Por Luis Manuel Aguana
Dedicado a mi amigo y Profesor, Manuel Rodríguez
Mena
La frase no es mía, es del Prof. Manuel Rodríguez Mena,
fundador de la Cátedra Pío Tamayo de la UCV. El Prof. Rodríguez, aun afectado
de su grave enfermedad, me regaló unos minutos en medio de su convalecencia. A pesar
de la seriedad, la enfermedad no pudo, como me indicó, con la lucidez de su pensamiento.
La multiplicación de los liderazgos no es más que el
resumen en una sola frase de una clase magistral de política que he recibido,
en tan solo diez minutos que duró mi visita…Eso solo es posible con Maestros
como el Profesor Manuel Rodríguez Mena, Ex Decano de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales de la UCV.
Al comentarle acerca de mi intervención en la Cátedra Pio
Tamayo en fecha reciente, “La CONSTITUYENTE: ¿Una manera de salir de
esta situación perversa y destructora?” y la posibilidad en Venezuela de una Asamblea Nacional
Constituyente (ANC), el Prof. Rodríguez Mena resumió en esa sola frase toda la
idea: una ANC es el resultado de la multiplicación de los liderazgos.
Y proyectó la siguiente idea, que es el motivo principal
de esta nota, y que se concreta en una ANC: la concentración del poder político en pocos líderes va en
proporción inversa a los intereses de la mayoría ciudadana. Mientras mayor
concentración menor posibilidad que los problemas del país se resuelvan.
¿Razones? Muchas, pero una principalísima: en un esquema
de concentración, si el liderazgo opositor se encuentra en pocas manos, existe
mayor posibilidad que este liderazgo pacte acuerdos con el gobierno para que
las cosas sigan como están, en detrimento del país en su conjunto, agravándose
los problemas de la mayoría.
La concentración del poder político en pocas manos ha
sido algo inherente al quehacer de nuestra dirigencia política desde siempre.
Decidir centralizadamente siempre fue muy atractivo para nuestra clase
política. Lograr que el poder central soltara la elección de los Gobernadores y
Alcaldes fue, a mi modo de ver, la conquista política más importante de nuestra
era democrática. Pero se hizo deliberadamente chucuta.
¿De qué valía soltar el control político sin recursos?
Deliberadamente se engavetó el proyecto de Ley de la Hacienda Pública para los
Estados, nunca se terminaron de entregar las competencias en materia de salud,
educación y otras tantas áreas del quehacer nacional que afectaban la vida de
los ciudadanos. Se acercó más el poder a la gente a través de lo electoral pero
estructuralmente el país seguía gobernado desde Caracas, al tener los poderes
centrales las competencias que realmente afectaban la calidad de vida de la
gente.
Entonces, la administración real del país, nunca se ha
hallado cerca del ciudadano. Pero, nunca como ahora, luego del cercenamiento
del proceso de descentralización y la sustracción progresiva de competencias
por parte de los gobiernos de Hugo Chávez, la gente del interior del país está
sufriendo más aún de la dependencia, no solo del poder central sino de los
liderazgos, tanto del gobierno como de la oposición. Es por esa razón que
tenemos que pensar al país.
El planteamiento del Prof. Manuel Rodríguez Mena en el
Movimiento de Movimientos, coincide en su base fundamental con la idea de
pensar al país desde sus cimientos, propiciando el surgimiento de liderazgos
masivos, a lo largo y ancho del país. (ver Movimiento de Movimientos, Principios
Rectores, ver http://unfsd.blogspot.com/)
¿Pero cómo se concreta eso? ¿Cómo se logra el surgimiento
de esos liderazgos que sean los que de verdad se ocupen de los problemas,
dándoles acceso a las comunidades las herramientas para la solución de sus
problemas? ¿Cómo se multiplican esos liderazgos?
La discusión de un nuevo país en una ANC pasa por revisar
de cabo a rabo la institucionalidad venezolana, haciendo una propuesta que
fundamentalmente implique cambios importantes en la administración del Estado y
un replanteamiento político-administrativo del país. Esta discusión de fondo
nos traería a una discusión de los problemas fundamentales, incluyendo una
reafirmación de nuestra soberanía.
Conceptualmente, una ANC debe representar al país para poderlo
discutir. Eso no se dio en 1999. Una escasa mayoría oficialista se impuso sobre
el 48% del país. Un país no discutido es un país inestable. Ya lo estamos
viviendo. A diferencia de la Constituyente de consenso que se realizó con la
Constitución de 1961, la de 1999 se nos impuso. De allí la diferencia de estabilidad
política en esos 40 años. En esta oportunidad queremos realizar un Proyecto
País y discutirlo en una ANC con quienes nos adversan sobre unas bases
diferentes y dignas.
El Dr. Rodríguez me dijo,
desesperanzado, que tal vez había arado en el mar en su propuesta de multiplicación
de liderazgos. Es posible, pero esa desesperanza es común en los pioneros. En
un país donde se ha perdido la esperanza de lo posible y que día tras día
presencia ventiladores de excremento de lado y lado, y donde la política solo
quedo para el odio, la diatriba y los golpes, nadie cree que pensar un mejor
país sea verosímil.
Pues, si es posible. Tal
vez no lo sea para quienes el oficio de la política les ha hecho olvidar que su
presencia en lo público tiene su esencia fundamental en los problemas de los
demás, en quienes no se ven reflejadas las acciones de esos personajes.
Es por eso que la sociedad
civil no puede permanecer impávida al ver ese cuadro de destrucción masiva
avanzar indetenible sin hacer nada. El problema no es una sentencia del TSJ, o
recontar unos votos fraudulentos debido al quiebre estructural de una de las
instituciones. El problema es detener la mortandad de las calles llenas de
inseguridad, es tener un sueldo y una pensión digna para vivir con una seguridad
social decente para la gente, es acercar el país al ciudadano, es llegar de
verdad al Siglo XXI.
Si no pensamos como
arreglar eso de una manera estructural, si no nos detenemos a pensar el país,
la dirigencia seguirá administrando nuestra renta petrolera como un botín de
vencedores, ya sea que quien mande sea el gobierno o la oposición.
Ya es hora que el
ciudadano intervenga. De eso se trata la angustia de la multiplicación del
liderazgo del Prof. Rodríguez Mena y de todos los que no tenemos vela en el
actual entierro político de la nación. No queremos una Constituyente para salir
de un gobierno pésimo, corrupto y criminal sino para diseñar y construir la
institucionalidad necesaria que haga imposible que lo volvamos a tener.
Caracas, 21 de Mayo de 2013
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter: @laguana
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