Por Luis Manuel Aguana
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en https://soundcloud.com/laguana-1/el-poder-constituyente-cambiamos-al-pais-o-cambiamos-al-gobierno
Intervención en la Cátedra Pío Tamayo de la UCV el 30-06-2014
Una vez más mi agradecimiento a la Cátedra Pio Tamayo y al
Prof. Agustin Blanco Muñoz por la gentileza de convocarme a debatir estos temas
de importancia para el país.
El titulo del Foro de hoy “¿Cual es la salida a la situación
actual?” a mi parecer no es la pregunta correcta. Las preguntas correctas son
las que llevan a las respuestas correctas. La salida a la situación actual
debería ser la consecuencia de una serie de acciones que debimos iniciar los
venezolanos desde hace muchísimo tiempo y que han producido metástasis en el
cuerpo social y político de nuestro país, como bien lo ilustra la caricatura de
Weil estampada en la convocatoria a esta conversación.
Yo ensayaría las siguientes preguntas “¿Tenemos los
venezolanos el adecuado sistema de organización política e institucional, capaz
de enfrentar las complejidades del mundo moderno, y a la vez producir
desarrollo y bienestar?”. O mejor esta otra “¿A estas alturas de nuestro
devenir histórico es posible pensar que un sistema centralizado de toma de
decisiones basado en la figura de un líder único, llámese, Chávez, Capriles, María
Corina, Leopoldo Lopez o cualquiera, puede resolverle a los venezolanos todos
sus problemas, esta vez con mucho menos dinero del que tuvimos en el pasado,
con una complejidad administrativa multiplicada de manera exponencial?”…
Decía en una nota que publiqué hace poco que si, por
ejemplo, hay un sistema que le da la responsabilidad a un portero para que
administre la agenda de reuniones de un Ministro, este solo terminará atendiendo
a quienes el portero desee. Incluso invariablemente llegará al extremo de
cobrar por ver al Ministro. Entonces, no es el portero quien tendrá la culpa
que el Ministro no vea a quien deba o sea ineficiente en su gestión sino a quien
se le ocurrió la tremenda idea de un sistema donde el portero administra la
agenda de reuniones de un Ministro.
Y eso es exactamente lo que está ocurriendo en Venezuela. Todo
el sistema de relaciones de poder está obsoleto, dañado y muy corrompido, y no
es capaz de satisfacer las necesidades del país, independientemente de quien lo
conduzca. Y esto no es desde ahora sino desde hace muchos años. Y este sistema
empezó a hacer aguas desde que los venezolanos no entendieron las señales de
que estaba necesitando a gritos un ajuste y se ignoró deliberadamente o por negligencia
criminal.
Una señal significativa fue el Caracazo. Al utilizar las
elecciones de Gobernadores y Alcaldes de 1989 como válvula de escape a la
presión de la población, se le vendió a la gente la ilusión de “control
político” del país. Nunca se soltaron los recursos y siempre quedo a la
discrecionalidad del Ejecutivo el desarrollo regional y nacional. La corrupción
hizo el resto cuando los ingresos subieron. Teníamos Gobernadores y Alcaldes
electos pero sin poder resolver los más mínimos problemas de sus comunidades.
Surge entonces una nueva excusa: “no me bajan los recursos”.
Un ejemplo: en el 2014 del total del Presupuesto Nacional de BsF. 552.632,6
Millones solo corresponde al Situado Estadal y Municipal BsF. 88.024,00, esto
es el 15,92% de los ingresos totales del país. Óigase bien, lo que ADMINISTRAN realmente los
gobernadores y Alcaldes para resolver los problemas de la gente es solo el
15,92% de lo que ingresa al país, y eso cuando se los entregan. El restante
84,08% queda a la discrecionalidad de una persona, el Presidente de la Republica. El Presidente
decide si le entrega o no los recursos a los Estados en obras o servicios. Todo
esto sin contar con los reales que le han sustraído a PDVSA y administra
directamente el Presidente enviándoselo a otros países y a las Misiones del
gobierno sin ningún control. Ni siquiera en la empresa familiar más modesta
ocurre nada semejante. Ningún país puede funcionar así.
Y esto es solo una pequeña parte del problema. Existen otros
igual de grandes como los de la administración de la justicia. ¿Sabían ustedes
que los Pranes de la Penitenciaría General de Venezuela en San Juan de los
Morros asignan los CUPOS de la Universidad Experimental Romulo Gallegos? Las
madres van a entrevistarse a la cárcel con los Pranes para negociar cupos para
sus hijos en la Universidad. La perversión en su nivel más extremo. Esa cárcel
no depende del Estado Guárico de ninguna manera pero afecta la vida de esa
gente. Si la justicia no está donde pasan las cosas, no está en ningún lado.
Tenemos que cambiar eso.
Entonces, si los venezolanos creemos que porque se vaya este
régimen y venga “la democracia” nuestras condiciones de vida cambiaran
significativamente, manteniendo este sistema de hacer las cosas, nos estamos
engañando de una manera ingenua, por decir lo menos. En poco tiempo volveríamos
al caos de 1998. El problema a debatir entonces es cual sistema debemos diseñar
y construir para que pueda existir una Venezuela viable y de futuro.
El planteamiento del Proyecto País Venezuela Reconciliada va
mucho más allá que descentralizar funciones. Va en el sentido de empoderar, vía
la construcción de un verdadero Pacto Federal, a las regiones diseñando un
nuevo sistema de relaciones de poder donde cada región y sus habitantes decidan
su futuro de acuerdo a sus potencialidades, haciendo valer sus Constituciones
Estadales para poder sostener las responsabilidades que involucran la
administración real de los recursos que les corresponden.
Explicamos en 12 Ejes del Desarrollo cual podría ser esa
Venezuela del futuro que hay que construir. Es obvio que una nueva estructura
de poder regional y federal, con un Senado, un Poder Parlamentario fuerte, un
Presidente y un Vice Presidente Electos con doble vuelta, y una distribución
regional y federal del ingreso nacional, no se corresponde con la estructura
constitucional que existe en la actualidad. Y es por eso que la vía debe ser constitucional
al convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.
Ahora bien, explicado lo anterior, que las razones que nos
mueven a un cambio constitucional no son ni pueden ser “salir de Maduro y el
resto de los Poderes Públicos” ¿cómo llegamos a eso? Primero que nada,
explicándole al país lo que deseamos hacer, como lo estamos haciendo ahora. La
respuesta de las regiones que hemos visitado ha sido inusitadamente abrumadora:
¡¡¡¿¿¿Qué hay que hacer y donde hay que firmar???!!!
Pero las respuestas no son simples. Hay que explicar también
que el cambio hacia un nuevo país y una nueva manera de hacer las cosas se
fundamenta en dos principios consagrados en la Constitución: El Art. 5: “La soberanía reside intransferiblemente
en el pueblo…”, y el Art. 347: "El
pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. En
ejercicio de dicho poder puede convocar a una Asamblea Nacional Constituyente
con el objeto de transformar al Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y
redactar una nueva Constitución". Esto último es una bomba atómica
para cualquier régimen.
El Artículo 347 es hijo de la sentencia de la antigua Corte
Suprema de Justicia que le dio a Chávez el poder de convocar una Asamblea
Nacional Constituyente sin estar contemplado en la Constitución de 1961. La
regla de los constitucionalistas funciona aquí como funcionó en 1999: “El Poder Constituyente de hoy no puede
condicionar el Poder Constituyente del mañana”. O dicho de otra manera el
Poder Constituyente de 1999, no puede atar el Poder Constituyente que podamos
invocar hoy. Hoy podemos invocar al Poder Constituyente para hacer una nueva
Constitución como se hizo en 1999, pasando por encima de la realizada por
Chávez y sus Constituyentes electos por unas reglas tramposas, pero ahora sin
la necesidad de una decisión de ninguna Corte porque ahora está establecido en
la Constitución. Lo que es bueno para el pavo, también es bueno para los
pollos.
Si el Pueblo es el depositario del Poder Constituyente
Originario, no puede en ningún caso el Poder Constituido definir las reglas
para su convocatoria ni su elección, así sea convocada incluso por el propio
Presidente de la República, en cuyo caso deberá someter a la consideración del
soberano las reglas con las cuales ellos plantean su convocatoria. Y aun así,
es discutible el contenido de esas reglas ya que el proceso es
constitucionalmente inédito, pudiendo nosotros también plantear las nuestras,
contadas de manera transparente y auténtica.
En este sentido, planteamos una convocatoria de al menos un
15% del Registro Electoral acompañada con las reglas o Bases Comiciales donde
los propietarios o dueños de la soberanía ordenan la manera en cómo se conducirá
ese proceso, incluyendo la instauración de un Tribunal Electoral que establezca,
por ejemplo, una auditoría independiente del Registro Electoral, escrutinios
manuales de todos los sufragios constituyentes, en estricto apego y respeto a
la Representación Proporcional de las Minorías, con la especificación técnica
de cuantos Constituyentes serían electos y en qué regiones del país, así como
las normas de funcionamiento de esa Asamblea, y toda normativa que nos
garantice la transparencia del proceso.
En otras palabras Elecciones Auténticas de esos Constituyentes.
Obviamente eso no será fácil. El régimen se negará a eso
como ya lo han manifestado, así como ya lo han hecho también representantes de
la oposición oficial. Este planteamiento es la sentencia de muerte de ambos y
el renacimiento del país en manos de sus actores naturales, los ciudadanos. La
diferencia aquí estriba en una sola cosa: la lucha tendría un sentido y un
propósito para todo el mundo. El pueblo soberano depositario del Poder
Constituyente Originario quiere establecer unas reglas transparentes e
imparciales para contarse y dirimir sus diferencias en paz y no se lo está
permitiendo el Poder Constituido que desea quedarse en el poder para instaurar
una dictadura comunista. ¿Quién en el mundo nos puede negar eso? Entonces hay
que pelear esa Constituyente en las calles con un propósito. Esa es la
definición, a mi juicio, de la llamada Constituyente de Calle de esta Cátedra.
Entonces no saldríamos pacíficamente a las calles buscando
“sacar a Maduro” o a cualquier títere que pongan los cubanos, ni a pedir su
renuncia, sino buscando un mejor país y un mejor sistema de gobierno para los
venezolanos, de una manera soberana, sin injerencias ideológicas foráneas de
ninguna naturaleza, basados en el sueño del país que deseamos y su forma de
gobierno. Los venezolanos no nos merecemos menos que eso.
Caracas,
30 de Junio de 2014
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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