Por Luis Manuel Aguana
Espero que esta sea la primera de muchas
notas en que hable del futuro, de la Venezuela sin toda esta basura que nos ha
acompañado políticamente –de un lado y de otro- y que nos ha intoxicado al
punto de no dejarnos pensar con claridad. Creo que es hora de salirnos del
cuadro que vemos a simple vista todos los días y pensar más allá. Los
venezolanos debemos –aunque nos cueste- comenzar a pensar en los escenarios
posteriores a Maduro y sus mil ladrones. Doy como un hecho que Maduro está
fuera del poder en un futuro tan cercano que no nos dará tiempo ni siquiera de
celebrar del gigantesco problema que nos quedará entre las manos.
Las fuentes que indican que ya hay militares
preguntando “¿Cuáles son las condiciones
para la entrega? ¿Puede ser recogido en territorio venezolano? ¿En cuál lugar
de la frontera es más conveniente? ¿Podríamos ofrecer logística para la
operación de extracción? ¿Cómo se hace el reclamo para el pago de la
recompensa?”, como lo reseña el periodista Casto Ocando en una reciente
nota (ver Primer Informe, Militares venezolanos negocian la captura de Nicolás
Maduro, en https://primerinforme.com/index.php/2020/04/13/fuentes-militares-venezolanos-negocian-la-captura-de-nicolas-maduro/)
da cuenta que ese ya no debería ser el problema en el que estemos pensando. Llegado
este punto en realidad ya poco me importa el color del saco en el que meterán a
Maduro, Padrino, Diosdado, Maikel o Tarek El Aissami, ni si los entregarán
vivos o muertos, aunque los carteles de “Se Busca” del Departamento de Justicia
norteamericano no indicaron esa condición para pagar la recompensa. Sin embargo
al parecer eso tampoco lo están preguntando esos militares de la nota de Ocando.
Pensemos más bien a partir de ahora en manos de quien quedará el poder en
Venezuela.
En este mismo momento ya existen factores
políticos del mismo régimen y su oposición oficial, mezclados con lo que se ha
dado en llamar el “chavismo light”, maquinando en como quedarán después de
“extraídos” Maduro y el resto de sus principales, quienes se han convertido en
un problema para continuar con los negocios a la sombra del poder. Ya no se
pueden hacer los negociados “as usual” porque todo está paralizado a la espera
que estos personajes salgan “enguacalados”. Y es allí donde a partir de ahora
mismo debemos centrar nuestra atención.
Al
momento de Maduro rechazar de plano la oferta de los Estados Unidos denominada “Marco
para la transición democrática en Venezuela” y hacer ese Consejo de
Estado de 5 miembros sugerido en su punto No 5 (ver
propuesta oficial en https://translations.state.gov/2020/03/31/marco-para-la-transicion-democratica-de-venezuela/),
oferta por lo demás
excesivamente generosa como lo apuntara Mauricio Claver-Carone, asesor de
Seguridad Nacional de los EEUU, y una vez desaparecidos por alguna circunstancia del mapa político los
personajes buscados, ¿a quién creen ustedes que reconocerán los norteamericanos
como nuevo Presidente de Venezuela? Sí, me leyeron el pensamiento: a Juan
Guaidó y a sus asociados del G4.
Los
norteamericanos no verán para ningún otro lado ya que ese reconocimiento lo han
sostenido muy a su pesar por más de un año. De allí que Guaidó debería estar
pensando ahora mismo en cómo se acompañará en esta nueva circunstancia para que
su permanencia en el poder sea sustentable, y en especial con cuales civiles y militares.
Sin embargo esa
transición está pensada para durar poco desde que aprobaron en Febrero de 2019
el Estatuto para la Transición. A ninguno de los partidos del G4 les agrada la
idea de una transición larga (léase de muchos meses) ni tampoco a la Comunidad
Internacional. Quieren que sea corta. Sin embargo la inestabilidad que
acompañará la salida de Maduro y sus delincuentes con factores armados en todo
el país retrasará el plan de realizar elecciones de manera inmediata.
Y es aquí donde
los venezolanos tenemos muchísimo que decir. ¿Cuánto debería durar esa
transición y que debería hacerse durante ella para garantizar la estabilidad política
y la reinstitucionalización de Venezuela? Tal vez sea poco realista pensar en
una transición lo suficientemente larga para resolver todo el problema de la
destrucción masiva ocasionada por el castro-chavismo-madurismo pero hay algo
clave aquí que estamos dejando pasar los venezolanos en esa transición: es fundamental
para los sectores políticos que prevalezcan que esa transición sea muy corta para
su supervivencia, y se lleven a cabo elecciones –con las mismas estructuras del
poder electoral del castro-chavismo-madurismo para controlar elecciones- que pongan
en el poder a quienes conducirán el barco en los próximos 6 años, y con las
mismas licencias sin control ciudadano que tenían Chávez y Maduro. Pero… ¿es
eso lo que queremos nosotros? Definitivamente NO. ¡Ojo con eso!
Muchos de ellos
desean a como de lugar volver a los arreglos y cuadres tan conocidos por los
venezolanos en los años 90, como la repartición del país y de los grandes
negocios, sin que eso le chorreara a la gente. Eso justificó la insurgencia de
un militar como Chávez, y la gente lo siguió harta como estaba de la situación
política, sin ni siquiera imaginarse que sería extraordinariamente peor. Para
eso requieren de estabilidad política y un nuevo “status quo” post chavismo-madurismo
a la brevedad posible.
Es necesario
entonces hacer la ingeniería que establezca de urgencia las bases que hagan que
eso no ocurra y a la vez que lo que resulte no permita el regreso de lo que se
está muriendo ahora mismo. Requerimos controles inmediatos a la figura del
Presidente de la República, disminuir a la brevedad sus facultades sobre la
vida de los venezolanos. Darle inmediata representación a los estados federados
en el parlamento. Esa figura se denomina Senado, entregándole a esa figura el
control sobre las Fuerzas Armadas y la aprobación final de las leyes, eso sin
contar con una nueva manera de concebir el reparto de la renta petrolera a los
venezolanos y una nueva concepción de nuestra principal industria en el
contexto de una nueva realidad energética en el mundo.
Todas las
regiones, los Municipios y los Estados federados deben tener en esta nueva
etapa el poder administrado de los ciudadanos, no un Estado centralista y
todopoderoso. Lo descrito son solo pinceladas de lo que debemos hacer, y no se
trata de un Programa de Gobierno, sino de rehacer el marco de actuación de los
factores en una nueva Venezuela. Los programas de gobierno se escribirán una
vez se haya hecho esa estructuración. Es concebir y construir el nuevo edificio
donde habitará la política de las nuevas generaciones y que será administrado
por quienes nos sucedan. A esto es lo llamamos en ANCO el Gran Cambio.
Si estos cambios
no los podemos hacer en esa transición que irremediablemente vendrá, tenemos que
lograr el compromiso de la Sociedad Civil de no permitir que los factores políticos
lo aplacen hasta que les venga en gana. La ventana de oportunidad que se nos
abre para realizarlo en esta transición será muy corta antes de que vuelvan y
se mineralicen en el poder los mismos protagonistas que fueron responsables de
la llegada de Chávez, y otros más jóvenes que lamentablemente se reclutaron posteriormente.
Si esos cambios no se producen en esa ventana de oportunidad difícilmente
Venezuela será estable para las futuras generaciones y regresará el
oscurantismo socialista.
Termino
esta nota con el cierre del comunicado de ANCO del 28 de Marzo de 2020, El
Gran Cambio (http://ancoficial.blogspot.com/2020/03/comunicado-anco-todos-los-venezolanos.html)
que encierra la sustancia de este planteamiento:
“Tenemos que REPENSAR
VENEZUELA. Tenemos que REINVENTAR la DEMOCRACIA. Tenemos que REFUNDAR el
PAÍS. Es necesario establecer un nuevo modelo político,
administrativo y constitucional de gobernanza que recupere la confianza
en el país. Hemos hecho cambios en estos gobiernos recientes para que todo
siga igual o peor. Las magnitudes de las crisis son tan grandes y su
energía es tan fuerte, que acaban por romper todos los viejos paradigmas para
dar paso a uno nuevo. Pero también las estructuras de poder de quienes les
conviene continuar crean otras ofertas e ilusiones para sostener su
paradigma original que nos compromete luchar con determinación para impedirlo.”
Es ahora o nunca…
Caracas, 14 de Abril de 2020
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana