Por Luis Manuel Aguana
No me cansaré de insistir que en política no existen ingenuidades. Por supuesto, es imposible negar que exista allí mucha ignorancia de las cosas y por esa razón se tomen decisiones que terminan afectando a quienes las toman, precisamente por ignorantes. Y no es que esto sea dicho con carácter peyorativo. Mi padre, educador insigne, decía al respecto de ese tema, que ignorante es el que ignora, y de allí que sea necesario educarlo, aunque la tarea de educar ignorantes sea muy dura. O como decía Benjamín Franklin: “Ser ignorante no es una gran vergüenza, pero no estar dispuesto a aprender si lo es”. Y los políticos han demostrado hasta la saciedad ser unos desvergonzados…
Es el caso de las primeras consecuencias que estamos observando los venezolanos, al perder la sede y la representación diplomática de Venezuela en los EEUU con la decisión de eliminar el interinato y desaparecer la figura de la Presidencia Encargada en la Ley de Reforma del Estatuto que rige la Transición, que es el nombre del adefesio legal que aprobó la Asamblea Nacional de 2015, el pasado 30 de diciembre de 2022. Dudo mucho que los autores de semejante acción lo hayan hecho por ignorancia de la Convención de Viena, o cualquier otra reacción de desconocimiento que ahora esgrima el Departamento de Estado de los EEUU (ver El Departamento de Estado asume las sedes diplomáticas de Venezuela en EEUU, en https://www.turimiquire.net/2023/02/10/el-departamento-de-estado-asume-las-sedes-diplomaticas-de-venezuela-en-los-estados-unidos/).
Fueron múltiples notorias y comunicacionales las oportunidades en que las delegaciones opositoras se reunieron con James Story, Embajador de los EEUU para Venezuela, con sede en Bogotá, Colombia, antes de diciembre de 2022, al punto que muchos consideraron que el jefe de la oposición política de Venezuela era el Embajador Story. Es por eso que dudo mucho que esa intención no haya sido ventilada, con la consiguiente respuesta acerca de sus consecuencias de parte de los funcionarios norteamericanos, por lo que difícilmente el llamado grupo G3 no estaría en desconocimiento de lo que sucedería si desaparecían la Presidencia Encargada.
Pero aun así lo hicieron, colocando deliberadamente las relaciones con los EEUU en suspenso hasta que ocurran las elecciones de 2024 o antes cuando el régimen así lo decida. Los EEUU cerraron la Embajada de Venezuela en Washington y se quedaron con las llaves para entregárselas al nuevo gobierno que ellos consideren legítimo en nuestro país. Y ese nuevo gobierno deberá salir de esas elecciones.
Ciertamente, la Presidencia Encargada era un obstáculo para quienes, dentro de la erróneamente llamada oposición venezolana, están haciendo el trabajo de ayudar a la permanencia de Nicolás Maduro Moros en el poder. Lo lamentable de esta situación es que ese paso demostró allanarle es camino al régimen en su pretensión de ser considerado legítimo a los ojos de la Comunidad Internacional.
Viéndolo de esa manera un acto que ahora ha sido tomado por la colectividad como impulsivo, ingenuo o hasta ignorante por las consecuencias que tuvo, tiene ahora toda la apariencia de ser deliberado y a conciencia.
Esa fue la tarea que el régimen le impuso a la oposición oficial en ese “diálogo” de México: acabar con el interinato e impulsar la vía electoral a través de las primarias opositoras, ya que ese paso catalizaría la existencia de un “gobierno legítimo” que los EEUU puedan reconocer a partir de esas elecciones. Incluso si son antes mejor, como ya lo han venido anunciando prominentes voceros del régimen como Diosdado Cabello Rondón.
El siguiente paso ya lo está dando la Comisión de Primarias, al iniciar los acercamientos formales con el Consejo Nacional Electoral, CNE. Esto eliminaría la participación de precandidatos incómodos y que están pidiendo algo que no les van a dar: elecciones primarias libres, manuales y transparentes, con la plena participación de los venezolanos de la diáspora.
Pero el régimen y sus asociados mantendrán cerca a esos candidatos incómodos hasta donde sea posible, enviándoles el caramelo de encuestas donde salen ganadores. Eso los mantendrá entretenidos y en confianza, así como a la población, que vería con agrado aquello de que van adelante “ni los unos ni los otros”, en una estrategia donde luciría ganadora una opción donde más del 80% de los venezolanos se inscribe. Pero esto durará hasta cuando esa Comisión de Primarias anuncie su decisión mayoritaria de utilizar el CNE para contar los votos opositores, como efectivamente lo desea la mayoría de sus factores principales, y algunos lo han manifestado públicamente.
¿De qué se trata finalmente todo esto? De quien se queda finalmente con las llaves de la embajada en los EEUU y el reconocimiento de la Comunidad Internacional. Y la oposición oficial se lo está poniendo al régimen en bandeja de plata deliberadamente. Los que creen que pueden ganar esa elección primaria con una Comisión de Primarias que nadie sabe de dónde salió, bajo qué criterios fue designada y a que intereses responde, están viviendo una suerte de Sueño de una Noche de Verano. Lo que sí está muy claro para todos es que quien salga designado como candidato “ganador” de esas primarias para medirse con quien ponga el régimen, será el que aceptará mansamente los resultados que decida el CNE controlado por Maduro. Esa es la situación que está planteada en Venezuela.
Y ustedes me dirán, “pero tú lo que quieres es que nos coma el tigre” como decía la vieja guaracha. Pareciera que el destino de Venezuela ya está determinado, y que es como un tren que va a toda marcha montado en un riel que apunta hacia un barranco. Que el régimen tiene todos los números de la rifa del poder. Pues bien, hasta ahora es así.
¿Y cómo hacemos para descarrilar ese tren? La Comunidad Internacional insiste tercamente en que nos midamos electoralmente con quien controla la máquina de contar votos, y el que la tiene se está asegurando que el resultado le favorezca, incluyendo quien será su oponente, porque tiene el dinero y el poder para hacerlo.
Mientras tanto Maduro cancela el diálogo, donde supuestamente la oposición oficial discutiría “las condiciones” para unas elecciones “libres, justas y verificables”, indicando que no hay garantías para seguir en el diálogo (ver Nicolás Maduro anunció que no vuelve a la mesa de diálogo en México, en https://www.costadelsolfm.org/2023/02/16/nicolas-maduro-anuncio-que-no-vuelve-a-la-mesa-de-dialogo-en-mexico/).
El régimen nunca tuvo intenciones de concluir ese diálogo, pero si convocará a unas elecciones, pero bajos sus propios términos y en el momento que quiera. Eso es lo que se ve en el horizonte político. Si los venezolanos estamos dispuestos a entregar las llaves de la embajada de los EEUU al régimen en el 2024, y con ellas el reconocimiento que está buscando desesperadamente, sigamos pensando como la oposición oficial que el camino de las primarias es la salida. De lo contrario tenemos tiempo para pensar desde ahora cómo se hace para descarrilar un tren…
Caracas, 18 de Febrero de 2023
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