, “Politics makes strange bedfellows” (La política hace extraños compañeros de cama) como me decía Eric Ekvall. Si tenemos que estar de acuerdo con la Fiscal para detener el cambio inconstitucional que pretende Maduro, ¡ni modo! (ver Fiscal General de Venezuela rechaza participar en la Constituyente propuesta por Maduro, en  http://ntn24america.com/noticia/fiscal-general-rechaza-participar-en-la-constituyente-propuesta-por-maduro-142062). De la misma manera, si tenemos que estar de acuerdo con medio chavismo originario antimadurista para ponerle un alto a esa pretensión inmediata de Maduro y sus jefes en La Habana de cubanizar por siempre a Venezuela, deberemos hacerlo, incluso retardando (¿por ahora?) nuestra propuesta de un verdadero cambio constitucional que nos lleve a nuestro planteamiento de fondo, que no es otra cosa que la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria, de acuerdo al presente texto constitucional.

Sin embargo es cuesta arriba hacerlo cuando es la misma oposición oficial, quienes no encontrando mejor argumento para evitar que se cambie la Constitución, repiten cual loros amaestrados lo mismo que decía Chávez, que esta es “la mejor constitución del mundo”. Ahora, asombrosamente, la Conferencia Episcopal Venezolana, en rueda de prensa luego de su encuentro con los representantes del gobierno, en su primer punto indicaron: “La Conferencia Episcopal ratificó su rechazo a la convocatoria de constituyente, por considerarla innecesaria e inconveniente. La consideran innecesaria porque la Constitución es “una de las más completas del mundo y además no resuelve los problemas de escasez, inseguridad, paz y elecciones que padece la población…” (ver Lo que dijeron los obispos católicos tras el encuentro con Jaua, en http://contrapunto.com/mobile/noticia/en-claves-lo-que-dijeron-los-obispos-catolicos-tras-el-encuentro-con-jaua-137305/) (resaltado nuestro).

Señores de la oposición oficial y excelentísimos Obispos de la Iglesia Católica: La Constitución de 1999 no es ni de lejos “la mejor constitución del mundo”, ni mucho menos “una de las más completas del mundo”, como ustedes afirman distorsionando la verdad. De hecho es la responsable de gran parte de lo que sucede en Venezuela. Para muestra, no uno sino varios botones: si la Constitución hubiera mantenido el control legislativo sobre los ascensos militares, le hubiera sido imposible a Hugo Chávez disponer de las Fuerzas Armadas a su antojo, nombrando a Generales, Generales en Jefe y Almirantes a su completo arbitrio, sin nadie que le pusiera control, destruyendo desde arriba la institución armada. La Constitución le dio ese control a cualquier Presidente de la Republica desde 1999.

La Constitución de 1999 destruyo el proceso de descentralización que venía realizándose exitosamente desde 1989: “Desafortunadamente, el proceso constituyente de 1999 no fue concebido como un instrumento para la conciliación con vistas a la reconstrucción del sistema democrático, para asegurar su gobernabilidad efectiva. Ello hubiera requerido el compromiso político de todos los componentes de la sociedad y del liderazgo político, así como la participación de todos sus sectores en el diseño de una nueva forma de funcionamiento de la democracia, lo cual no ocurrió. El proceso constituyente, al contrario, sirvió para lo antes mencionado, es decir, para facilitar el total apoderamiento de todas las ramas del Poder Público por el nuevo grupo político que se formó en torno al nuevo Presidente, que aplastó no sólo a los otros grupos y partidos políticos, sino a la autonomía de los Estados de la federación. (ver Federación Centralizada en Venezuela: Una contradicción Constitucional – Allan R. Brewer-Carías http://tinyurl.com/h6wzxux).

Al regresar a formas primitivas del manejo del Estado, haciéndolo absolutamente centralizado, lo que se elije a partir de 1999 no es un Presidente, es un monarca que decide quien tiene y quien no tiene, relegándonos a todos a la categoría de pedigüeños de un Estado: “Debe hacerse mención, por último, al régimen constitucional relativo al financiamiento de la federación. En esta materia, y particularmente en materia impositiva, puede decirse que la Constitución nacional ha acentuado las tendencias centralizadoras, habiéndose eliminado materialmente toda competencia estadal en la misma. (Brewer-Carías, op. cit)

De manera pues que mal podemos decir que los venezolanos debemos estar contentos con este adefesio constitucional de 1999. En la Constitución de 1999: “se crea un Estado Centralizado, se elimina la autonomía municipal, base histórica no solo de la República sino de nuestra experiencia democrática, se condicionan las competencias Municipales y Estadales a las leyes nacionales, se le entregan al Presidente de la República mediante lo que originalmente se llamó en los debates constituyentes, las leyes de base, copia del modelo constitucional cubano, pero para evitar el escándalo, dijeron que la figura se trataba de Leyes Habilitantes, pero habilitantes que en defecto de la tradición constitucional nuestra permite habilitar al Presidente para que pueda hacer todo lo que le de la gana en materia legislativa sin ningún tipo de limitación, y por si fuese poco, se incorpora un Capítulo de Seguridad Nacional en donde el concepto estratégico de la Nación lo define el propio Presidente de la República bajo una perspectiva en donde la Seguridad Nacional incluye todo, hasta la forma de caminar de los ciudadanos en Venezuela. Conclusión: ¿Para qué sirve la Constitución del 99? En perspectiva democrática para nada. Dentro de la perspectiva de lo que ha vivido el país en el curso de los últimos 15 años, ha servido para todo…” (Intervención del constitucionalista Dr. Asdrúbal Aguiar en un Foro Constitucional el 21 de Julio de 2014 en El Nacional https://soundcloud.com/laguana-1/intervencion-del-dr-asdrubal-aguiar-foro-el-nacional-21-07-2014)

Nos preguntamos entonces, ¿cuál es la razón para que los venezolanos se les este vendiendo este paquete chileno que es la Constitución de 1999 como “la mejor” y “más completa” del mundo? ¿Cómo se puede decir que esa Constitución no es la responsable de lo que pasa en Venezuela, sobre todo del ahorcamiento de la descentralización y el desastre económico socialista, habida cuenta que Chávez se monto en ella para todas las leyes Habilitantes económicas que le dio la gana para producir el Estado Comunal de facto que estamos viviendo? ¡Y quien nos lo esté vendiendo sea nuestra misma oposición oficial por criminalmente ignorantes y ahora, lamentablemente, los Obispos de la Iglesia Católica! No lo puedo entender.

A esta Constitución hay que cambiarla si deseamos levantar cabeza en el futuro, y cuanto antes mejor. Tampoco es un problema de “acatamiento” de la que tenemos como siguen insistiendo algunos. El problema que tiene la Constitución de 1999 es estructural, como bien nos lo señalan quienes se consideran internacionalmente los mejores especialistas de la materia, y nos está haciendo daño. Si la estructura de su casa está dañada, o usted la arregla o se muda, no se queda a esperar que le caiga encima. Pero lo primero que hay que cambiar es la ignorancia de la dirigencia política en esta materia tan vital para nosotros, y en consecuencia el discurso y los mensajes erróneos que les están enviando a los venezolanos.

Gracias a Dios que quienes la escribieron se vieron en la obligación de justificar en ella lo mismo que usaron para destruir la anterior estructura Constitucional: El Pueblo de Venezuela es el titular del Poder Constituyente Originario (Artículo 347) por encima de cualquier Poder Constituido, pudiendo convocarlo en cualquier momento (Artículo 348), sin que nadie se le pueda interponer (Artículo 349), pudiendo desconocer a “cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe Derechos Humanos” (Artículo 350). Y eso es lo mismo que ahora intentamos usar desde la Alianza Nacional Constituyente para salvar a Venezuela y asegurarnos que esta tragedia no se repita más.

Puedo entender que la Fiscal General de la República desee conservar el bodrio constitucional que permitió la estafa socialista de Chávez, en una lucha por su supervivencia política e incluso personal, y que nos convenga su discurso. Pero de allí a conservar esa Constitución para el futuro de nuestro país, es completamente inaceptable, aunque se logre parar el fraude constitucional de Maduro.

¿Y cuál debe ser la orientación de una nueva Constitución? Por lo pronto, luego de detener el fraude del régimen con su castrocomunismo “enmochilado”, proponer una nueva Constitución de la mano del pueblo, completamente Federal que nos lleve a nuestros orígenes como nación y permita el desarrollo estructural de los Estados con autonomía. Todo lo contrario a lo que ahora tenemos. Es por eso que nuestra lucha por una Constituyente Originaria debe continuar…

Caracas, 20 de Mayo de 2017

Twitter:@laguana

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