Por Luis Manuel Aguana
“El hombre es el mejor de los animales cuando se ha
perfeccionado, y cuando se aleja de la ley y de la justicia, el peor de todos;
porque la injusticia armada es lo más peligroso; el hombre nace provisto de
armas, que debe emplear con inteligencia y prudencia, pudiéndolas usar también
con los peores fines. Por lo tanto, si no es virtuoso, será la más impía y
salvaje entre las bestias, la más dominada por la lascivia y la gula. La
justicia es el lazo que une a los hombres en las ciudades; porque la
administración de la justicia, la determinación de lo justo, es el principio
del orden en toda sociedad política”
Aristóteles (384 a.C - 322 a.C)
Extractos de la política, Libro Primero, Capítulo Primero
No, no se trata de ningún pueblo con ese nombre alemán en Venezuela, aunque por lo que ocurrido aquí desde hace más de 25 años deberíamos pensar en uno con las características del que se hizo mundialmente famoso en Alemania. Y lo cierto es que difícilmente alguna persona medianamente informada desconozca lo que sucedió en la ciudad de Núremberg, Alemania, a mediados del siglo XX.
Y esto es así porque deliberadamente las potencias vencedoras de la II Guerra Mundial quisieron dejar una huella profunda para la posteridad, para que nunca se olvidaran los crímenes cometidos por la Alemania Nazi, incluso para su propio pueblo, instalando en ese lugar la sede del Tribunal que juzgó a los principales responsables del holocausto. Fue en esa ciudad donde nació el nazismo y donde se celebraron las grandes concentraciones del partido de Adolf Hitler, donde este y sus seguidores comunicaban su ideología. Fue en Núremberg donde se promulgaron las leyes discriminatorias en contra de los judíos, y sobre las cuales los nazis justificaron el holocausto.
Entonces Núremberg se convirtió en un símbolo para la humanidad. Se convirtió en un símbolo de los límites adonde no puede cruzar el ser humano, sin convertirse en “la más impía y salvaje entre las bestias”, como muy bien afirmó el filósofo griego Aristóteles, hace más de 300 años antes de la llegada de Jesucristo, y cuando se disloca “la administración de la justicia” y “la determinación de lo justo” desde el momento en que la justicia cae en las manos de un régimen autoritario.
Y tal vez en algo semejante se pueda convertir Venezuela, en la misma dirección de Núremberg, después de la expulsión del poder de quienes en mala hora de nuestra historia llegaron a ejercer –y aun ejercen- el gobierno de nuestro país. Y todo apunta a que ese momento se acerca vertiginosamente, y quizás debamos estar preparados para eso.
Todo esto me vino a la mente después de escuchar la intervención de la Dra. Blanca Rosa Mármol de León, Magistrada Emérita del Tribunal Supremo de Justicia, en el programa Arrímate al Mingo del canal de Mingo TeVe, del martes pasado 19 de noviembre (ver programa completo de Mingo TeVe, Detenciones masivas, liberaciones a cuenta gotas, en https://www.youtube.com/live/NhzJN1D_0Hw?si=kVoxeYO891F-wx8x).
De su magistral intervención deseo destacar dos partes importantísimas expresadas por la Dra. Mármol de León, que deben llegarle a todos los venezolanos, en especial aquellas personas que siguiendo “órdenes superiores” cometen delitos en contra de los Derechos Humanos de los venezolanos. Cabe destacar aquí que fue precisamente en Núremberg donde se estableció por primera vez para toda la humanidad, que no vale la excusa de “obedecer órdenes superiores” cuando se cometen delitos en contra de los Derechos Humanos. Este principio nació a partir del Tribunal de Núremberg.
Los juicios de Núremberg demostraron que cada persona es responsable de sus propios actos, incluso si actúa bajo órdenes de un superior: “…los Juicios de Núremberg tienen un significado jurídico e histórico trascendental puesto que logran institucionalizar la responsabilidad individual ante un tribunal internacional para una nueva categoría de crímenes” (ver Scielo, Estudios socio-jurídicos, Hacia una comprensión de los “crímenes contra la humanidad” a partir de Núremberg, en https://tinyurl.com/4nvduwmr). Esto fundamenta la intervención de la Dra. Mármol:
“Que aquí hay que tener en cuenta y se lo repito y se lo digo a los fiscales, a los jueces y a los policías, a ellos les hablo en este momento: ustedes van a responder a título personal. Tengan eso en cuenta, cuando dicen como después que reciben órdenes. El que da la orden también va a responder, no es que va a responder nada más el que da la orden. Y ustedes los que obedecen también van a responder. Así que piénsenselo bien. ¿Vale la pena obedecer y responder luego por comisión de delito, o es mejor ser juez, ser fiscal, ser policía, cumplir con su función, aunque después los saquen del cargo? Esa es la evaluación que cada quien tiene que hacer…” (ver Mingo TeVe, en https://youtu.be/NhzJN1D_0Hw?t=3000).
Pero más importante aún, es esta parte que sigue, porque cada persona que comete un delito, y que está actualmente protegida por el régimen, tendrá que responder PERSONALMENTE por lo que ha hecho en algún momento futuro, como respondieron los responsables del III Reich de Hitler, que supuestamente duraría mil años, y que fueron juzgados y sentenciados en Núremberg:
“¿Qué derecho tiene un ser , un ser de por estar en ese cargo, que me digan la Juez 3 o 4 o como sea, que debe terminarse, por cierto, porque cada quien debe ser nombrado por su nombre y apellido, verdad, la Juez Mármol de León, la Juez Erika, verdad, el Juez Domingo, como sea, hizo esto. ¿Por qué? Porque las decisiones tienen una firma, y esa persona es la que la tomó, y la que responde por eso. Cuando usted toma una decisión, usted está diciendo, aquí hay un delito cometido, que hay una culpabilidad de alguien que lo cometió. Entonces nosotros hemos llegado a esta historia absurda de que en el Tribunal Supremo hacen ponencias conjuntas, y yo digo ¿por qué una ponencia conjunta? ¡Porque buscan el anonimato! Pero, ¡No existe el anonimato! ¡No es verdad! Las ponencias conjuntas o no, todos las firman, y el que no esté de acuerdo tiene que salvar el voto, y esa es la única forma de quedar exento de la responsabilidad en esa decisión. No entiendo por qué creen que al estar anónimos, al no salir el nombre, queden exentos de culpabilidad. No. Eso no existe. Y todos van a responder. Todos van a responder personalmente porque lo dice la Constitución. La Constitución dice que el ejercicio de la función pública genera responsabilidad personal. Personal. No es el Estado como una institución abstracta. Es cada quien que responde por lo que hace. Y si usted consideró que tiene el derecho de acabarle la vida a una persona para usted permanecer en un cargo que no está ejerciendo porque lo que está es obedeciendo, bueno, eso tiene un costo y usted va a pagar por eso…” (ver Mingo TeVe, en https://youtu.be/NhzJN1D_0Hw?t=3209) (resaltado nuestro).
Me atrevo a afirmar que el caso venezolano será un modelo a seguir para el futuro de la humanidad, como lo fue Núremberg en su tiempo. Un país tomado por la delincuencia política y narcotraficante, aliado de las peores causas del terrorismo y la guerrilla transnacional, distorsionó y destruyó las bases institucionales de un Estado moderno, con el consecuente holocausto y migración forzada de su población. En consecuencia, lo que debe terminar pasando en Venezuela debe ser exactamente lo mismo que paso en Núremberg: un juicio ejemplarizante que evite que esta tragedia vuelva a sucederle a otro Estado en el mundo.
Y así como las potencias triunfantes de la época decidieron establecer un hito en la historia con Alemania, en la ciudad de Núremberg, después de la II Guerra Mundial, de la misma manera, y con la asistencia de los países que nos han apoyado para acabar con esta tragedia destructiva que nos ha azotado física y moralmente, se deberá establecer un Tribunal Especial Penal que establezca las responsabilidades a las que haya lugar, juzgando y sentenciando en todos los niveles, a todos los que violaron nuestros Derechos Humanos y robaron las riquezas de los ciudadanos de este país, y perseguir por el mundo a quienes hayan logrado evadir la justicia.
Ciertamente, tendría la razón la Dra. Mármol de León cuando indica que no habría la necesidad de juicios internacionales porque los haríamos los venezolanos localmente:
“Esperaron tanto que ya no hace falta. Ya no hace falta el pronunciamiento de la Corte Penal Internacional, porque lo vamos a hacer nosotros. Lo vamos a hacer nosotros aquí con nuestros tribunales autónomos cuando se encargue Edmundo González de la Presidencia, cuando estemos en el ejercicio de la democracia y tengamos independencia de Poderes y que tengamos jueces autónomos, entonces no vamos a necesitar la justicia complementaria que es la que hace la Corte Penal Internacional en ausencia de la justicia del país del cual se trate. Bueno, ya no hace falta, porque nosotros elegimos otro Presidente, en enero se encarga, y nosotros vamos a reinstitucionalizar el país, eso es lo que yo pienso…” (ver Mingo TeVe, en https://youtu.be/NhzJN1D_0Hw?t=3658).
Mi única diferencia con relación a este planteamiento es que esa justicia no puede esperar a la reinstitucionalización del sistema judicial venezolano, porque para que exista un verdadero comienzo para nuestro país es requisito fundamental hacerles justicia a la brevedad posible a los miles de venezolanos que han sufrido a manos del régimen, así como Núremberg cerró ese ciclo para el mundo. Todo esto sin contar que los Tribunales venezolanos están destruidos. Los destruyeron durante 25 años de ignominia, con jueces y funcionarios corrompidos. Se requiere de un Tribunal especial que se ocupe de esa tarea al caer el régimen, como el que se constituyó en Núremberg, justo en el momento y al lado de las ruinas de la Alemania nazi.
Y es a ese Tribunal adonde se deberán presentar para comparecer todos a quienes la Dra. Mármol de León menciona en su intervención. Pero habrá quienes logren huir. Para ellos deberán existir personas como Simón Wiesenthal, quien dedicó toda su vida a no olvidar y cazarlos para la justicia, con el fin de que respondieran por sus crímenes. De eso publique en este blog hace 12 años cuando señalaba que esta tragedia terminaría algún día, pero no sin justicia: Esto terminará. Tarde o temprano el régimen de Hugo Chávez caerá. Su herencia será una nación dividida, un país arruinado y endeudado hasta los tuétanos, un parque industrial destruido, la mayoría de nuestra sangre vital ausente porque consiguieron otros horizontes donde desarrollarse como personas y profesionales (ver El ejemplo de Simón Wiesenthal, en https://ticsddhh.blogspot.com/2012/06/el-ejemplo-de-simon-weisenthal.html). Sin ser adivino, eso fue lo que precisamente ocurrió, pero que terminará…
Para concluir, con mis disculpas para aquellos que hayan llegado hasta aquí por lo particularmente extenso de la nota, desde este modesto rincón de la red, propongo formalmente a todos los venezolanos y en especial al Presidente Edmundo González Urrutia, que se constituya ese Tribunal Especial Penal descrito al tomar su mandato y que sea la Dra. Blanca Rosa Mármol de León quien lo presida para Venezuela y para el mundo. Solo una persona de su trayectoria personal y profesional en la materia penal, y que goza de la confianza plena de los venezolanos, podrá marcar el hito de Núremberg para nuestro país, generando las enseñanzas y las propuestas para la humanidad para que esta tragedia venezolana no se vuelva a repetir nunca más en ningún otro país del mundo.
Pueden tener la certeza los criminales que acabaron con este país que con la Dra. Mármol de León al frente de ese Tribunal, tendrán la justicia que le negaron a los venezolanos, y el país entero podrá comenzar a reconstruirse unido y en paz, en la seguridad de que tendremos en la justicia ese principio del orden de Aristóteles que requiere toda sociedad política, para hacer de este país una gran Nación.
Caracas, 22 de Noviembre de 2024
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