domingo, 31 de marzo de 2024

El final son los últimos 4 artículos de la Constitución

Por Luis Manuel Aguana

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Debo explicar mi insistencia en notas y entrevistas acerca de la posibilidad de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria, ante la preocupación de la gente argumentando que igualmente el régimen “no la permitiría”, así como no permitieron la inscripción de la persona designada por María Corina Machado (MCM) para sustituirla en las elecciones del 28J. He respondido a cada una de esas inquietudes, pero considero aún más importante profundizar en este tema y explicarlo con mayor detalle para todos y así poder enviar este texto para mejor referencia.

Antes de comenzar, debo señalar para quienes puedan tener una idea equivocada, una Asamblea Nacional Constituyente NO DEBE convocarse para destituir un gobierno, ni es su principal propósito. Una Asamblea Nacional Constituyente, a diferencia de lo que piensan algunos liderazgos latinoamericanos, es el instrumento por excelencia para REFUNDAR UNA NACIÓN y reconstruirla sobre bases nuevas. En Venezuela, el pueblo venezolano como depositario del Poder Originario PUEDE convocar al Constituyente “con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución” (Artículo 347 Constitucional).

Entonces, si esto es así, ¿por qué insistimos, particularmente en este momento histórico del país, en la convocatoria de una Constituyente? Porque desde el 25 de marzo, en Venezuela, llegamos al final. Y no me refiero el final del que habla persistentemente MCM en su discurso. Es el final de la lucha pacífica, electoral y constitucional por los medios que los venezolanos consideramos tradicionales: unas elecciones. Las acciones del Poder Electoral del régimen de Nicolás Maduro Moros al negar sin ninguna razón la postulación de la Dra. Corina Yoris Villasana en el CNE han echado al traste toda posibilidad que los venezolanos confíen de nuevo en la capacidad e idoneidad de ese ente para elegir y asignar cargos de representación popular.

Después de eso, ¿quién puede dudar de que no es necesario en la Venezuela de hoy “transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución” luego de la desviación sistemática del Estado hacia el totalitarismo y la destrucción institucional de los poderes públicos, al punto que se ignore olímpicamente en el Poder Electoral la decisión de un pueblo por el voto, de postular una candidata con un respaldo de 2,4 millones de voluntades? ¿Quién puede dudar ahora que los venezolanos necesitamos URGENTEMENTE reunirnos bajo nuestra legítima representación para debatir el país que deseamos para las nuevas generaciones, redefiniendo el Pacto entre gobernados y gobernantes establecido en la Constitución?

La destrucción institucional ha llegado a tales extremos que no es posible aceptar las reglas de una democracia que se deformó, tanto que es imposible que podamos llamar elecciones de cualquier tipo, porque el Poder Electoral perdió completamente su credibilidad. El 25 de marzo, se terminó de destruir la regla democrática fundamental y a partir de ese momento, no le queda otra cosa por hacer a los verdaderos demócratas que prepararse para convocar al Constituyente y rehacer la República, quedando para el final solo esgrimir los últimos 4 artículos de la Constitución: 347, 348, 349 y 350.

Hecha esta justificación institucional y aclaratoria, ante una realidad de la que no podemos escapar, pasamos entonces a explicar el significado que tendría para los venezolanos y el nuevo liderazgo opositor, encabezado por MCM, la convocatoria del Poder Originario.

En el año 2003, cuando por primera vez surgió la posibilidad constitucional de revocar a Hugo Chávez Frías de su cargo como Presidente de la República, no nos paramos en pensar que no podríamos hacerlo frente a un régimen con miles de veces más recursos del que heredó Nicolás Maduro Moros. Pasamos por todas las pruebas que nos pusieron y LOGRAMOS convocarle el revocatorio al arañero de Sabaneta. Si en aquel entonces pudimos hacerlo con un régimen con una popularidad y el dinero que ya desearía tener Nicolás Maduro Moros, ¿creen ustedes que ahora no podríamos a pesar de ese CNE? Pero el tema no solo sería convocarla, sino lograr que esa Asamblea se elija con Constituyentes electos de cada parte de Venezuela de una manera transparente. Eso tendríamos que hacerlo con la ayuda de la Comunidad Internacional, de la misma manera que con la consulta Constituyente, así como con las condiciones, o Bases Comiciales, para convocar a ese proceso. 

Una Asamblea Constituyente electa de manera transparente con una mayoría opositora procedería al cambio inmediato de los Poderes Públicos, estableciendo un Gobierno de Transición hasta la promulgación de la nueva Constitución. Ese gobierno podría ser o no encabezado por MCM por decisión de los Constituyentes.

Estoy consciente que este régimen criminal haría lo imposible para impedir esa convocatoria que es Constitucional, pero de lo que se trata aquí es mantener en movimiento un proceso que se inicia objetivamente con la elección de MCM el 22 de octubre de 2023 como candidata y principal líder opositora, y que no debe y puede detenerse solo porque a través de una estratagema combinada con traición, cerraron la posibilidad resolver el problema político de Venezuela a través de unas elecciones presidenciales.

Esta es una línea de lucha posible, constitucional, pacífica y electoral, como siempre han insistido en la Comunidad Internacional. Si igualmente MCM iba a medirse con Maduro con ese CNE por una presidencia en las condiciones del régimen, ¿por qué igualmente no podrían los constituyentes opositores medirse en condiciones negociadas y con la ayuda del mundo democrático? Y esta vez la negociación de esas condiciones no sería por quienes nos “representaron” en Barbados, sino por una representación legítima designada por quien tiene la legitimidad de origen desde el 22 de octubre.

Debo responsablemente recordar que  una Constituyente no es un proceso que se realizaría al margen del régimen. Se haría A PESAR DEL RÉGIMEN. En el año 2002 se entregaron al CNE unas firmas para consultarle al pueblo venezolano si queríamos que Hugo Chávez Frías se fuera con una “renuncia voluntaria”. Se recogieron 1.574.233 firmas y un CNE serio aprobó ese referendo para el 2 de febrero de 2003. El régimen deshizo esa solicitud descabezando a los Rectores y nombrando un nuevo CNE ajustado a sus intereses.

Entonces, los opositores venezolanos enfrentando eso, ese mismo día, hace ya poco más de 20 años, el 2 de febrero del año 2003, arrancamos un proceso revocatorio constitucional de Hugo Chávez Frías en un evento denominado El Firmazo. Recogimos allí 3.236.320 firmas, de las cuales 2.789.385 resultaron válidas, muchas más de las requeridas para ese momento de acuerdo al RE de entonces. El CNE del régimen  decidió en respuesta declarar extemporánea la solicitud. Entonces los ciudadanos hicimos otro Firmazo, El Reafirmazo, pero el CNE se reservó la producción de las planillas, con múltiples trancas y trampas para evitar nuestro ejercicio de participación constitucional. A pesar de eso, pasamos por ese camino de tierra.

Entonces comenzaron con el amedrentamiento y la persecución. Fabricaron una lista de discriminación política con nuestros nombres, La Lista de Tascón. Persiguieron a los miembros de Súmate, la organización que realizo el proceso a nivel nacional. Nos llevaron a un proceso de “reparos” de firmas y amenazas a los funcionarios públicos que se habían manifestado para que se retiraran sus firmas. Con todo y eso, el número final recolectado y duro para salir de Chávez fue de 2.436.083 firmas, que rebasó el mínimo requerido de 2.399.213. Al CNE no le quedó otra opción que convocar al Revocatorio y lo hizo para el 15 de agosto de 2004.

En otras palabras, un proceso que se inició con una simple recolección de firmas para un Consultivo en el año 2002 terminó con el tesón y la consistencia ciudadana en una fecha para un Referendo Revocatorio para agosto de 2004. El resto es la historia de un fraude con máquinas controladas por un CNE conducido por Jorge Rodríguez.

Tuvieron que sudar la gota gorda para neutralizar la voz ciudadana y finalmente la oposición política se dobló frente al régimen. No creo que esa sea ahora la disposición del nuevo liderazgo conducido por MCM. Este resumen histórico, mejor detallado para la historia por Ana Julia Jatar en su libro Apartheid del Siglo XXI, da cuenta que podemos convocarle al régimen una Constituyente, con una verdadera oposición política al frente, esta vez con la experiencia de 20 años y el respaldo de una Comunidad Internacional mejor enterada de lo que ocurre en Venezuela y su plena y mayor disposición de recuperar la democracia secuestrada por una mafia criminal (ver Ana Julia Jatar, Apartheid del Siglo XXI, Capítulo 2, Listas, miedo y discriminación, en https://www.sumate.org/documentos/ApartheidSigloXXI/Apartheid%20del%20Siglo%20XXI%20Capitulo2.pdf).

Tendrán que permitir la Constituyente como antes tuvieron que permitir el Revocatorio de Chávez. La diferencia estará en que no se enfrentarán a una oposición que se “dobla para no partirse” y la plena disposición de la mayoría de los venezolanos –los de adentro y los de afuera- para reencontrarse por encima de cualquier dificultad. El resto será defender unas condiciones de convocatoria justas o Bases Comiciales, así como los votos de todos los constituyentes, nada que no tuviéramos que hacer si MCM hubiese estado habilitada para competir en la elección del 28J.

Lograr la convocatoria Constituyente por iniciativa popular, con un liderazgo firme al frente, puede hacerse en cualquier momento, y en un corto período de tiempo, independientemente del lugar donde se encuentre el ciudadano. Solo requeriría de la voluntad de hacerlo del 15% del padrón electoral, a diferencia del 20% necesario para revocar a un funcionario de elección popular. Hasta en eso tendremos que revisar el texto fundamental cuando debata la representación del pueblo en una Asamblea Nacional Constituyente, el final de un camino que inició con una Constituyente y deberá terminar inexorablemente de la misma manera…

Caracas, 31 de Marzo de 2024

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

jueves, 28 de marzo de 2024

Frente al chantaje, que el pueblo decida

Por Luis Manuel Aguana

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Hasta los últimos minutos de vencer el plazo para la inscripción de las postulaciones para las candidaturas de las diferentes toldas políticas en el CNE, ya cerca de la medianoche del lunes 25 de marzo, las tarjetas opositoras de UNT y de la Plataforma Unitaria se encontraban bloqueadas por el sistema que diseño el organismo electoral. Pero en una componenda claramente combinada entre el CNE y el partido de Manuel Rosales, misteriosamente el sistema se abrió solo para la tarjeta del partido UNT justo antes de la medianoche y este inmediatamente postuló a Manuel Rosales como candidato para las elecciones presidenciales del régimen el 28 de julio.

Que el CNE y Rosales hubiesen estado coludidos o no para esa jugada de laboratorio –y yo pienso que si-, no es lo importante. Lo importante es que el supuesto respaldo de UNT a la candidatura de la Plataforma Unitaria, encarnada para este momento por la Dra. Corina Yoris Villasana, se esfumó en los últimos minutos del 25 de marzo. No tengo dudas que el sistema del CNE no hubiese permitido, al igual que a María Corina Machado (MCM), inscribir por ningún partido a la Dra. Yoris Villasana, y si a Manuel Rosales, por lo que en una decisión de cálculo político, movida por los hilos del poder del régimen, Rosales logra por una jugada de astucia de viejo zorro de la política, lo que jamás hubiera podido alcanzar por los votos de los opositores venezolanos.

Esta sucesión macabra de eventos que comienza con la no participación de Rosales en las primarias opositoras, guardándose descaradamente para esos últimos minutos del 25 de marzo, da cuenta a los venezolanos del porqué no hemos todavía salido de esta pesadilla que ya cumplió 25 años. La decepción por este tipo de conducta del liderazgo político que ha conducido hasta ahora la oposición venezolana, es precisamente una de las razones de mayor peso que llevaron a triunfar a MCM en las primarias del 22 de octubre. Imagínense cuantos trucos de mago como ese guarda en la manga este dirigente representativo de la clase política que aprendimos a despreciar los venezolanos –la casta, como la llamaría Javier Milei-, pero que de ninguna manera está dispuesta a abandonar la escena política a favor del cambio urgente que necesita desesperadamente el pueblo venezolano.

Al salirse con la suya, tanto Rosales como el régimen, nos dan la razón a aquellos que insistimos que el país debe ser refundado hasta sus cimientos éticos y morales. Tal actuación coloca ahora a MCM en la posición de decidir  respaldar o no una candidatura opositora con un origen descaradamente turbio, que no goza del respaldo del pueblo opositor porque no se contó en las primarias, y en consecuencia sin luz propia para ganarle las elecciones al régimen de Nicolás Maduro Moros.

Si MCM no respalda a Rosales la acusarán de “atornillar a Maduro” y si lo respalda, estaría aceptando esa trampa combinada de la oposición oficial y el régimen, así como  el juego sucio de la violación descarada a sus derechos políticos y los derechos de quienes votamos por ella, al cerrarle el paso a su candidatura por “inhabilitación política”, y la de la persona que designó.

En otras palabras, la misma oposición oficial, que ahora respaldaría a Rosales por una jugada sucia, estaría chantajeándola con eso para que le levante la mano a quienes los opositores venezolanos consideramos un traidor desde la medianoche del 25 de marzo. Todo esto es la consecuencia de haber seguido el juego de unas elecciones que debieron rechazarse desde un principio por inválidas.

MCM, tal vez siguiendo los consejos de infinidad de intereses, terminó por aceptar el juego de la tiranía de Maduro, porque en la creencia de esos mismos intereses “se perdería la oportunidad única” de ganarle a la ruleta electoral que el régimen está montando para el cumpleaños de Chávez.

El desvío de la ruta iniciada en Barbados que llevaría a unas elecciones libres, justas y verificables, y que era la existente antes que este decidiera sustituir el juego (ver El verdadero sustituto, en https://ticsddhh.blogspot.com/2024/03/el-verdadero-sustituto.html) trajo -y seguirá trayendo- consecuencias reales y potenciales para quienes decidieron seguirlo, comenzando por quien es la única persona que tiene la verdadera representación opositora en Venezuela. MCM tiene algo que el régimen necesita con desesperación: legitimidad de origen.

La legitimidad de origen se gana en las urnas electorales. Maduro no la tiene y necesita quitársela a MCM para resolver la continuidad de su régimen dentro del concierto de las naciones. El solo hecho que MCM haya decidido transferir esa legitimidad de origen, de suyo intransferible a otra persona, socavaba su representación legítima ante el pueblo venezolano. Ahora la oposición oficial de la Plataforma Unitaria le exigirá que se la endose a Manuel Rosales luego de esa jugarreta, en un chantaje inaceptable.

Ya el solo hecho de haberle cerrado las puertas del CNE a la única persona titular de la legitimidad de origen, daba por sentado que ocurriría lo mismo con cualquier otra persona que ella  designara en su lugar. El régimen no podía darse el lujo de competir con MCM ni con nadie a quien ella designara. Y lo que esos intereses que convencieron a MCM de designar un sustituto desean ignorar, consciente o inconscientemente (y creo que lo hacen a conciencia), es que con eso estarían legitimando una elección que desde el momento de la patada a la mesa de Barbados, era de por sí inválida, no solo porque no siguió la ruta originalmente acordada, sino porque la legitimidad de origen que la candidata opositora tiene, le pondría, en caso de participar, el sello de calidad definitivo a cualquier resultado a favor de Maduro que salga de la trampa del CNE el 28J.

Me da cierta esperanza que la candidata en su cuenta de X (antes Twitter) indicara que “Si el candidato lo escoge Maduro, no son elecciones” (ver cuenta de X  @MariaCorinaYA, en https://x.com/MariaCorinaYA/status/1772254780619972671). Eso revelaría que se tiene claro ese importante concepto, y con base a esa narrativa se debe reaccionar ante esta nueva trampa del régimen y su oposición.

Cuando Henrique Capriles desconoció los resultados oficiales de las elecciones presidenciales en aquellos días aciagos de abril de 2013, el CNE nunca abrió el 100% de las cajas, como lo exigió el candidato, ni se contaron públicamente todos los comprobantes en presencia de los testigos de esas urnas. Lo hicieron en las instalaciones del CNE a puertas cerradas, sin testigos y sobre las urnas que ellos mismos escogieron. No tengo ninguna duda que eso mismo ocurriría en caso de existir alguna protesta opositora en contra de los resultados electorales del 28J. La ley electoral vigente del régimen los protege. Esa es la trampa que nos espera.

En estas circunstancias, el régimen estaría haciéndonos un favor a los venezolanos al no incluir a la verdadera titular de la legitimidad de origen, ni a su persona designada, siendo preferible rechazar y desconocer ese juego electoral macabro al que nos estarían sometiendo, impidiendo de esa manera que el régimen utilice a su favor la presencia de MCM o su sustituta, lo que legitimaría el proceso electoral del 28J.

Así las cosas, Maduro continuaría su camino sin la participación de MCM o de su designada, en un proceso que no se puede llamar elecciones, lo que los llevaría a repetir la misma historia del proceso electoral del 20 de mayo de 2018, donde la Comunidad Internacional desconoció el resultado, y a Maduro como Presidente de Venezuela.

Haría bien MCM en aprovechar la ocasión de esta traición estelar de Manuel Rosales y la Plataforma Unitaria con su previsible chantaje, para separarse definitivamente de los últimos vestigios de esa oposición oficial, presentándose ante la Comunidad Internacional como la ÚNICA representación opositora con legitimidad de origen en Venezuela, y con la que a partir de ahora la delincuencia que gobierna el país tendrá que negociar cualquier acuerdo en un futuro muy previsible.

De ahora en adelante nuestra resistencia civil deberá estar entonces centrada en evitar que el régimen obtenga la legitimidad que tanto aspira frente a la Comunidad Internacional, y por otro lado, usar la propia para que el liderazgo electo el 22 de octubre de 2023 inicie una lucha cívica que busque una solución alternativa. Nosotros le sugerimos que sea a través de la vía Constituyente. Frente a un chantaje descarado, que el pueblo decida. Esa es nuestra propuesta…

Caracas, 28 de Marzo de 2024

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