En Venezuela nos hemos acostumbrado a conmemorar la fecha de la Declaración de Independencia solo como el momento a partir del cual nos declaramos libres como nación independiente de España. Sin embargo, quisiera aproximarme a esa Declaración de Independencia de Venezuela, más allá de la justificación política que esgrimió un grupo privilegiado de ciudadanos, a pronunciarse a favor de la separación de la unidad político-territorial del país de su matriz original, España, sino de los principios que sustentaron para fundamentar tal separación, y que necesariamente debe y tiene que ser atemporal, debido a que esos principios tenían que ser examinados en cualquier momento futuro, por lo que deberían al menos ser inmutables en el tiempo.
Luego de leer –de nuevo- la Declaración solemne de la Independencia por el Congreso de Venezuela, o Acta de la Independencia del 5 de julio de 1811, notamos primero la justificación política de su tiempo, esto es, la mención de los derechos recuperados el 19 de abril de 1810 como “…consecuencia de la Jornada de Bayona y la ocupación del Trono español por la conquista y sucesión de otra nueva dinastía constituida sin nuestro consentimiento…”. Pero esta justificación no era todavía suficiente.
Tal vez si no hubieran ocurrido estos sucesos políticos en España y no se hubiera profundizado, a juicio de los declarantes, el desorden en las colonias españolas de América, producto precisamente de esos sucesos argumentados en la Declaración, difícilmente se hubiera sostenido una separación político-territorial de la Madre Patria.
Pero nuestra Declaración tuvo que ir más allá para poder justificar para la posteridad el inicio de una vida independiente. Después de dar las razones de la política de su propio tiempo tuvieron que aterrizar el fondo:
“En atención a todas estas sólidas, públicas e incontestables razones de política, que tanto persuaden la necesidad de recobrar la dignidad natural, que el orden de los sucesos nos ha restituido, en uso de los imprescriptibles derechos que tienen los pueblos para destruir todo pacto, convenio o asociación que no llena los fines para que fueron instituidos los gobiernos, creemos que no podemos ni debemos conservar los lazos que nos ligaban al gobierno de España, y que, como todos los pueblos del mundo, estamos libres y autorizados, para no depender de otra autoridad que la nuestra, y tomar entre las potencias de la tierra, el puesto igual que el Ser Supremo y la naturaleza nos asignan y a que nos llama la sucesión de los acontecimientos humanos y nuestro propio bien y utilidad” (ver Acta de la Independencia del 5 de julio de 1811, Venezuela, Congreso Constituyente 1811, https://tinyurl.com/pcuzuerj) (resaltado nuestro).
La Declaración esgrimió el derecho que tiene todo pueblo para “destruir todo pacto, convenio o asociación que no llena los fines para que fueron instituidos los gobiernos” con la creencia de que ”estamos libres y autorizados, para no depender de otra autoridad que la nuestra”. Este fue el mismo principio esgrimido por Thomas Jefferson (1743-1826) en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, acerca de la razón de la existencia de un gobierno, que no es otra que la de garantizar la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad de su pueblo.
En efecto la Declaración de Independencia de los EEUU, indica: "Consideramos evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos se encuentran la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres gobiernos que derivan sus legítimos poderes del consentimiento de los gobernados; que cuando cualquier forma de gobierno se vuelva destructiva de estos fines, es derecho del pueblo modificarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno, fundamentándose en los principios y organizando sus poderes de la forma que considere más adecuada para su seguridad y felicidad" (ver Documentos fundacionales de Estados Unidos, Declaración de Independencia: Una transcripción, en https://tinyurl.com/bdhrkt3e) (resaltado nuestro).
¿Es acaso muy diferente cualquier motivo de rompimiento de un pueblo con su gobierno en cualquier época, si este considera que no garantiza los principios básicos por los cuales fue constituido, en primer lugar? Ese principio es inalterable en el tiempo.
Las Declaraciones de Independencia no se tratan solo de un mero documento histórico que se lee en un acto solemne, o se festeja con desfiles militares y luces en el cielo, una vez al año. No. Se trata que los ciudadanos recuerden siempre que son ellos los que están primero y la razón fundamental por la cual existen los gobiernos. Ese principio básico está tan cada vez más olvidado, que en la nación del mundo donde por primera vez se escribieron estas verdades evidentes para independizarse, los Estados Unidos, están persiguiendo y extraditando personas por querer lo que dice su propia Declaración de Independencia: vida, libertad, y búsqueda de la felicidad.
La Declaración de Independencia de Venezuela es históricamente hija de los principios esbozados en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, aunque muchos, por razones ideológicas, no deseen aceptarlo. Porque no es un problema de ideologías, ni de derechas, ni de izquierdas. Es una declaración de los derechos de la existencia misma del ser humano. De los derechos del hombre, y del porqué los ciudadanos se organizan en sociedad, y se instituyen gobiernos para garantizar esos derechos.
Y siendo así, nuestra propia Declaración de Independencia nos recuerda que “en uso de los imprescriptibles derechos que tienen los pueblos para destruir todo pacto, convenio o asociación que no llena los fines para que fueron instituidos los gobiernos”, tenemos el derecho de rebelarnos si consideramos que nuestro “pacto, convenio o asociación” con el gobierno que dirige el país, no llena los fines para los cuales fue instituido. Y no porque este escrito en ninguna Constitución, sino en la misma Acta fundacional de la Nación.
Tal es el poder de los principios de independencia sobre los cuales se basaron los Padres Fundadores de nuestra nacionalidad para separarse de España, y constituir el país que todos conocemos como República de Venezuela, así le hayan cambiado el nombre oficial.
Entonces esta nota no se trata de ninguna manifestación pública de rebeldía en contra de ningún gobierno o régimen, sino de un recordatorio de los principios fundamentales sobre los cuales se construyó nuestro país y que deberían estar de forma permanente en la mente de quienes se consideran dirigentes políticos, para no perderse en la ruta de garantizarnos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, que una vez extraviaron en este angustioso océano de errores e imbecilidades.
Caracas, 6 de Julio de 2025
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