Por Luis Manuel Aguana
Mucho revuelo causaron las primeras declaraciones de Arturo
Sosa Abascal en su condición de nuevo Padre Superior de la Compañía de Jesús.
No solo por la alta jerarquía de quien provienen, sino por el estudioso de la política
venezolana que siempre ha sido este conspicuo representante de la iglesia
católica.
Efectivamente el Padre Sosa dio en el clavo al indicar que
ni el gobierno ni la oposición tienen un Proyecto que presentarle al país (ver
Ni el gobierno ni la oposición tienen un plan para Venezuela en http://www.eluniversal.com/noticias/politica/arturo-sosa-gobierno-oposicion-tienen-plan-para-venezuela_623069).
Y eso es verdad, al menos en lo que a la oposición se refiere, porque el
gobierno ya nos está aplicando el suyo, que no es otro que el plan
castrocomunista cubano llamado Plan de la Patria. En realidad a lo que el
conocido como “Papa Negro” se refiere es a que ambos no tienen nada en las
manos que ofrecerle al país para encarar los retos del presente siglo.
Pero el Padre Sosa debe también entender, como el
extraordinario analista político que siempre ha sido, que la oposición no solo
se circunscribe a esta especie en extinción que nos ha representado hasta ahora
electoralmente, sino que existe un país completo que no se siente representado allí,
y que los ha respetado porque son los que han llevado la franquicia opositora
en contra del régimen, pero que de alguna manera ya saben que de lo que hay allí
ahora difícilmente saldrán las soluciones que el país reclama para su
desarrollo futuro después de terminada la pesadilla castro-chavista-madurista
que nos atormenta.
Pero hay algo mucho más importante que subyace en las
palabras del Papa Negro: en esa oposición no existe la calidad necesaria en su
liderazgo para parir esa nueva Venezuela que reclaman las nuevas generaciones.
Eso es lo estremecedor. Si después de 18 años de sufrimientos todavía la
franquicia opositora no ha sido siquiera capaz de anticiparse a esta tragedia
de hoy, entonces le sale renovación. Así de simple.
Algunos dirán que esto es “ensañamiento” y que el enemigo es
el régimen, como han sido algunas de las reacciones que he recibido a estas
mismas observaciones que he hecho en el pasado. !Es que ni siquiera se dejan
ayudar! ¡El país y el problema no les pertenecen solamente de ellos! Aquí nadie
les ha dejado de reconocer su lucha, pero en este barco vamos todos y las
decisiones que toman nos afectan igualmente a todos.
Error tras error hemos llegado a un punto donde tienen que
abrir el juego. Hasta en el más humilde equipo de baseball ya hubieran cambiado
al manager. Pero los venezolanos seguimos pegados a los errores esa gente, que
no ha tenido siquiera la decencia democrática de contarse en elecciones
internas para renovar sus propios cuadros de dirigencia política. Solamente con
ver quienes se están matando por ser los próximos candidatos de la oposición,
da cuenta de esa vergonzosa situación. Entonces la paja no solo está en el ojo
ajeno. No es por casualidad que el régimen aun siga allí muerto de la risa.
Respetuosamente le informo al Padre Arturo Sosa Abascal,
nuevo Superior de los Jesuitas del mundo, y orgullo para los venezolanos, que
en Venezuela si existe un Proyecto desde hace más de 12 años,
para poner al país en la órbita de los países desarrollados, realizado no precisamente
por lo que él llama “la oposición”, sino por un grupo de ciudadanos estudiosos
de la sociedad civil del Táchira, preocupados por el futuro de sus hijos y de
los hijos de toda Venezuela; y respaldado por otros venezolanos, quienes como
este modesto escribidor han dedicado horas de su vida a hacerlo realidad para
impedir la destrucción, deliberada o no, de Venezuela en manos del gobierno y
de su oposición. Este Proyecto se llama Proyecto País Venezuela Reconciliada vía
Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/).
Invito al nuevo Superior de los Jesuitas a buscarlo y estudiarlo para oír de él
sus sabias recomendaciones.
Nadie más que el Padre Arturo Sosa conoce, en su condición
de ex Rector de la Universidad Católica del Táchira, la constancia y dedicación
de los venezolanos de esa tierra para encarar los retos que se le ponen al
frente. No seré yo quien defienda lo que ellos mismos han sido más que capaces
de defender en estos tiempos aciagos de dictadura abierta en contra de ese
gentilicio. Y aun así han tenido la virtud de generar soluciones para la
Venezuela del futuro.
Este Proyecto propuesto a todos los venezolanos necesita que
trabajemos todos unidos y reconciliados. Para eso le hemos propuesto al “establishment”
político venezolano trabajar conjuntamente por la convocatoria a una Asamblea
Nacional Constituyente de carácter Originario. Esto es, convocada por y para el
mismo pueblo, con el fin de discutirlo entre todos en el sitio por excelencia,
que no es otro que en el seno mismo de la discusión del Pacto Social. ¿Qué más
reconciliación cristiana que esa, que discutir el futuro de nuestros hijos
entre todos? Aún esperamos por su respuesta.
Desde la Alianza Nacional Constituyente hemos publicado un
mensaje a los venezolanos que sienten que no se puede esperar más por aquellos
que deben dar respuestas a nuestros problemas (ver A los venezolanos en http://ancoficial.blogspot.com/2016/10/a-los-venezolanos.html?m=1),
poniendo de primero el para qué de nuestra lucha por la convocatoria al
Constituyente. Si la dirigencia política no acaba de entender que Venezuela es
mas grande que sus intereses particulares, nosotros si lo entendemos, y
convocamos inmediatamente al pueblo venezolano a reunir las voluntades
requeridas constitucionalmente para llamar al soberano, sin distingo de condición
política alguna, y como hermanos deliberar su futuro sobre la base de un
Proyecto concreto de país.
Los nuevos tiempos reclaman nuevas formas de participación.
Sin desmeritar el papel que les corresponde a los partidos políticos, estamos
muy lejos de la situación precaria de la sociedad civil de comienzos del siglo
pasado, donde los partidos políticos tuvieron que jugar un papel estelar en la construcción
de la institucionalidad por todos nosotros. Los venezolanos hemos crecido desde
ese entonces en conciencia y exigencia.
Eso lo deberían notar los partidos como un signo de
conciencia ciudadana de crecimiento y madurez, no como una competencia al rol
que ellos deben jugar en nuestra sociedad. Nosotros lo vemos sencillo: el país
debe ser refundado y discutido entre todos. Pero luego de eso, su
administración natural les corresponde a ellos como partidos democráticos en la
sana competencia por el Poder. Pero primero deben entender que es obligatorio
reconstruir entre todos el tejido social destruido por una dictadura. Y así
como lo entendemos nosotros, estoy seguro que también lo entiende nuestro nuevo
Papa Negro...
Caracas, 19 de Octubre de 2016
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