sábado, 13 de diciembre de 2025

Nobel, Poder y Juramentación

Imagen resumen de la nota cortesía de AI Google Gemini

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Existe un principio asociado a la mecánica cuántica, denominado “El efecto del observador”, que tiene implicaciones prácticas profundas, que van mucho más allá de las ciencias naturales, que fue donde se originó. Este principio indica que el hecho mismo de observar un fenómeno lo cambia en su esencia. En otras palabras, el observador no es neutro. Al observar, interviene en el fenómeno mismo y lo cambia.

Me vino a la mente todo esto al observar lo que sucedió en Oslo, con la entrega del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado (MCM). Cuando el Comité del Nobel decidió entregarle el premio a MCM, produjo un fenómeno observable, que luego el resto del mundo –en especial los venezolanos- lo cambiamos cuando efectivamente nos abocamos a reaccionar ante eso.

Escribía en una nota reciente dedicada a la decisión del Nobel para MCM (ver Nobel de la Paz en el borde de una guerra, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/10/nobel-de-la-paz-en-el-borde-una-guerra.html)  que ese Premio Nobel la había colocado en otro nivel de competencia –en otro lote-, haciéndola imbatible en cualquier circunstancia de confrontación política futura.

Pero me quedé corto. Los venezolanos y el grave problema que padecemos estuvimos en el ombligo del mundo el día de la premiación del Nobel de la Paz del 10 de diciembre. Presidentes y figuras de talla mundial estuvieron presentes el día de la premiación, convirtiendo el acto en uno de los eventos históricos más importantes de los últimos tiempos a escala planetaria. Eso cambió la esencia misma de la significación de la protagonista.

A partir de ese momento, MCM dejó de ser una figura de importancia relativa en Venezuela, para convertirse en una figura de escala mundial. Y aunque eso ayuda en positivo a la recuperación del país del secuestro al que está sometido, distorsiona la realidad política interna. Y algunos me preguntarán: ¿y eso es malo? Sí y no. Todos los factores políticos, buenos, malos y peores que por una u otra razón están fuera de Venezuela, estuvieron presentes en el besamanos de Oslo, buscando revalidación, con un abrazo o una fotografía con MCM. Todos, incluso aquellos considerados traidores al esfuerzo realizado por ella. Su bendición a partir de hoy es ahora esencial.

Si antes era importante que la líder opositora opinara acerca de la dirección que debe tener la lucha en contra del régimen, como consecuencia de su esfuerzo para llegar al triunfo electoral del 28 de julio de 2024, a partir de hoy se hace indiscutible. Se vería muy mal si a alguien se le ocurriera decir algo en contrario. ¿Y eso es bueno? Definitivamente no. No creo que sea bueno que sobre un ser humano recaiga a partir de ahora la responsabilidad de algo tan complejo como el problema que tiene Venezuela.

A partir de hoy, a ninguno de esos líderes –incluso los que hicieron cola para la fotografía de Oslo- y que antes le disputaban una posible presidencia a MCM, se les ocurriría pensar ahora que podrían estar antes que ella. Y yo creo que eso no estaría mal dada la calidad que han demostrado esos pretendientes.

MCM, a partir de este momento estelar de su vida está condenada a conducir el destino político de Venezuela. Y eso para nada estaría mal si la extraemos del contexto político tóxico en el que se encuentra la oposición venezolana, que para sobrevivir después de 1998 se abrazaron al régimen de Hugo Chávez Frías y luego al de Nicolás Maduro Moros. Muchos de ellos estuvieron “felicitándola” en Oslo por su logro, pero con la idea detrás de continuar con su supervivencia, metiéndose como sea por las costuras de su vestido. De nuevo, sobre una sola persona recaerán ahora las decisiones finales del problema venezolano.

Esa definición política previa de la situación que presenta MCM mucho antes de que sea efectiva la libertad de Venezuela, podría ser una gran ventaja, pero también una tremenda desventaja, si ella permite que quienes se le acerquen vayan con intenciones escondidas. Esa es la maldición de los liderazgos absolutos, no saber en quién confiar. Y esa condición es de una soledad aterradora. Habrá en su cercanía quienes le digan que la solución está por un lado y otros en la dirección contraria por puro interés particular. Pero la equivocación será solo de ella.

Aquellos que nos encontramos lejos de eso y vemos solo los resultados de las decisiones que se están tomando ahora, solo podemos especular de acuerdo a lo que vemos desde afuera. Y mi preocupación ahora se centra en todo lo que ha sucedido después del 28 de julio de 2024 y que se hagan efectivos esos resultados una vez que el régimen de Nicolás Maduro Moros ya no exista en Venezuela.

MCM ha insistido de manera reiterada en que la juramentación de Edmundo González Urrutia (EGU) debe ser en Venezuela. Y muchos juristas han apoyado esa posición, sustentándose en que el gobierno de los EEUU se hará cargo del régimen de Maduro a la brevedad. Pero muchos creemos que eso es un error. Los EEUU se harán cargo del régimen CUANDO ELLOS LO CONSIDEREN CONVENIENTE a sus intereses, internos y externos. Incluso, podrían no hacerlo. Es algo que escapa al control de la oposición venezolana, incluso de la premiada con el Nobel de la Paz.

Si algo nos ha enseñado la historia de este país, es que lo jurídico siempre se ha subrogado a lo político cuando hace falta y es de la conveniencia del poder. Mi preocupación se centra en que no fue a MCM a quien eligieron los venezolanos el 28J-2024, sino a EGU, y ella todavía no ha sido empoderada como la vicepresidente que puede continuar como tal con la lucha si hace falta. Les pregunto: ¿qué pasaría si EGU –Dios no lo permita- desapareciera mañana, por enfermedad o porque el régimen se encargó con sus socios? ¿Les parece loca o extraña esa preocupación? A mí no, a la luz de lo que han hecho en el pasado.

Si EGU desaparece antes de ser juramentado y no empodera a MCM, todo lo que se ha hecho desde el 2023, incluido el 28J-2024, se perdería de manera irremediable. Pero no solo el esfuerzo de MCM y su Nobel, sino lo más grave, habrían sido inútiles los muertos, desaparecidos y presos por hacer respetar la soberanía popular.

Todo eso refuerza la teoría expuesta en mi nota de enero (ver Hay que juramentar a Edmundo, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/01/hay-que-juramentar-edmundo.html) del dinero que administra la MUD y la pérdida de su control. Si EGU se juramenta, y la MUD pierde el control administrativo del dinero de la OFAC, pasaría  todo a EGU-MCM por la legitimidad de su mandato.

La MUD no estaría de acuerdo en perder el control del dinero de su supervivencia por juramentar a EGU sin negociar el “cómo quedo yo allí”. Y eso es lo preocupante de quienes ahora se acercan a la Premio Nobel buscando reconciliar el pasado, aconsejando al oído esperar interesadamente “a que se recupere Venezuela”. Y en el medio de eso todos podemos perder porque sabemos cuál ha sido el comportamiento histórico de esos partidos cuando se trata de la conservación de su influencia política.

La juramentación de EGU no es solo la pequeñez de si se hace o no en el país o ante quién lo hace. Eso lo puede resolver cualquier buen jurista si hay la voluntad política de hacerlo. Ese será el menor de los problemas para la nueva laureada del Nobel de la Paz si el Presidente Electo desaparece esperando a que se acomode Venezuela.  Será la preservación del esfuerzo de todo un pueblo que la acompañó hasta Oslo y lo hizo posible.

El problema de fondo es quién sería el verdadero gobernante legítimo del país ante la presencia de un vacío de poder en Venezuela. Ahora lo sería EGU, pero no se le ha transferido oficialmente el poder ante una autoridad legítima, y por consiguiente tampoco a MCM. Hay gente poderosa que no está interesada en que eso ocurra. Quedará para la historia si quienes tuvieron la oportunidad de salvaguardar ese esfuerzo ante cualquier cosa que pase, no lo hicieron  por conveniencia política. Ese sería el primer trabajo que le corresponderá resolver a la nueva jefe del futuro político previsible de Venezuela…

Caracas, 13 de diciembre de 2025

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana


domingo, 7 de diciembre de 2025

Un Nuevo Pacto para Venezuela

Imagen resumen de la nota cortesía de AI Google Gemini

Por Luis Manuel Aguana

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Intervención en el foro Aniversarios del chat “Crecimiento Personal” y Alianza Bravo Pueblo, ABP, del Estado Apure, 7 de diciembre de 2025

Buenas tardes,

Antes que nada, mi agradecimiento a Rafael Polanía y demás organizadores de este foro por la cordial invitación y, por supuesto, mis felicitaciones por los aniversarios del chat de “Crecimiento Personal” y de Alianza Bravo Pueblo, ABP, en el Estado Apure. Siempre es bienvenida para mí una oportunidad para conversar acerca del proyecto El Gran Cambio de ANCO, y que en estos momentos aciagos del país se hace  cada vez más necesario.

No es para nadie un secreto que desde hace varios años ANCO le ha planteado al país un nuevo modelo de desarrollo, fundamentado en las raíces históricas de la fundación de la República. Hemos explicado una y otra vez que nuestra primera Constitución de 1811, origen de nuestra nacionalidad, estableció un modelo federal de Estado en el que se apuntaron las 7 provincias de la Capitanía General de Venezuela, que estuvieron de acuerdo con cortar lazos independientes del imperio español. Toda nuestra historia republicana comenzó a partir de  ese momento. Y ese modelo federal de Estado fue inspirado en los aires de libertad de los Padres Fundadores de los EEUU, y que se plasmó en su primera y única Constitución sancionada el 17 de septiembre de 1787, poco más de 23 años antes de la nuestra.

Uno de los aportes fundamentales para la humanidad de los Padres Fundadores de los EEUU, y específicamente de Thomas Jefferson (1743-1826), fue la Declaración de Independencia de los EEUU, redactada en 1776. En ella está la mejor definición del principio básico sobre el cual se sustenta toda democracia:

“Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados…” (ver Declaración de Independencia de los EEUU en español, en https://www.archives.gov/espanol/la-declaracion-de-independencia.html).

En este sentido, Jefferson define qué es lo que debe defender y garantizar un gobierno: el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; y que los hombres se organizan en gobiernos para proteger estos derechos. Léase bien: los poderes de los gobiernos derivan del consentimiento de SUS CIUDADANOS. De nosotros. Ese principio fundamental está contenido en el Artículo 347 de la Constitución venezolana de 1999. Porque ese  principio es la razón de la existencia de un gobierno. De allí debemos partir.

Quise aclarar este punto al comienzo de esta presentación porque si lográramos convencer a los venezolanos de este principio fundamental que fue enunciado hace 238 años en los Estados Unidos, y que ya es un principio universal para el todo el mundo, de que la razón por la cual existen gobiernos es para garantizarnos a NOSOTROS, EL PUEBLO (“WE, the People” como comienza la Constitución de los EEUU) el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, y que somos la razón por la cual ellos detentan el poder, entonces estaremos garantizando que cualquier gobierno que venga después de este o cualquier otro, se subrogue a los ciudadanos y tengamos un país verdaderamente democrático, en paz y con libertad para siempre.

Ahora bien, ¿de qué se trata en el fondo nuestra propuesta, El Gran Cambio? ¿Cuál es el concepto que está detrás de todo el planteamiento, que asumo que ustedes ya habrán leído o visto en la presentación que les hice llegar? De llevar al poder lo más cerca posible al ciudadano y que podamos verdaderamente garantizar el principio anteriormente enunciado.

Que todo el entramado de representación popular que se ha distorsionado con los años desde nuestra Guerra de Independencia, por la exigencia del Libertador de centralizar el Estado para pelear una guerra, y que se profundizó después de la separación de Venezuela de la Gran Colombia hasta nuestros días, se revierta de una manera tal que haga regresar a los venezolanos al concepto que prevaleció en los orígenes de nuestra nacionalidad: somos los ciudadanos los que decidimos cómo deberá construirse el Estado para lograr el máximo bienestar posible.

Esta es otra manera de plantear el concepto de la inversión de la pirámide del poder en Venezuela que les expliqué en la presentación que les envié: Primero los municipios, luego los Estados y luego el país reunido en una federación de Estados autónomos, fuertes e independientes, a través de un Nuevo Pacto Constitucional que nos garantice la aplicación de todos estos principios.

Esto es a lo que nosotros llamamos REFUNDACIÓN de Venezuela. Como verán, no he hablado hasta ahora ni la primera vez de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. ¿Y por qué? Porque si no se entiende este concepto antes, lo que he llamado el “para qué” de una Constituyente, no le puede hacer sentido a nadie porque la necesitamos como la herramienta indispensable para poder hacerlo.

Es por eso que no podemos plantearle a nadie una Asamblea Nacional Constituyente si no explicamos para qué la queremos. Y eso es precisamente El Gran Cambio. Pero voy más allá: ¿para qué la queremos en cada Estado del país? El proyecto general que hemos escrito explica cambios en la estructura general del Estado, para de nuevo llegar al Estado federal de una forma actualizada, como, por ejemplo, el regreso a la representación federal de los Estados en un Congreso de dos Cámaras, como ha existido desde los tiempos de la victoria federalista en la Guerra Federal y de la Constitución de 1864, donde el texto constitucional vuelve a llamarse federal de un modo formal.

A ese respecto, la Dra. Irene Loreto González, en un extraordinario trabajo sobre el federalismo, indica: “Esta Constitución (la de 1864), sancionada por la Asamblea Constituyente y promulgada por el general en jefe y presidente de la República, Juan Crisóstomo Falcón, es una de las principales constituciones de Venezuela, porque genera una transformación del sistema constitucional venezolano al establecer la forma federal del Estado y acentuar la descentralización político-territorial contenida en la Carta de 1858” (ver Irene Loreto González, Federalismo como sistema político, en http://historiaconstitucionalvenezuela.blogspot.com/2010/06/federalismo-como-sistema-politico.html).

En nuestro proyecto le asignamos una importancia categórica a una nueva división político-territorial del país, desde la perspectiva municipal en cada Estado, introduciendo un concepto reformulado de provincia. Cada Estado deberá, luego de promulgada una nueva Constitución Federal para la República de Venezuela, establecer una Constituyente para sus propios ciudadanos, que defina su propia identidad y modelo de desarrollo económico de acuerdo con sus propias potencialidades para generar desarrollo y crecimiento económico. Solo ustedes saben las suyas en el Estado Apure.

Eso amerita la definición previa de un proyecto El Gran Cambio para cada Estado, donde se formulen prioridades y organización para cada entidad federal, así como los mecanismos de representación política de cada Estado en la federación. Ese es el siguiente paso de nuestra cruzada, donde ustedes son los protagonistas principales. Nadie puede desde ningún lugar definir qué es lo mejor para ustedes en su propio Estado, solo ustedes lo saben, como dije antes. Quisiéramos trabajar con ustedes para definir el proyecto El Gran Cambio de ANCO en el Estado Apure. 

Como podrán notar, lo que planteamos con el Gran Cambio NO ES de ninguna manera un programa de gobierno para una estructura del Estado predefinida. Es una nueva estructura sobre la cual descansará un nuevo modelo de desarrollo político, económico y social, basado en la independencia regional y que representaría un Nuevo Pacto entre gobernantes y gobernados que se  materializaría en una nueva Constitución Política para Venezuela.

Y esto no es de ninguna manera cualquier cosa, y de allí la importancia de esta discusión desde la base misma de la sociedad: el ciudadano. Y más importante aún: una vez definido ese proyecto en cada Estado, es por eso por lo que se lucharía políticamente, y los liderazgos que salgan serán precisamente por defender ese cambio, no la posición de algún dirigente político, ni el liderazgo de nadie, sino la mejora de la calidad de vida de las personas, fundamentados en un proyecto de cambio concreto.

El Gran Cambio es, respetando la debida distancia histórica, un proyecto político de magnitud, como lo fue en su oportunidad el Plan de Barranquilla, pero sin el corte ideológico de la izquierda revolucionaria de quienes lo impulsaron.  El último punto del Programa de ejecución del Plan de Barranquilla establecía “Convocatoria dentro de un plazo no mayor de un año de una Asamblea Constituyente, que elija gobierno provisional, reforme la constitución, revise las leyes que con mayor urgencia lo reclamen y expida las necesarias para resolver los problemas políticos, sociales y económicos que pondrá a la orden del día la revolución…” (ver Rómulo Betancourt, Plan de Barranquilla, 22 de marzo de 1931, en  https://es.wikisource.org/wiki/Plan_de_Barranquilla). No estamos inventando nada que no haya ocurrido en el pasado en Venezuela. La Constitución de 1961 salió de ese Plan.

Los impulsores del Plan de Barranquilla tardaron 30 años en cristalizar ese proyecto que se materializó con la Constitución de 1961 y con 40 años de democracia continua. Lamentablemente, ese modelo se extinguió cuando sus principales protagonistas traicionaron los valores que hicieron posible la democracia pactada en 1958 con el Pacto de Punto Fijo, dándole paso a la nada de un proyecto castro-comunista fracasado. No se puede regresar al mismo sistema anterior so pena de cometer los mismos errores que hicieron colapsar las bases del país en 1992, con el intento de golpe de Estado de Hugo Chávez Frías, y su materialización posterior al llegar al poder en 1998. Debemos comenzar algo completamente nuevo.

Solamente el pueblo puede cambiar la ecuación del poder y revertirla a favor del ciudadano. De allí mi referencia al comienzo a las ideas de libertad que prevalecieron en el mundo a finales del siglo XVIII y que desafortunadamente en Venezuela no se desarrollaron de la misma manera. Es tiempo de entenderlo y reflexionarlo para el futuro. Y este es quizá el mejor momento para esa discusión cuando todo está destruido en Venezuela. Espero haber sumado con ustedes más voluntades para esa noble causa…

Muchísimas gracias…

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