lunes, 8 de febrero de 2016

La iniciativa popular Constituyente

Por Luis Manuel Aguana

Este debate sobre cuál debe ser la solución constitucional para el reemplazo del régimen del Ilegitimo, ha suscitado las mayores controversias. Obviamente el criterio que todos señalan para escoger cual debe ser la solución se basa en el tiempo que se llevaría hacerlo.

A pesar que todos estamos de acuerdo en que debe ser lo más pronto posible, ese criterio además de simple puede conllevar a que en lugar de resolver el problema lo agrave si la solución no lleva aparejada una respuesta posterior y estructurada de la crisis. Esto se puede ver mejor con un ejemplo sencillo.

Si una persona sufre un accidente grave y se está desangrando en la calle, los paramédicos detienen el sangrado en el sitio para que este no se muera, pero esto de ninguna manera constituye la solución. El paciente debe ser internado en un hospital para que sea intervenido, y luego de una necesaria convalecencia pueda continuar con su vida.

En cierta medida eso es lo que le pasa a Venezuela. Debemos detener el desangre que constituye el régimen de Nicolás Maduro. Pero esa solución no puede pasar porque no llevemos el paciente al hospital. Porque si creemos que con ponerle un torniquete es suficiente y lo mandamos para su casa se muere por infección o gangrena.

Lo que sucede aquí es que muchos piensan que el tema de Venezuela no es estructural, que Chávez y Maduro son malos gobiernos que deben ser sustituidos por los caminos normales de una democracia. Y lamentablemente se equivocan. Unos por desconocimiento del devenir histórico de nuestro país y otros por clara conveniencia.

A los primeros los puedes convencer con argumentos y discusión seria porque no tienen intereses escondidos y sólo buscan como nosotros una solución al problema. Es de los otros de los que tenemos que cuidarnos porque no son fáciles de reconocer.

El problema es que no hemos podido aun evitar el desangre, no ha llegado la ambulancia con los paramédicos y muchos estamos tratando de convencerlos a ustedes todavía que por la gravedad que presenta el país, el  paciente debe enviarse a un hospital cuando la muchedumbre corea cual seguidores ciegos a aquellos que interesadamente esgrimen que lo lleven para su casa. ¡Qué desesperación!

Pero el desangre de este paciente es aún peor, porque no devino de un accidente sino por una enfermedad que tiene muchos años, digamos que más de 200, y que ahora presenta sus manifestaciones terminales si no corremos con él a un hospital.

Ahora bien, visto claramente el ejemplo, lo que aquí no se discute es que hay que parar de inmediato el choro de sangre que esta más que representado por un pueblo que se muere de hambre, enfermo en los hospitales por falta de comida y medicinas, sino lo que hacemos con él DESPUES.

Muchas apetencias se han despertado al ver la posibilidad de salir del régimen, lo que le ha dado continuidad a la enfermedad que lo condujo a esa situación, que retrasan gravemente que se aplique el debido tratamiento inmediato. Y todas pasan por aquello que dice que primero debe “mandar la oposición” antes de cualquier otra cosa.

Esa es una aproximación errada y muy interesada el problema, además de peligrosa e irresponsable. Puede ocurrir que el paciente se agrave y se muera antes de eso. Esa muerte la representaría que venga alguien y se haga cargo abruptamente del problema, sin que medie la opinión de nadie. Puede ser un “golpe bueno” o malo según nos toque en suerte (ver El primer “golpe bueno” de Jesús Petit Da Costa en http://jesuspetitdacosta.blogspot.com/2016/02/el-primer-golpe-bueno.html). Algunos factores juegan esa carta, pero antes que ocurra habrá una conmoción civil por hambre, con los consabidos muertos como consecuencia. ¿Será eso lo que están esperando? ¿Habrá aquí que jugar a la lotería para ver si nos sacamos un “golpe bueno”?

En mi anterior nota (ver Enmienda y Constituyente en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/02/enmienda-y-constituyente.html) razono porque creo que la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente por parte de la Asamblea Nacional es la solución más breve y conveniente en las actuales circunstancias para abordar con éxito el problema, que incluye no solo el torniquete para evitar el desangre sino el tratamiento hospitalario posterior correspondiente.

Sin embargo el Presidente de la Asamblea Nacional insiste en que la enmienda es la solución, sin razonar con el país el porqué las demás no cuentan para ellos: El presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup (MUD) mostró su apoyo a la idea de una enmienda constitucional que reduzca el periodo presidencial y elimine la reelección indefinida....Ramos aseguro que "hay que buscar el mecanismo más simple, eficiente, seguro, y menos gravoso" para poner fin al actual Gobierno.” (ver Ramos Allup apoya propuesta de enmienda constitucional http://www.elmundo.com.ve/noticias/actualidad/parlamento/ramos-allup-apoya-propuesta-de-enmienda-constituci.aspx).

Pero todos sabemos que ese mecanismo no es precisamente una enmienda a la Constitución. ¿Qué significan los términos “simple, eficiente, seguro” para Ramos? Puede ser que sea efectivamente más “simple, eficiente, seguro” hacer una enmienda a la Constitución en la Asamblea Nacional pero como solución no es de ninguna manera más “simple, eficiente, seguro” para que los venezolanos veamos sus resultados –que es lo que efectivamente queremos- y por supuesto que es la más gravosa en términos de la espera para que se haga efectiva como solución. Mientras tanto el país está en la calle desangrándose…

Haber decidido de antemano que esa es la vía y punto, sin más explicación o debate de algo que nos compete a todos los venezolanos, lo que hará será agravar más la situación de desangre descrita. Todos los años que han pasado y aun los factores políticos no han comprendido que no son los dueños de Venezuela y que esa actitud es precisamente la que condujo a que los venezolanos, sin encontrar otra salida en 1998, eligieran a Hugo Chávez Presidente de la República. ¿Era culpable la estaca si el sapo saltó y se ensartó? ¿Quiénes nos llevaron hasta allá? ¿Por qué los venezolanos vieron en un golpista la solución de nuestra crisis en esos años -que aun no se ha resuelto- y es mayúscula ahora? Esas son preguntas muy difíciles y Henry Ramos Allup sabe mucho acerca de las respuestas a eso.

Pues bien, si esa Asamblea Nacional que fue electa en votación plebiscitaria el 6D con el UNICO fin de sacarnos de este problema, no entiende o no desea interesadamente entender, que la solución de Venezuela ES ESTRUCTURAL y que pasa por rehacer -desde lo más simple hasta lo más complejo- las bases mismas del sistema político para  construir la ciudadanía necesaria para exigir desde que se recoja la basura en los municipios, pasando porque haya comida en los abastos y medicinas en las farmacias y hospitales, con un sistema de salud decente, hasta federalizar al país para que las regiones de Venezuela sean dueñas de su propio destino, y darle a los ciudadanos la calidad de vida que la Constitución garantiza, entonces esa misma Carta Magna les da la posibilidad a los mismos ciudadanos de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario por iniciativa popular para enfrentar el problema que todos sufrimos.

En Venezuela existe la inteligencia legal y organizativa capaz de convocar al soberano en los términos que la Constitución establece para que por iniciativa popular se convoque al Constituyente tal y como lo indica el Artículo 348 de la Constitución. No solo los partidos organizados la tienen. Y esto no significa que ellos no participen. Al contrario más bien deberían hacerlo acompañando a los ciudadanos en esa iniciativa de reconstrucción, reconciliación y paz, con el consiguiente Pacto Social que nos reunifique en una nueva Constitución. La situación del país amerita que todos nos convoquemos para eso. Si los señores diputados de la Asamblea Nacional no han entendido el mensaje del 6D, no me cabe la menor duda que el pueblo de Venezuela si entiende por qué les dio ese mandato. Ya se acabó el tiempo, si no llevamos entre todos a Venezuela al hospital se nos muere…

Caracas, 8 de Febrero de 2016

Twitter:@laguana

viernes, 5 de febrero de 2016

Enmienda y Constituyente

Por Luis Manuel Aguana

Ya la Causa R se adelantó en el juego de la salida constitucional del régimen. En un importante paso propuso una Enmienda Constitucional, con el principal objetivo de recortar el periodo presidencial actual, la reelección indefinida del Presidente, Gobernadores, Alcaldes, y Magistrados del TSJ (ver La Causa R consignó anteproyecto de Enmienda a la AN para recortar el período de Maduro, en http://www.lapatilla.com/site/2016/02/02/la-causa-r-consigno-anteproyecto-de-enmienda-a-la-an-para-recortar-periodo-a-maduro/).

Al margen de las mejores intenciones de La Causa R y Andrés Velásquez que presentan este Anteproyecto, no alcanzo a comprender porque piensan que esta solución es mucho más rápida que el llamado a una Asamblea Nacional Constituyente. Veamos.

Considerando que la enmienda planteada solo afecta al Presidente y demás cargos de elección popular mencionados, así como a los Magistrados del TSJ, esta no tendrá efectos prácticos para los venezolanos con la sustitución del Poder Ejecutivo –que es lo que al final se está buscando- sino después de cumplidos los 4 años del periodo presidencial, léase el 10 de enero de 2017. Esto último sin tomar en consideración que existirá con seguridad una demanda del régimen interpuesta en el TSJ, a su sala Constitucional, reclamando que Maduro fue electo por 6 años, y que se estaría violando el derecho, no solo del Presidente sino de los electores que el 14A-2013 votaron por Nicolás Maduro. Con este régimen TODO termina allí. Esto pondría - de nuevo - todo a girar alrededor de los Magistrados del régimen en la Sala Constitucional del TSJ.

A los efectos de la solución constitucional del problema político que tenemos AHORA  los venezolanos, la propuesta de Enmienda planteada tiene un alcance que se limita solamente a la sustitución del  Presidente para enero del 2017, sin contar que en caso de ser aprobada, los Presidentes, Gobernadores y Alcaldes tendrían realmente una duración promedio de 8 años dado que en Venezuela no existe ninguna normativa que limite a estos funcionarios a utilizar todo el poder que les confiere el Estado en el uso de los recursos públicos para imponerse desde sus puestos en contra de cualquiera que les compita. Eso ocurrió con Chávez y el resto de la pandilla desde que se comenzó a hacer uso de la reelección presidencial. Ningún candidato tenía más recursos que el Presidente, que disponía del presupuesto nacional para reelegirse. Es por eso que la norma de reelección del Presidente de la República establecida en la Constitución de 1961, no la establecía de manera inmediata.

Pero apartando ese detalle, importante pero no significativo para nuestro análisis, el planteamiento es del TIEMPO de implementación de la solución, de cómo se sale más rápido del problema político. Suponiendo que el Anteproyecto sea aprobado por la mayoría de los integrantes de la Asamblea Nacional (Art. 341.2 CRBV) inmediatamente (ya que es notoria la inclinación de los Diputados por esa opción), y se convoque al Referéndum Aprobatorio de la Enmienda 30 días después de ser entregada al Poder Electoral (Art. 341.3 CRBV), y siempre antes de las elecciones de Gobernadores en diciembre de este año, sus efectos no los verán los venezolanos sino después de estas mismas fechas el próximo año, cuando tome posesión un supuesto nuevo gobierno constitucional el 10 de Enero de 2017, de ser aprobada la enmienda por el pueblo de Venezuela, eso si la Sala Constitucional del TSJ no pone esa solución en un congelador, luego de ser aprobada por los Diputados, siempre esperando que para ese entonces no estemos bañándonos profunda e irreversiblemente en el Mar de la Felicidad Cubano.

Se les está vendiendo a los venezolanos que la Enmienda Constitucional es la solución más expedita para solucionar el problema político del país y ESO NO ES VERDAD y se puede fácilmente demostrar:

Una convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente por iniciativa de las dos terceras partes de los integrantes de la Asamblea Nacional, está prevista en el Articulo 348 de la Constitución de 1999. Asumamos aquí que los Diputados se despojan de sus apetencias de continuidad política de 5 años en la Asamblea Nacional y convocan al constituyente, por así decirlo, la semana que viene, esto es la semana del 8 de febrero de 2016.

El efecto inmediato de esa decisión es que sin traba alguna de ningún otro poder, el Poder Electoral, está en la obligación Constitucional de convocar un Referéndum Aprobatorio de esa decisión, tal y cual se realizó en 1999. Digamos que esto se hace a los 30 días de recibir el mandato, con las dos preguntas fundamentales al Soberano Pueblo de Venezuela: a) Quieren o no una Constituyente; y b) Aprobación de unas Bases Comiciales propuestas en el mismo acto en caso de que la pregunta en a) sea afirmativa. En ese sentido el Proyecto País Venezuela tiene una propuesta firme de Bases Comiciales que puede ser puesta a disposición de la Asamblea Nacional.

Si el mandato lo recibe el Poder Electoral, digamos que el 15 de febrero, se debía estar convocando el Referéndum para el 15 de Marzo, ¿no es así? Asumiendo que el Poder Electoral se echa una semana para dar los resultados (fíjense que los estoy tratando bien), el 22 de Marzo deberíamos conocer que los venezolanos desean cambiar las estructuras políticas del país con una rotunda aprobación de esa Constituyente.

Asumiendo que el Poder Electoral (que para ese entonces debería tener nuevos Rectores) arranca el proceso de elección constituyente, digamos que el 1ro de abril, con una duración de 90 días para la elección de los constituyentistas, el día 1ro de Julio de 2016 deberíamos tener electa una Asamblea Nacional Constituyente.

Dándole UNA SEMANA para su instalación (que es mucho), la segunda semana de Julio de 2016, la nueva Asamblea Nacional Constituyente, por los poderes investidos por el Soberano Pueblo de Venezuela, DESTITUIRIA como primera decisión al Poder Ejecutivo de Nicolás Maduro, instaurando un Gobierno de Transición que duraría lo mismo que los 180 días de deliberación Constituyente, hasta tener redactada una nueva Constitución que lleve a la elección de los nuevos Poderes Públicos, basados en la nueva Carta Magna;  esto sin desmedro a que decidan la destitución de aquellos Poderes Públicos que lo ameriten inmediatamente, como el Poder Judicial y el Poder Ciudadano. Recuérdese que Hugo Chávez puso su cargo a la orden a la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 luego de su instalación. Aquí no habría que esperar por eso.

La Asamblea Nacional podría perfectamente permanecer en sus funciones hasta donde el Constituyente lo decida, dado que fue electa el 6 de Diciembre pasado como un poder de reciente legitimación.

Entonces, ni los Diputados ni ninguna otra persona podrían difícilmente argumentar que una Constituyente va a durar un año o más como excusa para evitar esa solución al problema político de los venezolanos. Los tiempos arriba indicados en el ejemplo son los mismos que se utilizaron para la Constituyente de 1999. Lo que si estaría durando un año o más como solución para los venezolanos es precisamente una Enmienda, como se indica anteriormente, siendo además limitada en acción y efectos. En todo caso los tiempos constituyentes podrían retrasarse por la incorporación de Rectores verdaderamente independientes en el CNE, pero en ningún caso se llegaría a enero 2017, sino a lo sumo a agosto de 2016.

Si han llegado tan lejos leyendo esta nota, deben haber podido concluir que la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente es, a) más rápida que la implementación de una Enmienda Constitucional; y b) no solo incluye lo que está proponiendo la Causa R sino muchísimo más y con mayor profundidad en la solución del problema político y social de Venezuela, como por ejemplo la Amnistía inmediata por la ANC de los presos políticos y la apertura económica necesaria para resolver la comida y las medicinas.

Entonces, ¿cuál es la razón por la cual los Diputados, con la excusa del tiempo, evitan la discusión de una Asamblea Nacional Constituyente como una solución integral, global e inmediata al problema político de los venezolanos? ¿Por qué se evita que un Constituyente rehaga el Pacto Social y Político que es urgentísimo discutir en una sociedad completamente dividida? ¿Por qué se evita cambiar las estructuras del Estado que no sirven, federalizando política, administrativa y financieramente al país, dándole paso a la discusión de un nuevo Proyecto de País?

Podría imaginarme varias razones y todas ellas pasan por lo mismo: supervivencia política. Una Asamblea Nacional Constituyente destruiría las aspiraciones políticas de un montón de gente allí, que desde ya han demostrado su interés, no por resolver el estado crítico en que se encuentra Venezuela, sino por llegar a ser Presidentes o Gobernadores, usando la diputación en la Asamblea como trampolín para eso, y ni siquiera llevan tres meses allí como diputados.

Y la verdad no entiendo porque. El país no se va a acabar si Henry Ramos Allup no es Presidente en diciembre o algunos de esos diputados no llegan a Gobernadores ese mes. El problema pasa porque factores importantes de la oposición no desean que Leopoldo López salga en libertad porque amenaza la estabilidad política de alguno de ellos o necesitan –no quisiera pensar en eso- la continuidad del régimen por razones de supervivencia económica. Todo esto a costillas del sufrimiento del pueblo venezolano.

El problema que tenemos aquí va más allá de buscarle una solución a Maduro y su régimen de oprobio. Debemos buscarle una solución profunda al elevado grado de descomposición del tejido moral, político y social de Venezuela. Y esa solución como que no va a pasar esperando que los Diputados entiendan que los venezolanos que votaron el 6D esperan más de lo que ellos pueden dar. Pasará porque el Depositario de la Soberanía, cansado de esperar, se imponga por encima de eso…

Caracas, 5 de Febrero de 2016

Twitter:@laguana