Por Luis
Manuel Aguana
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versión
A pesar de la inexistencia de la palabra
“autosuicidio” en el Diccionario de la Real Academia Española, me voy a atrever
a utilizarla, no solo por ser atribuida como el invento de un expresidente de
Venezuela, sino porque al ser motivo de burla generalizada de la población en
su momento, todo el mundo en este país entendió perfectamente a partir de allí
que es lo que alguien pretende decir cuando la utiliza. Es como si fuera
posible que alguien pudiera suicidarse dos veces. Y eso es precisamente lo que
haríamos los venezolanos si le compramos de nuevo el paquete completo al
régimen con su CNE y a la oposición oficial con su CNP.
Como en una obra burlesca donde se aplicaría un
“autosuicido” electoral, la oposición oficial a través de su Comisión Nacional
de Primarias (que nunca debemos olvidar que fue designada a dedo por los
partidos de la oposición que desean fervientemente cohabitar con el régimen), a
contrapelo de lo que el mundo civilizado ha señalado en relación con la tiranía
que rige en Venezuela, que tiene controladas TODAS las instituciones para
mantenerse en el poder, Y EN ESPECIAL LA INSTITUCIÓN ELECTORAL, considera que
no se puede hacer una elección para escoger al candidato opositor sin utilizar
los “servicios” del ente más controlado por el régimen, y esperar al mismo
tiempo que ese candidato represente fielmente el sentimiento opositor de los
venezolanos. Mayor entrega a la voluntad del régimen, imposible.
Lo anterior, al decir lo menos, podría considerarse
un insulto a la inteligencia del venezolano. Presenciamos una obra que pasa
ante nuestros ojos de manera indetenible, sin poder hacer algo para parar lo
que sucede en el escenario, ni a sus actores. Somos testigos y a la vez
dolientes de las consecuencias de una obra que no escribimos nosotros, todo lo
contrario, la escribieron para nosotros, de acuerdo a los intereses de otros. Y
lo peor que podríamos hacer en un contexto como ese sería colaborar mansamente,
sin gritar, tomados de la mano, como un niño perdido, de un secuestrador que se
lo lleva de un parque. Al menos veamos la obra y decidamos cada uno que hacer
con eso:
El escenario de la obra
La
Comunidad Internacional decidió por nosotros, desde la Declaración Conjunta de los EEUU, la Unión Europea
y Canadá, del 25 de junio de 2021, que, “La solución pacífica a esta
profunda crisis política, social y económica debe provenir del mismo pueblo
venezolano, a través de negociaciones de amplio alcance impulsadas por los
venezolanos en las cuales participen todos los actores interesados. Un
proceso de negociación integral, con plazos concretos, debería posibilitar el
restablecimiento de las instituciones del país y permitir que todos los
venezolanos puedan expresarse políticamente por medio de elecciones locales,
parlamentarias y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes” (ver
Declaración EEUU-UE-Canadá: Declaración conjunta sobre Venezuela, en https://www.state.gov/translations/spanish/ee-uu-ue-canada-declaracion-conjunta-sobre-venezuela/).
De esta declaración se desprende que estos países, en conjunto con la
dirigencia política opositora que dejó de representar a los venezolanos porque
ese mandato no se ha renovado, han decidido, por los venezolanos, que
unas “elecciones locales, parlamentarias y presidenciales creíbles,
inclusivas y transparentes” con Nicolás
Maduro Moros ejerciendo ilegítimamente el poder en Venezuela, posibilitarían “el
restablecimiento de las instituciones del país”. Mayor contrasentido
es imposible. Pero esa es “la narrativa” que prevalece en el mundo, impulsada
activamente por los partidos políticos de la oposición oficial; y que se le
está aplicando a Venezuela, en perjuicio de nuestra realidad presente y futura,
por lo que se hace indispensable cambiarla.
Esta declaración fue renovada en la reunión de Alto Nivel sobre
Venezuela el 15 de febrero de 2022 donde igualmente una Comunidad Internacional
liderada por los EEUU (Alemania,
Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España,
Francia, Italia, Japón, Nueva Zelanda, Panamá, Paraguay, Portugal, Suecia, el
Reino Unido, la República Dominicana y la Unión Europea, además de los EEUU
redactor del comunicado) partieron de unas
falsas premisas al abordar el problema venezolano (ver Las falsas premisas de
la Comunidad Internacional, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/02/las-falsas-premisas-de-la-comunidad.html).
Con base a
estas falsas premisas, al parecer escritas en piedra, ha girado todo el
quehacer político venezolano desde ese momento, al punto de que
independientemente que el régimen se haya parado de la mesa de negociaciones en
México, vamos rumbo, indefectiblemente, a un proceso electoral con el régimen y
con el beneplácito de la “oposición”, en las mismas o peores condiciones que se
han tenido siempre con un Poder Electoral secuestrado.
Primer Acto
La Comisión Nacional de Primarias, CNP, informa el 2
de junio de 2023 a la opinión pública “Sobre la solicitud de asistencia técnica
al CNE” (ver twit de @cnprimariave, Comisión Nacional de Primarias sobre la
asistencia técnica al CNE, en https://twitter.com/cnprimariave/status/1664804163274825731),
pidiendo la confirmación de unas especificaciones que nadie ha visto para
“solicitar” asistencia técnica al régimen, con base a unas reuniones que ellos
han tenido con el CNE.
Luce pertinente la preocupación legítima de que el
régimen maneje la información de los opositores venezolanos, y la posible creación
de otra “Lista de Tascón”, ya no recopilada por el régimen, como en el pasado
lo hiciera ese lamentable engendro, sino por nosotros mismos a través de una
elección que maneje el régimen con el CNE y sus máquinas, a través de una CNP a
su servicio, y esta vez CON COBERTURA INTERNACIONAL.
Sin embargo, ese no es el centro del problema. El
verdadero centro está en que los venezolanos cometamos la torpeza de entregar
nuestros datos en cualquier lugar de Venezuela y el mundo, cuando es una
realidad ante nuestros ojos que los partidos negociaron con el régimen a través
de esa Comisión de Primarias para manejar la elección del candidato opositor.
Técnicamente, al firmarle ese contrato al diablo electoral, este tendrá acceso
a cualquier dato de cualquier venezolano en cualquier lugar del mundo que se
registre.
Es importante señalar en este punto que ya algunos
actores están comenzando a levantar datos de los venezolanos sin poseer ninguna
autoridad legítima para eso, incluyendo la misma CNP, lo que constituye en sí
mismo una irregularidad. Ya el propio CNE por su condición de autoridad
ilegítima del país, al ser designado por una Asamblea Nacional espuria y no
reconocida, no puede hacerlo, hasta que exista en Venezuela un Poder Electoral
Legítimo, y menos aún una Comisión de Primarias cuya única existencia deriva de
unos partidos que perdieron la representación popular. Nadie, léanlo bien,
nadie puede atribuirse el derecho de levantar por cuenta propia y por cualquier
medio datos de los venezolanos, si no es una autoridad legítima del país.
Lo que la CNP está haciendo con ese documento
publicado el 2 de junio de 2023 es salvaguardar su responsabilidad posterior
para decir que el CNE les “garantizó” la confidencialidad de los datos y que
fueron “engañados”, cuando aparezca un nuevo instrumento de persecución política.
El régimen utilizará esa información para sus fines de poder, pasando por
encima de cualquier promesa. Si no, que se lo pregunten a quienes persiguieron,
humillaron y despidieron de la Administración Pública por haber firmado en
contra de Hugo Chávez, o a cualquier venezolano que no pudo hacer ningún
trámite al que tenía derecho (desde sacar una cédula), porque supuestamente
estaban legalmente “protegidos” por la confidencialidad que debe garantizar el
Estado a cada ciudadano de este país.
Segundo Acto
Ante la abierta presencia del régimen en las
primarias opositoras a través de la combinación del CNE y la CNP, con el uso de
sus máquinas, captahuellas incluidas, los precandidatos deberán establecer su
aceptación o no a ese hecho. Pocos de ellos han tenido una posición
sobresaliente en el rechazo a la presencia del CNE y sus máquinas en el
proceso, en especial quien va adelante en las encuestas. Pero la mayoría no
tiene problemas con esa grave situación, lo que corrobora lo que siempre hemos
indicado en esta modesta tribuna: esa “oposición” no está interesada en
sustituir al régimen, sino en convivir con él, bajo la tesis despreciable de
que es preferible compartir pequeños “espacios” hasta que la situación
“mejore”. Los cubanos tienen ya 63 años esperando eso y allí todavía hacen
“elecciones” que el régimen cubano siempre gana. ¿Por qué será?
Si esos pocos precandidatos deciden continuar
haciéndole juego al circo bajo esas condiciones, estarían cometiendo un
“autosuicidio” en los términos descritos. Los precandidatos del resto de los
partidos que organizaron esa CNP, no desean confrontar al régimen como
Venezuela lo requiere, por lo que un resultado con cualquiera de ellos será del
agrado de los delincuentes que controlan el poder, y que estarán felices de
levantarle la mano al candidato del régimen en el 2024, como lo hicieron
Rosales y Capriles –este último dos veces- en su oportunidad, a pesar del
abierto fraude electoral cometido en contra de ellos y los venezolanos por ese
CNE al que ahora están abrazando.
En todo caso, si la CNP hipotéticamente se “alzara”
por cualquier razón no prevista, en contra de los intereses del régimen, siempre
estará el Recurso de Amparo introducido por sus agentes en su TSJ para obligar
a que esas primarias se realicen bajo el control del Poder Electoral. Esa gente
no da puntada sin dedal y actúa con ventaja sobre seguro.
Tercer Acto
Una vez asegurado el control del CNE a las primarias
“opositoras”, se procederá a “seleccionar” el candidato “opositor” más cómodo
para el régimen el próximo 22 de octubre, con la masiva participación de los
venezolanos, en Venezuela y en el exterior.
Como en este momento se está precisamente decidiendo
como será técnicamente ese proceso, ningún precandidato se ha retirado y a
través de una campaña mediática masiva, en Venezuela y el exterior, se está convenciendo
a los venezolanos que acudan masivamente para que ese candidato de la oposición
oficial electo, este lo más fuertemente respaldado. Por eso alargan lo más
posible la decisión de la participación del CNE en el proceso. Y si los
candidatos mencionados opuestos al CNE no se retiran, muchísimo mejor. ¿Quién
podría decir entonces que la “oposición” venezolana no estuvo de acuerdo de que
el sistema electoral del CNE, “el mejor sistema electoral del mundo”, no
produjera al mejor candidato posible para enfrentar al régimen?
Y listo. Agradezco a quienes han tenido la paciencia
de leer hasta aquí esta nota necesariamente larga. Toda la obra está ya lista
para el cierre, las elecciones presidenciales en el 2024 –o antes- controladas
por la tiranía, desde el comienzo hasta el final. ¿Cabria la posibilidad de que
alguno de esos precandidatos que se oponen al CNE obtenga la victoria? Nada más
lejano a la realidad, aunque ellos crean que por tener los mejores números en
las encuestas, el resultado será a su favor. ¡No olvide quien cuenta los votos!
El régimen se encargará con sus aliados del G4 en la CNP de que pierdan en
contra del precandidato escogido, por un porcentaje muy bajo. Tienen las máquinas
y el Registro Electoral para eso, como lo han hecho en otras oportunidades.
De esta manera, la Comunidad Internacional que desea
“elecciones” en Venezuela como salida al problema político estará satisfecha
del proceso de primarias, a la espera por legitimar al vencedor en el 2024,
para salir del enojoso asunto de un régimen no reconocido y regularizar las
relaciones con Venezuela, con la esperanza de que poco a poco los venezolanos
dejen de emigrar y joderles la vida a los ciudadanos de sus respectivos países.
Pero la vida no es así de fácil. Legitimar la
tiranía de Maduro no se logrará a través del mecanismo electoral que él mismo
controla. No se detendrá la miseria de los venezolanos, al contrario,
aumentará, incrementando con ella las migraciones, porque su causa fundamental
es la presencia del mismísimo régimen narco terrorista en el poder, y que les
hará metástasis en cada uno de sus países, al haberles dado la legitimidad y
los recursos que eso conlleva. Y todos perderemos, ellos y nosotros, alargando
la situación.
Ante la realidad que se nos presenta de una
situación que parece indetenible, ¿qué podemos hacer? Al menos dos cosas: lo
primero es estar consciente de lo que está pasando, porque pareciera que
todavía hay mucho ingenuo creyendo que los pajaritos llegan por cesárea,
buscando desesperadamente donde “inscribirse” para votar en Venezuela y fuera
del país, en unas primarias organizadas por mampuesto por una tiranía que ha
dicho hasta el cansancio que no dejará el poder de ninguna forma. ¡Por favor!
¿Qué nos pasa a los venezolanos?
Lo segundo sería volver a explicarles las veces que
sea necesario, a quien sea y como sea, fuera de Venezuela, a esa Comunidad
Internacional, que tiene esa famosa “narrativa” que pregona que hacer
elecciones con una tiranía controlando los votos, que hay que sacar el sistema
electoral de Venezuela para que pueda ser posible cualquier elección libre,
justa y verificable, y que se requiere para eso de su ayuda y toda la
colaboración internacional posible para lograrlo. Que hay que conseguir
convencerlos de que NO SEA el régimen y sus máquinas los que decidan el futuro
de los venezolanos, sino un árbitro internacional en el que todos podamos
confiar. Si logramos eso, tal vez, solo tal vez, no cometamos nuevamente otro “autosuicidio”…
Caracas, 8 de Junio de 2023
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