viernes, 27 de septiembre de 2024

Venezuela, la certeza de la incertidumbre

Por Luis Manuel Aguana

English versión

¿Deberíamos preocuparnos por el futuro cercano de la situación política del país? Cualquiera podría decir, ¿Qué clase de pregunta es esa? ¡Claro que deberíamos estar preocupados! ¿Y si yo les dijera que con o sin esa preocupación, el destino que tiene Venezuela no puede ser otro que el de ser libres? La gesta libertaria de Venezuela es una herencia histórica que, querámoslo o no, llevamos a cuestas los venezolanos, desde hace más de 200 años. Forma parte de nuestra manera de ser y de actuar. ¿No se han dado cuenta de que en toda nuestra historia, por más que algún gobernante haya querido someter a los venezolanos, ha salido tarde o temprano con las tablas en la cabeza? Ese es la característica de “cuero seco” que nos atribuyo Antonio Guzmán Blanco hace más de 100 años.

Entonces, la pregunta aquí no es si corregiremos o no el error monumental de nuestra historia que significo Hugo Chávez en 1998, sino en qué momento y cómo. En ese contexto, podemos tener la certeza del desenlace. Lo que nos causa preocupación es la incertidumbre de no saber cuándo y cómo será. En la historia cercana del siglo XX, con Juan Vicente Gómez, la cosa tardó 27 años, terminando con la muerte del dictador, no sin antes de muchos intentos, incluidas invasiones externas como la expedición del Falke. En el caso de Marcos Pérez Jiménez tardamos 10 años, menos tiempo pero con el auxilio de las FFAA.

La situación que nos ha tocado vivir desde hace más de 25 años igualmente tendrá un final con el consiguiente resurgimiento del país, como ocurrió antes. No es un deseo, es una certeza. Sin embargo, debemos reflexionar un poco acerca de cuánto y cuando hemos avanzado en ese objetivo, y las razones de los diferentes fracasos. Soy un convencido de que el régimen no hubiera durado lo que ha durado sin la ayuda de la oposición comprada y cohabitante. En otras palabras, no hemos tenido una oposición verdadera –o no hemos tenido oposición alguna- que conduzca al triunfo real del pueblo opositor. Sería innecesario reseñar en esta nota la cadena de errores cometidos, por acción u omisión, por quienes se dijeron opositores en todos estos años, porque ya lo he hecho de alguna manera en este blog al menos en 14 de esos 25 años.

En esta ocasión, diferencia de las anteriores oportunidades, tenemos una oposición con la vocación que se requiere frente al régimen, liderada por María Corina Machado (MCM), quien ha demostrado sin lugar a dudas estar al nivel del problema que tenemos. Se podría estar en desacuerdo con su historia pasada, pero lo indiscutible es que ha llevado este conflicto a un nivel que podemos decir con confianza, que tenemos la oportunidad, nunca antes más cercana, de resolver el problema político del país. Y en el caso negado de perder esa oportunidad, los venezolanos ya se han dado cuenta cabal de quienes han sido los traidores y del tenor que se requiere de quienes deben conducir esta lucha.

Hoy se ha avanzado, como nunca antes, desde el proceso de primarias del 22 de octubre de 2023, siendo que por primera vez el régimen se encuentra arrinconado y a la defensiva, llevándose a todos por delante, atropellando más aún los Derechos Humanos de quienes se le oponen. Ese es el mejor indicador del avance opositor.

Un indicador incontestable es la declaración de 31 gobiernos de países que al margen de la 79º Asamblea General de la ONU, se reunieron para dialogar sobre la grave y urgente situación presentada por Venezuela, en apoyo al respeto de los principios democráticos y el ejercicio de los Derechos Humanos en nuestro país, y en el que se exhorta a iniciar “conversaciones constructivas e inclusivas sobre una transición con garantías para ambas partes a fin de resolver el estancamiento político del país y restaurar las instituciones democráticas pacíficamente de conformidad con la legislación venezolana, así como con la voluntad del pueblo expresada a través de sus votos el 28 de julio. Permanecemos junto a los millones de venezolanos que siguen arriesgando sus vidas y su bienestar para exigir un futuro más democrático, próspero y seguro para ellos y para su país” (ver Departamento de Estado de EEUU, “Comunicado conjunto sobre la situación en Venezuela”, 26 de septiembre de 2024, en https://www.state.gov/translations/spanish/comunicado-conjunto-sobre-la-situacion-en-venezuela/) (resaltado nuestro).

¿Dónde se halla la incertidumbre? Tenemos la certeza de que esa oposición derrotada, deseosa de recuperar una confianza que los venezolanos le quitamos, por corrupta y cohabitante, influya para que Edmundo González Urrutia (EGU), y en consecuencia MCM, fracasen en el intento de recuperar el país, dinamitando la toma de posesión de EGU en enero de 2025, y desacreditando el liderazgo opositor bien ganado de MCM en las urnas. Se puede tener la certeza de esa incertidumbre.

La oposición oficial comenzó ya una lucha intestina en Venezuela (caso PJ y Capriles) para ver quién luce mejor frente al régimen para unas elecciones regionales el 2025, y seguir sobreviviendo a costa de nuestras desgracias con el régimen a la cabeza. Mientras 31 gobiernos le dicen a Maduro que deponga su actitud y respete la voluntad de los venezolanos del 28 de julio, la oposición oficial se comienza a cuadrar con el régimen para unas elecciones regionales, siendo esta la primera beneficiada del fracaso de EGU y MCM. Mayor contradicción imposible, que comprueba lo que siempre muchos  sostuvimos: que realmente NUNCA fueron oposición. ¿Seguiremos los venezolanos en ese juego electorero del régimen que solo alimenta la desgracia y el continuismo?

El régimen, en su desesperada búsqueda de la “normalidad” post 28 de julio, hará lo imposible para detener el avance internacional del cerco que paso a paso se le ha construido y que continuará cerrándose todos los días. Cada día hay un éxito nuevo en la dirección del reconocimiento internacional de EGU como Presidente Electo. Prácticamente, la noticia internacional más importante de estos días han sido los pronunciamientos en la 79º Asamblea de la ONU de los presidentes a favor del respeto de la Soberanía popular y los Derechos Humanos en Venezuela, comenzando por el del mismo Presidente de los EEUU, Joe Biden.

El peor error que podemos cometer es acelerar algo que se está desarrollando exitosamente. El mundo ya sabe que el régimen no es viable y cada día que pasa vamos consiguiendo más apoyos, como el del reciente pronunciamiento del Senado colombiano instando al Presidente Petro a reconocer a EGU como Presidente Electo (ver EGU y MCM le agradecieron al Senado de Colombia su apoyo, en https://www.costadelsolfm.org/2024/09/25/edmundo-gonzalez-y-maria-corina-machado-le-agradecieron-al-senado-de-colombia-su-apoyo/).

Pero si eso no es suficiente, sumamos la declaración de ayer del Secretario de Estado de los EEUU, con la Ministro de Asuntos Exteriores de Argentina, Diana Mondino, en el Hotel Palace de Nueva York el 26 de septiembre, indicando “Venimos aquí unidos en el compromiso de defender los derechos humanos del pueblo venezolano, y comprometidos a lograr un esfuerzo inclusivo, liderado por venezolanos, para restaurar el futuro democrático de esa nación. Eso significa insistir en que Maduro entable un diálogo directo con la oposición democrática unida de Venezuela que conduzca a un retorno pacífico a la democracia. Estados Unidos y sus socios están plenamente dispuestos a apoyar este proceso” (ver Declaraciones del Secretario de Estado de EEUU, Antony J. Blinken en una reunión ministerial sobre la urgente situación de Venezuela, en https://www.state.gov/translations/spanish/declaraciones-del-secretario-de-estado-de-ee-uu-antony-j-blinken-en-una-reunion-ministerial-sobre-la-urgente-situacion-en-venezuela/).

Una solución violenta no le conviene ahora a nadie, salvo a los que viven de ellas y azuzan los odios de las personas para vender armas o su conocimiento de matar. La última vez en que Venezuela se metió de lleno en una espiral de violencia acabamos con el país, y murió un tercio de la población. Podría argumentarse en contra que logramos salir del dominio español y liberar un territorio que se convirtió luego en 5 naciones, a un costo que todavía algunos consideran demasiado elevado, incluyendo la destrucción del sueño unitario de Bolívar. De esas 5 naciones solamente Venezuela quedo arrasada en gente e infraestructura productiva, y no salimos de abajo hasta encontrar petróleo.

Pero aunque la Guerra de Independencia fuera en defensa propia -no tuvimos alternativa- de acuerdo  al historiador español Fernando Olivié, citado por Enrique Tejera París, en su obra Venezuela y el Dios de los borrachos (1), debió ser evitada: “En vez de enviar a América a diplomáticos y hombres de Estado –que tampoco había muchos- Fernando VII y su gobierno enviaron a Morillo con 10.000 soldados, pero hasta la misma elección de Morillo fue un error”. De acuerdo a Tejera París, “Con semejante monarca no había arreglo ni negociación posible. Nuestra guerra de independencia era inevitable, por defensa propia”.

Pero ahora si tenemos alternativas, porque el mundo y el siglo son diferentes. Contamos con un Presidente Electo que tiene los votos de los venezolanos, y una causa sostenible y compartida cada vez más por la Comunidad Internacional. Y si finalmente no hay arreglo ni negociación posible con quienes ahora secuestran el país, la negociación todavía sería viable con los países que los sostienen en el poder. Y esos países acabarán comprendiendo, que más les vale trabajar para el futuro en sus intereses, con un gobierno legítimo en Venezuela que con una mafia que el mundo cada vez más rechaza  plenamente.

Como decía Gustavo Herrera, venezolano insigne, Canciller, Ministro de Educación y Ministro de Fomento en 1943, citado por Tejera París en la obra arriba mencionada: “No se preocupen tanto, porque a Venezuela la protege el Dios de los borrachos”. No solo estoy seguro de eso, sino de nuestra condición resiliente y libertadora, incapaz de ceder, y que ojalá nunca llegue a manifestarse con violencia, porque la última vez que ocurrió eso, la onda expansiva de esa confrontación no solo aniquiló a un tercio de nuestra población sino a la totalidad de los que quisieron someternos…

Caracas, 27 de Septiembre de 2024

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(1) Tejera París, Enrique, Venezuela y el Dios de los borrachos, Editorial Libros Marcados, Primera Edición, Marzo 2007, ISBN 980-6933-16-8

domingo, 22 de septiembre de 2024

La oportunidad de Edmundo

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Todavía me es difícil de entender por qué sigue siendo más importante para todo el mundo la explicación de las razones que llevaron a Edmundo González Urrutia (EGU) a salir de Venezuela, que abordar el inmenso número de posibilidades positivas que su salida del país tiene y puede tener para los venezolanos, para la materialización del resultado real de las elecciones del 28 de julio. Pareciera que una parte de la opinión pública encontrara algún avance a nuestro principal problema –salir del régimen-  revisando el detalle de la extorsión de la cual fue objeto EGU para que firmara cualquier cosa que le pusieran al frente para resguardar su vida y la de su familia.

¿Qué parte no entendieron de que un EGU muerto o encerrado en una tumba del régimen, hubiera significado que no valieran nada los 25 asesinatos y más de 2.000 detenciones arbitrarias cometidas después del 28 de julio? ¡Claramente que hubo un delito al extorsionarlo con su seguridad y la de su familia para entregarle un salvoconducto para salir del país! Y que debía estar fuera para resguardar lo que algunos no quieren o no les da la gana todavía entender, por un sinfín de mezquinas razones: ¡QUE EGU ES EL ÚNICO DEPOSITARIO de la Soberanía Popular expresada el 28 de julio! ¡Sin él no hay nada que cobrar!

Y en el medio del océano de los más atroces delitos cometidos por este régimen a través de sus principales representantes en más de 25 años, ¿por qué todavía se sigue insistiendo en cómo EGU salió de Venezuela? ¡Es por eso por lo que seguimos en esta lucha! ¡Por la restitución de las libertades y el Estado de derecho! Claramente, a la vuelta de la legalidad en el país se deberán determinar las respectivas responsabilidades de los actores de este lamentable episodio, tanto de venezolanos como de extranjeros y abrir los procesos penales correspondientes.

Pero aquí voy a lo que considero más importante de este impasse de la lucha política: ¿Qué interés podía haber en desprestigiar o minimizar el carácter de EGU en esta situación, colocándolo como un cobarde o de supuesta “marioneta” de unos vividores de la política venezolana o española? ¿Quién o quiénes están detrás de todo esto que aún continúan echándole leña a ese fuego, y que no salgamos de esta discusión estéril? A eso es lo que los venezolanos tenemos que ponerle el ojo. Las envidias se han puesto al rojo vivo y hay mucha gente de la vieja política que prefiere destrozar lo que se ha alcanzado, a permitir que se siga avanzando en la recuperación del país, con la conducción de un liderazgo distinto.

¡Ya EGU está afuera de Venezuela! ¡Hay que continuar! ¿Qué es posible que el régimen se ensañe con su familia luego de haber establecido que luchará por hacer valer la Soberanía Popular, contrario a lo que decía el papel que firmó? Es posible. Pero EGU ya está más arriba de eso, y no solo es responsable del futuro de ellos SINO DE LOS MILLONES DE VENEZOLANOS QUE VOTAMOS POR EL que permanecemos también secuestrados con su familia en el país. Esa fue la pesada carga que aceptó cuando decidió representarnos en la elección del 28 de julio en lugar de María Corina Machado (MCM). Los votos fueron depositados por EGU para restablecer un modo de vida que nos arrebataron, y nos pertenece a los venezolanos.

Pero los responsables del intento de desprestigio de EGU al salir del país, siguen allí vivitos y coleando. Seguirán asechando, buscando, al igual que el régimen, una nueva  oportunidad para que fracase y con él, cualquier iniciativa dirigida a hacer valer el resultado de la elección del 28 de julio. Y estarán muy cerca de EGU porque saben que solo así pueden hacerlo fracasar. La sola presencia del verdadero representante de la Soberanía Popular venezolana en los escenarios internacionales le abrirá cualquier puerta, y eso lo resienten en el régimen y al parecer mucho más en la oposición que fracasó en el intento de  cerrarle el paso al sentimiento popular de cambio en el país. El enemigo seguirá allí asechando, aun cuando haya perdido las elecciones.

Es por eso que estando EGU ya afuera, el resto de los venezolanos solo debemos darle la oportunidad al Presidente Electo para hacer lo que tiene que hacer. Y eso me hace recordar un cuento que leí en alguna parte y que busqué sin éxito para hacerles la referencia. Mis disculpas anticipadas si alguno de ustedes lo conoce y no es exactamente como lo describo aquí. El cuento trata de alguien que le pregunto a Dios quién había sido el estadista más grande de toda la historia. Y Dios recorrió con él la historia desde el mismo principio, presentándole a Alejandro Magno, a Julio César, a Napoleón, a Bolívar, a Churchill y muchísimos estadistas y líderes de la historia humana. ¿Cuál de esos es?, preguntó el acompañante ansioso. Espera, todavía no llegamos, dijo Dios. Finalmente, llegaron a un pequeño taller donde un humilde zapatero trabajaba a la luz de una vela. Y Dios señaló: este es el estadista que buscas. La persona con asombro le dijo a Dios, ¿cómo puede ser un humilde zapatero el estadista más grande de la historia? Pues ese es -dijo Dios- solo que nunca le dieron la oportunidad...

No digo que EGU sea un estadista ahora, pero la historia y los venezolanos le hemos dado la oportunidad de serlo. Y solo Dios sabe que tendrá toda la ayuda desinteresada que pueda recibir de las mentes más privilegiadas de Venezuela regadas por todo el mundo. ¿Cómo podría fracasar? Si alguna oportunidad ha tenido Venezuela para resolver y salir adelante es esta si sabemos cómo aprovecharla, en especial si quien se encuentra al frente es un diplomático de carrera, cuya especialidad natural es la resolución pacífica de los conflictos.

Si de algo está seguro el régimen de Nicolás Maduro Moros es que no serán tolerados en el largo plazo en su condición de ilegítimos. Ya hay suficiente información oficial y extraoficial que indica que el régimen violentó la Soberanía Popular, y el cerco irá cerrándose implacablemente con el tiempo. Tendrán que negociar tarde o temprano.

Sin embargo, hay factores externos que los empujan a creer que pueden salirse con la suya. Es por eso que hay que abordarlos diplomáticamente. Por ejemplo, ¿cuál sería el problema que un equipo multidisciplinario encabezado por EGU, bajo la mentoría de EEUU y la UE, negocie con China y Rusia de manera directa una forma de convivencia que preserve sus intereses en el país, demostrándoles que un gobierno democrático con el respaldo mayoritario del pueblo venezolano presidido por EGU, sería más beneficioso para ellos que uno ilegítimo, dándole una salida democrática y pacífica al problema? Serían entonces los chinos y los rusos quienes le dirían al régimen que sería más conveniente para los intereses de todos que depongan su actitud y negocien una salida.

En el año 2020, ANCO le dirigió una comunicación al Presidente de Rusia, Vladimir Putin en ocasión de unas palabras que este pronunciara en el marco del Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF) en junio de 2019, reseñadas por el Diario Sputnik según las cuales “la crisis de Venezuela debe ser resuelta por el propio pueblo venezolano, y es el pueblo quien debe decidir si Maduro debe permanecer en el poder o no, mediante el dialogo, las consultas y la interacción entre diferentes fuerzas políticas” (ver ANCO entrega carta al Presidente de Rusia, Vladimir Putin, en http://ancoficial.blogspot.com/2020/02/comunicado-anco-anco-entrega-carta-para.html). En esa oportunidad abogábamos por una solución pacífica y electoral al problema venezolano.

Esta comunicación fue respondida oficialmente el 25 de mayo de 2020 a través de su Embajador en Venezuela, Sr. Sergey Melik-Bagdasarov, donde claramente se indicaba  en nombre del Presidente Putin, que “Rusia ha abogado por el arreglo en Venezuela por los mismos venezolanos” (ver carta de respuesta de la Embajada de Rusia, en https://tinyurl.com/ybwsehce). Mal podría entonces Rusia como país, luego de esas palabras del Presidente Putin en San Petersburgo en 2019, oponerse a que efectivamente los venezolanos hayamos decidido por una mayoría abrumadora el 28 de julio, que Maduro abandonara el poder por la vía pacífica y democrática. De la misma manera, China y el resto de los países que acompañan al régimen.

Es claro que nada de esto será fácil, pero China y Rusia son los principales pilares externos de sostenimiento del régimen. Los cubanos tendrían que alinearse a lo que allí se decida porque ellos serían seguramente protegidos en una negociación como esa. Si lo externo es abordado con éxito, los pilares internos que los sostienen no tardarán en ceder. Una personalidad como EGU, con el claro respaldo de la Soberanía Popular venezolana y de países como EEUU y los integrantes de la UE, puede llegar a acuerdos legítimos de ese calibre con esos países, y asegurar que este grave problema que tenemos se resuelva en muy corto plazo. ¿Imaginación mía? Tal vez, pero estas son solo ideas de alguien que de verdad cree que hasta un humilde zapatero puede llegar a ser un estadista si se le da la oportunidad…

Caracas, 22 de Septiembre de 2024

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martes, 17 de septiembre de 2024

La papa caliente del reconocimiento

Por Luis Manuel Aguana

English versión 

¿Por cuánto tiempo más la Comunidad Internacional seguirá exigiendo al régimen de Nicolás Maduro Moros que “presente las Actas” del 28 de julio para reconocer o no su condición de “gobierno legítimo”? La pregunta es pertinente porque hasta que eso no pase, Venezuela seguirá estando en un limbo perjudicial para todos los que vivimos en el país y en el continente.

Para este escribidor esa cuestión es tan importante que no solo amerita una discusión abierta acerca de este tema de todos los factores políticos nacionales e internacionales, sino de la presión generalizada del mundo para tomar una posición definitiva en ese muy importante asunto, ya que en eso se está jugando el futuro político cercano de Venezuela y Latinoamérica, y en consecuencia, de los principales actores políticos de cada país.

La cuestión no es tan simple como se ve superficialmente. Para la mayoría de los venezolanos que votamos el 28 de julio, el régimen simplemente le dio una “patada a la mesa” electoral y decidió alzarse con el poder, desconociendo los verdaderos resultados de la elección. Pero para la Comunidad Internacional que no vota en Venezuela, los procedimientos y los datos probatorios son importantes para un reconocimiento cabal del resultado. Y esos solo pueden salir de la entidad oficial que rige los procesos electorales en los países. Y como todos sabemos, esa entidad oficial no es más que la oficina de elecciones del régimen, que no podía dar otro resultado diferente al que dio en la madrugada del 29 de julio.

Siendo así, el juego pareciera estar trancado. Por el lado opositor, pareciera que el haber publicado las Actas de los testigos de la oposición en la elección, único documento oficial entregado de acuerdo a la ley a los participantes oficiales de una elección para constatar los resultados, pareciera no ser suficiente al mundo para aceptar el verdadero resultado. Por el otro lado, ni siquiera la entidad oficial electoral de Venezuela, el CNE, ha publicado los resultados ofíciales en la Gaceta Electoral, después de haber proclamado a Nicolás Maduro Moros como “Presidente Electo”, en los 30 días siguientes, tal y como lo exige la Ley Orgánica de Procesos Electorales y su respectivo Reglamento:

Artículo 155 de la Ley Orgánica de Procesos electorales de Venezuela vigente:” El Consejo Nacional Electoral ordenará la publicación de los resultados de los procesos electorales en la Gaceta Electoral de la República Bolivariana de Venezuela, dentro de los treinta días siguientes a la proclamación de los candidatos electos y las candidatas electas”.

Artículo 395 del Reglamento de la Ley Orgánica de Procesos Electorales vigente: “Los resultados electorales serán publicados en la Gaceta Electoral de la República Bolivariana de Venezuela, dentro de los treinta (30) días siguientes a la proclamación de las candidatas electas y candidatos electos”.

Así pues, si no han publicado los resultados a los que les obliga la Ley y su Reglamento, mucho menos publicarán las Actas que respaldan esos resultados.

A esto último debemos agregar que el CNE nunca ha publicado las Actas de ninguna elección, solo pública los resultados de cada circuito electoral que es lo que la ley les exige. Y este es un punto muy importante ya que la Comunidad Internacional está exigiendo algo que el CNE no está obligado a dar de acuerdo a la ley venezolana. A ellos simplemente les bastaría con publicar unos resultados sin respaldo de Actas para seguir sosteniendo que Nicolás Maduro Moros es el ganador de las elecciones del 28 de julio.

Pero, – ¡allí el bendito “pero” de nuevo!- las Actas fueron publicadas por la oposición. Si estuviéramos en un país con vigencia del Estado de Derecho, se podría demandar en un tribunal los resultados alterados así publicados por el régimen y revertir el resultado final de la elección, haciendo la respectiva comparación con las Actas que tiene el CNE por ley, con las que tiene la oposición. Pero este lamentablemente no es el caso. El régimen monto un teatro en su TSJ y llegaron unilateralmente a la conclusión de que Nicolás Maduro Moros fue el ganador “indiscutible” de la elección del 28 de julio, desatando al mismo tiempo una persecución política que todavía no cesa en contra de la oposición.

Entonces la Comunidad Internacional que nos metió en este predicamento electoral con el Acuerdo de Barbados - acuerdo que el régimen también ignoró flagrantemente- tiene una papa caliente en las manos y no podrá seguir sosteniendo indefinidamente que “Maduro presente las Actas” porque entre otras cosas no tiene porqué hacerlo. Tendrán que obligatoriamente tomar una DECISIÓN POLÍTICA de aceptar o no cualquier resultado que presente el régimen, si es que los presenta, más allá del show lamentable del Presidente del CNE en la madrugada del 29 de julio, y darse una fecha límite muy breve para hacerlo.

A estas alturas, es muy difícil que exista unanimidad en todos los países de aceptar la legitimidad del régimen de Nicolás Maduro Moros. Pero lo que no puede seguir existiendo es el “hasta que Maduro presente las Actas”. Ya deben decidir, a la mayor brevedad, aceptar o no a Maduro como Presidente legítimo. Y lo más importante, el futuro de nuestro país y el de Latinoamérica dependerá de la decisión de los países que  acepten o no a Maduro como tal.

¿Por qué digo esto? Porque todo se perfila a que los países que tomarán como legítimo a Maduro serán los de la órbita antioccidental, encabezada por China, Rusia, Irán y Cuba, seguidos por Nicaragua, y Bolivia, inscritos ya en ese eje, sin importar Actas o resultados. Colombia, Brasil, México, tendrán que tomar una decisión en breve. Incluso Pedro Sánchez en España, cuyo gobierno insiste en la cantaleta post 28 de julio “que Maduro presente las Actas”, tendrá que decidir pronto alinearse o no con su propio Parlamento. El trabajo de Edmundo González Urrutia (EGU) deberá estar enfocado ahora en la decisión del Parlamento Europeo de lograr que esa instancia de los 27 países de la Unión Europea lo reconozca como Presidente Electo legítimo de los venezolanos.

Esa papa caliente del mundo del reconocimiento a un gobierno en Venezuela se debe  resolver a la brevedad. Si los EEUU y el Parlamento Europeo reconocen a EGU como Presidente Electo legítimo, estarán dando pruebas válidas de la promesa que nos hicieron de que la vía de resolver el problema político de Venezuela se lograba mediante elecciones. Pues bien, ya no nos pueden salir ahora con otra cosa. Pero eso, aunque difícil, es necesario pero no suficiente. Les falta el paso trascendental de lograr que el eje antioccidental que ha logrado avances importantísimos en Latinoamérica, a través de la Venezuela de 25 años de Chávez-Maduro, Cuba, Nicaragua y Bolivia, retroceda en nuestro país.

Si la fuerza fundamental que representan las democracias de occidente logran con nuestra activa presencia ese paso con Venezuela –y no hay ninguna razón, ni económica, ni política, ni militar, para no lograrlo- se podrá restaurar el equilibrio perdido en Latinoamérica cuando los EEUU abandonaron su propia área de influencia natural dándoles paso a los principales abanderados de la multipolaridad del mundo. La recuperación de Venezuela para la democracia y la libertad del continente le conviene a todo mundo, inclusive a aquellos que pretenden un estilo de vida antinatural para nosotros. Es tarea de los venezolanos en cualquier lugar del mundo, hacérselos entender, en especial a aquellos que se les olvidó que esta es la tierra de Bolívar…

Caracas, 17 de Septiembre de 2024

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martes, 10 de septiembre de 2024

Un ciclo infinito de tiranía

Por Luis Manuel Aguana

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Con gran sorpresa me encuentro en las redes sociales el “ratón espiritual” que supuso para la gran opinión nacional el exilio de Edmundo González Urrutia (EGU), cuando este escribidor pensaba en contrario que más bien había sido el primer paso serio –en este caso, lamentablemente provocado por el régimen- en la dirección correcta, en respuesta al golpe de Estado perpetrado el 28J. ¿Y por qué lo llamo así? Los de mi generación llamábamos “ratón” al malestar que seguía después de haber pasado una borrachera, bien sea de alcohol o de algo apreciado, que resultó en una decepción porque los eventos no salieron como esperábamos. Una depresión, pues.

Y es que los venezolanos hemos sido sometidos desde hace muchos años a un bombardeo paralizante de parte y parte de mensajes como “la revolución vino para quedarse” o el mismísimo “hasta el final” de María Corina Machado (MCM). ¿Cómo no esperar entonces actitudes y conductas masivas en la gente cuando las cosas no salen como esperamos? En especial, llegando a la conclusión de que EGU “huyó” dejándonos con el paquete, después de una campaña brutal que indicaba que todos –y en especial EGU- moriríamos en Venezuela con las “botas puestas” hasta el final.

Pienso que la oposición, a pesar de hacernos ver todo lo contrario, no calibró en su justa medida hasta donde eran capaces de llegar los que hoy detentan el poder en Venezuela, aun después de haber visto todo lo que hemos visto en 25 años. Nunca esperaron que el régimen le diera una patada a la mesa y se quedara con las elecciones a lo Juan Charrasqueado. Pensaron de verdad que el régimen entregaría después de todos los fraudes cometidos desde el año 2004 porque ellos mismos querían creer en el sistema de contar votos del CNE. Pero la verdad les golpeo la cara y pareciera que aún no reaccionan, creyendo igualmente que incluso respetarían a EGU.

La consecuencia inmediata de ese fraude-golpe de Estado fue la feroz persecución de todos quienes pudieran haber tenido contacto con las actas del proceso electoral, para encontrarlas y quemarlas. Desde el mismo momento del manotazo EGU como Presidente Electo legítimo debió estar fuera de Venezuela, no un mes después cuando era perfectamente previsible que lo amenazaran y chantajearan con su familia. Nadie se paseó que con EGU muerto volvemos al principio de todo esto, sin una legitimidad comprobable, porque esas actas no valdrían ni el papel donde están impresas en algún lugar -que espero sea fuera del país- porque todas señalan a EGU como el legítimo vencedor del 28J. ¡EGU es en persona el depositario de la voluntad popular del 28J!  Mis disculpas por la crudeza y que Dios resguarde y cuide la vida del Presidente Electo.

Sin embargo, todavía existe una oposición mezquina, que siguiéndole la narrativa al régimen es capaz de expresar que salió huyendo, sin acabar de entender el sacrificio de dejar atrás a su hija mayor con su respectiva familia, en resguardo de lo que tiene plena conciencia, como depositario que es del altísimo costo que han significado esas actas en muertos, detenidos y torturados. EGU sabe que si caía en poder del régimen todo eso se hubiera perdido en un segundo. Con ese peso a cuestas, EGU deja a su hija, yerno y nietos como rehenes en Venezuela. Difícilmente alguien quisiera estar en esa posición.

Pero no, a juicio de mucha gente, EGU tenía que quedarse en el país por la repetida consigna citada millones de veces, donde su papel político es insignificante frente al de MCM, más allá de decir que el Presidente está en el país luchando contra a un golpe de Estado, del que poco o nada podemos hacer desde Venezuela.

En otras palabras, la persona más valiosa que resultó de este proceso electoral y que más puede hacer fuera de Venezuela para convencer a la Comunidad Internacional de su propia legitimidad, se dejó expuesta a lo que el régimen le diera la gana de hacer. Sin embargo, ahora, gracias a esos héroes caídos y apresados, y muchísima gente esperanzada en Venezuela que colaboró el 28J, no solo tiene el respaldo de unas Actas que lo legitiman como Presidente frente al mundo, sino que puede  lograr una estrategia diplomática clara y firme que determine acciones en contra de lo que pasa en el país.

Sin importar lo que el régimen diga de ahora en adelante, lo mejor que nos pudo haber pasado fue que el legítimo Presidente de Venezuela haya salido del país, sin importar las circunstancias que rodearon a ese episodio.

He insistido en repetidas oportunidades acerca de la importancia que EGU, como diplomático de carrera, experimentado en el lenguaje que maneja la Comunidad Internacional, se ponga al frente de una ofensiva diplomática, que no puede esperar de ninguna manera, para comenzar a abordar temas como su propio reconocimiento como Presidente legítimo de Venezuela y las acciones que la Comunidad Internacional puede y debe adelantar para remover al régimen ilegítimo del país, y comenzar a preparar conjuntamente con las potencias occidentales, una estrategia que nos pueda librar de la injerencia de China, Rusia, Irán y Cuba en nuestro país.

De ninguna manera ese es un trabajo fácil de realizar, y necesitará contar con toda la ayuda que la diáspora preparada pueda facilitarle. Pero no han pasado ni 24 horas luego de la partida de EGU a España, donde con la pequeña ayuda de la propaganda oficial, un sector de la oposición está desprestigiando este importantísimo paso, que si bien debió haber sido previsto y previamente programado por la oposición, a fin de que EGU no tuviera que temer por su familia, era y es definitivamente fundamental para que el proceso de recuperación del país avance aceleradamente desde el exterior.

Yo no sé si la solución del problema venezolano esté a la vuelta de la esquina, como piensan muchos anclas mediáticos de la oposición que ruedan todos los días en las redes sociales. Ojalá sea así. Lamentablemente, más de 20 años de esperar ese “tren rápido” o ese “fast track” muy propio del venezolano, son más que suficientes para no seguir creyendo que sin un trabajo arduo y sostenido de una oposición cuya única preocupación sea liberar a Venezuela, se logrará algo concreto en la dirección correcta.

Pues bien, MCM y EGU lograron con ese indiscutible trabajo sostenido llegar adonde hemos llegado. ¡Nunca se había llegado tan lejos! ¡Por Dios! ¡Démosle chance a tanto sacrificio! A que se termine el esfuerzo hacia el 10 de enero de 2025 y se complete una etapa que comenzó el 22 de octubre de 2023, con unas primarias que reflejaron un masivo rechazo al “status quo” político del régimen y su oposición. De otra manera, estaremos condenados a nunca terminar lo que comenzamos, viviendo en un ciclo infinito de tiranía. Si no lo hacemos así, verdaderamente nos lo mereceremos.

Caracas, 10 de Septiembre de 2024

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viernes, 6 de septiembre de 2024

Venezuela, de local a global

Por Luis Manuel Aguana

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Ian Bremmer, uno de los analistas de política global más prestigiosos del mundo, tituló un artículo en fecha reciente de la siguiente manera: “Maduro no se irá” (Maduro won’t go), concluyéndolo pragmáticamente con este párrafo:

“Hasta la fecha, tanto el enfoque de mano dura de Trump como la estrategia de compromiso de Biden han fracasado, porque Estados Unidos no está en mejores condiciones para desalojar a Maduro que las que tuvo para barrer al cubano Fidel Castro. Maduro, al igual que Castro, tiene amigos en Pekín y Moscú dispuestos a proporcionar cobertura diplomática y el dinero suficiente para hacer inútil la influencia estadounidense. Hasta que no se produzca una revuelta en el seno de la alianza interna de patrocinadores, clientes y facilitadores de Maduro, el hombre fuerte seguirá siéndolo. (ver Gzero, Ian Bremmer, Maduro won’t go, 04-09-2024 en https://www.gzeromedia.com/by-ian-bremmer/maduro-wont-go).

Ninguna tiranía latinoamericana ha tenido antes tanto apoyo exterior como lo ha tenido la tiranía de Nicolás Maduro Moros, por lo que se hace imposible analizar la permanencia o no en el poder del régimen de Maduro sin revisar antes esa perspectiva ampliada, lo que sesga de manera determinante las decisiones y opciones que podría tener la oposición para encontrar una solución adecuada para enfrentar el golpe de Estado a la soberanía popular perpetrado el 28J.

Con base a eso, la oposición debería leer con cuidado la última frase: “Hasta que no se produzca una revuelta en el seno de la alianza interna de patrocinadores, clientes y facilitadores de Maduro, el hombre fuerte seguirá siéndolo”. Pero, ¿cómo se produce todo lo mencionado por Bremmer si la estrategia demostrada tiene mayor peso en la perspectiva local del problema, actuando en consecuencia en una sola dimensión? Porque en ese planteamiento existen efectivamente dos dimensiones, la local y la global.

Como la “alianza interna de patrocinadores” referimos a quienes desde adentro –la dimensión local- apoyan y sostienen al régimen porque es de su más alto interés el tipo de gobierno de corte delincuencial que impera en el país: los narcotraficantes, la guerrilla colombiana, los responsables de la explotación ilícita de recursos –minerales y de otro tipo-, y en general toda la corrupción del régimen, especialmente en las FFAA.

Desde afuera –la dimensión global- se encontrarían “los clientes y facilitadores de Maduro”, a quienes por otras razones, geopolíticas principalmente, les es vital que el régimen no caiga, aunque cada uno de ellos tenga razones diferentes: Rusia, China, Irán y Cuba de manera directa, y otros como Turquía de manera indirecta.

Si ponemos atención a las respuestas que la oposición ha dado hasta ahora “para que caiga Maduro” y entregue el poder a quien resulto con la mayoría de los votos el 28J, ninguna de ellas responde a combatir alguna de esas perspectivas, si tenemos en cuenta que serían ellas las verdaderas responsables de la permanencia del régimen en el poder. Es posible que respondan a mantener un clima de conflictividad y desestabilización social desfavorable para el régimen, pero que nunca irán en la dirección de resolver el meollo del problema que es su permanencia en el poder.

La escala planteada por el analista Ian Bremmer solo llega a visualizar el tema desde la perspectiva global, sin descender, más abajo, a la micropolítica de lo local. Eso lo debemos hacer nosotros los venezolanos, pero entendiendo que sin ver el panorama completo por arriba es imposible conocer adonde estamos y las interrelaciones de elementos que vistos localmente parecieran estar desconectados. Y por no ver lo que sucede en una escala superior, aplicamos soluciones que difícilmente tendrán el efecto esperado porque no están conectadas a un mayor nivel. Y eso tiene consecuencias porque se termina perdiendo un tiempo valioso aplicando soluciones que solo tendrían efecto si el mundo no funcionara a escala global y de manera sistémica.

Ya el mundo entendió esto desde hace tiempo y comprende que, por ejemplo, los problemas de Derechos Humanos, del ambiente, las migraciones masivas como la venezolana y la lucha en contra de delitos transnacionales como el narcotráfico, no pueden tener una respuesta únicamente local, porque existe un mundo interconectado e interdependiente que debe activarse para poderle dar una respuesta efectiva al problema.

De lo anterior se deriva que la solución del problema complejo que representa Nicolás Maduro Moros para los venezolanos, para la región latinoamericana y para el mundo en general, requiere de una respuesta global y local simultáneamente, y que en nuestro caso específico todo apunta a que la acción global es la prioritaria. ¿Y por qué? No solo porque nuestro problema interno sobrepasó nuestras fronteras territoriales, sino porque existe una nueva “guerra fría” que intenta imponer un mundo multipolar con países como los arriba mencionados, que le disputan a los EEUU, por diferentes razones, el control económico, militar y político del mundo. Y nosotros nos encontramos en el medio de esa nueva guerra, como la principal cabeza de playa latinoamericana de esos países, lograda por obra y gracia de un régimen que entregó a Venezuela a esa lucha a cambio de poder y dinero.

Es por eso que Ian Bremmer dice que Maduro no se irá. Y todavía se nos plantea a los venezolanos que utilizando las mismas estrategias aplicadas a las dictaduras latinoamericanas de principios y mediados del siglo XX, entre las que se cuentan invasiones armadas y golpes de Estado militares por traiciones al régimen de turno, a la usanza de los 40s y 50s venezolanos, podremos deshacernos de este cáncer completamente inédito, sin tocar la verdadera causa del problema y sin provocar un conflicto de escala planetaria, como el que ocurrió con la Cuba de los años 60s, donde los EEUU dejaron al pueblo cubano a merced de un tirano sanguinario, sin tocarlo, por proteger su seguridad nacional frente a la URSS, en una compleja negociación política.

Aunque los tiempos hayan cambiado, los conceptos de poder y dinero no lo han hecho. Y ahora hay más en juego que antes al tener el control de un país como Venezuela. A ninguno de los participantes de este juego complejo y global le interesa convertir a Venezuela en un teatro de guerra, pero Maduro y su grupo son solo fichas que pueden ser removidas a cambio de posiciones ventajosas por los verdaderos jugadores con poder planetario. Es allí donde tendrá que jugarse esta partida compleja si queremos comenzar a resolver esta crisis. Y si queremos que no nos repartan como lo hicieron las potencias después de la II Guerra Mundial en Europa, deberíamos estar a ese nivel y en el lugar correspondiente, no en Venezuela, jugando a las escondidas con un régimen protegido…

Caracas, 6 de Septiembre de 2024

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

miércoles, 4 de septiembre de 2024

Venezuela, choque de verdades

Por Luis Manuel Aguana

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A estas alturas, a un mes y días del 28J, no se ve por ningún lado un desenlace definitivo, ni a favor ni en contra del régimen de Nicolás Maduro Moros. Los venezolanos nos encontramos en medio de un limbo tenebroso donde todo el mundo es sospechoso solo por haber ido a votar el 28J. Mucho de ese desenlace tiene que ver con lo que cada uno de los factores en pugna imponga como “su” verdad. Y como todos sabemos, solo hay una verdad…

A este punto algunos de ustedes estarán diciéndome: ¡¡¡¿¿¿cómo que su verdad?!!! ¡El régimen perdió las elecciones 70% a 30%! ¡Toda Venezuela fue testigo de eso! Muy bien, esa es nuestra verdad, que es comprobable como todos ustedes saben. Pero el régimen desea imponerle al mundo la suya, sustentada en un poder judicial subrogado a su control, sin mostrar las pruebas que le solicita la Comunidad Internacional, para poder reconocer que los resultados que anunciaron la madrugada del 29J son los correctos. Y de allí que nos encontramos estancados  todavía.

Basados en esa línea narrativa, el régimen intenta imponer su “verdad”, destacando que los resultados mostrados por la oposición son los falsos, y en consecuencia todos aquellos que sustenten lo contrario a esa “verdad” puesta en una sentencia del TSJ, son objeto de persecución porque solo esa es la “verdad” válida en el país desde el 29J por quienes detentan el poder. Y siendo congruentes con esa narrativa, a Edmundo González Urrutia (EGU), quien encabeza, junto con María Corina Machado (MCM) lo que nosotros consideramos la “verdad” verdadera, la Fiscalía le ha emitido una orden de aprehensión por los delitos de  usurpación de funciones, forjamiento de  documento público, instigación a la desobediencia de las leyes, conspiración y sabotaje a daños de sistemas” (ver post de PROVEA en X, en https://x.com/_Provea/status/1830766432650506481).

Pero basados en esa narrativa de la “verdad” del régimen, ¿será posible que la oposición, sobre la que han desatado una horrible persecución, pueda negociar con ellos una salida política a la situación que tenemos los venezolanos, donde de repente el régimen acepte que no es verdadero en lo que hasta ahora han insistido como su “verdad”, liberando, según los últimos reportes, a las más de 1.780 personas detenidas al 26 de agosto de 2024 (ver balance del Foro Penal al 26-08-2024 en https://x.com/ForoPenal/status/1828901230657319247) y enjuiciando a los responsables de las al menos 24 muertes ocurridas hasta ahora desde las elecciones del 28J? (ver Provea, Informe Crisis postelectoral y de DDHH 2024 en Venezuela, Pág. 54, en https://provea.org/wp-content/uploads/2024/09/Libro-Negro-Informe-DDHH-Vzla.pdf). En verdad quisiera creerlo pero me es imposible.

Sobre la base de esta narrativa de negociación incierta, la oposición encabezada por EGU y MCM han decidido, de acuerdo a lo que todos hemos percibido en el país, a permanecer en Venezuela para hacerle frente a esa “verdad” del régimen. Ese curso de acción de enfrentamiento directo supone que existe la seguridad plena en la oposición de que se solucionará de alguna manera la crisis del régimen, recobrando el Estado de Derecho y la libertad antes de que ambos líderes sean detenidos.

Pero, ¿es eso posible? Si algo han desarrollado excepcionalmente bien en el régimen en 25 años de destrucción masiva, han sido sus sistemas de inteligencia y contrainteligencia, al punto de que difícilmente exista en el país alguna organización o institución de interés que no se encuentre infiltrada y/o penetrada por ellos en los niveles más inimaginables. Ese fue precisamente el aporte de organismos de inteligencia externos como el G2 cubano, siendo los partidos de la seudo oposición uno de sus objetivos más destacados, en conjunto con las FFAA. No en vano ninguna iniciativa de liberación ha funcionado en el país, aun cuando se haya tenido en algún momento la mayoría de la Asamblea Nacional.

En consecuencia, si EGU o MCM no han sido detenidos, no será porque no existan los medios y la información necesaria para eso. No estamos en la época de los 50s de Pérez Jiménez y la Seguridad Nacional. Ahora el autoritarismo dispone de aliados como Rusia y su satélite cubano, Irán y China, lo más eficiente del mundo en sistemas de inteligencia para la represión, sin contar con toda su tecnología asociada.

Pero ante esa decisión de peso del liderazgo opositor de permanecer en el país, a sabiendas de que la probabilidad de una negociación con el régimen para el retorno de la democracia es casi nula, pone su juego en suma cero. Esto es, o se impone la oposición o se impone el régimen. Y en la generalidad de los casos donde se plantea esa dinámica, el resultado final no se alcanza sin violencia para ninguna de las partes. De hecho, ahora mismo, de acuerdo a lo observado, la política del régimen es aplastar a la oposición violentamente, y ahora busca activamente detener a la dirigencia principal.

Ante esa perspectiva de enfrentamiento directo, no es de extrañar que se haya caído, sin planteárselo originalmente, en los primeros pasos de una dirigencia política en clandestinidad. Y eso no está mal “per se”. Sin embargo, aunque eso sería necesario ante un régimen de las características del que tenemos en Venezuela, no es de ninguna manera suficiente, porque la experiencia internacional nos indica que una organización de esas características no nace de la noche a la mañana.

Si se pretende manejar la crisis de manera política y pacífica la estrategia del juego suma cero tiene que cambiar, entendiendo que en un curso de enfrentamiento directo, el régimen tiene una ventaja competitiva de 20 años de violencia, sin contar con que nuestra lucha siempre ha sido noviolenta y desarmada. Ellos siempre han dejado claro que la suya es armada, y en consecuencia violenta. En ese terreno el régimen siempre ha ganado.

Creo que es un error pensar que si los líderes opositores ante la persecución desatada por el régimen optan por salir del país, retrocederíamos en nuestras convicciones o sería una muestra de debilidad o cobardía. ¿Fue cobarde Rómulo Betancourt o Andrés Eloy Blanco al elegir luchar desde el exilio ante la persecución del régimen de Marcos Pérez Jiménez? ¿Fue cobarde Charles De Gaulle al irse a Inglaterra para desde allí dirigir la resistencia en la Francia de Vichy? ¿Fue menor su lucha si decidieron impedir que un régimen violento los vejara y sometiera a torturas? Creo incluso que su lucha fue más inteligente y pudieron resolver muchos problemas que de otra forma no hubieran podido resolver, coordinando acciones de ayuda para volver triunfantes a sus países, aunque el brazo largo de la tiranía los hubiera alcanzado, como fue el caso de nuestro Poeta del Pueblo.

Entendiendo que lo que el régimen busca con desespero es una “normalidad” para que nos olvidemos del 28J, a sabiendas de que el resultado fue que la soberanía popular decidió su reemplazo, mantener indefinidamente al país en una suerte de “se van mañana” sin algún resultado concreto a corto plazo tampoco puede considerarse como una solución. De la misma manera, poner una orden de captura en contra de quien consideramos el Presidente Electo tampoco lo es. Tanto es así, que las reacciones de los amigos cercanos y vecinos del régimen no se hicieron esperar: la Cancillería colombina anuncio en un comunicado ayer en su cuenta de X que los Gobiernos de Brasil y Colombia “expresan profunda preocupación por la orden de detención,,, en contra de Edmundo González Urrutia” indicando que “Esta medida afecta gravemente los compromisos asumidos por el Gobierno venezolano bajo los Acuerdos de Barbados, en los que el gobierno y oposición reafirmaron su compromiso de fortalecer la democracia y promover una cultura de tolerancia y convivencia” (ver Comunicado de Prensa de la Cancillería de Colombia, en https://x.com/CancilleriaCol/status/1831106083521277971).

A este punto es imposible definir cuál es el mejor curso de acción, si entrar adentro en un terreno de enfrentamiento directo solo armados con la razón, frente a unos criminales donde nadie meterá la mano por nosotros, o movernos a un terreno de la política donde en estas circunstancias más podemos hacer afuera que adentro, sin dejar de conceder que el régimen desea que el liderazgo opositor salga del país.

En este sentido podríamos colocarnos en un punto intermedio donde MCM permanezca en el país y el Embajador González Urrutia vaya afuera liderando una ofensiva diplomática internacional, en especial si la Comunidad Internacional de importancia, comenzando por los EEUU y la UE, han reconocido su condición de Presidente Electo.

Los EEUU están en el medio de una elección, para lo cual se deben gestionar acuerdos con los partidos en disputa allá, y luego con el Presidente que resulte electo en noviembre. EGU en su nueva condición podría lograr importantes acuerdos en nuestro beneficio para una transición. Con una acción diplomática adecuada, como bien podría conducirla EGU con los EEUU, se podría comenzar a negociar que los socios del régimen (Rusia-Cuba, China, Irán) reordenen su influencia en Venezuela, con el consiguiente cambio en el balance de fuerzas dentro de quienes sostienen al régimen. Considerado así, sería posible una solución pacífica desde arriba de toda esta situación.

Nadie posee la verdad en una coyuntura política como esta. Solo señalo lo que está a la vista de todos, porque quizá lo que no lo está, posiblemente siga estando así en lo inmediato por razones obvias, que están fuera del alcance del venezolano común como nosotros, generando angustias a la población. No dejemos que la impotencia y el malestar desatado por lo ocurrido del 29J y siguientes, nos hagan salir de nuestra tradicional posición noviolenta y democrática porque chocan nuestras verdades, cosa que también resultaba previsible antes del 28J. Solo así recuperaremos a Venezuela…

Caracas, 4 de Septiembre de 2024

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