Por Luis Manuel Aguana
La reciente visita del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk, y sus conclusiones al despedirse de Venezuela, me dejaron, como dice una gran amiga, un gusto a poco. Al contrario de la prensa local, que catalogó la visita como un gran éxito en la dirección al respeto de los Derechos Humanos en Venezuela por parte de los delincuentes que gobiernan el país, el Alto Comisionado Turk reforzó la tesis del régimen según la cual son las sanciones las responsables de la grave crisis económica y humanitaria del país:
“Diferentes grupos de personas con los que hablé, incluidos los agentes humanitarios y las agencias de la ONU, me hablaron del impacto de las sanciones sectoriales en los segmentos más vulnerables de la población y de los obstáculos que las sanciones crean para la recuperación y el desarrollo del país, especialmente tras la pandemia de Covid-19. Las personas que conocí describieron su lucha por conseguir productos básicos y esenciales para mantener sus medios de vida, la imposibilidad de encontrar medicinas que sus seres queridos tanto necesitan y el impacto mental, la ansiedad y la depresión en que caen al tener que endeudarse cada vez más para sobrevivir. Si bien las raíces de la crisis económica de Venezuela son anteriores a la imposición de sanciones económicas, como destaqué en mis interacciones, es evidente que las sanciones sectoriales impuestas desde agosto de 2017 han exacerbado la crisis económica y obstaculizado el disfrute de los derechos humanos” (ver El Alto Comisionado de la ONU para los DDHH, Volker Turk, concluye su misión oficial a Venezuela, en https://www.ohchr.org/es/statements/2023/01/un-high-commissioner-human-rights-volker-turk-concludes-official-mission
El Alto Comisionado se reunió, según su declaración, “con más de 125 miembros de la sociedad civil, personas defensoras de derechos humanos, víctimas de violaciones de derechos humanos y representantes de organizaciones de víctimas provenientes de todo el país”, y al parecer ninguno de ellos le indicó que la situación de los derechos humanos del país es precisamente la causante de esas sanciones, no al revés, y es debido al saqueo inmisericorde de los bienes de la Nación que han realizado -y todavía realizan- los delincuentes del régimen con quienes se reunió.
Esa exacerbación de la crisis económica de la que habla el Alto Comisionado, no tiene nada que ver con las sanciones que se le han impuesto a los responsables del régimen y a las empresas del Estado que administran, con las que blanquean los capitales provenientes de los negocios ilícitos que manejan, incluyendo el narcotráfico y la extracción ilegal de minerales en el país, sino por la aplicación de políticas económicas que han destruido la empresa y la propiedad privada, y que son acordes con el plan socialista impuesto a los venezolanos hace más de 20 años. De esto nada habló el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU en su visita a Venezuela.
En otras palabras, el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU nos pone ante el clásico dilema milenario según el cual humanidad se ha preguntado, ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?, resolviendo de una vez la discusión, tomando partido por la política progresista de la ONU de proteger al tipo de gobierno que manejan los delincuentes en el poder en Venezuela, de que son las sanciones las que han provocado la crisis humanitaria en nuestro país.
Si bien es cierto que el funcionario de la ONU solicitó lo que todos los venezolanos hemos exigido por años, como la libertad de los presos políticos, las condiciones de detención y los retrasos judiciales, coloca el origen de la crisis en el lugar equivocado, por lo que las posibles respuestas de esa oficina de la ONU a los problemas de Derechos Humanos en el país serán inaplicables y en el mejor de los casos equivocadas.
Cuando el origen mismo de la situación de los Derechos Humanos es el mismo gobierno del país, no se puede tratar de resolver con las medidas que se aplicarían a cualquier otro país en el que simplemente por errores o desviaciones de su sistema de justicia se generan violaciones a los Derechos Humanos.
La Comunidad Internacional, y especial la ONU, no pueden tratar al régimen venezolano como cualquier gobierno y solicitarle “reformas a los sectores de la justicia y la seguridad” porque son esos los que precisamente están configurados y diseñados especialmente para sostenerlos en el poder, y la violación a los Derechos Humanos no es más que una consecuencia de esa estructura de preservación. Cuando estos entiendan definitivamente que la política del régimen venezolano es precisamente la violación de los Derechos Humanos para su sostenimiento en el poder, entonces a partir de allí vendrá una ayuda que si pueda ser aplicada con éxito en Venezuela.
Si esto no lo entiende el Alto Comisionado de la ONU al concluir que: “Basándome en mis conversaciones, percibo que existe un reconocimiento general en todo el espectro político y social de la necesidad de reforma”, al referirse a las reformas en los sistemas de justicia y seguridad, entonces no ha entendido o no ha querido entender el verdadero problema de los venezolanos.
El Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU viene a Venezuela para dar la imagen de que la ONU si está pendiente de Venezuela y puede hacer algo en relación con la gravedad de lo que sucede, cuando la realidad es como la de un médico que va a casa de un enfermo de gravedad y prescribe aspirinas a sabiendas de que no puede hacer nada por él y le miente en la cara a los familiares. Ese es el verdadero sentido de la visita del Sr. Turk a Venezuela.
Al instar a ratificar la Convención contra las Desapariciones Forzadas y el Acuerdo Regional Latinoamericano y del Caribe sobre medio ambiente, Acuerdo de Escazú, el Alto Comisionado sabe de cierto que realiza un saludo a la bandera y más aún cuando ha escuchado con crudeza la información de la sociedad civil “sobre la situación, a menudo calamitosa, de las prisiones y la falta de alimentación, medicinas adecuadas y de acceso a asistencia sanitaria oportuna”.
¿Cree de verdad el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU que el régimen le abrirá a la ONU las puertas de las prisiones militares de la Tumba y las mazmorras del DGCIM en Boleíta, para conocer la situación de presos como Caiguaripano? Lo que les dará es tiempo para que preparen una parodia que presentarle al mundo y seguir escondiendo lo que pasa en Venezuela.
Pero lo que más me sorprende es que toda la prensa de Venezuela y el mundo reseñe que las cosas mejorarán en el país en materia de Derechos Humanos, porque vino ese funcionario que lo primero que dice es que las sanciones son el problema, cuando el problema de fondo es un régimen que ha provocado con su saqueo la crisis migratoria y humanitaria más grande del continente americano. Sería bueno para la humanidad que el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU, al descifrar el enigma del huevo y la gallina en Venezuela, diera el siguiente paso al indicarnos cómo hacer para alcanzar la paz mundial…
Caracas, 2 de Febrero de 2023
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TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/
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Totalmente de acuerdo. Nos dió una aspirina el Alto Comisionado para los DDHH.
ResponderEliminarEl problema es que quieren quedar bien con Dios y con el Diablo.