Por Luis Manuel Aguana
La noticia se lee hoy en la primera pagina de “El Universal”: “Cable Submarino une a Venezuela y Cuba”. Las tecnologías de la comunicación actuales hacen posible el transporte simultáneo de voz y datos a través de la fibra óptica mediante el uso de medios digitales. La magia de la comunicación hace igualmente posible que no sea necesario que una red sea de “área local”, es decir LAN, para que muchas computadoras puedan “hablar” entre si desde grandes distancias, es decir una Red WAN, Wide Area Network, de sus siglas en ingles. De allí que podamos acceder a servidores localizados en muchas partes del mundo a través de la Red de Redes, la Internet, a través de nuestra salida al mundo mediante cables submarinos de fibra óptica que nos conectan tanto en datos como en voz al mundo civilizado. Cuba había sido proscrita de esa posibilidad ya que su acceso de redes de voz y datos públicas es limitado, no solo por razones políticas, sino porque no ha tenido acceso reciente a las nuevas tecnologías de comunicación. Al conectar una fibra óptica a Cuba, los ciudadanos de ese país podrían tener el acceso que todo el mundo tiene a la Internet y a la red telefónica mundial. Pero no lo tendrán ya que al decir de los voceros del gobierno cubano de Raúl Castro, de acuerdo al articulo de Roberto Deniz de “El Universal” de hoy 23 de enero de 2011, habrá “mayor calidad en las infocomunicaciones (…) y no necesariamente eso significara una extensión de las mismas…”. Entonces, si el pueblo cubano no se verá beneficiado de la razón de ser de una tecnología tan sofisticada como esa, cual podrá ser la razón de que Venezuela gaste los millones de dólares que significan hacer un tendido de 1630 Kms. de fibra óptica especial-la submarina es muchísimo mas cara- desde Camurí, Estado Vargas hasta las playas de Siboney en Cuba? Tengo una teoría que tal vez los lectores compartan conmigo: en febrero del año pasado publique en este Blog que con el arribo del “técnico” cubano Ramiro Valdés no se hacía sino reafirmar lo que se nos viene encima, que no es otra cosa que la implementación de la represión digital. No podían trasladar al aparato técnico de Ramiro Valdés desde Cuba a Venezuela, era imposible. Como iban entonces a controlar a la red de disidentes cubanos? Valdés no hace la implementación técnica y por otro lado los técnicos de Venezuela no son lo suficientemente confiables para entrarle a una etapa de represión como la que se nos avecina. Entonces surge la tecnología para la represión: conectamos cables de alta velocidad que hagan que no sea necesario trasladar a nadie, baste que este conectado a la red con la velocidad adecuada para el manejo de los servidores de la CANTV desde Cuba. Y listo, tenemos a los cubanos que reprimen la red en Cuba ahora en Venezuela, a la velocidad de la luz. Y lo más triste es que pagamos nuestra propia represión con el petróleo venezolano. Chávez está cometiendo una nueva cesión de nuestra soberanía. En aquel entonces pensaba que la asesoría de Valdés bastaría para implementación de los controles técnicos. Me equivoque, no fue así. Lo hicieron más simple y mas limpio, el control nos lo implementará el propio Ramiro Valdés desde la computadora de su casa, en Cuba.
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