Por Luis Manuel Aguana
La huida desesperada hacia delante de la
oposición oficial a la escalada de detenciones que se darán indefectiblemente
por los anuncios del 26 de Marzo en contra de los criminales de la cúpula del
régimen venezolano, nos la informó Juan Guaidó el día 29 de Marzo al anunciar
un Gobierno de Emergencia Nacional:
“…Este Gobierno de Emergencia Nacional por
razones obvias no puede ser encabezado por alguien acusado de narcotráfico, pero tampoco puede ser un gobierno
conformado únicamente por las fuerzas que representamos, a quienes me
apoyan y han apoyado este camino debo decirles que debemos ser realistas, responsables,
en este momento que atraviesa el país para
que sea posible y para que pueda ser sostenible un Gobierno de Emergencia
Nacional no puede estar conformado solo por quienes pensamos igual, y
tampoco puede estar conformado solo por los otros y quienes sostienen a la
dictadura. Debe ser amplio e incluir a todos los sectores políticos y sociales
necesarios para afrontar esta grave emergencia que nos viene y que se va a
agravar. En concreto planteamos instalar un Gobierno de Emergencia Nacional que
incluya a todos los sectores políticos del país. Este Gobierno de Emergencia delegará en el Consejo de Estado
paritario las decisiones fundamentales y manejo de Estado, atención de la
emergencia, estabilidad y reconciliación del país. Abrir un canal
humanitario que permita la entrada inmediata de la ayuda internacional. La
solicitud de un préstamo inicial de 1200 millones de dólares para atender la
emergencia y asignar recursos directos a cada familia que dependen del día a día,
iniciando con los más vulnerables…” (ver
Declaración pública de Juan Guaidó en https://twitter.com/jguaido/status/1244068708143763456).
¿Y por qué digo huida desesperada hacia
delante? Porque ¿de qué otra manera podrían el régimen y su oposición oficial
trabajar de manera conjunta y proteger sus intereses comunes, haciendo un
control de daños inmediato, luego de la decisión magistral de los
norteamericanos de iniciar acciones para detener a Maduro y todo su entorno,
echando a perder cualquier plan de
cohabitación electorera que ya se había cristalizado al marchar los venezolanos
indefectiblemente a un matadero electoral a finales del año 2020? Convirtieron
la cohabitación electorera abortada por del Departamento de Justicia
norteamericano en una cohabitación de emergencia
traducida en un Gobierno de Emergencia Nacional ante lo que se les viene encima.
Los Estados Unidos están muy claros de la
forma que puede mutar el virus maligno del castro-chavismo-madurismo después de
la salida del poder de Nicolás Maduro Moros y los principales indiciados por el
Departamento de Justicia norteamericano. El problema está en que este no se
transforme a una cepa que haga convivir los males que afectan a la región como
sería el hecho que prosperara la tesis de los “enclaves autoritarios” de Henry
Ramos Allup, y que al parecer ha comprado completamente la oposición oficial
del G4-Frente Amplio con
Juan Guaidó a la cabeza (ver Ramos Allup habla sobre la “transición”, en https://youtu.be/zzudMxJGnVU, min 0:52).
Algunos podrán decir que los planes que se
desarrollaban con el doble agente Cliver Alcalá Cordones en Colombia
demostrarían que Guaidó y su gente desmentiría esto. Pero ya el régimen estaba
en conocimiento de esa movida, como ha estado al tanto desde siempre de todas las
movidas de la oposición donde se ha utilizado a Alcalá Cordones ya que este
funge desde hace muchísimo tiempo como su asesor militar, incluso en Cúcuta el
23F-2019, cuando la ayuda humanitaria entraría a Venezuela “si o si”. No creo
en ingenuidades opositoras. Alcalá Cordones ha sido señalado como
narcotraficante por los Estados Unidos desde el año 2011, por lo que no es
complicado deducir que ha estado en una misión de contrainteligencia para el
régimen desde hace mucho tiempo (ver Joseph Humire: Alcalá Cordones estaba en
una misión de contrainteligencia, en https://es.panampost.com/emmanuel-rondon/2020/03/27/joseph-humire-alcala-estaba-en-una-mision-de-contrainteligencia/).
Una cosa es que Guaido declare la necesidad
de un Gobierno de Emergencia Nacional incluyendo factores negociados con el
régimen, obviando el cómo ese supuesto gobierno entraría en funciones de poder
(suponemos que estarían negociando ahora una nueva versión del 30A-2019 con la
realidad de un precio internacional por la cabeza de Maduro); y otra muy
diferente es que se instale una transición sin el chavismo –porque son minoría
en la población y su toda dirigencia criminal es responsable de la crisis
venezolana- y éste acceda al poder sin las ataduras criminales del régimen
anterior luego del desplazamiento de Maduro y sus ladrones, con la ayuda de una
intervención policial internacional.
De lo que estaríamos hablando aquí es de dos
maneras diferentes de acceder al poder, siendo la primera cohabitando con los factores
armados del castro-chavismo-madurismo para cuidar sus intereses comunes pero fuertemente
controlado por detrás por estos factores; y la segunda que Juan Guaidó realice
una operación conjunta con la Comunidad Internacional que lleve a la captura de
todos los señalados por la justicia norteamericana y establezca una Junta de
Gobierno Cívico-Militar con la participación de militares venezolanos que se
han visto en la necesidad de exiliarse del país, y civiles de indudable
trayectoria ética y moral e irrebatible hoja de servicios a la nación. Esta última
es la fórmula que propone ANCO en su comunicado del 28 de Marzo de 2020 (ver
Comunicado ANCO a todos los venezolanos, El Gran Cambio, en http://ancoficial.blogspot.com/2020/03/comunicado-anco-todos-los-venezolanos.html).
¿Estarían enterados los norteamericanos de
esta nueva propuesta de Guaidó para resolver la crisis después de Maduro? No lo
creo. Pienso que esa fue la respuesta de la oposición oficial de Lopez-Guaidó
ante la develación de los planes conjuntos con el chavismo originario que
representan Cliver Alcalá Cordones, Luisa Ortega Díaz y demás viudas del
difunto Chávez. Dificulto que los gringos hayan estado de acuerdo en una
fórmula que todavía deja en pié a gran parte del régimen -¡exactamente la
mitad!- en un reparto “paritario” del gobierno, dejando sin resolver el fondo mismo
del problema, porque Guaidó difícilmente controlaría ese gobierno sino los
factores que quedarían armados del régimen de Maduro. Si Guaidó cree que podría
gobernar de una manera estable con las armas en las manos de un castro-chavismo-madurismo
sin Maduro, y de los colectivos armados hasta los dientes de Freddy Bernal en
todo el país, sería un caso grave de negligencia criminal.
Con esa cohabitación de emergencia declarada,
el Presidente Encargado se pone en una situación inaceptable para los
venezolanos apareciendo como rehén del régimen al decirnos que no existe otra
manera de proceder sino cohabitando con ellos (si no entonces como se entiende la
frase “para que sea posible y para que
pueda ser sostenible un Gobierno de Emergencia Nacional” negando que puedan
gobernar solos: “pero tampoco puede ser
un gobierno conformado únicamente por las fuerzas que representamos”). ¿Cómo
es posible que Guaido nos proponga un nuevo gobierno que comparta en iguales
condiciones con quienes acabaron con Venezuela? ¿De dónde sale lo paritario con
unos criminales? El poder no se desplazará solo así a las manos de Guaidó sin
una negociación previa, si esta no sale de las mismas entrañas del castro-chavismo-madurismo.
De allí que desde la oposición oficial tengan el descaro de proponernos esta fórmula
cómplice para salir de la crisis usando al COVID-19 para convencernos. Eso es
absolutamente despreciable. Guaidó tiene la obligación que le dimos los
venezolanos el 23 de Enero de 2019 de acabar con la usurpación, no de convivir
con ella.
Las premisas sobre las cuales Guaidó justifica
hacer esta Cohabitación de Emergencia con un Consejo de Estado “paritario” no
son sostenibles no solo porque prácticamente el régimen se encuentra
técnicamente caído después del 26 de Marzo, solo a la espera que sus
principales cabecillas sean capturados por la justicia internacional, sino
porque en su condición de Presidente de la Asamblea Nacional Legítima puede
autorizar con el parlamento el empleo de misiones militares extranjeras en el
país (Artículo 187#11), y convocar posteriormente una Junta de Gobierno
Cívico-Militar como se lo sugerimos en el comunicado de ANCO mencionado
anteriormente. Este detalle se lo hice saber al mismo Guaidó a través de un
hilo de Twitter (ver hilo dirigido al Presidente Encargado @JGuaido, en https://twitter.com/laguana/status/1244097043536232449).
Si Juan Guaidó negocia con el régimen criminal
de Maduro una sucesión del poder escogiendo cohabitar en emergencia, utilizando
con nosotros el expediente de una supuesta insostenibilidad, en lugar de
desplazarlo completamente con la ayuda de las fuerzas policiales
internacionales, como correspondería de acuerdo a la confirmación de las
actividades criminales de sus principales cabecillas expuestas universalmente,
sería tan delincuente como el mismo régimen, ya que estaría ignorando
abiertamente esta situación y actuando en complicidad con él. Los venezolanos
nos encontraríamos de nuevo en un vacío de poder presidencial, por lo que Guaidó
sería tan ilegitimo como Maduro, debiéndose resolver otra vez una sucesión
legitima del poder en Venezuela. Estoy seguro que la Comunidad Internacional, y
en especial los Estados Unidos, están perfectamente en cuenta de esta situación,
que los venezolanos aun ignoran por el apremio de salir de Maduro
inmediatamente. Parafraseando una frase hecha de su propio partido: es hora de que
Guaidó se ponga del lado correcto de la historia…
Caracas, 30 de Marzo de 2020
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana