lunes, 13 de abril de 2015
Lo que igual no es trampa
jueves, 19 de septiembre de 2013
Oposición con fecha de vencimiento
jueves, 9 de febrero de 2012
Lección de Política
Por Luis Manuel Aguana
Aclaro que no soy quien va a dar una clase, ni impartir aquí lecciones de política. En ésta disciplina sigo siendo un estudiante de aquellos que, ni se sientan al principio, pero tampoco al final del salón de clase. Me refiero con el título de la nota a aquellas lecciones que en el transcurso de la historia han marcado su curso; pero quienes como malos estudiantes al no estar pendientes de ellas, volvemos a repetirlas y repetirlas como tercas materias que son, duras de entender pero irremediablemente necesarias. Así son los tiempos de estudiante. Y siendo Venezuela un país en formación, no es de extrañar esa circunstancia.
Me encanta volver a leer los libros que me han gustado en el pasado porque cada vez que retorno a ellos me siento como si no los hubiera leído, al contrastarlos con mis nuevas experiencias, descubriendo cosas que no había captado antes por mi inmadurez o porque simplemente en aquel entonces no las consideraba importantes. Me pasa todo el tiempo. Creo que es como la tercera o cuarta vez que leo “En la Casa del Pez que Escupe Agua”, obra magistral de Francisco Herrera Luque, que retrata los estereotipos políticos de los venezolanos como nadie lo ha hecho nunca. Cada vez que releo libros descubro una nueva perspectiva que no había visto, que asemeja siempre a algo que pasa. Por ejemplo, en estos días volví a tomar el extraordinario recuento de Francisco Suniaga en “El Pasajero de Truman” que retrata un momento clave de la historia venezolana como lo fue la tragedia de Diógenes Escalante, contada de la voz de sus protagonistas novelados. De allí extraigo un párrafo que no entiendo cómo se me paso la primera vez- o si entiendo, por lo antes dicho-, y que tal vez pueda resumir o explicar mucho de lo que pasa en la Venezuela actual. Bauticé el párrafo como “La lección política de Raúl Leoni al Diputado Eloy Lares Martinez, Septiembre 1945”. Es un poco largo pero vale la pena, definitivamente polvo de oro:
“El primer derecho, el que priva por encima de todas las normas, incluyendo las constitucionales, es el que deviene de la realidad humana que te rodea. Sus reglas no están escritas en ninguna parte. A pesar de eso forman un código que te dice de manera exacta lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer en un contexto determinado, en una sociedad. Ese derecho primario, Lares, se llama política, y sus reglas, con todo y ser obvias, pocos las perciben y menos las respetan. Lo paradójico es que esas reglas son mucho más rígidas y sus sanciones mucho más duras que las normas del derecho penal más severo, por lo que los políticos deberíamos prestarle más atención. Un político, para ser bueno, tiene que conocer y respetar ese código porque, de no hacerlo, estará condenado a llevarse una derrota tras otra y sufrir duros golpes en el plano personal. ¿Tú no sabes lo que es un buen político, Lares? Bueno, te lo voy a explicar. Un buen político es aquel que mantiene el equilibrio entre lo que cree que se debe hacer y lo que reconoce que se puede hacer. En otras palabras, equilibrio entre su concepción de lo ético y sus emociones, por un lado, y el oficio político desapasionado, por el otro. Si solo cuentas con una de esas dos condiciones, serás un ingenuo o un cínico, jamás un buen político.”[1]
¡Qué verdades tan impresionantes encierra esa lección de Raúl Leoni! ¡Cuántos ingenuos y cuantos cínicos estarán pululando en la política venezolana pensando que están haciendo política y lo que nos están llevando es al propio matadero! De acuerdo al relato de Suniaga, los adecos callaron la situación de salud de Escalante hasta que esta fuera notoria y pública, en un acto que si bien puede pensarse de inhumano, ellos lo consideraron como una acción política necesaria dado que de ser ellos mismos quienes lo plantearan, se podrían desencadenar fuerzas imposibles de controlar. ¿Tuvieron razón los adecos? Tal vez, no lo sé. Pero lo que si se es que fueron fríamente políticos y calculadores. La situación de Escalante les dio una de las muchas razones para el golpe en Octubre de 1945.
Y remitiéndome a tiempos más actuales, ¿qué cosas nos estarán ocultando nuestros políticos del presente, equilibrando su “concepción de lo ético” con su “oficio político desapasionado”, de acuerdo a esa Lección? Esa es una posible conclusión con la cual encajo la situación del silencio cómplice que gira en torno al Registro en el CNE por parte de los políticos, ante las exigencias de transparencia que abiertamente clama la sociedad civil. Hay cosas que no sabemos pero que suenan como un gran rio subterráneo.
Pero otro aspecto interesante de la Lección es la que gira en relación acerca del “primer derecho” o aquel “que deviene de la realidad humana que te rodea”. ¿Cómo perciben los políticos de la actualidad esa realidad? ¿Cual será el cristal con el que miran, o los criterios que los mueven, para decidir que es más importante o menos importante en esta encrucijada? ¿Permitir deliberadamente y a conciencia que Chávez se robe las elecciones -así como ocultaron la situación de Escalante en 1945-, y dejar que se desencadene un proceso de acciones y reacciones? ¿Será eso? Esa respuesta es la clave de nuestras diferencias y la razón por la cual ese derecho primario se llama política. Es posible que anden en un juego de “alta política” pero somos los pendejos los que terminamos pagando los platos rotos, y a un precio muy alto, generalmente con la vida. Por ejemplo, alguien, dentro de muchos años, escribirá lo que verdaderamente paso el 11 de Abril…
En este tablero complejo que será la Venezuela después del 12F, definitivamente nosotros, el común de la gente, tenemos un enfoque diferente de la realidad y, consecuentemente, percibimos la razón política de una manera distinta. Estamos fuera del juego. Lo que sabemos es muy poco pero es mucho lo que exponemos. Está sobre la mesa lo que veremos pero no todos lo pueden apreciar. Quienes de alguna manera hemos sido persistentes en la denuncia del REP, el CNE y su tecnología, lo hacemos pensando, tal vez de manera ingenua -volviendo a la Lección-, que el mundo no está girando como debiera girar y confrontamos en algo que nos parece claro ante nuestros ojos, en el deber ser, en lo ético de nuestras convicciones. No están para nada presentes cálculos políticos o cinismos que no cabrían dentro de nuestra situación. Pero no conocemos el río subterráneo de aguas negras que si consideran aquellos que tienen ese oficio político del cual habla la Lección de Leoni. Podrán decir que somos un atajo de pendejos pero estoy seguro que no nos ignoran. Tal vez por eso logremos que en el justo equilibrio entre ingenuidad y cinismo que debe prevalecer en lo político, no se lleven por delante las justas aspiraciones de la mayoría.
Caracas, 9 de Febrero de 2012
Blog: http://ticsddhh.blogspot.com/
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
[1] Francisco Suniaga, El Pasajero de Truman, Pags. 262-263, Mondadori 2008.
viernes, 2 de diciembre de 2011
Volver a empezar
Por Luis Manuel Aguana
Amor y pérdida. Así llamó Steve Jobs la segunda historia que contó en la Universidad de Stanford a los estudiantes graduandos en su célebre discurso protocolar del 2005. Allí contó que la Junta Directiva de su propia compañía, Apple Computer, lo despidió. Tenía solo 30 años. Describió lo devastado que se sintió al encontrarse en la calle, luego de haber construido lo que había construido. Pensó huir y dejarlo todo. Pero aún amaba profundamente lo que hacía y que lo llevó a construir una de las empresas más importantes del mundo. Había sido rechazado, como afirmó, así que decidió comenzar de nuevo. Y al comentar que aunque no lo vió de esa manera en ese momento, el hecho de que lo hubieran echado de su propia compañía fue lo mejor que pudo pasarle en su vida, al verse de nuevo como un principiante. De acuerdo a su criterio entró en el período más creativo de su vida, fundó NeXT y Pixar (¿recuerdan Toy Story?), encontrando en el camino la compañera para el resto de su vida. Y como se dan los giros de las historias en el mundo de la tecnología, Apple adquirió NeXT y Steve volvió a presidir Apple, convirtiéndola con su genio en la empresa más innovadora en el mundo de la informática y las comunicaciones, posición que mantuvo hasta el día de su muerte.
Esta historia es una de las más significativas que he visto acerca de lo que llamo aquí “volver a empezar”. No es fácil volver a empezar. Requiere, como indicó Steve Jobs, de mucho amor por lo que haces, asumir la perdida, y en ese tránsito obscuro, encontrar el camino para reconstruir. El renacer requiere de esfuerzo y de mucho amor por lo que haces. Alguna vez leí que no hay nada como volver a empezar, porque valoras aún más lo que perdiste y sabes de muy adentro que lo harás mejor cuando lo recuperes, si tienes el coraje suficiente para hacerlo.
Y así como las personas, los países renacen de sus cenizas y vuelven a comenzar. Japón renació de sus cenizas, Europa destruida comenzó desde cero después de la Segunda Guerra. Pero en el caso de los países la cosa es distinta. Se requiere el amor y la determinación de toda una sociedad, de asumir que algo se perdió y volver a construir, sacando al país adelante. Tal vez suene ingenuo y hasta comeflor: es necesario que la gente del país asuma la pérdida y la llore, pero no quedarse llorando en la acera y luego pararse de allí para reconstruir sobre bases nuevas.
En el debate de las ideas acerca de qué hacer con Venezuela después de las elecciones del 7 de Octubre de 2012, he notado dos posiciones bien definidas entre aquellos que se disputan el voto de los venezolanos en las primarias opositoras. Voy a simplificarlas a riesgo de perder precisión pero estoy seguro que dará claridad a lo que intento explicar. La primera de ellas, esgrimida por Diego Arria, esencialmente es política y apunta al desmontaje del “modelo” socialista impulsado ilegalmente por el gobierno de Chávez y sus poderes subrogados. En este desmontaje se incluirían todas las leyes “socialistas”, incluyendo la electoral y la militar, aprobadas en contra del orden constitucional vigente; y el precandidato al resultar electo gobernaría tres años de una transición difícil; y para eso convocaría a una Asamblea Constituyente que haría los cambios puntuales necesarios (vuelta a la no reelección, disminución del período presidencial y hasta quizás incluir una doble vuelta electoral), haría caída y mesa limpia a los poderes constituidos, incluyendo a las Fuerzas Armadas, poniéndole orden a la casa, para luego entregar, después de esa transición y “limpieza”, el gobierno a una nueva generación de liderazgos y partidos con unas bases sanas. En otras palabras, volver a empezar.
El otro planteamiento, esgrimido por el resto de los candidatos, fuera de sus diferencias personales, es convivir con el “status quo” chavista los seis años del mandato Presidencial y lo que quede del resto de los poderes constituidos, confiando en una transición de los factores chavistas hacia un modelo democrático y de inclusión. En otras palabras, aquí no pasa nada y vamos a unas elecciones “normales” en las que el ganador opositor le será entregada la banda presidencial sin ningún problema. De allí en adelante se continuarán o mejoraran las políticas públicas del gobierno desde la oposición democrática, esperando convivir en paz, negociar y salir poco a poco del problema que significa tener todos los poderes en contra.
Simple. Esas son las dos visiones contrapuestas por las que se nos solicita el voto en las primarias. ¿Cuál cree usted que es la más conveniente? Decida con el corazón…
Esto me hace recordar lo que me dijo mi jardinero cuando le pedí una explicación del porque no crecía ninguna grama que sembrara en mi jardín: tiene que sacar toda la tierra, hasta el fondo y poner nueva abonada, me dijo. Cualquier cosa que usted siembre con una tierra llena de semillas de monte, con un sustrato pobre, no crecerá o el monte la estrangulará. Pero eso es más trabajo. ¡Pues claro que es más trabajo! Requiere comenzar la cosa desde cero. Requiere de más paciencia, porque luego de cambiar la tierra, al plantar cualquier cosa deberé esperar que crezca y florezca. Pudiera dejar la tierra vieja pero todo lo que siembre en mi jardín estará muerto a los pocos meses. Eso es un principio fundamental. A veces es necesario sacar de fondo la tierra y volver a empezar…Lo dijo Steve en Stanford, a veces la vida te da en la cabeza con un ladrillo y no hay que perder la fe en lo que se hace porque lo que te permite continuar la lucha ¡es precisamente el inmenso amor a lo que haces! ¿Tenemos o no tenemos el suficiente amor por este país para volver a empezarlo, sin importar el trabajo que nos dé? He allí la gran pregunta. Es mucho más trabajo, pero tenemos que llorar lo que ya hemos perdido por haber tomado la decisión equivocada en 1998 y continuar…
La propuesta de Arria, como señalé, es esencialmente política y fue la que vendió y no cumplió Hugo Chávez en 1998. Nos embarcó en una Constituyente y ahora se quiere quedar con el coroto para siempre. De nuevo se está planteando la reconstrucción de las bases institucionales del país para que el monte no se coma lo que se siembre luego. El venezolano ahora se halla en una encrucijada difícil de resolver. Escoger entre dejar para después las casitas, las autopistas que faltan, los hospitales, las escuelas, y de manera prioritaria arreglar las bases institucionales del país primero, corrompidas por la “revolución” chavista y asegurar que esas casitas, hospitales y escuelas sean de verdad una realidad después. Primero lo primero, la tierra abonada y fértil para que crezca lo que siembres después. No es muy difícil de entender, es simple pero muy duro.
Yo no sé si Diego Arria o el resto de los precandidatos nos embaucarán como muchos ya lo han hecho en el pasado. Esa es la ruleta rusa que nos estamos jugando. Esta escogencia se basará en una idea de vida y de futuro. De cómo cada uno de nosotros concibe como debe dibujarse un camino que no se ha recorrido todavía. En lo personal mi voto en esas primarias no se basará en la juventud o la historia del pasado de nadie, sino en la proposición que se hace al país. Y a mi modo de ver solo hay dos propuestas en la mesa. La fácil y la difícil. Votaré por la que creo más conveniente, la del camino más empedrado y duro, la de Steve y la de mi jardinero, escogeré volver a empezar…
Caracas, 2 de Diciembre de 2011
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