Por Luis
Manuel Aguana
“NOSOTROS,
el Pueblo de los Estados Unidos, a fin de formar una Unión más
perfecta, establecer la Justicia, afianzar la Tranquilidad interior,
proveer a la Defensa común promover el Bienestar general y asegurar
para nosotros mismos y para nuestros descendientes los beneficios de
la Libertad, estatuimos y sancionamos esta CONSTITUCIÓN para los
Estados Unidos de América.”
Así
comienza el texto de la Constitución mas perfecta del mundo, la de
los Estados Unidos de América aprobada
el 17 de Septiembre de 1787,
la que sin variar en mas de 200 años ha demostrado
haber
cumplido
fielmente con las aspiraciones de quienes la aprobaron.
NOSOTROS, EL PUEBLO, “WE, the people...” en su idioma original.
¿Y
porque traigo a colación en este especial momento de Venezuela este
texto histórico que ya le pertenece a la humanidad, no solo a los
norteamericanos? Porque si algo demostraron los Padres Fundadores de
la democracia mas perfecta del mundo es que los principios sobre los
que realizaron su creación se fundamentó sobre algo que es
imperecedero: la voluntad del
pueblo. Y la voluntad popular, que nosotros traducimos luego como la
Soberanía, pasa por encima de quienes en algún momento la puedan
representar.
De
una
extraordinaria
conferencia de apertura
de
la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala en
el año 2010,
dictada
por
José Piñera (hermano
del
Presidente
Sebastián Piñera),
quien fuera ex ministro de Trabajo y Previsión Social de Chile y
responsable de la reforma al sistema de pensiones de ese país,
titulada “Los
Padres Fundadores de los Estados Unidos de América y lecciones para
América Latina”
(les sugiero encarecidamente a todos dedicar una hora de su tiempo
para verla en http://newmedia.ufm.edu/pinerapadresfundadores,
o leer la transcripción en mi blog en
http://ticsddhh.blogspot.com/2014/09/los-padres-fundadores-de-los-estados.html),
se demuestra
cómo
una democracia
como la norteamericana,
ha perdurado y crecido fuerte en el tiempo, precisamente porque está
construida sobre sólidos principios. Abordé
ese tema hace más
de 5
años (ver De Padres, Principios y Partidos, en
http://ticsddhh.blogspot.com/2014/09/de-padres-principios-y-partidos.html)
y todavía tiene plena vigencia para Venezuela y Latinoamérica.
De
esta conferencia se desprende que uno
aportes fundamentales para la humanidad
de
los
fundadores de esa democracia perfecta, en
particular Thomas Jefferson (1743-1826), con
la Declaración de Independencia norteamericana, fue
establecer
que los poderes de los gobiernos derivan de sus ciudadanos
(“WE the people”).
En segundo lugar, que los hombres “…nacen
con derechos entregados por su Creador y esos derechos son la vida,
la libertad y la búsqueda de la felicidad...Y
que para asegurar esos derechos, los hombres instituyen gobiernos
entre ellos, los cuales derivan sus poderes de los ciudadanos".
“WE,
the people”, de nuevo. En
este sentido Jefferson
define que
es
lo que debe
defender y garantizar un gobierno: el derecho a la vida, la libertad
y la búsqueda de la felicidad; y
“que
los hombres se organizan en gobiernos para proteger estos derechos”.
De
acuerdo con Piñera: “O
sea, Jefferson nos enseña que el poder, el objetivo legítimo de los
gobiernos, - los gobiernos son el poder- es para proteger nuestros
derechos. El
objetivo legítimo de los gobiernos no es para que los políticos se
enriquezcan o vivan una vida de privilegios o abusen con su poder.
No, no, no. O hagan micromanejo de nuestras vidas; traten de
enseñarnos a tomar desayuno, o traten de enseñarnos a nadar. No,
no, no. Los gobiernos se instituyen entre los hombres para proteger
esos derechos...”.
¿Porque
toda esta explicación previa? Porque si algún país entiende el
significado de la actuación de los ciudadanos para defender la
libertad por encima de sus representantes, son precisamente los
Estados Unidos. Está en su ADN. Los ciudadanos de los Estados Unidos
han pasado por encima de sus gobiernos y representantes, y
constitucionalmente los han cambiado haciendo renunciar a los
corruptos. Eso es lo queremos hacer nosotros en Venezuela, no solo
con el régimen de Nicolás Maduro Moros, sino ahora con la mafia que
acompaña al Presidente Encargado Juan Guaidó, que ayer demostraron
que prefieren traicionar el compromiso con el pueblo de salir de
Nicolás Maduro primero, yendo a un arreglo de cohabitación con el
régimen, siguiendo la doctrina Henry Ramos Allup de los “enclaves
autoritarios”, de convivencia con Maduro y sus ladrones,
inaceptable si queremos comenzar con una democracia limpia y con
libertad, única manera para reconstruir a Venezuela. Esa doctrina es
inaplicable porque parte del error conceptual de que esta es una
dictadura corriente a la antigua usanza, y no una mafia criminal y
terrorista internacional. Y si la están proponiendo como solución
es porque son parte de ella.
Es
por eso que nuestra propuesta de Consulta Popular Plebiscitaria pasa
por el ejercicio DIRECTO de la Soberanía popular establecido en el
Artículo 5 de nuestra Constitución. Y requerimos que la Comunidad
Internacional entienda y nos apoye en que la Sociedad Civil tiene, no
solo el derecho constitucionalmente establecido sino el deber de
ejercer su Soberanía directamente, en virtud del agravamiento de la
crisis que ha provocado régimen criminal que padece Venezuela y por
las desviaciones a las que está incurriendo la Asamblea Nacional y
el Presidente Encargado Juan Guaidó Marquez, retrasando
criminalmente la solución de la crisis, negociando con un régimen
delincuente y terrorista, y convocando a marchas que han demostrado
su inutilidad y perdida de vidas venezolanas en los últimos años.
La
Consulta Popular Plebiscitaria es una propuesta pacífica,
constitucional y electoral de ejercicio directo de la Soberanía, que
pasa por encima de lo que negocie con el régimen la representación
de la Asamblea Nacional, Guaidó o cualquiera de sus funcionarios
designados, y sus decisiones son vinculantes porque tienen el valor
de la autodeterminación del propio pueblo venezolano. Eso debería
ser un norte firme de actuación para el gobierno de los Estados
Unidos y el resto de los países del mundo: exigir claramente al
régimen y al Gobierno Encargado de Guaidó a que se sometan a la
Soberanía Popular de los venezolanos por la vía de una Consulta
Popular establecida en la Constitución, y administrada por los
ciudadanos, so pena de continuar y profundizar las sanciones. Esta es
una propuesta ciudadana clara y firme.
Debe
entenderse que si el régimen cede a esta Consulta Popular, es porque
ha doblado el brazo por la amenaza creíble de peores sanciones
(incluyendo la intervención militar de carácter humanitario) e
inmediatamente recibiremos todo el apoyo financiero y operativo
necesario para realizarla dentro y fuera de Venezuela, así como la
seguridad de que se respetará el mandato del pueblo soberano so pena
de ejecutar esa intervención. No se podría realizar la Consulta si
no se obtienen las seguridades necesarias de la Comunidad
Internacional; pero también la Consulta Popular les daría a los
países que deseen apoyarnos la autorización plena del pueblo a
proceder en caso del desconocimiento del mandato.
Del
resultado de esa Consulta se derivaría la ruta a seguir (Gobierno de
Transición y Elecciones Libres) y la actuación de los países en
relación con el problema venezolano. De allí, por ejemplo,
cualquier país podría actuar, si así lo decide, bajo la
autorización del propio pueblo, e intervenir militarmente para
resolver la ayuda humanitaria o desalojar al régimen por la fuerza.
No sería nadie sino el mismo pueblo el que decidiría autorizar el
uso de la fuerza internacional. Eso sería inobjetable en el seno del
mismo Consejo de Seguridad de la ONU. La Consulta Popular sería una
presión focalizada desde afuera hacia adentro para lograr un
desenlace de esta tragedia, cosa que no esta ocurriendo ahora.
El
Presidente Encargado Juan Guaidó ya conoce esta propuesta y la ha
desestimado por múltiples intereses y compromisos con los corruptos
de lado y lado. Han estado intentando cuadrar un circulo imposible de
cuadrar y el resultado ha sido el fracaso por una razón
increíblemente simple: con delincuentes no se puede negociar, solo
se actúa. Y ya se está empezando a confundir el Gobierno Encargado
con el usurpador. No existe manera de resolver esta disyuntiva sin la
intervención ordenada de los ciudadanos. Y dado que ya que esta
intervención no se puede realizar por la vía del voto
institucional, debido a que TODOS LOS PODERES ESTÁN PODRIDOS Y
SECUESTRADOS, EN ESPECIAL EL ELECTORAL, los ciudadanos, los
verdaderos dolientes de esta tragedia inaguantable, la podemos
realizar directamente a través de los medios que la Constitución
nos provee. Ya no es posible NINGUNA solución electoral, como
tercamente se nos esta pretendiendo vender con la designación de los
Rectores del CNE cuando lo que hay que hacer es desmontar
completamente y construir de nuevo el sistema electoral.
No
digo que será fácil, pero si esto se logra, si logramos convencer a
los venezolanos y gobiernos del mundo de este principio fundamental
que fue enunciado en 1787 en los Estados Unidos, de que la razón por
la cual existen gobiernos es para garantizarnos a NOSOTROS, EL PUEBLO
(“WE, the people”) el derecho a la vida, la libertad y la
búsqueda de la felicidad, y que somos la razón por la cual ellos
detentan el poder, entonces estaremos garantizando que cualquier
gobierno que venga después se subrogue a los ciudadanos y tengamos
un país verdaderamente democrático, en paz y con libertad para
siempre. Estaremos poniendo aquí los caballos delante de la carreta
porque creen equivocadamente que el poder que los políticos detentan
es inamovible, cuando ese poder se los damos nosotros, NOSOTROS, EL
PUEBLO (“WE, the people”) para garantizar nuestros derechos. Ni
Maduro, ni Guaidó ni el G4-FA ni nadie, nos pueden coartar ese
derecho. ¡Hagámoslo valer!
Caracas,
6
de Noviembre
de 2019
Email:
luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana