martes, 14 de abril de 2020

Ventana de oportunidad

Por Luis Manuel Aguana

Espero que esta sea la primera de muchas notas en que hable del futuro, de la Venezuela sin toda esta basura que nos ha acompañado políticamente –de un lado y de otro- y que nos ha intoxicado al punto de no dejarnos pensar con claridad. Creo que es hora de salirnos del cuadro que vemos a simple vista todos los días y pensar más allá. Los venezolanos debemos –aunque nos cueste- comenzar a pensar en los escenarios posteriores a Maduro y sus mil ladrones. Doy como un hecho que Maduro está fuera del poder en un futuro tan cercano que no nos dará tiempo ni siquiera de celebrar del gigantesco problema que nos quedará entre las manos.

Las fuentes que indican que ya hay militares preguntando “¿Cuáles son las condiciones para la entrega? ¿Puede ser recogido en territorio venezolano? ¿En cuál lugar de la frontera es más conveniente? ¿Podríamos ofrecer logística para la operación de extracción? ¿Cómo se hace el reclamo para el pago de la recompensa?”, como lo reseña el periodista Casto Ocando en una reciente nota (ver Primer Informe, Militares venezolanos negocian la captura de Nicolás Maduro, en https://primerinforme.com/index.php/2020/04/13/fuentes-militares-venezolanos-negocian-la-captura-de-nicolas-maduro/) da cuenta que ese ya no debería ser el problema en el que estemos pensando. Llegado este punto en realidad ya poco me importa el color del saco en el que meterán a Maduro, Padrino, Diosdado, Maikel o Tarek El Aissami, ni si los entregarán vivos o muertos, aunque los carteles de “Se Busca” del Departamento de Justicia norteamericano no indicaron esa condición para pagar la recompensa. Sin embargo al parecer eso tampoco lo están preguntando esos militares de la nota de Ocando. Pensemos más bien a partir de ahora en manos de quien quedará el poder en Venezuela.

En este mismo momento ya existen factores políticos del mismo régimen y su oposición oficial, mezclados con lo que se ha dado en llamar el “chavismo light”, maquinando en como quedarán después de “extraídos” Maduro y el resto de sus principales, quienes se han convertido en un problema para continuar con los negocios a la sombra del poder. Ya no se pueden hacer los negociados “as usual” porque todo está paralizado a la espera que estos personajes salgan “enguacalados”. Y es allí donde a partir de ahora mismo debemos centrar nuestra atención.

Al momento de Maduro rechazar de plano la oferta de los Estados Unidos denominada “Marco para la transición democrática en Venezuela” y hacer ese Consejo de Estado de 5 miembros sugerido en su punto No 5 (ver propuesta oficial en https://translations.state.gov/2020/03/31/marco-para-la-transicion-democratica-de-venezuela/), oferta por lo demás excesivamente generosa como lo apuntara Mauricio Claver-Carone, asesor de Seguridad Nacional de los EEUU, y una vez desaparecidos por alguna circunstancia del mapa político los personajes buscados, ¿a quién creen ustedes que reconocerán los norteamericanos como nuevo Presidente de Venezuela? Sí, me leyeron el pensamiento: a Juan Guaidó y a sus asociados del G4.

Los norteamericanos no verán para ningún otro lado ya que ese reconocimiento lo han sostenido muy a su pesar por más de un año. De allí que Guaidó debería estar pensando ahora mismo en cómo se acompañará en esta nueva circunstancia para que su permanencia en el poder sea sustentable, y en especial con cuales civiles y militares.

Sin embargo esa transición está pensada para durar poco desde que aprobaron en Febrero de 2019 el Estatuto para la Transición. A ninguno de los partidos del G4 les agrada la idea de una transición larga (léase de muchos meses) ni tampoco a la Comunidad Internacional. Quieren que sea corta. Sin embargo la inestabilidad que acompañará la salida de Maduro y sus delincuentes con factores armados en todo el país retrasará el plan de realizar elecciones de manera inmediata.

Y es aquí donde los venezolanos tenemos muchísimo que decir. ¿Cuánto debería durar esa transición y que debería hacerse durante ella para garantizar la estabilidad política y la reinstitucionalización de Venezuela? Tal vez sea poco realista pensar en una transición lo suficientemente larga para resolver todo el problema de la destrucción masiva ocasionada por el castro-chavismo-madurismo pero hay algo clave aquí que estamos dejando pasar los venezolanos en esa transición: es fundamental para los sectores políticos que prevalezcan que esa transición sea muy corta para su supervivencia, y se lleven a cabo elecciones –con las mismas estructuras del poder electoral del castro-chavismo-madurismo para controlar elecciones- que pongan en el poder a quienes conducirán el barco en los próximos 6 años, y con las mismas licencias sin control ciudadano que tenían Chávez y Maduro. Pero… ¿es eso lo que queremos nosotros? Definitivamente NO. ¡Ojo con eso!

Muchos de ellos desean a como de lugar volver a los arreglos y cuadres tan conocidos por los venezolanos en los años 90, como la repartición del país y de los grandes negocios, sin que eso le chorreara a la gente. Eso justificó la insurgencia de un militar como Chávez, y la gente lo siguió harta como estaba de la situación política, sin ni siquiera imaginarse que sería extraordinariamente peor. Para eso requieren de estabilidad política y un nuevo “status quo” post chavismo-madurismo a la brevedad posible.

Es necesario entonces hacer la ingeniería que establezca de urgencia las bases que hagan que eso no ocurra y a la vez que lo que resulte no permita el regreso de lo que se está muriendo ahora mismo. Requerimos controles inmediatos a la figura del Presidente de la República, disminuir a la brevedad sus facultades sobre la vida de los venezolanos. Darle inmediata representación a los estados federados en el parlamento. Esa figura se denomina Senado, entregándole a esa figura el control sobre las Fuerzas Armadas y la aprobación final de las leyes, eso sin contar con una nueva manera de concebir el reparto de la renta petrolera a los venezolanos y una nueva concepción de nuestra principal industria en el contexto de una nueva realidad energética en el mundo.

Todas las regiones, los Municipios y los Estados federados deben tener en esta nueva etapa el poder administrado de los ciudadanos, no un Estado centralista y todopoderoso. Lo descrito son solo pinceladas de lo que debemos hacer, y no se trata de un Programa de Gobierno, sino de rehacer el marco de actuación de los factores en una nueva Venezuela. Los programas de gobierno se escribirán una vez se haya hecho esa estructuración. Es concebir y construir el nuevo edificio donde habitará la política de las nuevas generaciones y que será administrado por quienes nos sucedan. A esto es lo llamamos en ANCO el Gran Cambio.

Si estos cambios no los podemos hacer en esa transición que irremediablemente vendrá, tenemos que lograr el compromiso de la Sociedad Civil de no permitir que los factores políticos lo aplacen hasta que les venga en gana. La ventana de oportunidad que se nos abre para realizarlo en esta transición será muy corta antes de que vuelvan y se mineralicen en el poder los mismos protagonistas que fueron responsables de la llegada de Chávez, y otros más jóvenes que lamentablemente se reclutaron posteriormente. Si esos cambios no se producen en esa ventana de oportunidad difícilmente Venezuela será estable para las futuras generaciones y regresará el oscurantismo socialista.

Termino esta nota con el cierre del comunicado de ANCO del 28 de Marzo de 2020, El Gran Cambio (http://ancoficial.blogspot.com/2020/03/comunicado-anco-todos-los-venezolanos.html) que encierra la sustancia de este planteamiento:

“Tenemos que REPENSAR VENEZUELA. Tenemos que REINVENTAR la DEMOCRACIA. Tenemos que REFUNDAR el PAÍS.  Es necesario establecer un nuevo modelo político, administrativo y constitucional de gobernanza  que recupere la confianza en el país. Hemos hecho cambios en estos gobiernos recientes para que todo siga igual o peor. Las magnitudes de las crisis son tan grandes y su energía es tan fuerte, que acaban por romper todos los viejos paradigmas para dar paso a uno nuevo. Pero también las estructuras de poder de quienes les conviene continuar crean otras ofertas  e ilusiones para sostener su paradigma original que nos compromete luchar con determinación para impedirlo.”

Es ahora o nunca…

Caracas, 14 de Abril de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

sábado, 11 de abril de 2020

La excusa del COVID-19

Por Luis Manuel Aguana

A 18 años de una masacre
En honor a las víctimas del 11 de Abril de 2002

Sonará duro lo que voy a afirmar: en Venezuela, a diferencia del resto de los países del mundo, todos los actores políticos están usando la peste china COVID-19 para no hacer lo que le corresponde hacer. Del régimen no se podía esperar menos, al usar el coronavirus como excusa, esconden el atropello generalizado de derechos humanos, al punto de someter poblaciones enteras a las milicias de las FARC y el ELN. Esto lo acaba de demostrar el episodio de la monja que enfrentó la guerrilla del ELN en Capacho, Estado Táchira, donde la guerrilla asociada del régimen pretendía convertir en refugio un colegio católico para las personas que están regresando de Colombia (ver En Táchira una monja enfrentó a un guerrillero del ELN para defender su colegio, https://www.el-carabobeno.com/en-tachira-una-monja-enfrento-a-un-guerrillero-del-eln-para-defender-su-colegio/).

En lugar de trasladar a esas personas a sus Estados de origen como se debería hacer en cualquier operativo civilizado, el régimen pretende utilizar los Estados fronterizos controlados militarmente por sus asociados de la guerrilla colombiana, como campos de concentración, sin ninguna condición para retener la masa de población que se está regresando a Venezuela. ¿Por qué lo hacen? Porque no tienen manera de controlar ese problema y lo agravan exponencialmente utilizando el COVID-19 como excusa, creando focos de delincuencia porque no existe manera de poder mantener grandes cantidades de personas sin los servicios mínimos para su confinamiento en cuarentena. Las guerrillas del  ELN y las FARC funcionan como los guardianes nazis de los campos de concentración que están comenzando a crear en las fronteras.

Ustedes dirán “pero si hay probablemente coronavirus en esas personas, ¿cómo se pueden llevar esos potenciales portadores del virus hacia el resto de los Estados de Venezuela?” Pues al régimen no le está importando un cuerno la condición de salud de esa gente. Están llevando a las personas como animales a esos refugios forzados, como el caso de ese colegio de Capacho, sin comida y sin instalaciones sanitarias adecuadas. Y si están infectados, no tendrán tratamiento médico porque nadie lo sabrá al estar esa zona controlada por fuerzas irregulares. El atropello a los Derechos Humanos es astronómico.

El régimen no tiene combustible para la gente ni menos para aquellos que están combatiendo la peste china, solo para los que pueden reprimir, esto es los policías y los militares, y temen que el riesgo de contaminación llegue al resto de los Estados. De poderse trasladar y estar contaminados, al menos las personas que están llegando tendrían una oportunidad en sus respectivos Estados de origen al ser reportados. Pero eso lamentablemente no sucederá en un ambiente controlado por la guerrilla colombiana. Eso es lo que está detrás del incidente de la monja de Capacho.

De acuerdo a reportes del representante del régimen en el Táchira, Freddy Bernal, se acerca una caravana de entre 3 mil y 5 mil venezolanos que están retornando desde Ecuador y Colombia (ver Bernal: Por la frontera se espera llegada de venezolanos de Ecuador y Colombia, en https://lanacionweb.com/regional/bernal-por-la-frontera-se-espera-llegada-de-venezolanos-de-ecuador-y-colombia/) y pretenden retenerlos a la fuerza en el Táchira con los guerrilleros del ELN y las FARC, convirtiendo a esa entidad en un gran campo de concentración. Conociendo el talante libertario de los gochos veremos dentro de poco como les irá con eso.

El remedio burdo y peligroso del régimen de tratar esta tragedia del COVID-19 en la frontera con Colombia, será peor que la enfermedad. De toda la gente que está regresando, no habrá manera de controlar quien está y quien no está contaminado y tarde o temprano se terminarán integrando al resto de la población porque nadie se quedará confinado en los Estados fronterizos salvo a un elevado costo de represión y muerte.

¿Es con cubanos y chinos que el régimen pretende detener esa posible tragedia en el Táchira, matizada con la represión asociada de la guerrilla colombiana? ¿Cuenta Bernal con toda la infraestructura de campaña y recursos que tuvieron los colombianos en Cúcuta para atender ese mar humano que se presentó de la noche a la mañana en la frontera colombiana? Dificulto que se la den los cubanos –que viven pegados de Venezuela como parásitos de nuestras costillas- y menos los chinos que tienen sus propios problemas con el COVID-19 que ellos mismos inventaron. Atropellarán a los tachirenses como fue el caso de esa monja de Capacho y destruirán el resto de la infraestructura que queda de ese aguerrido Estado. Hay una potencial bomba de tiempo en la frontera catalizada por el COVID-19.
                                          
¿Y qué hace la oposición oficial ante toda esa tragedia aparte de decir que quieren convivir políticamente con estos criminales, como lo manifestara oficialmente el Diputado José Guerra en un programa de televisión? Usar el COVID-19 como excusa para lograr un acuerdo político con el régimen bajo el paraguas de la propuesta norteamericana de un gobierno de cohabitación. Eso es inaceptable para la población, quien lo ha rechazado de una manera tajante.

Y mientras en el país cada día se agrava exponencialmente la situación humanitaria de la gente, el menor de nuestros problemas será el COVID-19. El mayor problema de los venezolanos continua siendo el régimen y su oposición oficial, que están usando la peste china como excusa para, el primero esconder el fracaso criminal de su gestión de gobierno y mantener a la población controlada con una excusa mundialmente aceptada; y el segundo para evitar tener que hacer algo concreto (entre otras razones porque son sus cómplices) que de una vez asuma que la única manera de luchar adecuadamente contra esa peste china es expulsando del poder a como de lugar a estos criminales (porque el costo de no hacerlo será inmensamente superior), y buscando posteriormente el urgente e inmediato auxilio internacional. Esa es nuestra verdadera tragedia, no el COVID-19. Sin embargo la realidad es terca. Nos acercamos aceleradamente a un punto en que Venezuela no tenga otra solución que terminar de afrontar esa realidad, pero en el camino hacia allá se perderán muchas vidas. Y aquellos factores de fuerza que –dentro o fuera del país- arriben primero a esa conclusión, les tocara fajarse con lo que quede de Venezuela.

Caracas, 11 de Abril de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana