Por Luis Manuel Aguana
“Prefiero
el título de Ciudadano al de Libertador,
porque
éste emana de la guerra, aquél emana de las leyes”
Simón Bolívar
Con profunda tristeza escribo esta nota en memoria del Gen. (Ej) Jacobo
Yepez Daza, fallecido ayer tras una penosa enfermedad, en este especial momento
de Venezuela, cuando mayor es la falta de luces que iluminen la obscuridad por
la cual pasa la institución armada en nuestro país. Han sido años muy intensos
de este recorrido que me ha dejado amigos entrañables pero también profundas tristezas
cuando alguno de ellos parte, en especial si se trata de personajes como el
General Yepez Daza.
Si en algo se distinguió el General fue por su carácter frontal y su
hablar sin guardarse nada por dentro. Esa especial particularidad en una
persona tiene la ventaja de atraer caracteres afines, pero la gran desventaja
de disgustarle de entrada a la gente, porque la franqueza descarnada era un
arte que Yepez dominaba a la perfección. Por eso nos llevamos muy bien desde
que comenzamos a trabajar juntos. Dotado de una extraordinaria inteligencia y agudeza,
de las cuales hacía gala y no ocultaba sin falsas modestias, cerraba el cuadro
de un personaje singular que despreciaba la poca honestidad personal y
profesional con solo tenerlas cerca y tenía un particular modo de hacerlo
saber.
Cuando lo conocí, hace muchos años siendo el General Presidente del
IPSFA, me desempeñaba como Director de Sistemas de una empresa internacional a
cargo de la automatización de los procesos en esa institución militar. Mis reuniones
con él en ese entonces fueron difíciles por su estilo estrictamente militar al
que no estaba claramente acostumbrado, aunque su manera directa de gerenciar
nos permitió concluir nuestro trabajo de manera impecable. Por eso me extraño
sobremanera cuando luego de más de 20 años me llamara para conversar conmigo
acerca del país.
En nuestro encuentro después de mucho tiempo, me conseguí con un
individuo depurado por los años, sumamente preocupado, no solo por la
degradación sufrida por Venezuela sino también por su propia institución
militar a la que se sentía particularmente obligado a restaurar, aun estando en
situación de retiro desde hacía ya bastantes años. Yepez podría haber estado
disfrutando de su retiro honorable de las Fuerzas Armadas pero dedicó su último
esfuerzo de vida a rescatarlas, como una obligación autoimpuesta.
Mi primera reacción fue ¿será este un golpista encubierto pensando en
que yo puedo ayudarlo? Me imagino que desde donde se encuentra ahora debe estar
riéndose de mí. Me dijo que había leído a profundidad todas las entradas de mi
blog (eso lo pude constatar luego porque cuando leía lo hacía en serio, con
todas las implicaciones) y que consideraba mi nombre para acompañarlo a reunir
a las mejores personalidades pensantes de la sociedad civil del país para
constituir un grupo CIVIL que pudiera dar con una solución al problema político
del país.
En esto excluía expresamente a la clase política responsable del
desastre donde nos encontrábamos. El comparaba ese grupo de ciudadanos con el
Senado romano –un Senatus como le
decía él- que se reuniera para deliberar y proponerle a los venezolanos una
solución que las Fuerzas Armadas tuvieran la obligación de apoyar. Eso de
verdad me impactó.
¿Un militar pensando en soluciones civiles? En un país lleno de
militares con todas las posibles desviaciones que se puedan imaginar –y ninguna
mejor que la otra-, desde autoritarismo militar puro y llano hasta el narcotráfico,
este General me estaba invitando a trabajar con él por una solución civil a los
problemas del país. Eso no se ve mucho en Venezuela y por supuesto que acepté
su oferta.
Fueron muchos meses de intenso trabajo y múltiples reuniones que
lamentablemente no sostuvieron esa idea, llegando con el General a la
conclusión que no era posible en la Venezuela de hoy reunir a un mínimo de esas
cabezas pensantes, dueñas de liderazgos de la sociedad civil, en sus más
variadas representaciones, a despojarse de individualismos y trabajar
conjuntamente a favor de una causa común. El mismo decía que no comprendía la
complejidad de este mundo civil al que intentaba convencer, a diferencia de su
mundo militar donde todo era predecible y claro. Demasiadas mezquindades en el
camino, con el agregado de los recelos malsanos que levantaba que un General de División retirado tuviera esa
iniciativa civil sin algún interés escondido. Hacía falta conocer a Yepez Daza
primero…
Pero luego esa idea se transformó, y ese Senatus del General Yepez se convirtió en una Asamblea Nacional
Constituyente de la mano del Proyecto País Venezuela Reconciliada (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/). En lugar de buscar los “grandes pensadores” -que
siempre serán requeridos-, estos debían ahora nacer desde la base misma de una
convocatoria del Poder Constituyente Originario, que fuera defendido por las
Fuerzas Armadas, porque esa es la obligación constitucional de los militares. A
esa conclusión arribó luego de conocer a profundidad el Proyecto.
Yepez defendió siempre el carácter no deliberante y obediente a la
autoridad civil de las Fuerzas Armadas, y había llegado a la conclusión militar
que la solución de Venezuela pasaba por la convocatoria del pueblo a una
Asamblea Nacional Constituyente para transformar al país y re-institucionalizar
a las Fuerzas Armadas desde sus cimientos. Estaba convencido de la existencia de
un recurso sano que sigue estando allí y con él se podía comenzar a cambiar la
Institución militar después de esta tragedia. Y no estaba equivocado. El 6D
demostró su tesis.
Pocos conocen que Yepez visitó barrios y sectores populares llevando
la idea constituyente por todo el país. Como geógrafo tenía un profundo
conocimiento de la propuesta de municipalización del Proyecto País y la
discutió con el apasionamiento técnico que le caracterizaba. Horas de intensa
discusión del Proyecto País con él me convencieron de su inmenso amor por
Venezuela y sus problemas. Trabajó incansablemente, comprometiendo su pensión y
su salud los últimos años de su vida en este Proyecto hasta que enfermó y
murió.
No quiero dejar de señalar que lo que aprendí con el General del mundo
al que pertenecía me cambió para siempre la perspectiva que antes tenía de las
Fuerzas Armadas. Fue un duro profesor que entendió mi perspectiva civil como yo
entendí de él su perspectiva militar. Por su inspiración escribí sobre el décimo
eje del Proyecto País acerca de la Institucionalización de las Fuerzas Armadas (Doce
Ejes y un Destino: Institucionalización de las Fuerzas Armadas http://ticsddhh.blogspot.com/2013/10/doce-ejes-y-un-destino-10.html).
Siempre me decía que tuviera cuidado con lo que escribía porque, según
su apreciación, era muy importante la generación opinión seria y que no podía
rebajarme a temas intrascendentes o banales cuando estaba en juego la
República. Siempre le agradecí el concepto que tenía de este escribidor, y ahora
me harán mucha falta sus consejos y recomendaciones, obligándome a mejorar por
su memoria. Creo que esta nota le hace honor a esa apreciación.
Con la desaparición física del General (Ej) Jacobo Yepez Daza no solo
pierden las Fuerzas Armadas una guía muy importante para su futura
recuperación. Pierde Venezuela un extraordinario venezolano, un militar
civilista como lo fue el propio Simón Bolívar al preferir llamarse Ciudadano
antes que Libertador. Conmovido aún por tan lamentable, inoportuna y trágica
desaparición, despido así a un amigo entrañable y colega de luchas civiles, con
mis más sentidas condolencias a su familia, a sus compañeros de armas y amigos,
y a las Fuerzas Armadas decentes de Venezuela a las que fielmente representó,
por la lamentable pérdida de un Ciudadano y oficial integro…
Caracas,
20 de Diciembre de 2015
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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